¡Basta de dar vueltas como ratones para elegir el mal menor!
De Francisco Alvero
EL JUGLAR DE LA LIBERTAD
"Para poder arrancar de cuajo
en Nuestra América morena,
Las raíces de la dependencia
¡De ayer y hoy!
En nuestra Patria y las hermanas
Desde las asechadas México y Nicaragua
A las vertiginosas Uruguay y Paraguay,
La insurrecta Colombia
Y la soberana Venezuela,
Las castigadas Chile y Brasil,
Y ensangrentada Perú,
La dolorosa Bolivia y Ecuador,
¡Hasta cuándo pregunto yo!
¡Ahora es el momento!
¡No hay que dudarlo, no!
Por la Patria y por el Pueblo
Que siempre sufren un horror
Contra la garra imperialista
El voto o la bota
Liberal populista
o neofascista
Asamblea Popular Contituyente
¡Es la solución!"
El sistema está podrido en su conjunto,
Y eso no se resuelve presidenciando
Ni al mejor o al peor
de las y los argentinos.
No se trata de elegir, como siempre
el "mal menor"
porque lo que empieza mal
termina peor.
Hasta que no construyamos
hegemonía popular
La solución desde la política,
no vendrá jamás.
Basta de repetir el esquema de siempre
Asamblea popular Constituyente
Pa' que el pueblo se vea representado
En su esencia dignamente.
Hasta que el pueblo trabajador,
Comience a pesar en las grandes
Decisiones de nuestra nación,
No habrá otro camino que la rebelión.
Tal vez otro 17 de Octubre,
Que no derive en otra simple elección,
Sino, como realmente lo pide y necesita
Nuestra Patria y todo el continente.
Asamblea Popular Constituyente,
Capaz de ampliar la participación
A otros actores no representados
Por los partidos o frentes de hoy.
El país se vistió de Constituyente Social
(FeTERA SEMANAL N° 530 27.10.09).
Como se decidiera en el Primer Encuentro Nacional de Jóvenes realizado en Embalse Río Tercero en agosto pasado, con la participación de 2.500 personas, los jóvenes de todo el país conmemoraron el 23 de octubre el aniversario del Primer Encuentro Nacional hacia la Constituyente Social en la Argentina, realizado el año pasado en Jujuy.
(27/10/2009 - ACTA).
Desde Jujuy hasta Tierra del Fuego las propuestas fueron diversas: “Queremos que toda la zona se contagie de Constituyente”, anticipaba eufórico Rodrigo desde Neuquén. La idea es que “la Constituyente no se diferencie de las luchas de cada lugar. Sobre la base de eso es que va a haber un informe de lo que pasa con la causa Fuentealba, un informe de las comunidades originarias, el conflicto de tierras, etc.”. “Además, queremos darle a conocer a la juventud, que todavía no está en la Constituyente, qué es este espacio y porqué para nosotros es importante”, agregó Emmanuel Guagliardo desde la capital Neuquina.
Como en otros puntos del territorio, los militantes de la Constituyente Social de Misiones, en su mayoría jóvenes de numerosas organizaciones, también cumplieron el objetivo de que el país vea que hay miles de argentinos que "no nos resignamos a que el 60% de nuestros jóvenes vivan en hogares por debajo de la línea de la pobreza, a que los salarios básicos sigan congelados pese al paso de distintos gobiernos hace mas de 17 años, a que el futuro que se les presente sea la humillación de la droga. Nuestro pueblo sigue buscando formas organizativas que nos permitan, en un país rico, vivir con dignidad producto del esfuerzo de nuestro trabajo", expresaron desde el litoral.
Así, los jóvenes elevaron la voz con consignas que van por una Justa distribución de la riqueza, por el Salario universal por hijo, por un Bicentenario sin hambre, por la Nacionalización de los recursos naturales, contra la baja en la edad de imputabilidad, entre otras.
Talleres dictados por compañeros (de murga, instrumentos, salsa, teatro) y juegos para chicos se sumaron a las propuestas.
En Mendoza se optó por una Audiencia Pública contra el Hambre y el Saqueo. En Catamarca el encuentro se realizó en Santa María, “festejando un año de esta convocatoria, y con la esperanza de consolidarnos como hermanos soberanos y latinoamericanos, defendiendo los derechos y soberanías de todos los pueblos de la República Argentina”.
Los festejos continúan hoy en diversas localidades donde realizarán más actividades en el marco de la Constituyente Social.
En el Obelisco porteño
A un año del primer Encuentro Nacional de Jujuy, tuvo lugar en el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires un festival artístico con bandas musicales en el marco de la Campaña Nacional de Difusión de la Constituyente Social. Se trata de una propuesta decidida en el Primer Encuentro Nacional de Jóvenes hacia la Constituyente Social realizado en Embalse Río Tercero en agosto pasado.
Participaron del encuentro militantes de la Juventud de CTA, MTL, Asamblea de Flores, Agrupación 14 Bis, Rebelde Corriente Universitaria, El Andamio, Frente Estudiantil Guevarista, Los Irrompibles, Proyecto Sur, AJEBA, Coordinadora de Jubilados, Asamblea de Flores, Asamblea de Almagro, Nueva Organización Sindical Gastronómica y Bancarios en CTA entre otras organizaciones.
La primera en subir al escenario fue Marisol, una joven militante de 14 años, que participa de la Juventud del MTL, quien afirmó que “los jóvenes no vamos a consentir la baja en la edad de imputabilidad”, porque si el Estado no considera a los jóvenes como capaces de votar y tampoco les da la oportunidad de sindicalizarse, no puede considerarlos punibles, ya que “nos estaría considerando ciudadanos parciales, aumentando nuestra vulnerabilidad cuando supuestamente, somos los pilares de esta sociedad”.
Le siguió Matias, de la Asociación de Empleados del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires (AEJBA), quien se refirió a la libertad sindical al afirmar que “no tenemos personería gremial, lo que nos impide poder sentarnos a discutir convenio colectivo y salarios, restándole legitimidad a las acciones que nosotros realizamos”. Sostuvo que AEJBA forma parte de la Constituyente Social, ampliando y contribuyendo a sostenerla en su carácter de organización representativa de los trabajadores judiciales, quienes son concientes de la necesidad de que exista una justicia para el pueblo: “necesitamos poder participar en la elección de jueces y magistrados formados en el marco de los Derechos Humanos”.
Por su parte, Pablo Kleiman, secretario de la Juventud de CTA Capital Federal, afirmó que las políticas actuales atentan contra el futuro de los jóvenes, y por eso “la Constituyente es un motor de la esperanza”, ya que “viene siendo un espacio de discusión y articulación del campo popular”. A su vez, dijo que “nosotros nos solidarizamos con la Organización Barrial Tupac Amaru que conduce Milagro Sala porque los conocemos, conocemos el trabajo que han realizado”, y manifestó en forma contundente el rechazo hacia las agresiones sufridas por parte del presidente de la UCR, Gerardo Morales y de la prensa de los grandes grupos económicos.
Finalmente, al cierre del festival de bandas, Nicolás y Abel, de la Asamblea de Flores, quienes participan de la Constituyente Social propusieron “afirmar y ampliar las bases de participación para generar mayor conciencia sobre las necesidades básicas de la población de la Ciudad de Buenos Aires como son la salud, la vivienda y el trabajo”.
“En las calles contra el hambre y el saqueo”
En el marco de la Constituyente Social y la Jornada Nacional de lucha definida por el Encuentro Nacional de la Juventud en Embalse, 200 jóvenes de la CTA y otras organizaciones realizaron una fuerte actividad en la Estación de Trenes de La Plata. Hubo batucada, cumbia, rock, una olla popular y liberación de molinetes para que la gente viaje gratis.
“Creemos que es fundamental empezar a juntarnos con otros que no piensan exactamente igual”, resumió Ana, de la Juventud de la CTA platense “para generar un cambio real en nuestro país. Estamos podridos que ver pibes que se cagan de hambre, de ver la situación de los barrios, la situación de la educación, de la salud, la falta de trabajo. La Constituyente Social es una herramienta de cambio. Esta jornada surge recordando que hace un año atrás estábamos en Jujuy expresando la voluntad del cambio, juntarnos y construir en cada lugar del país esa unidad que necesitamos para salir adelante”.
La actividad duró desde las 11 hasta las 16, comenzando con un corte en la calle 1 de La Plata, donde está emplazada la Estación. Después los jóvenes se apostaron en las boleterías y molinetes durante tres horas, impidiéndole a la empresa concesionaria el cobro del pasaje y logrando que la gente viaje gratis, como provisorio resarcimiento del alevoso robo sufrido por todo el pueblo con la privatización y el desguace de ese servicio.
“Teníamos previsto proyectar ‘La última Estación’”, explicó Guido, también de la Juventud, en referencia al documental de Fernando “Pino” Solanas que retrata minuciosamente ese saqueo, “y aunque por problemas técnicos no pudimos, creemos que el mensaje igual fue claro para la gente que pasaba, que mayormente nos alentó y aplaudió ante la medida”.
Precisamente la Juventud de Proyecto Sur - La Plata, espacio referenciado en el cineasta, fue otro de los sectores participantes: “La Constituyente Social es un espacio donde venimos a discutir el modelo de país que queremos”, afirmó Bruno, integrante de esta corriente, “que pensamos y queremos para nuestro futuro. Un espacio para limar pensamientos y construir entre todos”
La Agrupación María Claudia Falcone también dio el presente, y en palabras de César, uno de sus referentes juveniles: “vinimos hoy acá para poner en evidencia la situación del hambre que tenemos y porque queremos consolidar este proyecto que es la Constituyente Social desde estos ejes: recuperación de los recursos naturales, estatización de los trenes y los ferrocarriles, entre otros. La Constituyente”, concluyó, “es el verdadero inicio de un movimiento de Liberación Nacional”.
Durante la Jornada también se instaló una olla popular y tocaron Boom Batuke, la banda de rock “Karma” y el grupo de cumbia “Los Ideales”.
Fuente: Equipo de Comunicación de la Constituyente Social.
También en Constituyente Social
Marchamos el 17 de diciembre/09 en Capital Federal
(FeTERA SEMANAL N° 538 22.12.09). Los compañeros de FeTERA-CTA, formaron parte de los veinte mil compañeros y compañeras que llegaron hasta el Congreso Nacional luego de una recorrida que comenzó desde la mañana en Liniers, para confluir en la presentación de las cuatro campañas públicas hacia una Constituyente Social en la Argentina. En este marco el compañero José Rigane, Secretario General de FeTERA, Luz y Fuerza Mar del Plata y miembro de la Mesa de Conducción de CTA, habló sobre la importancia para el pueblo y para la soberanía del País, de recuperar los recursos naturales estratégicos, ahora en manos de empresas multinacionales.
Soplan vientos de cambio en América Latina y hay que seguir construyendo la unidad latinoamericana
(FeTERA SEMANAL N° 534 25.11.09). La Agencia FeTERA, en el marco del Encuentro de la Constituyente Social, realizado en Neuquén el 21 y 22 de noviembre/09, conversó con la Antropóloga Ana María Larrea*, Subsecretaria de Planificación y Desarrollo del Estado de Ecuador, invitada internacional.
Colectivizando la lucha por la recuperación de los recursos naturales
(FeTERA SEMANAL N° 534 25.11.09). En el Camping de Butaco, de la ciudad de Neuquén, del 21 al 22 de noviembre/09, fuimos parte de los cuatro mil militantes, gremiales, sociales, sindicales, de derechos humanos, distritales, que debatimos en comisiones sobre qué clase de país queremos, cómo lograr una democracia participativa, cómo construir un Movimiento Político Social de Liberación, reforzar las campañas para la recuperación de los recursos naturales estratégicos, la Tarifa Social, la derogación de los Tarifazos, para lograr el blindaje social necesario. Nos encontramos una vez más, dimos un debate profundo y decidimos continuar construyendo pensamiento e iniciativas desde los trabajadores. Entre muchos, compañeros de FeTERA estuvieron presente: La Pampa, Salta, La Plata, Mar del Plata, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mar del Plata, Santa Cruz, Río Negro, Quilmes, Chubut, Córdoba.
(FeTERA SEMANAL N° 534 25.11.09). "El Segundo Encuentro Nacional hacia una Constituyente Social celebrado en Neuquén reunió a más de 4 mil militantes provenientes de todo el país, quienes debatieron los ejes de un nuevo modelo de país y de sociedad. El final fue a toda orquesta con el estadio Ruca Che colmado por seis mil personas que no dejaron de demandar que “queremos un movimiento para la liberación”. Como dijera don Atahualpa Yupanqui: "La flecha vuela en el aire para llenarse de sol"."
La Constituyente Social en Mar del Plata
(FeTERA SEMANAL N° 525 22.09.09). En Mar del Plata, en la sede del Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata, se realizó la reunión de la Constituyente Social. Estuvieron presentes: Víctor De Gennaro Secretario de Relaciones Institucionales de CTA Nacional, Hugo Godoy Sec. Gral. de CTA Provincia de Buenos Aires, José Rigane Sec. Gral de FeTERA y Luz y Fuerza Mar del Plata, la diputada electa por el partido Nuevo Encuentro, Graciela Iturraspe, agrupaciones sociales, sindicales.
(FeTERA SEMANAL N° 525 22.09.09). En la ciudad de Rosario, el 12 de septiembre/09, en el Centro Cultural la Toma, ex supermercado Tigre, se reunieron alrededor de cuatrocientos compañeros, representantes de distintas organizaciones, provenientes de 16 provincias argentinas. El debate fue extenso y valioso, durante ocho horas se escucharon los informes, las acciones y las prioridades aprobadas en las reuniones previas a este Encuentro. En Rosario se confirmaron las decisiones tomadas en Jujuy el año pasado que reclamaban mantener y continuar la lucha por la nacionalización de los recursos naturales (petróleo, gas, minería, agua).
(FeTERA SEMANAL N° 523 10.09.09). El encuentro se desarrollará a partir de las 10 de la mañana del día sábado 12 de septiembre en el Centro Cultural la Toma, ex supermercado Tigre sito en Tucumán 1349, Rosario.
Seguimos Construyendo la Constituyente Social en Argentina
(FeTERA SEMANAL N° 522 01.09.09). "Aprovechamos la oportunidad para invitarlos a visitar el sitio de internet que, tal como se definiera en la reunión nacional de Comunicación del mes de marzo es www.constituyentesocial.org.ar. Allí podrán encontrar una cobertura multimedia de Embalse, como así también la agenda de Asambleas Constituyentes en todo el territorio. Les pedimos que envíen lo que quieran publicar, y aporten sugerencias para la construcción de la comunicación, un elemento fundamental para este camino colectivo."
Encuentro Nacional de Jóvenes en Embalse Rio Tercero - Cordoba
(FeTERA SEMANAL N° 520 18.08.09). "Con la participación de cuatrocientas organizaciones territoriales, sociales y políticas de centroizquierda, la juventud de la Constituyente Social debatió cómo formar un espacio común capaz de encarnar un movimiento político masivo."
"Acabar con el hambre en la Argentina"
(FeTERA SEMANAL N° 518 05.08.09). En el Sindicato de Luz y Fuerza La Pampa, el 2 de agosto/09, tuvo lugar el encuentro por la Constituyente Social Juvenil pampeana. Las prioridades de lucha fueron, entre otras: acabar con el hambre infantil, distribución de la riqueza, recuperación de los recursos naturales, fomentar medio de participación ciudadana juvenil, luchar por más y mejor educación y salud pública.
FeTERA Lucha por la Recuperación de la Energía
FeTERA Internacional
FeTERA Derechos Humanos
FeTERA No al TARIFAZO
Fundamentos
¿Qué es la CONSTITUYENTE SOCIAL en la ARGENTINA?
1ro de agosto de 2012
La Constituyente Social es una iniciativa política asumida por cerca de 1000 experiencias y organizaciones sociales y comunitarias de todo el país, todas ellas con trabajo territorial en 900 municipios de la Argentina. Tuvo su origen en cientos de reuniones y asambleas a lo largo y a lo ancho del país, y surgió con más claridad a partir de sucesivos encuentros en Córdoba (2008), Jujuy (2008), Rosario (2009), Neuquén (2009) y La Plata (2010).
- Compañeros. Por Jorge A. Yáñez
- Octubre de 2008, Encuentro Nacional hacia la Constituyente Social en Jujuy
Consiste en la organización y promoción de un proceso de debate y organización popular que busca alentar una nueva experiencia política y social en nuestro país, que recupere para las mayorías su capacidad de autogobierno en el marco de un proyecto de sociedad justo, equitativo y democrático, con el mayor grado posible de protagonismo y unidad popular, con la representación más amplia de las expresiones organizadas de nuestro Pueblo y en función de las prioridades y acciones que se definan participativamente en Asambleas distritales, regionales y nacionales.
Para realizar este proceso, en el camino hacia la Constituyente Social nos propusimos convocarnos en Asambleas Distritales (municipales), por localidad y por barrio en las que siempre se plantee la reunión de una porción representativa de la población de cada lugar (no menos del 1% del padrón electoral de cada lugar) para discutir tanto los problemas y necesidades del territorio como la articulación de las experiencias populares y solidarias que existan en el lugar (el Mapa del Campo Popular). Este proceso va a desembocar, a nivel nacional, en la Asamblea Constituyente Social, un ámbito deliberativo, resolutivo y organizativo que queremos compartir entre no menos de 40.000 voceros y voceras referentes con mandato y provenientes de las experiencias locales.
Además de los temas surgidos en cada territorio, hemos resuelto, luego de un proceso de dos años de debates, trabajar en función de cuatro Campañas Públicas Nacionales en las que se ha intentado sintetizar las demandas y prioridades que han ido surgiendo en los encuentros; éstas son:
IGUALDAD, Universalidad, distribución de la riqueza y nuevo modelo de desarrollo
SOBERANÍA Nacional y Comunitaria sobre los Recursos Naturales, los Bienes Comunes, el Medio Ambiente y el Habitat
DEMOCRACIA PARTICIPATIVA e Integral, Libertad Sindical y Nueva Institucionalidad y
AMERICA LATINA: Ahora es Cuando
En el proceso hacia nuestra Constituyente Social nos planteamos realizar asambleas en las que participen no menos de 500.000 argentinos y argentinas, de las que puedan surgir organizaciones y acciones que puedan constituir el temario y las resoluciones de la Asamblea Constituyente Social, a mediados del año 2014.
La Constituyente Social no es un partido político, ya que se plantea construir herramientas e iniciativas que puedan convocar a un arco lo más amplio posible de representaciones instituídas de nuestro Pueblo (sociales, gremiales, institucionales, cultuales y también partidarias).
La Constituyente Social no es una “organización” en el sentido estricto de la palabra. Se trata de una iniciativa que, si bien exige planificación y trabajo, más que buscar la creación de una nueva institución formal, intenta desarrollar una política que articule el arco lo más amplio posible de organizaciones ya existentes y experiencias nuevas de poder popular.
En este sentido, puede afirmarse que sólo existe “Constituyente Social” en una localidad, barrio o distrito en el momento en que pudo autoconvocarse la Asamblea en la que efectivamente participen vecinos, vecinas y organizaciones de acuerdo a los contenidos escritos más arriba.
Estas definiciones no son arbitrarias o casuales. Responden a la convicción de que la búsqueda de la unidad popular, es decir, la consecución del valor político dado por el mayor grado posible de cohesión consciente y autónoma al interior de nuestros sectores populares y sus representaciones sociales, institucionales o religiosas, en función de un análisis de la realidad y unas líneas de acción compartidas colectivamente, sólo puede darse si se anima una estrategia que privilegie un proceso abierto y territorializado de debate y construcción popular y se evita deliberada y explícitamente la implementación de metodologías o herramientas que intenten disciplinar o dirigir autoritariamente al conjunto en función de tal o cual “representación” instituída.
La Constituyente Social puede interpretarse como la respuesta consciente más profunda de una parte importante del movimiento popular en la Argentina respecto del desafío planteado en el conjunto de la sociedad en la crisis del 2001. Significa entender colectivamente que aquél “Que se vayan Todos” debe ser respondido con el intento de “Que venga el Pueblo”.
En el proceso hacia la Constituyente Social nos organizamos a través de una amplia coordinación nacional integrada por un conjunto dinámico de seiscientos compañeros y compañeras provenientes de distintas experiencias sociales, sindicales, culturales, partidarias, institucionales, etc. Los espacios públicos fundados en cada lugar del país en función de esta iniciativa son Casas de la Coordinación Nacional hacia la Constituyente Social.
En este sentido, se han constituído equipos de compañeros y compañeras que impulsan las Áreas de Comunicación, Formación y Construcción del Mapa del Campo Popular, que funcionan en la Casa de la Coordinación Nacional hacia la Constituyente Social ubicada en Chacabuco 917, en Ciudad de Buenos Aires.
Lo plurinacional e intercultural en el marco de los desafíos constituyentes en Chile
Varias expresiones sociales y organizaciones de Pueblos Originarios, han venido acuñando desde hace un tiempo el concepto de “Plurinacional”, como una forma de transformar los ejes colonialistas del estado chileno que se ha basado en el etnocentrismo, discriminación, negación y racismo.
Una de las voces en ese sentido, es la de la Comunidad de Historia Mapuche, quien en el marco de la rebelión que se levantó a partir de octubre del 2019, manifestó a través de una declaración pública: “Como pueblo, estamos seguros, queremos construir un nuevo Chile. Para ello es vital abrir caminos para repensar esta tierra que guarda tanta diversidad de pueblos y horizontes, y que entonces nos encontremos en una Asamblea Constituyente Plurinacional, para refundar nuestros vínculos, nuestros anhelos, y construir un país donde la vida digna este al centro de la discusión, donde los territorios puedan concebir y proyectar sus horizontes, donde la naturaleza no sea saqueada y exterminada”.
Claudio Alvarado Linopi, Historiador con estudios de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Miembro del Centro de Estudios e Investigación Mapuche y de la Comunidad de Historia Mapuche. Co locutor del programa radial Wallmapugrama, se ha referido a este entramado de plurinacionalidad, quien expuso en Las Jornadas Culturales de la Escuela Superior Campesina Curaco de Vélez y cuya entrevista en video fue publicada por Radio Minga la que se comparte al final de la nota.
Plurinacionalidad, interculturalidad y derechos colectivos
Tanto la Confederación Mapuche de Neuquén como la Confederación de nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), han venido promoviendo y desarrollando conceptualmente con fuerza desde los años 90, propuestas relativas a lo intercultural como construcción de sociedad, así como de transformación de los sistemas educativos.
El concepto de interculturalidad apunta a describir el ejercicio de interacción y regulación entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone el reconocimiento de derechos de los Pueblos que habitan un mismo territorio, como sujetos de derechos colectivos, para que ninguno se encuentre por encima de otro en condiciones de supremacía y se favorezca el encuentro, el respeto, el diálogo e igualdad.
La interculturalidad surge como una propuesta de descolonialidad y a su vez, como una crítica a la instalación conceptual de “Multiculturalidad” impulsado principalmente desde corrientes occidentales anglosajonas, que ha sido descrito por diversos autores como una “ensaladera”, un “mosaico cultural” o “Un collage de culturas”, entendida como la existencia de diferentes culturas que habitan en un mismo espacio territorial, sin relación entre sí, las que coexisten en posiciones de desigualdad al no estar reguladas, en donde unas culturas se imponen sobre las otras y en condición de asimetrías de tipo social, política, económica y valorica.
Elisa Loncon, magíster, doctora, académica universitaria, lingüista, con especializaciones en educación intercultural desde una perspectiva Mapuche, señala en una publicación del 2016 junto a otras autoras que el contexto asimétrico de carácter histórico está directamente vinculado con la política del estado de negación e invisibilización del otro, que también ha sido identificada como racismo estructural. “Esta compleja relación existente entre los pueblos originarios y el Estado, donde perdura el sistema colonial, hace que la interculturalidad sea difícil de poner en práctica. Por su lado, la política estatal desarrolla programas definidos como interculturales, pero que por sus características, pueden ser catalogados de multiculturalista”.
La profesora y académica, Catherine Walsh, ha señalado en el año 2008 que la interculturalidad aún no existe. Es algo por construir, que va mucho más allá del respeto, la tolerancia y el reconocimiento de la diversidad. Señala y alienta, más bien, un proceso y proyecto social político dirigido a la construcción de sociedades, relaciones y condiciones de vida nuevas y distintas que rompan con el marco uninacional, recalcando lo plural-nacional no como división, sino como estructura más adecuada para unir e integrar.
Como una forma de avanzar en esa igualdad y en la transformación de estados coloniales en la Región, se han levantado propuestas relativas al Plurinacionalismo o plurinacional, que hace referencia a la coexistencia de dos o más pueblos-nacionalidades, asumido y reconocido por algunos estados en su régimen político y constitucional, con situaciones más evidentes en procesos constituyentes de Ecuador y Bolivia. En Perú, «el Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural».
Por su parte, en Europa occidental no existe ningún país en el que su Constitución reconozca explícitamente la plurinacionalidad. Existen eso sí estados federales, como Suiza. La Confederación Suiza, como se la conoce oficialmente, tiene reconocida la diversidad de lenguas en sus territorios y diversidad cultural y social. En Rusia en cambio su constitución hace un reconocimiento a una existencia “MultiNacional”. Por su parte, el 39º Congreso Federal del 2017 del PSOE estableció como propuesta de buscar el reconocimiento de la «plurinacionalidad» dentro del Estado español. En Suecia, la Constitución reconoce a los Samis como pueblo específico, lo cual resulta relevante porque en teoría gozan de derechos políticos.
Una publicación del 2009 denominada “Plurinacionalidad: democracia en la diversidad”, el autor Alberto Acosta, ex presidente de la Asamblea Constituyente en Ecuador plantea: “En una nación como la ecuatoriana, cargada de racismo y con problemas históricos de falta de democracia, la construcción de un Estado plurinacional se convierte no sólo en un reto sino en una necesidad”, entendiendo dicha necesidad de reconocer la existencia de distintas nacionalidades y pueblos dentro de un mismo territorio, rompiendo las características uninacionales y monoculturales.
Otra publicación de Alberto Acosta del 2008 (Buen Vivir, Plurinacionalidad y Derechos de la Naturaleza en el debate constituyente), indica: “La plurinacionalidad exige reformular las relaciones de poder entre Estado y ciudadanas/os -en tanto individuos siempre viviendo en comunidad- para que sean éstos los auténticos poseedores de soberanía. Esto demanda, de entrada, consolidar los Derechos Humanos (individuales y colectivos), enriquecidos con los Derechos de la Naturaleza para construir el Buen Vivir”, quien agrega que la interculturalidad como fundamento de la plurinacionalidad, sintetiza, además, el reconocimiento diario de las diversidades. “Se trata de una vida en común e inclusiva, sin cabida a la exclusión ni la inclusión subordinada”.
Una publicación en Ciper del historiador Mapuche, Fernando Pairican, denominado: “Estado plurinacional: el debate mapuche actual”, destaca: “La vía de la Plurinacionalidad ha sido la formula adoptada por algunos Estados. En Ecuador se definió un <Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico>. En Bolivia se adoptó un <Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías>, que está relacionado con el reconocimiento de la preexistencia de las naciones y pueblos originarios. Francisco Huenchumilla considera este Estado Plurinacional como un paso al reconocimiento de los pueblos originarios como actores y sujetos de derechos colectivos, para ser incorporados en base a una nueva estructura del Estado, a nivel constitucional. La organización del Estado Plurinacional sería la república y se gobernaría de manera descentralizada”.
Se entiende en teoría que la Plurinacionalidad es el reconocimiento explícito de la co existencia de Pueblos – nacionalidades como sujetos de derechos colectivos, permitiendo la igualdad de derechos, justicia y reparación a los pueblos originarios, con una pre existencia en miles de años a los estados, cuyo estándar internacional en derechos colectivos se basan en la autodeterminación como fuente matriz, cuyas conexiones del bloque de derechos colectivos se relacionan con la integridad cultural, derecho al desarrollo propio o bienestar social, garantías de no discriminación y de no repetición, tierras, territorios, medio ambiente y naturaleza, autonomías territoriales y autogobiernos, mecanismos de reparación ante violaciones históricas, entre otros, establecidos en diversos cuerpos normativos como la Declaración de la ONU sobre Los Derechos de los Pueblos Indígenas del 2007, Convenio 169 de la OIT y La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial. Asimismo y de manera transversal, en el Pacto internacional de los Derechos Civiles y Políticos, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, entre otros, que son vinculantes a los estados pero que en el caso de Chile buena parte no están garantizados o no se han querido hacer cumplir.
Parte fundamental de la actual desigualdad y discriminación, se basa en la Constitución Política que actualmente rige en Chile, que fue impuesta en dictadura, hecha para fomentar el saqueo y privatización del País de diversos bienes, servicios y de la naturaleza a favor de grupos económicos, de oligarquías, coartando una serie de derechos de los Pueblos y personas, negando la existencia de pueblos y naciones originarias. Una Constitución democrática basada en derechos, debiera establecer que la soberanía debe recaer en todos los Pueblos que habitan Chile, con un reconocimiento explícito como sujetos de derechos colectivos. No hacerlo, es seguir extendiendo los actos históricos y sistemáticos de violencia, despojos, masacres, discriminación, abuso, arbitrariedad y dominación.
La realidad de Chile debe remontarse a la preexistencia de Pueblos y Nacionalidades originarias en miles a años a la del estado, como es en el caso Aymara, Diaguita, LikanAntai, Quechua, RapaNui, kolla, Chango, Mapuche, Chono, kawésqar, Selknam, Yagan, como también, a la existencia del Pueblo chileno con todas sus descendencias, corrientes migratorias y mestizajes, la que comenzó a conformarse hace poco más de 200 años desde la instalación del estado republicano y que en sus inicios estableció formas de reconocimiento y jurisdicción con el Pueblo Mapuche a través de la carta de Bernardo O”Higgins como Director Supremo de 1819 y el Tratado de Tapihue de 1825 en el gobierno de Ramón Freire, lo que fue abruptamente violado con la invasión bélica estatal con campañas militares de finales del siglo 19 en la denominada “Pacificación de la Araucanía”, que generó masacres y desplazamientos como crímenes de lesa humanidad imponiéndose criterios coloniales, uninacionales, exclusiones y explotación.
Considerando la propuesta fundacional constituyente en Ecuador (truncada por los caudillismos como señala Alberto Acosta), la nueva estructura plurinacional a través de un nuevo régimen político y constitucional, atendiendo a su vez que es una propuesta de descolonización en continúa construcción y transformación del estado, debiera también ir de la mano con formas de reconocimientos de diversidades sociales sectoriales y poblacionales o pluridiversas, atendiendo la igualdad de genero, derechos migratorios, la preexistencia afrodescendiente y la aplicación de mecanismos plenos de inclusión, de justicia y reparación a quienes se les han vulnerado o negado sus derechos humanos.
Entrevista conversación con el historiador Mapuche Claudio Alvarado Lincopi (Publicado por Radio Minga)
Claudio Alvarado Linopi, Historiador con estudios de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Miembro del Centro de Estudios e Investigación Mapuche y de la Comunidad de Historia Mapuche. Co locutor del programa radial Wallmapugrama, se ha referido a este entramado de plurinacionalidad, quien expuso en Las Jornadas Culturales de la Escuela Superior Campesina Curaco de Vélez y cuya entrevista en video ha sido publicada por Radio Minga la que se comparte a continuación:
https://www.facebook.com/radiomingafm/videos/617422089035523/
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La izquierda argentina y la crisis del capitalismo: ¿Es útil la consigna de una Asamblea Constituyente?
La crisis del capitalismo argentino como expresión local de la crisis mundial se expresa actualmente en la crisis irreversible del macrismo. La bomba de tiempo que el gobierno futuro de F y F tendrá entre manos, puede terminar por arrastrar al régimen político de conjunto.
[FUENTE ORIGINAL]
La situación política es extremadamente volátil. El hecho que los partidos centrales del sistema político no puedan asegurar ni garantizar, a pesar de sus esfuerzos, la permanencia de Macri en la casa Rosada hasta diciembre lo deja ampliamente expuesto.
La economía está envuelta en una profunda crisis, la gobernabilidad hace equilibrio entre toda la clase política que quiere sostenerla por diversos motivos y el profundo malestar que anida en los sectores castigados.
La bancarrota del capitalismo argentino es potencialmente la bancarrota del reformismo. Pero esto no está claro aún para las masas que han sido canalizadas, a través de sus organizaciones políticas y sindicales, hacia la vía electoral que a su vez fue utilizada, por los trabajadores, como medio para golpear las políticas de ajuste que los capitalistas vienen descargando sobre la población.
A pesar de que las y los trabajadores protagonizaron innumerables luchas y masivas movilizaciones durante todos estos años de ajuste los dirigentes reformistas consiguieron imponer un impasse relativo y endeble. Sin lugar a dudas el periodo político que se abre representará una escuela política para gran parte de la juventud, los trabajadores y la clase obrera que aún se ven representados por los dirigentes que plantean que hay una salida posible por dentro del mismo capitalismo.
En este contexto sectores de la izquierda argentina han reavivado la consigna de “Asamblea Constituyente (AC)” como ocurre cada vez que se acerca una crisis revolucionaria.
Por un lado, pareciera existir una preocupación por buscar un camino a las masas y su vanguardia pero a su vez esta preocupación se ve negada por la devaluación o degradación del programa revolucionario y las consecuencias políticas que esto acarrea como explicamos en nuestro artículo “En ocasión de la Fracción Publica del Partido Obrero ¡Construyamos un Partido Revolucionario!”
Si bien la consigna es tomada por dirigentes del Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad (FIT-U) de distintos grupos políticos y con enfoques que contienen matices, todos desembocan en el llamado a una Asamblea Constituyente.
Los dirigentes del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) plantean la necesidad de que las masas “procesen una experiencia con los mecanismos de la democracia burguesa”. [1] Por su lado los dirigentes del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) plantean “Fuera el gobierno del ajuste y del FMI” y “por una Asamblea Constituyente, libre y soberana” [2] desviando la responsabilidad de la catástrofe social, económica y política del sistema y los capitalistas para trasladarla a una forma de gobierno. Se deposita así el peso de la crisis no en un sistema sino en una forma de institucionalidad.
Los dirigentes del Partido Obrero Tendencia plantean la Constituyente como un órgano de poder de los trabajadores que asuma funciones de gobierno haciéndose cargo del poder político. [3]
Como vemos, desde estos distintos enfoques, los dirigentes de los grupos políticos que conforman el FIT-U terminan en última instancia convocando nuevamente a elecciones para conformar un parlamento. La lógica de la consigna de AC en manos del FIT-U, es que de alguna manera llevaría a las masas a agotar sus ilusiones democráticas burguesas o a un descrédito de los partidos que se nieguen a tal convocatoria. Son estas ilusiones las que justifican el uso de esta consigna.
Creemos que este debate no es menor ya que la utilidad de las consignas es vital para la construcción del partido revolucionario en sus vínculos con las masas y en un primer momento con su vanguardia.
Desde la Corriente Socialista Militante consideramos que las consignas deben servir para que el movimiento avance paso a paso hacia el objetivo del poder obrero y debe estar planteado sin ambigüedades. Debemos explicar claramente a los trabajadores que para resolver sus postraciones históricas es necesario que tomen el poder en sus manos.
Como plantea León Trotsky en el Programa de Transición “es necesario ayudar a las masas en el proceso de la lucha cotidiana, a encontrar el puente entre sus reivindicaciones actuales y el programa socialista de la revolución” tal es el papel que deben jugar nuestras consignas. ¿Pero esto implica agitar una AC?
Una Asamblea Constituyente no es ni más ni menos que un parlamento democrático burgués que tiene la facultad de reorganizar el Estado al reformar su Constitución vigente.
Es decir que con la consigna de AC estamos planteando a las masas y a su vanguardia que hay que agitar un llamado a elecciones nuevamente. Pero la cuestión es que las masas acaban de votar y votaran nuevamente en octubre con la expectativa de que comiencen a solucionarse sus problemas. A esto se suma que en la lógica electoral actual de nuestro país, se vota cada dos años.
¿Para qué necesitamos una nueva asamblea, una nueva elección?, se dirán. Esta consigna no puede conectar con ningún sector de la clase. Se mirarán unos a otros y se encogerán de hombros al leerla.
Incluso el fundamento de que esta Asamblea Constituyente sea convocada por el pueblo en lucha al calor de una agudización de las contradicciones de clase, en el próximo periodo, transformado a la asamblea en un órgano de poder obrero se torna abstracta y confusa ya que se plantea una cosa y la otra. Se debe agitar en la actualidad por esos organismos de poder obrero, como la única posibilidad cierta de transformar la realidad de manera radical. Ya que lo que se está agitando es una nueva elección parlamentaria que no tendría resultados muy distintos a las recientes. Lo que deja en evidencia el mal uso de una consigna.
Si existe la posibilidad de empujar para una Asamblea Constituyente ¿porque no utilizar esa fuerza de las masas para desarrollar las asambleas populares, las coordinadoras fabriles o las organizaciones de las masas que vayan construyendo al calor de la lucha de clases?
Lo que debemos agitar desde la izquierda son consignas por el poder obrero, por la creación de organismos de poder en los barrios, fábricas, empresas, escuelas y universidades que se propongan tomar en sus manos la resolución de los problemas sociales y económicos. Como explicamos anteriormente: “La próxima etapa debe consistir en sistematizar la agitación, la propaganda y organización en las asambleas de base alrededor de la necesidad de la huelga general y un plan de lucha que nos saque de la crisis. Debemos establecer con decisión y claridad, el programa reivindicativo con las tareas de poner en pie un gobierno propio. Debe ser la manera de ayudar a las masas a que procesen la experiencia con los dirigentes políticos como Fernández y Fernández. Se trata de reatar la experiencia asamblearia de 2001 a un nivel superior”
Una consigna que no conecta con el contexto histórico y no juega el papel de empujar al movimiento hacia adelante no sirve de nada. Es por eso que consideramos un error político que la agitación pase por la consigna de AC. Nuestras consignas deben llamar a organizar una institucionalidad nueva derrocando a las viejas instituciones, con la autoorganización popular.
Todas las justificaciones teóricas y citas que busquen apuntalar la necesidad de un llamado a una AC son inadecuadas ya que extrapolan situaciones que son totalmente diferentes y no corresponden a la coyuntura actual de nuestro país. La consigna por una Asamblea Constituyente solo puede conectar en un país de carácter semi colonial o en un país donde no existe la democracia formal. Argentina no es la Rusia de 1917, ni la China semicolonial de los años 30 o la España de 1930-31 donde la consigna fue utilizada correctamente.
Entonces nos preguntamos ¿Qué necesidad hay entonces de agitar por la Asamblea Constituyente que solo llevaría confusión a las masas? Ninguna. Lo dijimos durante el debate abierto post argentinazo y lo volvemos a repetir ahora.
Observando las publicaciones de los dirigentes de estos grupos vemos como se enredan en posiciones políticas que solo aportan más confusión a la base. Y este error se ve ampliado cuando se constata que los grupos relevantes de la izquierda no solo mantienen esta consigna, como parte de su agitación, sino que le están dando el protagonismo central en toda su propaganda.
Hay quienes le agregan el término de “revolucionaria” seguido al de Asamblea Constituyente, otros dicen que esta debe ser “libre y soberana” “para que el pueblo decida todo” y que la misma “toma el lugar del poder legislativo, y toma el lugar del ejecutivo poniendo bajo su control al poder judicial” exigiendo también a esta asamblea “que se haga cargo del poder político”.
Lo que se debe comprender es que por más que le agreguen palabras, funciones y poderes extras a esta asamblea, la misma no es más que un régimen parlamentario. La solución no es la introducción de una nueva forma de democracia burguesa, sino la eliminación radical del capitalismo, la toma del poder por parte de los trabajadores. Pero esto es algo muy distinto a una Asamblea Constituyente.
Ya mencionamos la manera en que estos dirigentes justifican su posición en general planteando que las masas todavía no han agotado sus ilusiones democráticas y esto probaría el llamado a unas nuevas elecciones constituyentes que en base a esas supuestas ilusiones democráticas conectarían con los sectores más avanzados de las masas. Llegando incluso a plantear que “Si la dinámica de la crisis obligara al poder político a convocar una Asamblea Constituyente, esta funcionaría como una enorme tribuna ante los ojos de millones.”[4] ¿Acaso desde 1983 a esta parte nos son varias generaciones que vienen transitando una experiencia con la democracia y las instituciones parlamentarias?
Incluso si la consigna estuviese determinada por las ilusiones democráticas de los trabajadores deberíamos utilizar la misma en los países imperialistas donde las ilusiones en la democracia están más arraigadas. Pero a nadie se le ocurriría convocar una asamblea constituyente en un país donde los pilares democráticos están resueltos formalmente. ¿Cuáles son las diferencias entre nuestra democracia con las europeas para sostener en estas latitudes la consigna de Asamblea Constituyente y en la democracia europea no? ¿Acaso no hay democracia fraudulenta de un lado y del otro del océano?
Lo que están diciendo estos dirigentes es que las masas deben pasar por la experiencia de una Asamblea Constituyente para que se den cuenta que la auténtica solución está en un gobierno de los trabajadores. Lo que implica llamar a la clase trabajadora a orientarse hacia una AC, para que luego estos mismos trabajadores clamen por un gobierno obrero, luego de fracasar con la Asamblea Constituyente ¡que los mismos partidos de izquierda llamaron a votar!
Desde nuestra tendencia política somos conscientes que todavía no están dadas las condiciones subjetivas para un gobierno de los trabajadores, porque aún las fuerzas revolucionarias no han logrado ganar a la mayoría decisiva de la clase obrera y los trabajadores al programa de la revolución. Pero esto no significa que debamos buscar atajos con consignas que no tienen viabilidad como la de “Asamblea Constituyente” sea esta soberana, libre o revolucionaria. Tenemos que ser claros con los trabajadores y la juventud y explicar que solo con el Socialismo, cuando sean los mismos trabajadores los que dirijan todos los aspectos de la vida social, económica y política del país, podremos alcanzar un régimen con el más alto grado de democracia.
Debemos explicar pacientemente y utilizar nuestras consignas con el objetivo de ganar a la mayoría de la vanguardia y los trabajadores. Estas deben estar planteadas sin ambigüedades y deben estar estrechamente vinculadas con la idea del poder obrero. Rechazamos las ideas de los dirigentes que toman la AC como sustituto de poder obrero pensando que esta será una píldora más fácil de tragar para la clase trabajadora.
Entendemos que las consignas transitorias son importantes para movilizar a las masas. Pero estas consignas transitorias deben vincular la resolución de las necesidades más apremiantes de la clase trabajadora con la toma del poder en sus propias manos. En palabras de Trotsky: “Es necesario ayudar a las masas, en el proceso de la lucha cotidiana, a encontrar el puente entre sus reivindicaciones actuales y el programa socialista de la revolución. Este puente debe contener un sistema de reivindicaciones transitorias, que partan de las condiciones actuales y de la actual conciencia de amplias capas de la clase obrera y conduzcan invariablemente a un solo resultado final: la conquista del poder por el proletariado" (Programa de Transición, León Trotsky, negritas nuestras)
La situación que se abre en el país es excepcional, octubre se encuentra cerca pero también muy lejos. La crisis del régimen político de conjunto se verá agravada con la profundización de la crisis mundial. Ninguna de las diferentes ofertas electorales capitalistas tienen un plan claro para salir de la crisis sin que eso implique un ajuste por abajo en mayor o menor medida.
El nuevo Contrato Social de Fernández y Fernández, en el caso que ganen, retardará un tiempo más o menos corto las contradicciones sociales y los enfrentamientos que inevitablemente llegaran.
Nos encontramos en un impase en la situación política en Argentina, pero el mismo no durara mucho tiempo, los trabajadores aprenden con sus cuerpos y sus cabezas, aprenden de sus derrotas y sus experiencias. Pero todo indica como pasa en el resto del mundo, que estamos en presencia de una agudización de la lucha de clases, en una posible edición de otro 2001 en Argentina en un futuro no tan lejano Se trata entonces, de que la historia no se repita esta vez de la misma manera que en 2001 y tropezar con los mismos errores.
La orientación de las masas va a estar determinada por las condiciones objetivas del capitalismo argentino en crisis inserto en la crisis mundial y en segundo lugar por la política de contención del Frente de Todos. Pero entre estos factores el decisivo será el primero, ya que los diques de contención no pueden durar por siempre. La rueda de la historia es mucho más poderosa que cualquier aparato reformista.
Por lo tanto, la tarea que se abre para los revolucionarios y para todos aquellos que buscan cambiar el orden de las cosas de raíz, es la de apuntalar este proceso de radicalización de las masas para conectar con los sectores más avanzados y decididos en la perspectiva de construir un partido revolucionario capaz de llegar a sectores más amplios de las masas en lucha.
En 2001, ante el hartazgo del ajuste sin fin de los capitalistas los sectores más explotados y oprimidos de nuestra sociedad ganaron las calles intentando tomar la historia en sus propias manos. Insurrección que fue conocida en el mundo como el Argentinazo. En el curso de la lucha las masas no se organizaron para pedir elecciones constituyentes, sino que se dieron a la creación de Asambleas Populares locales que representaban de forma embrionaria un nuevo poder por fuera de la institucionalidad del Estado burgués. Y esta es una gran lección que no podemos olvidar.
La separación política entre los representantes del capital y las grandes masas no va a estar mediada por una asamblea en el marco de la democracia burguesa sino por recorrer su propia experiencia al calor de la lucha. Es la defensa firme y sin ambigüedades del programa revolucionario, junto con la política de Frente Único la que permitirá a la izquierda colaborar en ese proceso y ganar autoridad.
Se trata de acompañar las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores como salarios, desempleo, libertades democráticas, alimentación, salud etc. pero apuntando a la conquista del poder y la eliminación de lo que es la única causa de la opresión: el sistema capitalista.
Sin lugar a dudas la militancia de base del FIT-U ha jugado un extraordinario papel en estos años siendo parte y empujando las luchas de los trabajadores y los sectores populares, y tienen un gran papel por jugar en los hechos por venir. Ante la situación que se abre cada vez serán escuchados por más trabajadores, pero esto también será a condición de ser capaces de torcer la política equivocada que hoy le vienen imprimiendo los dirigentes principales a los distintos grupos que conforman el Frente de Izquierda-Unidad.
El fermento político que estremece al mundo entero hasta sus cimientos es el síntoma de una crisis mucho más profunda. Más temprano que tarde las masas comprenderán que no es solo la crisis del neoliberalismo, que es solo una forma particular de capitalismo, sino una crisis terminal del mismo sistema capitalista. Una nueva oportunidad se abre, no podemos dejarla pasar. En ello nos va la vida.
Invitamos a todas y todos aquellos compañeros y compañeras, que quieran defender estas ideas en Argentina, a sumarse a esta construcción colectiva. Como Sección de la Corriente Marxista Internacional nos encontramos desarrollando un trabajo político en 50 países de los 5 continentes en la perspectiva de poner en pie una herramienta de liberación para los trabajadores del mundo. Súmate a luchar por la Revolución. Socialismo o barbarie.
[1]La izquierda ante la crisis: parlamentarismo revolucionario y asamblea constituyente
[2]Para que el pueblo decida todo. Asamblea Constituyente libre y soberana
[3] Altamira Responde: ¿En que consiste la asamblea constituyente que proponen y como se desarrollaría?
Argentina: Asamblea Constituyente, Izquierda Socialista (UIT-CI) abandona el programa de transición
En una nota publicada en su web, Izquierda Socialista (IS) polemiza con nuestro partido alrededor del uso de la consigna de Asamblea Constituyente (AC) 1. Dicho texto introduce confusiones, porque amalgama posiciones del MST con las del PTS y tergiversa la formulación de nuestra política. Asimismo plantea una caracterización de la coyuntura estática y fuera de la realidad y una política que abandona el método del programa de transición.
¿Nada cambió? No hay peor ciego que el que no quiere ver
IS niega no solo la magnitud del cambio que se produjo en el gobierno, sino el cambio mismo. Increíblemente su autor se pregunta (literalmente) : “¿Cuál sería el cambio?”. Ignora que en pocos días se pasó de exigirle al presidente que “use la lapicera” a su virtual desplazamiento del podio de decisiones y a la asunción de Massa concentrando los principales resortes del Gabinete.
El centro de la escena pasó a ocuparlo el “superministro”. Los analistas, la prensa, la calle… todos hablan de un evidente cambio en las relaciones de fuerza al interior del frente de gobierno. Se trata de un cambio de calidad.
IS, con un análisis estático y no marxista se vuelve a preguntar “¿Acaso… no es el mismo que vino gobernando desde el 2019?”. No vamos a hacer una discusión abogadil de categorías; es evidente que hubo un cambio y de calidad, un cambio en el gobierno que toca sutilmente también al régimen, un giro a la derecha con el aval de todo el arco gobernante. El ala del Frente Renovador, ligado a la embajada yanqui, pasó a concentrar los principales eslabones de poder y no viene a “aplicar el mismo ajuste” como dice IS. Significa un intento de configurar un dispositivo más sólido de gobierno que pueda aplicar un ajuste mayor: el que exigen el FMI y la burguesía. El plan Massa no es más de lo mismo; es una profundización evidente del ajuste. 2 3 4
El “buen uso” de Asamblea Constituyente: una consigna de transición
IS tergiversa los hechos cuando dice que nosotros levantamos la consigna de AC como centro para responder a la asunción de Massa, porque la colocamos en la tapa del AS Nro. 811. Veamos:
- Primero, empezamos a agitar la necesidad de la Constituyente antes que Massa asuma; lo hicimos correctamente ante la aceleración de una crisis política y económica con corrida cambiaria, desborde inflacionario y una sensación de vacío de gobierno evidente que puso en jaque a toda la superestructura de poder y se llevó puesta a una nueva ministra de Economía en menos de un mes. Aceleración que obligó a una ingeniería profunda para tratar de salvar la gobernabilidad.
- Segundo, Asamblea Constituyente no fue “el centro” de nuestra política, sino parte de un sistema de consignas que incluía Así no va más, Que se vayan Todos, Preparemos un nuevo Argentinazo (1 página), Plan obrero y popular (2 páginas), Que el pueblo decida todo, Asamblea Constituyente (1 página) y Gobierno de los trabajadores y la izquierda (2 páginas). Parece que el escriba de la nota se quedó en la tapa y no leyó el contenido del AS Nro. 811. Asamblea Constituyente está colocada como consigna contra el régimen y no como eje o consigna de poder en el programa que levantamos frente a esta crisis. 5 6
- Tercero, detrás de este debate surge la realidad: que IS enterró esta consigna, que estuvo completamente ausente en su respuesta a tamaño descalabro nacional. Una consigna que es parte del programa de transición, que se torna fundamental cuando hay cambios bruscos y las crisis se aceleran. Y sobre todo cuando desde el régimen se pergeñan salidas más antidemocráticas a las cuales hay que responder desde una posición revolucionaria.
¿Acaso no es cierto que ante el salto en la crisis con la renuncia de Guzmán comenzó a funcionar una suerte de triunvirato, se convocó a la oposición burguesa y se barajaron salidas para apuntalar la gobernabilidad, incluyendo hasta elecciones anticipadas? Es correcto apelar a esta consigna “la más democrática dentro del régimen democrático burgués” pero que adquiere carácter transicional en las crisis y dentro de un sistema de consignas.
Asamblea Constituyente es una consigna que cobra mayor actualidad frente al curso antidemocrático que están adquiriendo los regímenes democrático burgueses, en crisis en esta fase de decadencia del capitalismo. En este caso, la designación de una suerte de primer ministro que mandó a un segundo plano al presidente, incluso pasó por encima y desconoció los mecanismos vigentes en el actual régimen presidencialista establecido. Y fue resuelta entre cuatro paredes por un puñado de dirigentes. Por eso una política correcta comienza por denunciar y desenmascarar ese carácter antidemocrático y plantear una salida más democrática como la Constituyente.
Como planteó Trotsky 7, se trata de una política por excelencia para los países semicoloniales donde las consignas democráticas tienen un peso clave. Siendo ideal como puente hacia los sectores medios frente a las ilusiones de las masas que, pese a lo que le pese a IS, siguen debilitadas pero siguen existiendo y hay que disputar. Es una excelente consigna para movilizar que, pese a su origen democrático burgués, si es tomada por las masas en la movilización puede tener consecuencias muy distintas a su carácter inicial. Siempre lo entendimos así. Una consigna para oponer a las tropelías de la burguesía, para desenmascarar el carácter antidemocrático de los gobiernos y sus regímenes que deciden a espaldas del pueblo y para la unidad con las capas medias. 8
Y siempre la articulamos con el reclamo del plan obrero y popular y la subordinamos a la consigna de poder, como bien lo consignamos en nuestras publicaciones. Para que se vote en ella el aumento de salarios actualizados automáticamente por inflación, el no pago de la deuda, el reparto de las horas de trabajo, la nacionalización de la banca y el comercio exterior, la reforma agraria y la expropiación de las corporaciones y monopolios. Pero también las tareas políticas para democratizar las decisiones, como la disolución del Senado aristocrático y su reemplazo por una asamblea legislativa elegida por distrito único, elección de los jueces por el voto popular, entre otras tantas medidas.
Siendo una consigna fundamental, nunca será la esencial, el eje del programa. Este, tal como planteamos nosotros, debe ser el gobierno obrero y popular, que formulamos en esta ocasión también como “de los trabajadores y la izquierda”.
Izquierda Socialista abandona toda una tradición de nuestra corriente morenista respecto del uso de la consigna de Constituyente libre y soberana. No del “mal uso” que se hizo en los años noventa y que seguramente quienes pergeñaron esta nota tendrán más que presente.
Nosotros reivindicamos el planteo de Moreno que fue claro cuando vaticinó que la AC era uno de los tres carriles por donde transcurriría la revolución, junto con el no pago de la deuda y la pelea por el castigo a los genocidas, tres consignas de transición fundamentales para la etapa. “(…) tres poderosísimas palancas para la movilización revolucionaria de las masas hacia el triunfo de la revolución socialista”. 9
Sin dudas la Asamblea Constituyente está en debate y presente en las crisis y procesos latinoamericanos, como recientemente sucedió en Chile y en Perú. Más allá de sus limitaciones o de cómo se terminó dando en esos procesos por el problema de la dirección, nosotros levantamos la lucha por una Constituyente Libre y soberana.
Propagandismo y economicismo versus política revolucionaria
Sin embargo Izquierda Socialista, haciendo gala de un escepticismo a ultranza que no le permite ver los cambios groseros de la realidad, también opina a priori que si se diera una Constituyente la izquierda será una pequeña minoría y no puede hacer nada. Increíble. Otra vez una postura anti dialéctica y lejos de lo que sostuvimos históricamente con Moreno. Con ese criterio tampoco reclamemos el paro general a la burocracia.
Cada consigna debe ser analizada en el contexto y su peso relativo cambia acorde a la realidad de la lucha de clases. Izquierda Socialista nos propone que dejemos de lado el método del programa de transición, limitarnos a hacer propaganda por el socialismo. Y para la agitación y la acción tener una política sindicalera y economicista como la suya, ya que su salida “obrera y popular” se reduce a reclamar paro y plan de lucha. De la salida política, nada.
El colmo de este propagandismo economicista: para IS la “salida obrera y socialista” solo se reduce a solicitarle casi acríticamente a la burocracia un paro nacional, que es un saludo a la bandera.
La frutilla del postre está en el cierre de la nota. Vuelven a mentir alrededor de la falacia que nuestro centro es la Constituyente, y el de ellos es fortalecer al FIT-U y llamar a marchar con el Sindicalismo Combativo a Plaza de Mayo el 17. Francamente fellinesco, porque hasta el día de hoy IS estuvo en contra de una marcha alternativa, tanto en la mesa del FIT Unidad como en la del Plenario del Sindicalismo Combativo. Su política, la de marchar a la zaga de la CGT traidora quedó en absoluta minoría y los obligó a recular. 10 11
Las polémicas deben ser serias. Deben partir de la realidad pero, sobre todo, ser honestas.
1 Debate con PTS y MST / ¿Ante la crisis del gobierno la salida pasa por ir a votar en una Asamblea Constituyente? (izquierdasocialista.org.ar)
2 Massa: cambio en el gobierno o cambio de gobierno – Las noticias más importantes de Corrientes (diarioellibertador.com.ar)
3 Asume Sergio Massa: el rol del «Primer Ministro» y la etapa de una nueva gestión | BAE Negocios
4 Dúo de poder. Nueva era entre Cristina y Massa: un pacto de discreción para la toma de decisiones – La Nación
5 Que el pueblo decida todo. Asamblea Constituyente libre y soberana – Periodismo de Izquierda
6 El capitalismo no va más. Un gobierno de la izquierda y la clase trabajadora – Periodismo de Izquierda
7 León Trotsky, El programa de transición. La agonía del capitalismo y las tareas de la IV Internacional
8 Nahuel Moreno. Actualización del Programa de Transición
9 Nahuel Moreno. 1982. Empieza la revolución.
10 17 de agosto. No vayas a la marcha trucha de la CGT – Periodismo de Izquierda
El por qué la «Convención Constitucional» NO es lo mismo que una Asamblea Constituyente soberana
Las ideas de «Constitución» y «Asamblea Constituyente» tiene su origen en los inicios de la modernidad y las revoluciones políticas que le dieron impulso a nuestra era, y estuvieron vinculadas desde su origen, con el anhelo de los pueblos por ejercer su voluntad y poder de «constituir» de manera soberana los pilares políticos y jurídicos de sus respectivas sociedades. En esa trayectoria, centrales fueron los procesos de la Revolución Inglesa, la Revolución independentista estadounidense, y la Revolución Francesa. Fue en el marco de esta última donde se sistematizaron las ideas señaladas, y a partir de entonces se delinean muchos de los términos y prácticas que configurarán el desarrollo histórico y el pensamiento político desde entonces (Más en extenso esto, en «Reseña histórica a las ideas y prácticas de Constitución y Democracia hasta mediados de la Modernidad«).
Así, los conceptos empleados en debates como el actual en Chile no son casuales y se condicen con controversias y disputas que se han dado en innumerables procesos históricos con anterioridad. Al contrario de lo que han planteado algunas dirigencias políticas y posturas defensoras de los términos del llamado «Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución» y de la propuesta de Reforma Constitucional elaborada por la Comisión Técnica derivada de aquél, este tema no es sólo una cuestión nominal o semántica. En otras palabras, esto no es sólo una cuestión del «nombre» de la instancia de elaboración constitucional, pues la diferencia se expresa en el conjunto de las regulaciones que vienen delineando la regulación de ésta.
Partamos por lo más general. Como bien han señalado muchas propuestas intelectuales contemporáneas, «el lenguaje contribuye a crear realidad». Es decir, entre otras cosas, el uso de una u otra palabra condiciona ciertas representaciones e ideas. Y no es casual el que sea el concepto de «asamblea constituyente» la que alude de mejor forma a lo que exigen los pueblos cuando un régimen político, social y económico entra en decadencia, ilegitimidad, ineficacia y crisis: la «asamblea» evoca la idea de algo abierto, participativo, horizontal, «en círculo». A diferencia, la idea de «convención» se asocia a la representación en un espacio más cerrado, donde sólo entran quienes están facultados para ello.
Pero más sustantivo que aquello, es la diferencia entre lo «constituyente» y lo «constitucional» tras el nombre de «asamblea» o «convención», pues es cierto que el concepto de «Convención Constituyente» se ha utilizado en procesos de cambio constitucional de manera análoga a la de «Asamblea Constituyente». Pero tanto el documento firmado por los 11 partidos, como la propuesta de Reforma Constitucional elaborada por la Comisión Técnica, no hablan de «Convención Constituyente», si no que de «Convención Constitucional».
¿Qué implica aquella referencia a una «Convención Constitucional» en vez de «Constituyente»? Pues dice relación con el carácter, las facultades, y margen de acción de la instancia de elaboración del nuevo texto constitucional. El negarle el carácter de «constituyente», implica de por sí una rebaja en cuanto a los márgenes de acción y soberanía de la convención o asamblea. Es, en la terminología de la teoría jurídica constitucional, una referencia a una asamblea o convención con un «poder derivado», es decir sujeto a los poderes constituidos y por tanto «derivada» de aquellos, y controlada, por tanto, por las autoridades y representantes del régimen que se intenta superar. En los términos de la teoría constitucional, tal cosa se opone a la idea de un «poder constituyente originario», es decir, un poder que, en un principio, no está limitado por las normas previas.
Los orígenes de esta concepción del poder constituyente tuvieron su primera sistematización en la Revolución Francesa, donde una cuestión central de disputa fue la de la posibilidad del poder de control y veto por parte del Rey (es decir, el poder constituido) frente al poder de la Asamblea Nacional Constituyente (Ver «Las ideas de «derecha» e «izquierda» política, la Revolución Francesa, y la revuelta popular en Chile«). Tal disputa se dará en todos y cada uno de los procesos constituyentes, y es una de las características, más allá de su singularidad única e irrepetible, de todo proceso de reemplazo de una Constitución por otra.
Pero en el transcurso histórico, hasta el día de hoy, se han sucedido varios fenómenos que han modificado en alguna manera tal concepción. Lo primero, es que, en general, ya no se trata de procesos constituyentes que se impulsan para constituir un nuevo Estado, si no que para transformar o refundar uno existente. Eso pone, por cierto, varias limitaciones fácticas y jurídicas al poder constituyente «originario», como la legislación previa que no necesariamente se entiende derogada por la entrada en vigencia de la nueva Constitución. Cuando hay normas que entran en contradicción entre el nuevo texto constitucional, y una ley y cualquier otra norma previa, se genera una «derogación tácita» o una «inconstitucionalidad sobreviniente» de éstas últimas, acorde al principio de supremacía constitucional, es decir, la consideración de que la Constitución prevalece frente a toda otra norma interna que entre en contradicción con ella. Pero en todo lo que no entre en directa contradicción o «antinomia» normativa, las normas previas mantienen su vigencia. Y más allá de eso, el entramado de poderes y prácticas institucionalizadas, pone ciertas condiciones al ejercicio del poder constituyente.
Más claro que lo anterior aún, son los condicionamientos que pone al poder constituyente la amplísima dimensión del Derecho Internacional, que para la época de las revoluciones del inicio de la modernidad era prácticamente inexistente. Este ámbito, consta tanto de convenciones internacionales o tratados multilaterales, como de tratados bilaterales, tanto en materias económicas como de derechos humanos. Tales regulaciones ponen, también, limitaciones jurídicas y fácticas para el ejercicio del poder constituyente, a la hora de elaborar una nueva Constitución.
Un tercer elemento es pertinente de señalar, y dice relación con el constitucionalismo más contemporáneo surgido en las últimas décadas, y en particular, en nuestro continente. Pues es una tendencia creciente, el establecer vías y formas de convocatoria a una Asamblea Constituyente, en el propio articulado de un texto constitucional. Así, se estableció, para citar ejemplos referenciales, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, en la de la República de Ecuador de 2008 (Ver «Algunas claves para entender la revuelta popular e indígena contra el paquetazo neoliberal de Lenin Moreno en Ecuador«), y del Estado Plutinacional de Bolivia del 2009. En este último caso, de hecho, la Asamblea Constituyente se convocó por el Gobierno del Presidente Evo Morales, utilizando la normativa constitucional que, desde el año 2004, regulaba las formas de convocatoria a ésta en varias materias, entre ellas, en sus quórums de funcionamiento y aprobación de normas, o la forma de ratificación (Ver «Los dos tercios en la Constituyente de Bolivia: Un argumento en contra del «Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución»«, y más en extenso, «Claves para entender la Bolivia actual. Historia, Proceso Constituyente, y la Constitución del Estado Plurinacional de 2009«.
De todo lo señalado resulta una modificación significativa a la teoría clásica del poder constituyente, en la que se consideraba a éste como una cuestión necesariamente «ilimitada» y «originaria», en el sentido de no estar supeditada o sujeta a norma previa alguna. Hoy en día, a partir de lo señalado, puede afirmarse que la generalidad de los procesos constituyentes contienen sin duda limitaciones jurídicas y fácticas que lo determinan y condicionan. Y que, además, la mayoría de los más recientes procesos de cambio y reemplazo constitucional se han abierto paso con una mezcla de ruptura y continuidad, donde en algunos casos predomina uno de los dos elementos, y en otros, el otro. Y lo anterior se expresa, en específico, en las normas de habilitación de la convocatoria a la asamblea o convención «constituyente» o «constitucional», es decir, en aquellas normas que actúan como «puente» entre el régimen constitucional que se intenta superar y reemplazar, y el nuevo que se intenta fundar o refundar.
Si dichas normas de habilitación de la Convención o Asamblea configuran un control más o menos extenso desde los poderes constituidos hacia la instancia constituyente, depende, por cierto, de las correlaciones de fuerza que se expresan en el proceso, como asimismo, de la voluntad y claridad política de los actores con vocación constituyente en el sentido de impugnar y lograr superar los obstáculos y limitaciones que se le ponen en el camino. Los actores políticos y sociales de mayor vocación transformadora y refundacional, tienen, por aquello, como una tarea principal en el marco del proceso constituyente, la de lograr impugnar y superar tales trabas y obstáculos, logrando que las normas o decisiones de habilitación de la Asamblea o Convención Constituyente, sean sólo las mínimas y básicas para legitimarla institucionalmente, dejando el más amplio margen de acción para emprender la tarea de transformación y refundación que es necesaria para dar una salida efectiva, democrática y con protagonismo popular, a la crisis desatada del régimen previo.
Dicho de otro modo: en el mundo actual, la ruptura del hilo constitucional prácticamente nunca es total y absoluto (por las condicionantes antes expuestas), pero, también, como contrapartida, debe existir una ruptura, de mayor o menor grado, pues de lo contrario, sólo se trataría de una Reforma Constitucional, y no de una Nueva Constitución. Y las fuerzas sociales y políticas tienen como tarea central el que tal ruptura sea conducida y procesada por una instancia de elaboración constitucional que contenga las características de soberanía, democracia, y protagonismo popular.
Con consideración de todo aquello, la referencia a que la Convención sea «Constitucional» y no «Constituyente», da cuentas, además de lo meramente nominal, que en el actual proceso chileno, las fuerzas y dirigencias políticas que intentan controlar y contener la fuerza constituyente desplegada por el pueblo chileno desde el viernes 18 de octubre, pretenden, para ello, de que el proceso de elaboración constitucional sea más continuismo que ruptura, más propio de un «transformismo» constitucional que no altere ni modifique los pilares jurídicos y políticos que constituyen el entramado normativo del modelo neoliberal en Chile, que un proceso refundacional y democrático con protagonismo popular.
Yendo más allá de lo nominativo, reseñar algunas de esas características: El quórum de dos tercios para la aprobación del texto por parte de la Convención Constitucional, que le otorga un poder de veto a los sectores conservadores que se oponen a toda modificación sustantiva de los pilares del modelo (artículo 133 inciso 3° de la propuesta de Reforma Constitucional de la Comisión Técnica, en adelante); las normas de limitación de los contenidos del debate y elaboración constitucional que establece el artículo 135 de la propuesta de la Comisión Técnica, que, en lo más grave, señala la obligación de respetar los tratados internacionales vigentes en Chile, dentro de los cuales se encuentra buena parte del entramado jurídico que configura el modelo económico neoliberal chileno (tratados de libre comercio, acuerdos comerciales y de proteccióon a la inversión extranjera bilaterales o multilaterales); la existencia de una norma que limita el poder de la Convención Constitucional (artículo 135 incisos 1° y 3° de la propuesta de la Comisión Técnica), sin expresión alguna de alguna limmitante para los poderes constituidos en el intertanto de funcionamiento de la instancia de elaboración del nuevo texto constitucional, lo cual abre la posibilidad de dictar «normas de amarre» por parte de los poderes constituidos, que vulnere sustancialmente el margen de acción de la Convención Constitucional y de los gobiernos posteriores (como sería, para citar un ejemplo nada de hipotético, del término del proceso de aprobación del tratado TPP-11 cuya votación en el Senado ha sido varias veces suspendida el último rato); o la omisión de mecanismos de apertura y reconocimiento de la participación ciudadana directa en el marco de la deliberación de la Convención (como ha ocurrido en numerosos procesos constituyentes recientes en nuestra América y el Mundo); o la inexistencia de modificaciones significativas en el sistema electoral para votar en las elecciones de la eventual Convención Constitucional, tanto para la igualación de las condiciones para las candidaturas independientes, como en el padrón electoral, en cuanto a la participación de las y los menores de edad, compatriotas en el extenjero, población carcelaria, y población inmigrante (para más en extenso, ver «La revuelta popular Constituyente frente al intento de los poderes constituidos por contenerla y controlarla«).
Todas esas condiciones configuran un proceso donde la fuerza constituyente del pueblo chileno está intentando ser contenida y controlada, produciéndose un no menor riesgo de terminar entrampando o bloqueando el proceso constituyente (en lo que la cuestión del quórum es central), o bien forzando una nueva Constitución «en la medida de lo posible» y vacía de contenidos genuinamente transformadores. Por lo mismo, resulta una muestra de lucidez política el que significativas franjas sociales favorables al proceso constituyente, estén teniendo una opinión crítica frente a los términos del «acuerdo» de los partidos políticos ( (42,5% disconforme, versus 30,2% conforme), entre ellos, a la cuestión del quórum de los dos tercios (39% en desacuerdo versus 34% de acuerdo), cifras que se acrecientan con mucho entre las personas identificadas con la izquierda y con las generaciones más jóvenes, ambas, franjas sociales protagonistas de la revuelta popular en curso (Ver «Estudio Termómetro Social» de la Universidad de Chile – COES – Microdatos).
Pero también, todo proceso constituyente implica una apertura del campo de posibilidades, y una trayectoria que no es ni lineal ni determinada por los actores y fuerzas que pareciesen tener su control de antemano. Por el contrario, muchos procesos parten teniendo ciertas características y/o bajo una conducción política determinada, para luego ver transformadas unas y otras en su trayectoria. Ejemplo de ello, para citar un caso reciente y de nuestra región, el proceso constituyente en Colombia comenzó con características más propias de una Asamblea «Constitucional», para luego verse modificada más a una instancia «Constituyente», cosa que tuvo también su expresión en el nombre de la Asamblea, tras la presión política y social en ese sentido, y una sentencia de la Corte Suprema en la que se pronunció en contra de las limitaciones que intentó poner el Presidente César Gaviria a la Asamblea que había nombrado como «Constitucional» en su decreto de convocatoria (más en extenso, en «Claves para entender la Colombia actual. El proceso y Asamblea Constituyente y la Constitución de 1991«).
Por la característica antes señalada como elemento común de todos los procesos constituyentes, esto es, de ser procesos políticos abiertos a una disputa que va mucho más allá de las regulaciones previas o las decisiones de los poderes constituidos, lo que urge en la hora actual en Chile, es el impugnar todas las características que condicionen o limiten negativamente al poder constituyente y el protagonismo popular, con miras a garantizar el impulso de un proceso efectivamente transformador y refundacional, acorde a las urgencias sociales y a la crisis generalizada que se ha hecho patente con el estallido de la revuelta popular en curso. En tal sentido, es pertinente señalar que no son lo mismo una «Asamblea Constituyente» que la actual «Convención Constitucional» (al menos tal cual está regulada por ahora), y tal cosa no es para nada algo secundario o sólo nominal. Sigue pendiente y como desafío por delante, la tarea de desplazar y superar los límites y condicionamientos mencionados, y de conseguir una efectiva Asamblea Constituyente de carácter soberana y refundacional.
Publicado en Revista DeFrente.
Convocan a marcha por archivo de proyecto para instaurar una asamblea constituyente
Los ciudadanos se reunirán en la Plaza San Martín de la ciudad de Lima como medida de protesta luego de que el Congreso mandara al archivo el proyecto que promovía instaurar una asamblea constituyente a través de una consulta popular.
Diversas organizaciones sociales convocaron hoy, sábado 7 de mayo, una marcha contra un sector del Congreso de la República que no respaldó el proyecto de reforma constitucional para que se consulte a la ciudadanía si está favor o en contra de instaurar una asamblea constituyente en busca de una nueva constitución.
La medida de protesta viene siendo apoyada por los congresistas de Perú Libre, Guido Bellido y Waldemar Cerrón, integrantes de la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso, que el último viernes 6 de mayo, archivó el proyecto que presentó el Poder Ejecutivo, con 11 votos en contra y 6 a favor.
En ese panorama, la Plaza San Martín de la ciudad de Lima será el recinto que albergará a los ciudadanos. Después, los manifestantes se movilizarán hasta el paseo de los Héroes Navales, según las publicaciones que circulan en las redes sociales.
Los comunicados circularon a través de las redes sociales.
PUEDES VER:Asamblea constituyente: proyecto para referéndum fue archivado por Comisión de Constitución
La congresista de Perú Libre Silvana Robles también se sumó a la iniciativa y destacó en sus redes sociales que la movilización responde “al sentir popular”.
“Me sumo al pedido de mi colega Guido Bellido e invito a todos los miembros de la Comisión de Constitución a la Plaza San Martín. Hagan gala de su valentía para archivar el proyecto de asamblea constituyente y sientan el sentir popular de primera mano (sic)”, escribió Robles en su cuenta Twitter.
La congresista se pronunció a través de sus redes sociales.
Archivan proyecto de asamblea constituyente
La Comisión de Constitución mandó al archivo el proyecto de reforma constitucional que promovía una consulta popular para instaurar una asamblea constituyente. Las bancadas de Fuerza Popular, Avanza País, Renovación Popular, Alianza por el Progreso y Acción Popular respaldaron el predictamen de la congresista fujimorista Patricia Juárez con 11 votos a favor y 6 en contra.
Publicado el 04 de julio de 2021
José Saldaña Cuba
Investigador y profesor de derecho.
¿Por qué una Asamblea Popular Constituyente / Nueva Constitución?
- La Constitución actual prioriza los intereses privados sobre el interés público: Las relaciones de poder en el Perú no deben comprenderse solo dentro del diseño político institucional, es la titularidad del poder económico y la raigambre colonial del estado peruano las que condicionan todas las relaciones sociales (lectura materialista/decolonial Vs lectura liberal). En la actual Constitución debilitaron las garantías a los derechos laborales, borraron el derecho a la vivienda social y crearon un régimen privado de pensiones que compite deslealmente con el sistema público de seguridad social. A cambio, elevaron a categoría constitucional las libertades de mercado, crearon los contratos – ley, los convenios de estabilidad tributaria, entre otros.
- Está viciada en su origen: La Constitución fue fruto de un golpe de estado y se aprobó en medio de persecución contra movimientos sociales y sindicales. No es casualidad que la elite empresarial que apoyó la dictadura haya sido la principal beneficiada de la consagración de sus privilegios a nivel constitucional. Hace 20 años, las elecciones son fundamentalmente una pelea por la administración del poder y no por su ejercicio real. Se trata de un enfrentamiento entre élites económicas más o menos corruptas o rentistas, pero que nunca pone en cuestión los privilegios económicos de los que gozan las minorías empresariales en detrimento de los derechos sociales de la población.
- La vía reformista se ha agotado: No se han hecho reformas sustantivas bajo estas reglas de juego; por ejemplo, la reforma política ha tenido avances pero son menores, la reforma universitaria es quizás la mejor experiencia pero ha sido insuficiente. No se trata de afinar los mecanismos de checks and balances, sino de incorporar mecanismos institucionales de control ciudadano directo y efectivo sobre el ejercicio del poder político. Los controles institucionales son débiles y requieren ser reforzados con controles externos de la ciudadanía, de esta manera, se incide directamente sobre uno de los más graves problema de nuestra democracia: la profunda desconfianza ciudadana respecto de la clase política y la tecnocracia.
- Refundar el Perú requiere construir una nueva legitimidad democrática del ordenamiento: La Constitución de la dictadura debe dar paso a una Constitución de la democracia, elaborada por los movimientos sociales que fueron marginados sistemáticamente de su elaboración y lo han sido a lo largo de las ultimas décadas. La ley en ultima instancia encuentra su legitimidad en la soberanía popular, el fracaso de nuestro Estado de Derecho esta ligado directamente con su origen anti democrático.
- La Constitución peruana tiene una matriz colonial y patriarcal: Históricamente las Constituciones han expresado la matriz colonial de nuestro estado a través del desconocimiento de las instituciones políticas y culturales de pueblos indígenas y comunidades campesinas. Desde su primera incorporación constitucional en 1920 bajo una visión paternalista del mundo indígena, hasta las visiones multiculturalistas de las mas recientes que reconocen las expresiones culturales de los pueblos indígenas, pero los folklorizan, negándoles capacidad de decidir sobre sus territorios. Por otra parte, todas las Constituciones peruanas han expresado modelos de familia patriarcales y heteronormativos, así como carecen de capítulos específicos que consagren derechos sexuales y reproductivos para las mujeres.
¿Cómo organizar una Asamblea Popular Constituyente hacia una Nueva Constitución?
- Una Nueva Constitución siempre desafía la legalidad vigente y su fuente de legitimidad es la voluntad popular: Los mecanismos varían entre aquellos más apegados a la institucionalidad vigente y aquellos que se distancian de ella. Cambiar una Constitución no es una reforma técnico legal, es la transgresión de legalidad que ha fracasado y que debe fenecer para dejar nacer a otra.
- El instrumento de legitimidad es el referéndum: La legitimidad de la convocatoria a Asamblea y aprobación de la Nueva Constitución debe darse vía referéndum. En la versión más apegada a la institucionalidad, requeriría cambiar el artículo 206 de la Constitución actual para permitir la reforma total.
- La Asamblea Popular Constituyente debe romper con el elitismo constitucional. La Constitución no es un texto normativo cualquiera, tiene una dimensión cultural, simbólica y creadora al mismo tiempo. Las voces que reflexionen y elaboren el nuevo pacto social deben provenir de voces no expertas, de saberes no hegemónicos, de movimientos sociales marginados del debate publico por causas estructurales de opresión ligadas a la explotación capitalista, a las discriminaciones múltiples y a la cultura patriarcal dominante. Los expertos constitucionales deben asumir su rol de asesores y ceder sus espacios de hegemonía a los saberes de la experiencia y la resistencia social.
- Nuevas reglas de juego: Las reglas de elección de los asambleístas deben considerar como mínimo criterios de apertura más allá de los partidos políticos (grupos de independientes, sindicatos, federaciones campesinas e indígenas, colectivos ciudadanos), criterios de paridad de género y escaños indígenas reservados. Se debe regular el debate procurando la mayor participación de los asambleístas y se debe tender a alcanzar los acuerdos vía consenso antes que por votación.
¿Qué contenidos deben discutirse en una Asamblea Popular Constituyente?
- Derechos sociales fortalecidos: Se deben adecuar los derechos sociales a los estándares internacionales, se deben reconocer expresamente los derechos a la alimentación, a la vivienda social y a la ciudad, entre otros. Se debe sacar de la Constitución el reconocimiento de las libertades de mercado como derechos y subordinarlos expresamente al interés publico y los derechos sociales.
- Hacia un estado plurinacional: Se debe transitar de un estado monocultural – colonial hacia un estado plurinacional, se debe pasar de un estado discursivamente multicultural a uno intercultural en sus prácticas. La participación política de los pueblos indígenas debe ser transversal en todas las institucionales del estado en sus tres niveles, al mismo tiempo que se les reconoce autonomía en sus ámbitos competenciales y territoriales. Los gobiernos autonómicos de pueblos indígenas dentro de la soberanía nacional (awajun, wampis, entre otros) muestran resultados interesantes para la defensa de los recursos naturales frente a las actividades ilegales y las industrias extractivas.
- Rediseño institucional del estado: La ciudadanía debe recuperar su capacidad de control y fiscalización sobre las institucione, los colectivos ciudadanos en movimiento deben participar de audiencias y espacios de decisión en el marco de un estado transparente. Se debe retirar la causal de vacancia por incapacidad moral del Presidente en la Constitución. Se debe la elección de magistrados del Tribunal Constitucional. Algunas propuestas son la renovación por tercios de congresistas, presupuesto participativo, monitoreo y vigilancia ambiental ciudadana, demandas de inconstitucionalidad abiertas, etc.
- Reconocer nuevos derechos: Varios derechos han sido reconocidos en la jurisprudencia nacional e internacional, así como en instrumentos internacionales. La Nueva Constitución debería incorporar aquellos derechos de formas expresa que considere mas pertinentes en nuestro contexto nacional. Por ejemplo, el derecho al internet que en tiempos de pandemia se vuelve tan necesaria especialmente para la educación. El derecho a la alimentación, tal y como ha sido desarrollado por la ONU. El derecho a la verdad, creado jurisprudencialmente en una dimensión individual y colectiva.
- Restaurar un estado planificador y regulador: Devolver al estado vía constitucional su capacidad reguladora y planificador. Una reforma tributaria con justicia fiscal y cuyo criterio principal de ordenamiento sea la solidaridad. Es necesario subordinar el interés privado al interés publico y eliminar la clausula de subsidiariedad del estado en el ámbito empresarial.
Chile: comenzó la votación de los artículos de la nueva constitución
"Con los debates y el proceso de la nueva constitución el pueblo chileno está transitando un proceso de transformación que no tiene antecedentes en la historia nacional", dijo Franciso "Pancho" Solari, periodista chileno radicado en Argentina al ser consultado por Nuestra Propuesta Diario acerca de la Asamblea Constituyente que comenzó a sesionar la semana pasada en el país trasandino. El nuevo texto constitucional, que será sometido a votación popular el próximo 4 de julio, se encuentra en etapa de tratamiento y votación por parte de los constituyentes, justo en las semanas previas a la asunción del nuevo gobierno de amplia colación que encabezará Gabriel Boric y que tendrá la responsabilidad de poner en marcha, una vez aprobada, la nueva constitución.
"El pueblo chileno nunca antes en su historia había llegado a este nivel de profundidad en la discusión y de energía en la movilización, ni siquiera durante el gobierno de Allende", destacó el periodista chileno. No obstante, advirtió que "el equilibrio de fuerzas es tal que es seguro que tendremos una nueva constitución que sintetizará las exigencias del pueblo en la calle pero es imposible predecir todavía el nivel de profundidad que se le reconocerá a esos cambios estructurales en el texto constitucional". Por ejemplo, explicó Solari, "está claro que no continuará el sistema único de jubilación a través de Afjp en Chile pero eso tampoco quiere decir que se arribe a un sistema único y estatal como tiene Argentina, hay muchas presiones por parte de la derecha para que la reforma siga reconociendo a los fondos privados como un actor primordial del sistema".
Así las cosas, "tenemos un escenario en el que pueblo reclama una gran profundidad en los cambios pero hasta ahora la realidad es que cuando se votó, el apoyo no fue tan contundente como para darle fuerza a ese reclamo". Por eso, "los sectores progresistas y de izquierda están obligados a sentarse a negociar con la ex Concertación para pactar ciertos avances", mucho más en un escenario en el que "la movilización popular no es la del año pasado". Sin embargo, puntualizó que "hoy la movilización popular todavía es un factor clave para romper los equilibrios conservadores, ya que si hay algo que quedó claro en todo este proceso es que el pueblo en su conjunto le perdió el miedo que le habían impuesto a salir a la calle".
En este contexto, "uno de los puntos más importantes que se aprobarían con la nueva constitución es el reconocimiento del Estado chileno como un Estado plurinacional y federal", confirmó Solari. Las primeras reuniones de las comisiones y del pleno de la Asamblea están convocadas para discutir la letra y el espíritu del capítulo relacionado al carácter y la organización del Estado en Chile.
Las votaciones, en líneas generales, vienen siendo bastante favorables, ya que la izquierda, independientes y los partidos de la vieja Concertación están votando en bloque, "esto permite que cierto grado de transformaciones se lleven adelante a pesar de la oposición de la derecha".
Por último, Solari hizo hincapié en que "el gobierno de Boric tiene la obligación de implementar la nueva constitución y deberá hacerlo, irremediablemente, en acuerdo con los partidos de la ex Concertación", por eso "creo que ese es el contexto que explica la amplitud del primer gabinete que asumirá el ejecutivo el próximo 11 de marzo".
PERU. Presentan proyecto de ley para realizar referéndum sobre una Asamblea Constituyente a pesar de negativa del JNE
Iniciativa de Hamlet Echevarría pretende que la consulta popular se realice a 120 días de haberse aprobado la medida
La convocatoria de una Asamblea Constituyente continúa siendo una de las principales insistencias de la izquierda. Esta tarde, el congresista Hamlet Echevarría ha presentado un proyecto de ley con el que busca que se convoque un referéndum a fin de consultar a la población si está de acuerdo o no con que se redacte una nueva Constitución que reemplace la publicada en 1993.
Sobre la convocatoria y fecha de referéndum, el texto señala que el presidente o presidenta de la República deberá convocar a la ciudadanía en el plazo de 120 días calendarios posteriores al inicio de vigencia de la ley; es decir, las autoridades electorales tendrían apenas cuatro meses para organizar los comicios al igual que la ciudadanía para elegir a sus representantes en la llamada asamblea.
La conformación de la Asamblea incluiría a los pueblo originarios y afroperuanos (30%9, gremio de trabajadores (10%), gremios empresariales (5%) y aquellos elegidos en distrito electoral múltiple (55%). Se recalca que la lista de candidatos se elaborará respetando los criterios de paridad de género y alternancia, tal como ha seducido en las últimas elecciones congresales y presidenciales.
“La Asamblea Constituyente tendrá un periodo de duración de un (01) ario a partir de la fecha de instalación. Excepcionalmente puede ser prorrogada su vigencia hasta por ciento veinte (120) días, a solicitud de un tercio de sus miembros y con el voto conforme de más de la mitad del número legal de asambleístas constituyentes”, se lee en la iniciativa presentada y que será atendida por la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso, presidida por Hernando Guerra García de Fuerza Popular.
Habla el JNE
La ida de convocar a un referéndum que consulta a la ciudadanía sobre la posibilidad de una Asamblea Constituyente ya ha sido atendida por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Han transcurrido semanas desde que la autoridad electoral señaló que dicha propuesta es inviable, aún así se insiste en presentar proyectos similares desde el Congreso de la República.
El Jurado Nacional de Elecciones señala que el referéndum se utiliza cuando se proponen reformas constitucionales presentadas a través de un proyecto de ley. Este necesita haber sido aprobado por el Pleno para que finalmente la población brinde su postura respecto al caso en cuestión. Entre las preguntas que podrían consultarse es si acaso la ciudadanía está de acuerdo con recortar el mandato presidencial y congresal.