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domingo, 30 de agosto de 2015

Yo creo en vos, mi pueblo de sol (Aire de zamba) de FRANCISCO ALVERO, EL JUGLAR


Yo creo en vos, mi pueblo de sol 

 

(Aire de zamba) de FRANCISCO ALVERO, EL JUGLAR

 

 

Estas son coplas de amor, Y también desamor

Porque abrigan ciertamente una ilusión

Tan brillante, en su semilla, como el sol!

Que el invierno se convierta al fin, mi amor

en primavera, de la lucha y de la flor

Por amor, y siempre por amor! 

 

Aunque la vida sea dura, 

Y las penas nos golpeen por demás 

No me voy a acobardar, 

Ni los brazos bajar, jamás, nunca jamás!

Porque la vida es luchar, cantar y soñar,

Reír y llorar

 

Por eso yo, yo creo en vos 

Pues creo en mí, yo creo en vos, mi Pueblo de sol 

Aunque este llanto me salga del alma 

pueblo de sol, yo creo en vos 

Yo estoy con vos!

 

La decisión es vital, 

el coraje además, para poder cambiar

de adentro la sociedad,

 para no sufrir mas es preciso luchar

en nuestras manos esta nuestra felicidad 

y la de la humanidad


Si yo no pienso en tristezas,

 porque es que mi copla tiene gusto a sal?

tal vez salió de los mares o montes del pueblo 

donde hay pa' llorar

más como pienso en victoria, 

mi zamba se vuelve rojo pasional

 











El bicentenario de los pueblos originarios

La Marcha Nacional de los Pueblos Originarios reúne a más de 10.000 personas en vísperas del bicentenario de la independencia argentina


Bicentenario de la independencia para unos, cinco siglos de represión para otros. A cuatro días de la conmemoración de la Revolución del 25 de mayo de 1810, germen del proceso emancipador de Argentina, miles de indígenas se plantaron el pasado jueves en Buenos Aires para decir basta a medio milenio de colonización de los pueblos precolombinos. “Hay poco que festejar, porque la independencia fue relativa para nosotros, 200 años de espera son suficientes”, subrayó el portavoz del pueblo huarpe, Jorge Nahuel, como fundamento de la Marcha Nacional de los Pueblos Originarios.
“Dios existe, pero sólo atiende en capital federal, así que aquí estamos”, bromeó la líder de laOrganización Barrial Tupac Amaru, Milagro Sala. Bajo el lema Caminando por la verdad, hacia un Estado plurinacional, la marcha reivindicativa de la población indígena, menos del 1,5% de la población al sumar 600.000 personas de una veintena de etnias (estadística de 2004-05), arrancó el 12 de mayo desde tres puntos distantes para recorrer el país y confluir a orillas del Río de la Plata. Desde el extremo noroeste argentino, en las fronteras con Bolivia y Chile de las provincias de Salta y Jujuy, descendieron de la cordillera andina representantes de los pueblos omaguaca, diaguita-calchaquí o kolla; desde el noreste, en los límites con Brasil y Paraguay, partieron de Misiones y Formosa miembros de comunidades mbya-guaraní, toba o wichi; y, desde el sur, en la provincia patagónica de Neuquén, integrantes de la etnia mapuche, a los que se unieron huarpe de Mendoza.

La Marcha de los Pueblos Originarios atraviesa la avenida 9 de Julio de Buenos Aires

Tierra, cultura y medioambiente.

Mediante la marcha, los pueblos originarios lograron forzar la convocatoria de una reunión con la presidenta del Gobierno, Cristina Fernández de Kirchner, con el objetivo de plantear un pacto para la constitución de un Estado Plurinacional basado en la reparación de cuatro puntos:
  • Territorio. Traspaso de suelos de propiedad pública para el desarrollo de las comunidades indígenas, aplicación efectiva de la ley que prohíbe el desalojo hasta la elaboración de un censo sobre las tierras comunitarias y reglamentación sobre el derecho de consulta previa y consentimiento informado.
  • Cultura y educación. Reconocimiento de las lenguas indígenas como oficiales, creación de institutos y universidades autónomas sobre la cultura tradicional y eliminación del 12 de octubre del calendario oficial de días festivos.
  • Medioambiente. Aprobación de la ley de glaciares vetada por el actual Gobierno, derogación del código minero que permite las grandes explotaciones a cielo abierto y constitución del Tribunal de Justicia Climática y Ambiental.
  • Economía. Dotación presupuestaria para un fondo especial permanente destinado a planes para el desarrollo de cada territorio con la participación de las comunidades.
Aunque esperaban “respuestas concretas y transcendentes”, en palabras de Jorge Nahuel, la presidenta Kirchner limitó sus compromisos al inicio de una ronda de reuniones entre responsables ministeriales y representantes indígenas durante la primera quincena de junio. “Vamos a estar alerta y vigilantes, esperamos definiciones más precisas para ver si la presidenta, que se ha animado a enfrentarse a otros grupos poderosos y puede llegar a ser una buena aliada de los pueblos indígenas, es capaz de tomar medidas históricas de fondo o perpetua la discriminación”. En definitiva, “esto recién comienza”, añadió Milagro Sala para subrayar la determinación de los pueblos originarios. No están dispuestos a una reedición del Malón (invasión) de la Paz protagonizado por cientos de indígenas norteños en 1946, cuando caminaron hasta Buenos Aires para exponer sus demandas territoriales al presidente Juan Domingo Perón y fueron obligados a regresar en tren sin lograr sus objetivos.
Tras más de una semana de viaje, largos trayectos en autobuses y menores tramos a pie, las tres columnas con cerca de 10.000 personas se unieron a las puertas de Buenos Aires y, una vez en la capital, se sumaron a la manifestación indígenas residentes en la metrópoli y miembros de diversas organizaciones sociales como la Central de Trabajadores Argentinos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS o Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas. Vestimentas tradicionales y banderas indígenas adornaron la protesta, que circuló desde la avenida 9 de Julio hasta la plaza de Mayo al ritmo de tambores, cuernos y consignas (“La tierra robada será recuperada”, “el agua no se vende, el agua se defiende”, “Tierra, cultura, justicia y libertad”) para detenerse frente a la Casa Rosada. Sin embargo, no todos los colectivos indígenas se sumaron a la protesta a causa de discrepancias políticas, aunque expresarán demandas similares en una acampada prevista la próxima semana frente al Congreso de la Nación bajo el lema El otro bicentenario, el bicentenario de los pueblos.
Entre lágrimas, Patricia Cruz, una maimará de 25 años, se expresó con contundencia: “Nos han discriminado durante años. Empresarios y terratenientes quieren nuestras tierras para producir y exportar mientras nos dejan las migajas. No voy a parar de luchar, no voy a bajar los brazos, porque detrás de mi vienen mis hijos y mis nietos. Estoy dispuesta a morir por un pedazo de tierra, porque es nuestra y queremos que nos la devuelvan para poder trabajar y comer. Y hoy sé que no estoy sola, me he encontrado con todos mis hermanos y me siento fuerte”. En el escenario, frente a la Casa Rosada, canta Bruno Arias: “Cinco siglos resistiendo, cinco siglos de coraje/ manteniendo siempre la esencia/ esta esencia y en semilla está dentro nuestro por siempre/ se hace vida con el Sol y en la Pachamama florece”.

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