"Canto por la paz en Colombia"
(Canción cumbia revolucionaria)
De la CANTATA PARA QUE VENZA LA PAZ
de FRANCISCO ALVERO El Juglar de la libertad
Esto me lo dijo un gringo atrevido
cuando por la paz le pregunté, mi amigo
"...vengo estudiando bastante este caso
y no hay caso, terroristas... hay que matarlos!"
Y por eso mismo, ya no hay que escucharlos
a los agoreros que vienen marchando
ellos con la guerra hacen negociados
y nos les importa nuestro llanto, hermanos!"
Yo le he contestado, con berraquera
de paisa colombiano, de buena madera
Aunque tengo muchas, muchas esperanzas,
tampoco me caso, con mandatarios
Aunque no parezca, la cosa es sencilla
Si echamos al yanki. Ay qué maravilla!
La Nueva Colombia, Nacerá ese dia!
Gracias a ese pueblo de Simon Bolivar!
Todos nuestros sueños se iluminarian!
Con las ansias vivas de la patria mia!
Cuando a nuestra Patria,
le llegue ese dia
le llegue ese dia
lo festejaremos
de noche y de dia!
Porque ya en Colombia
no habra pleitecia
dejemos al yanki
dormido en su silla!
Pero si la vemos, que la quieren torcer!
pa'l lao que conocemos, los de abajo bien
Pilas, compañeros, entonces no quieren
la paz en Colombia, no la quieren, pue!
Pura pantomima
pura distraccion
Hoy, igual que ayer,
crea confusion
La Paz es justicia, justicia social
derechos humanos, solidaridad
libredeterminismo, pleno y total
Jamas nunca sumision,
invasiones, nunca mas!
Y aquellos que crean,
crean lo contrario
paren un momento,
Abracen a su hermano
Miren a su pueblo,
pueblo colombiano
Siempre dolorido,
siempre embejucado
Porque no se trata, de desconfiar,
Si es que queremos, alcanzar la paz
pero no deseamos,la de los cementerios
ni mucho menos un Alca disfrazado
Yo Canto por la paz en Colombia
Pero por la verdadera paz
Yo canto porque no haya empobrecidos
Canto por justicia y libertad
Canto por la paz
Porque no se trata de sonreir,
luego aplaudir, para transigir
La Nueva Colombia, hay que construir
El cambio verdadero, ya hay que exigir!
Para nuestro pueblo, poder unir!
desde la paz y la justicia, al fin!
Hay que estar atentos
pa' no flagelarse
Que esto no es pa' tanto
mi paisa, mi hermano
Dejemos de clavarnos
estacas por detras
estacas por detras
y cantemos de frente,
todos por la paz
Canto por Colombia,
Canto por la paz
Por la libertad
Justicia social
Canto por mi tierra
Aquella que espera
la nueva Colombia
por su libertad
Como lo sabemos, lo sabemos bien
todos por la paz
Canto por Colombia,
Canto por la paz
Por la libertad
Justicia social
Canto por mi tierra
Aquella que espera
la nueva Colombia
por su libertad
Como lo sabemos, lo sabemos bien
pueblo colombiano, no lo olvides, pue!
Hombres y mujeres, sencillos de a pie
Hombres y mujeres, sencillos de a pie
Y los que no son, lo saben tambien
hay tanticos, tantos, tantos intereses
muchos son de afuera y de adentro tambien
La guerra de antaño, hoy se ha convertido
en un negocio sucio, muy ruin y bandido
Y la mejor escusa para perseguir
criminalizar y combatir!
criminalizar y combatir!
Canto por la paz en Colombia
pero la verdadera paz
La guerra de antaño, es hora de terminar
para que venza, que venza la paz!Canta y lucha pueblo colombiano
canta por justicia y libertad
Canta y baila, pueblo colombiano
canta por la verdadera paz
Berraquera (con b no con v), entre nosotros, significa aproximadamente: cualidad de persona decidida, de carácter, valiente, corajuda, audaz, tesonera, que nada la detiene, dispuesta a afrontar las dificultades y capaz de grandes tareas.
Es un término propio de la cultura colombiana, cada vez más popular, que ha ido venciendo resistencias a niveles más o menos cultos para emplearse en el lenguaje corriente, en lugar del coraje, la audacia o la valentía, sinónimos próximos a ella. “¡Es un verraco!”, “¡qué verraquera!”, “¡sea verraco!” (casi siempre con v), son expresiones que han calado hondo en el alma de este país y que deberíamos acabar de aclimatar en la lengua normal para que ya no sea pronunciado con cierto pudor y temor a ofender al interlocutor por usar una palabra “fea”. No se me había ocurrido nunca tomar la berraquera (con b) como algo positivo y hablar de algo digno de ser analizado como parte de nuestra identidad cultural.
La etimología según el diccionario DRAE: verraquera: coloquialmente: lloro con rabia y continuado de los niños; verraquear: gruñir o dar señales de enfado o enojo, llorar con rabia y continuadamente. Según el Diccionario de Americanismos: berraco: persona valiente o persona o cosa extraordinaria o magnífica. Y según el Diccionario del Colombiano Actual: berraco: colérico. furioso; de gran valor o magnitud; que tiene empeño para un arte actividad; berraquera: cólera, furia, valor, obstinación, terquedad, que tiene grandes aptitudes para un arte o actividad; también significa maravilla.
Volviendo al significado más propio de Colombia, nos encontramos modalidades de la berraquera que son muy expresivas entre nosotros: “le faltó berraquera”, “a esto hay que ponerle berraquera”, “este es un país berraco” y otras por el estilo. Aquí lo importante es subrayar que corresponde a comportamientos concretos, que es percibido por los demás y que, a la vez, encierra una voz de aliento, de ánimo, de esfuerzo necesario para sacar algo adelante. A veces tiene connotaciones negativas al destacar con ese adjetivo acciones incorrectas.
Pienso que es una cualidad que se acendra con las dificultades que como país hemos recorrido a lo largo de dos siglos de guerras civiles, de violencia guerrillera, de enfrentamiento partidista, de inequidad social, al mismo tiempo que de generaciones de colombianos trabajadores, que no se han arredrado ante ningún tipo de dificultades y le han puesto el pecho a ellas con entereza, con honradez y con ánimo perseverante. El amor a la patria es inquebrantable e inconmovible la confianza en la capacidad humana de la gente: laboriosa, dedicada, recursiva, innovadora.
El colombiano ha trabajado muy duro por lo que tiene y no puede dejar que se lo arranque nadie y, al contrario, hay que tenerlo en mente vivamente. Ahora que estamos en medio de un proceso de diálogo en busca de la paz anhelada durante medio siglo, es conveniente recordar que no se puede negociar los principios y valores sobre los que se funda la convivencia civilizada de una nación.
En cierto modo nos toca a todos reaccionar con berraquera, para apretarnos el corazón y dejar de lado los odios y, al mismo tiempo para exigir a quienes están en la mesa de las negociaciones que debe primar por sobre todo el bien común de los colombianos, no los intereses de la guerrilla ni los intereses políticos del gobierno. No se puede ceder y conceder nada que vaya contra la verdad y contra la dignidad de los colombianos. Lo contrario sería defraudar las esperanzas de un pueblo.
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