Crisol de ternuras”
HUAYNO CANCIÓN
De FRANCISCO ALVERO, EL JUGLAR DEL AMOR, LA PAZ Y LA LIBERTAD
Este huaynito, bien serranito
Me sale del alma para homenajear
A aquella mujer, mujer andina,
Que siembra conciencia, conciencia de paz
Mujer luchadora, preñada de soledad
Venciendo las sombras,
Le quiero cantar a Crisóloga
Un dulce huaynito, que le va a gustar
valiente mujer, mujer peruana,
Llena de coraje, de fe y voluntad
Le quiero cantar a Crisóloga
Crisol de ternuras, de amor y de sal
Para aquella mujer
Mujer bien peruana
Me nace este cantar
Este hermoso trovar
Llena de canto y luz
Y también de pesar
Las huellas de tu ser
No se pueden negar
Ay, mujer andina!
Ya no llores más
Porque en tus retoños
Hay identidad
Le quiero cantar
A Crisóloga nomás
Crisol de ternuras,
De amor y de sal
Este huaynito, bien serranito
Me sale del alma para homenajear
A aquella mujer, mujer andina,
Que lucha conciente por su dignidad
Mujer entera, cual luna llena
Paridora de caminos
Que germinan en paz
Amabas tanto tu solar
Tu Urubamba natal
No la ibas a cambiar
Por ninguna ciudad
Al cantar y al bailar
Con chichita quizás
Tu alma brillaba
Como en carnaval
Ven, Crisologuita!
Vamos a bailar
Ahuyentando penas
Para otro lugar
Vamos a cantar
Ay, Crisóloga
Crisol de ternuras,
De amor y de sal
Para aquella mujer
De grandeza sin par
Me brotan estos versos
Con ritmo vital
Tomabas tu chichita
Para oír latir tu pecho
Y así bailando y cantando
se aliviaban tus penas
se aliviaban tus penas
Orgullosamente fuerte
Sensible y frágil a la vez
Cual paloma de papel
El Cusco te vio florecer
Mujer andina,
Revolucionaria siempre
Porque te mantuviste fiel
A tu raíz y tú destino
En estas coplas lo digo
Resistiendo con coraje
La mentira y el ultraje
Eres ejemplo para mí!
Y también para millones
Hijos de Amaru
Que somos nosotros
Y estamos aquí!
Te gustaba compartir
Momentos queridos
Con amigos nobles
De corazón como tú
Hablando en quechua,
Comiendo jatako con mote
Y uchukuta también!
Simplemente eras feliz
No te gustaban los lujos,
Para qué los ibas a tener?
Ni la gente creída
Que mira sin ver
Despreciabas el racismo!
Te indignaba la injusticia
Y con esa misma vehemencia
Eras un canto a la vida
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