“Tonada para el Tata Lemos”
Con un aparente
armazón,
Erizo de mar; zonda
de amor!
Tum tum de soles,
preñando luz
Mieles de luna
pachamama le dió.
Su alma es una Wiphala,
paisano,
Brillan en sus
pupilas, un otoño mágico en flor
Sombra tranquila,
profunda y cuyana
Dulzura que sangra,
como cogollo en su voz,
A veces, lo desbordan
dolor y clamor,
Gritan siglos en sus
entrañas, de andar sol al sol.
¡Tonada para el tata
Lemos,
Amigo, camarada y
compañero!
Del cuyum mapu van
brotando,
Estos mis versos de
amor!
Sintiéndome huarpe y
cantor.
Para endulzar las
cepas de un dolido corazón,
Le brindo mi cantar
en flor.
Ternuriando, hasta
enojado,
Montaña de aliento,
sal y coraje.
De la mano siempre de
su amada Gladis
Ya no hay horizontes,
que no alcancen.
Sueña despierto,
sangra luchando,
Da todo de sí, por
sus compadres del pago.
Pícaro ríe, con seño
fruncido,
Llora cual niño en un
sentido abrazo.
Mesa patera, de pan y
yerbiau,
Candil en su frente,
una copa en la mano.
Como todo buen
mendocino! criollazo argentino,
Se abre de par en par
Con su guagua el
Ramiro, brindan conmigo!
¡Tonada para el tata
Lemos…
Creando aquellos
nuevos valores,
Un ejército de
palomas, libertarias en vuelo,
Montado en un
indómito ideal,
Comandante Lemos, tu
canto es vital.
Supiste entregarlo a
granel, por tu suelo cuyano!
Y por supuesto
latinoamericano!
Como Don Armando,
guerrillero de luz,
Del torrente
profano y místico del pueblo.
Profeta del sur,
poesía es tu amor,
Tu forma de ser, de
ver y de actuar
Jamás nunca quisiste
sembrar,
Nada que no sea,
luchar por la paz!
¡Tonada para el tata
Lemos!
Rafa, camarada y
compañero.
Sabedor de los
secretos,
Del pueblo, la pacha,
el sol,
Mendocino, sí señor!
De Guanacache han
florecido,
Éstos, mis versos de
amor!
Sintiéndome huarpe y
cantor.
La tonada (de herencia española, tocada solo con guitarras
sin percusión) es la forma poética musical más sentida y representativa de las
provincias argentinas de la región de cuyo (en especial Mendoza). Dicha
región recibe su nombre ya que proviene
del vocablo quechua,; cuyum mapu o “tierra del medanal” como lo era
primitivamente aquella tierra arisca y amada, antes de su transformación en ese
paraíso de vendimias. (bautizada así por los incas del tawaintisuyo)
Esta pieza, por lo tanto, es un trozo de mi vida, me muestra
en mi aspecto más genuino, el que logré sacar y forjar, gracias a esos amigos
de Mendoza y el camino como el “Tata” Rafa Lemos.
Con estas humildes palabras, hechas tonada, está condensado
mi cariño y “amistosidá” (como nos gusta decir, paisano) por este compadre, orgullosamente huarpe y
mendocino, caminante de los tiempos nuevos y antiguos, de la cultura
precolombina, luchador sin fronteras, por la América profunda, desde su Mendoza natal hasta la
gran Colombia bolivariana y más allá, palmo a palmo por la Abiayala morena.
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