Al jardín de las republicas burguesas
festín de las Transnacionales
¡¡¡Fuera, fuera el Nuevo ALCA!!!
(Agua, litio, combustibles, alimentos)
ZAMBA
de EL JUGLAR DE LA LIBERTAD
RECITADO:
"Nuestra America y el sur global
debe dejar de ser ya,
jardín del capitalismo
festín de las transnacionales
Para eso es necesario ya
Luchar como hace falta
Decir lo que hace falta
Gritar lo que hace falta.
Gritemos no al nuevo ALCA
que solo busca la expoliación
(Agua, litio, combustibles, alimentos)
El ABC del saqueo de hoy.
Alimentos envenenados
nos da Monsanto, ay, ay, por dios
hay que unirnos pronto en la lucha
para cambiar esta situación."
I
Fuera, fuera ya al nuevo ALCA
en esta zamba quiero cantar
pa' que unamos voces y manos
con entusiasmo ni un paso atrás
Cada cual desde su trinchera
Y a su manera debe luchar.
Por el agua y tambien el litio
los combustibles, los alimentos
sacrificando nuestra tierra
quieren llevarse nuestro sustento
nunca nos quedaremos quietos
por nuestra gente y su dignidad.
Para el saqueo no, para mi pueblo si
Contra el extractivismo,
con patriotismo me planto aqui
fuera ya el nuevo ALCA
en esta zamba quiero cantar.
RECITADO:
"Para mi pueblo no, para los ricos, si
está pensado el Rigi
las nuevas leyes a debatir
Contra el extractivismo,
junto a mi pueblo me planto aqui."
II
Derrotemos al nuevo ALCA
Porque se viene un saqueo mal
Igual que hace quinientos años
con asquerosa complicidad,
cada cual saque conclusiones
este sistema no da pa' más.
Pa' que la vida como el agua
pueda fluir como un manantial.
en total biodiversidad
avanzando siempre por nuestra paz
hay solo un camino nomás
y es el de combatir al capital.
¡¡¡Fuera, fuera nomás,
la matriz colonial!!!
fuera ya el nuevo ALCA,
en esta zamba quiero cantar
Si nos organizamos
pueblo de abajo no pasarán!!!
EXTRACTIVISMOS
Por Enrique Viale*
En las ciudades no hay petróleo, no hay minerales, hay tierra pública. Y las corporaciones inmobiliarias la codician. Y eso es lo que se entregó impunemente en la sesión del 1ero. de Noviembre en la Legislatura Porteña a partir de un espurio pacto Pro-K. Es la privatización de lo público, de su patrimonio, con los mismos argumentos del menemismo.
En la etapa actual del capitalismo la acumulación es por desposesión y la tierra (el territorio) es el objetivo de las corporaciones. En este caso se concedieron por 30 años -entre gallos y medianoches- treinta y siete hectáreas de espacio público (si 37 manzanas del Parque Roca) a una S.A. sin canon alguno y se la eximió del ABL e Ingresos Brutos. También se ordenó la subasta pública del Edificio del Plata, patrimonio de la Ciudad (casi como vender el Obelisco) y se entregaron centenares de hectáreas a la especulación inmobiliaria con la rezonificación a medida de las playas ferroviarias de Caballito, Palermo y Liniers (que no son para el plan Procrear, porque así expresamente lo excluye el decreto presidencial). Además el espurio Pro-K incluyó la autorización al Poder Ejecutivo local de endeudarse por U$S 250 millones de dólares (la deuda de la Ciudad aumentó un 227 % desde que está Macri). Asimismo ayer se votó el denominado «Distrito de las Artes» en la Boca, promovido por el macrismo, pensado para los negocios con el arte -y no para los artistas- lo que provocará inevitablemente la gentrificación del barrio.
Una cuestión que pasó algo inadvertida en la catarata de aprobaciones fue que el Pacto Pro-K incluyó la aprobación de una ley que creó un fondo con recursos públicos para que sea administrado por el Diputado Daniel Amoroso (Presidente a su vez del Sindicato de Juegos de Azar, ALEARA). Esto garantizó que él acompañe este Pacto, votó todo.
La especulación inmobiliaria es nuestra megaminería o nuestra soja transgénica. Tienen la misma lógica: expulsan y provocan desplazamientos de población; concentran riqueza y territorio; se apropian de lo público; provocan daños generalizados al ambiente, al hábitat y a la Naturaleza; degradación institucional y de la vida democrática, entre otras nefastas cuestiones. Pero sobre todo las cosas desenmascara el evidente pacto que hay entre los gobiernos y las corporaciones. Son ellas, con complicidad gubernamental, las que deciden el ordenamiento territorial del país: donde se impone la megaminería, donde se implanta la soja y donde las torres. En la Ciudad de Buenos Aires la planificación urbana la realiza la especulación inmobiliaria. IRSA es a la Ciudad, lo que la Barrick es a la Cordillera o lo que Monsanto es al campo.
Todas las leyes votadas se votaron “sobre tablas”, sin siquiera despacho de comisión y, menos aún, Informe Técnico como establece el reglamento de la Legislatura. Es más, la ley de endeudamiento por U$S 250 millones se presentó horas antes de la sesión. Podrán decir que las formas no son tan importantes, pero en este caso las formas tienen que ver con el fondo.
Pero lo peor es que el 1 de noviembre sólo se votó parte del espurio pacto Pro-K, que continuará en los próximos días. Como si no fuese suficiente lo que ya entregaron, queda la “Dubai de IRSA” en la ex Ciudad Deportiva de Boca (un negocio de 5000 millones de dólares), la rezonificación de la Isla Demarchi para entregarla a la especulación inmobiliaria y la entrega de concesiones de las plazas y parques público, casi nada.
*abogado ambientalista, miembro del Colectivo por la Igualdad
Opinión. Para Milei, Elon Musk tiene más “derechos de propiedad” que las comunidades indígenas
El presidente contó que lo llamó el magnate interesado en el litio y le prometió un marco jurídico que respete los “derechos de propiedad”. Quiere regalar los territorios de comunidades indígenas y poblaciones a empresas y países imperialistas. Hay que preparar la resistencia.
Sábado 30 de diciembre de 2023 Mirtha Legrand: -“¿Y el litio? En Jujuy hay mucho litio…”
Javier Milei: - “Bueno, una de las cosas que me pasó, es que, me llamó Elon Musk, que está sumamente interesado en el litio. Y también está muy interesado el gobierno de Estado Unidos y muchas empresas de Estados Unidos…”
Javier Milei- “pero necesitan un marco jurídico que respete los derechos de propiedad…”
Hasta le brillaban los ojos al presidente contando a la conductora la llamada del millonario y las necesidades urgentes de los saqueadores seriales que ven al país como zona de sacrificio y que encontraron un cipayo perfecto.
No es el primer intercambio entre el magnate y Milei. El 5 de diciembre del 2023, Musk compartió en la red social X, un video del presidente electo criticando la justicia social, a la que el libertario responde “We need to talk, Elon”[tenemos que hablar].
El presidente contó que lo llamó el magnate interesado en el litio y le prometió un marco jurídico que respete los “derechos de propiedad”. Quiere regalar los territorios de comunidades indígenas y poblaciones a empresas y países imperialistas. Hay que preparar la resistencia.
Mirtha Legrand: -“¿Y el litio? En Jujuy hay mucho litio…”
Javier Milei: - “Bueno, una de las cosas que me pasó, es que, me llamó Elon Musk, que está sumamente interesado en el litio. Y también está muy interesado el gobierno de Estado Unidos y muchas empresas de Estados Unidos…”
Javier Milei- “pero necesitan un marco jurídico que respete los derechos de propiedad…”
Hasta le brillaban los ojos al presidente contando a la conductora la llamada del millonario y las necesidades urgentes de los saqueadores seriales que ven al país como zona de sacrificio y que encontraron un cipayo perfecto.
No es el primer intercambio entre el magnate y Milei. El 5 de diciembre del 2023, Musk compartió en la red social X, un video del presidente electo criticando la justicia social, a la que el libertario responde “We need to talk, Elon”[tenemos que hablar].
Derogación de Ley de Tierras a pedido del Comando Sur y los magnates
Tras conocerse el paquete de medidas de saqueo que incluye el DNU y la Ley Ómnibus se puede reafirmar que las mismas son parte del plan de guerra del gobierno libertario contra el pueblo trabajador, las comunidades indígenas, los movimientos socio ambientales, de mujeres y disidencias, y todas y todos los que durante décadas conquistamos libertades democráticas y derechos en las calles y desde los territorios.
Ese plan incluye medidas concretas para pegar un salto en el saqueo y el extractivismo de bienes comunes naturales como el litio, cobre y otros minerales, hidrocarburos y los suelos y bosques expoliados por el agronegocio. De un plumazo se quieren borrar distintas leyes que expresan obstáculos legales, como la Ley de Tierras, la Ley de Glaciares, la Ley de Control de Quemas y la Ley de Bosques Nativos que, a pesar de sus limitaciones, fueron expresión de años de lucha de movimientos y sectores en los territorios, frenando el avance de la megaminería contaminante, el monocultivo y actividades extractivistas.
De hecho la Ley 26.160 de emergencia del año 2006, que Milei y Villarruel también pretenden derogar, reconoce la posesión de pueblos originarios en territorios que ancestralmente ocupan e impide los desalojos. La misma permitió dar cuenta de esos atropellos y poner freno en algunos casos, más allá de la falta de ejecución del relevamiento que incluye la ley, y de medidas mínimas que no se garantizaron.
Tras conocerse el paquete de medidas de saqueo que incluye el DNU y la Ley Ómnibus se puede reafirmar que las mismas son parte del plan de guerra del gobierno libertario contra el pueblo trabajador, las comunidades indígenas, los movimientos socio ambientales, de mujeres y disidencias, y todas y todos los que durante décadas conquistamos libertades democráticas y derechos en las calles y desde los territorios.
Ese plan incluye medidas concretas para pegar un salto en el saqueo y el extractivismo de bienes comunes naturales como el litio, cobre y otros minerales, hidrocarburos y los suelos y bosques expoliados por el agronegocio. De un plumazo se quieren borrar distintas leyes que expresan obstáculos legales, como la Ley de Tierras, la Ley de Glaciares, la Ley de Control de Quemas y la Ley de Bosques Nativos que, a pesar de sus limitaciones, fueron expresión de años de lucha de movimientos y sectores en los territorios, frenando el avance de la megaminería contaminante, el monocultivo y actividades extractivistas.
De hecho la Ley 26.160 de emergencia del año 2006, que Milei y Villarruel también pretenden derogar, reconoce la posesión de pueblos originarios en territorios que ancestralmente ocupan e impide los desalojos. La misma permitió dar cuenta de esos atropellos y poner freno en algunos casos, más allá de la falta de ejecución del relevamiento que incluye la ley, y de medidas mínimas que no se garantizaron.
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En el norte como en el sur, la defensa de los glaciares y periglaciares, del agua, del derecho a vivir en los territorios, de las comunidades indígenas y las poblaciones contra toda política de despojo y de hacer de los mismos zonas de sacrificio, pusieron límite a la extranjerización por parte de multinacionales y transnacionales. Como también de magnates como Lewis o Benetton, apropiadores de lugares paradisíacos, en territorio indígena, para su descanso. Esa resistencia fue a costa de represión, persecuciones y hasta asesinatos como el de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel y de hermanos qom.
En el norte como en el sur, la defensa de los glaciares y periglaciares, del agua, del derecho a vivir en los territorios, de las comunidades indígenas y las poblaciones contra toda política de despojo y de hacer de los mismos zonas de sacrificio, pusieron límite a la extranjerización por parte de multinacionales y transnacionales. Como también de magnates como Lewis o Benetton, apropiadores de lugares paradisíacos, en territorio indígena, para su descanso. Esa resistencia fue a costa de represión, persecuciones y hasta asesinatos como el de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel y de hermanos qom.
Musk: “haremos un golpe de Estado a quien queramos…”
La frase tuvo repercusión mundial en el 2020 cuando el magnate respondió a alguien quele consultó por la red social X (ex twitter) sobre las reservas de litio en Bolivia y la relación de Estados Unidos con el golpe de Estado en Bolivia.
Lo cierto es que Elon Musk viene pidiendo garantías para avanzar en negocios vinculados al extractivismo del litio para proveerse de materia prima para sus “gigafactorys”, o “gigafábricas”, como les dice, de producción de automóviles eléctricos que ya tiene en Estados Unidos, Alemania, China y próximamente en México y cuyo objetivo de producción para el 2030 es de 20 millones de autos eléctricos.
Encontró en Javier Milei un aliado abiertamente declarado. Aunque, digamos todo, hace años ya venía avanzando en el país con acuerdos con empresas que le proveen litio, como la actual Archadium Lithium (exLivent, de capitales yankees fusionada con la australiana Allkem) ubicada en el Salar del Hombre Muerto en Catamarca. En el caso de Bolivia, una empresa Alemana lo proveía pero fue cancelado su contrato previo al golpe.
En abril del 2022, en su cuenta de twitter, Elon Musk expresó que:
“¡El precio del litio ha subido a niveles increíbles! Es posible que Tesla tenga que dedicarse directamente a la minería y la refinación a escala, a menos que los costos mejoren.
No hay escasez del elemento en sí, ya que el litio se encuentra en casi todas partes de la Tierra, pero el ritmo de extracción/refinamiento es lento…”
Inmediatamente los entregadores seriales no perdieron tiempo en responder al mismo y ofrecer el litio al mejor postor. Uno de ellos fue el exgobernador de Jujuy Gerardo Morales, quién invitó al magnate a recorrer la provincia, ofreciéndole facilidades para su negocio y demagógicamente expresando: “Quien sabe, quizás la próxima GIGAFACTORY sea JUJEÑA”.
Otro que respondió al llamado fue el mileísta Pablo Rutigliano, presidente de la Cámara Latinoamericana de Litio. Curiosamente, retomó el hilo en septiembre de este año, a un mes de los comicios presidenciales de octubre, planteando que el litio tendría que ser declarado commodity.
@elonmusk @stats_feed Para poder articular el precio y su comercialización es necesario que el litio sea declarado como un commodity. Por este motivo, es importante la digitalización de los contratos en el mercado de los metales.
El amigo de Milei que también se está metiendo en el negocio es Paolo Rocca. El brazo petrolero del grupo Techint, Tecpetrol, compró las acciones de una empresa minera canadiense con dos proyectos avanzados de litio. Y entre los jugadores locales se encuentra el empresario Luis Manzano.
La frase tuvo repercusión mundial en el 2020 cuando el magnate respondió a alguien quele consultó por la red social X (ex twitter) sobre las reservas de litio en Bolivia y la relación de Estados Unidos con el golpe de Estado en Bolivia.
Lo cierto es que Elon Musk viene pidiendo garantías para avanzar en negocios vinculados al extractivismo del litio para proveerse de materia prima para sus “gigafactorys”, o “gigafábricas”, como les dice, de producción de automóviles eléctricos que ya tiene en Estados Unidos, Alemania, China y próximamente en México y cuyo objetivo de producción para el 2030 es de 20 millones de autos eléctricos.
Encontró en Javier Milei un aliado abiertamente declarado. Aunque, digamos todo, hace años ya venía avanzando en el país con acuerdos con empresas que le proveen litio, como la actual Archadium Lithium (exLivent, de capitales yankees fusionada con la australiana Allkem) ubicada en el Salar del Hombre Muerto en Catamarca. En el caso de Bolivia, una empresa Alemana lo proveía pero fue cancelado su contrato previo al golpe.
En abril del 2022, en su cuenta de twitter, Elon Musk expresó que:
“¡El precio del litio ha subido a niveles increíbles! Es posible que Tesla tenga que dedicarse directamente a la minería y la refinación a escala, a menos que los costos mejoren.
No hay escasez del elemento en sí, ya que el litio se encuentra en casi todas partes de la Tierra, pero el ritmo de extracción/refinamiento es lento…”
Inmediatamente los entregadores seriales no perdieron tiempo en responder al mismo y ofrecer el litio al mejor postor. Uno de ellos fue el exgobernador de Jujuy Gerardo Morales, quién invitó al magnate a recorrer la provincia, ofreciéndole facilidades para su negocio y demagógicamente expresando: “Quien sabe, quizás la próxima GIGAFACTORY sea JUJEÑA”.
Otro que respondió al llamado fue el mileísta Pablo Rutigliano, presidente de la Cámara Latinoamericana de Litio. Curiosamente, retomó el hilo en septiembre de este año, a un mes de los comicios presidenciales de octubre, planteando que el litio tendría que ser declarado commodity.
@elonmusk @stats_feed Para poder articular el precio y su comercialización es necesario que el litio sea declarado como un commodity. Por este motivo, es importante la digitalización de los contratos en el mercado de los metales.
El amigo de Milei que también se está metiendo en el negocio es Paolo Rocca. El brazo petrolero del grupo Techint, Tecpetrol, compró las acciones de una empresa minera canadiense con dos proyectos avanzados de litio. Y entre los jugadores locales se encuentra el empresario Luis Manzano.
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Empresas japonesas, australianas, chinas y estadounidenses, entre las más importantes, ya vienen operando en la Argentina con el fin de asegurarse el control de la cadena de suministro de litio para sus negocios verdes vinculados con la industria automotriz.
El triángulo del litio es una zona cruzada por los intereses geopolíticos de los países imperialistas, como planteó abiertamente Laura Richardson, jefa del Comando Sur de EE.UU, que mantuvo reuniones con Cristina Fernández de Kirchner, manifestando el accionar de tropas militares para cuidar los territorios de posibles conflictos. Además del litio, el petróleo y las aguas del acuífero guaraní y el Amazonas están en la mira.
Los bienes naturales y territorios ya venían siendo saqueados en gobiernos anteriores pero el avance expresado en el DNU y la Ley Ómnibus implica una entrega absoluta borrando todos los límites legales y constitucionales impuestos con años de lucha.
Empresas japonesas, australianas, chinas y estadounidenses, entre las más importantes, ya vienen operando en la Argentina con el fin de asegurarse el control de la cadena de suministro de litio para sus negocios verdes vinculados con la industria automotriz.
El triángulo del litio es una zona cruzada por los intereses geopolíticos de los países imperialistas, como planteó abiertamente Laura Richardson, jefa del Comando Sur de EE.UU, que mantuvo reuniones con Cristina Fernández de Kirchner, manifestando el accionar de tropas militares para cuidar los territorios de posibles conflictos. Además del litio, el petróleo y las aguas del acuífero guaraní y el Amazonas están en la mira.
Los bienes naturales y territorios ya venían siendo saqueados en gobiernos anteriores pero el avance expresado en el DNU y la Ley Ómnibus implica una entrega absoluta borrando todos los límites legales y constitucionales impuestos con años de lucha.
La resistencia de los pueblos originarios y sus derechos negados
Los pueblos originarios son ejemplo de resistencia en su pelea histórica por el reconocimiento de sus territorios ocupados ancestralmente. La deuda del Estado burgués argentino que le reconoce “derechos de propiedad” a extranjeros pero no tiene la misma vara con las comunidades originarias, muestra que la única propiedad que reconocen es la que está en función del lucro capitalista. La propiedad comunitaria de los pueblos oprimidos, que se consideran guardianes de los bienes comunes, como algo que les pertenece colectivamente pero no para el lucro y la destrucción, sino más bien siendo parte y respetando la naturaleza y legado para dejar a las futuras generaciones (la idea de sostenibilidad); no tiene el mismo estatus y es negada aún cuando el propio derecho internacional la reconoce.
Si en los gobiernos anteriores se sostenía una cierta ambigüedad al respecto, Milei es un exponente sin fisuras de la propiedad privada capitalista. Todo lo demás… “¡afuera!”.
La libertad que pregona no es la libertad individual, porque algunos individuos, como ya vimos, son más importantes que otros, es la libertad de los capitalistas, la libertad empresarial, en detrimento de la libertad de las mayorías, del acceso de las mayorías a disfrutar de nuestras tierras y nuestros bienes naturales y en detrimento de los derechos de los pueblos originarios.
Las enormes movilizaciones en Mendoza y en Chubut en defensa del agua contra el avance de la megaminería y, más recientemente, la pelea del pueblo jujeño con las comunidades originarias como actor protagónico contra la Reforma, son hitos del último tiempo en defensa de los territorios y bienes naturales.
Los pueblos originarios son ejemplo de resistencia en su pelea histórica por el reconocimiento de sus territorios ocupados ancestralmente. La deuda del Estado burgués argentino que le reconoce “derechos de propiedad” a extranjeros pero no tiene la misma vara con las comunidades originarias, muestra que la única propiedad que reconocen es la que está en función del lucro capitalista. La propiedad comunitaria de los pueblos oprimidos, que se consideran guardianes de los bienes comunes, como algo que les pertenece colectivamente pero no para el lucro y la destrucción, sino más bien siendo parte y respetando la naturaleza y legado para dejar a las futuras generaciones (la idea de sostenibilidad); no tiene el mismo estatus y es negada aún cuando el propio derecho internacional la reconoce.
Si en los gobiernos anteriores se sostenía una cierta ambigüedad al respecto, Milei es un exponente sin fisuras de la propiedad privada capitalista. Todo lo demás… “¡afuera!”.
La libertad que pregona no es la libertad individual, porque algunos individuos, como ya vimos, son más importantes que otros, es la libertad de los capitalistas, la libertad empresarial, en detrimento de la libertad de las mayorías, del acceso de las mayorías a disfrutar de nuestras tierras y nuestros bienes naturales y en detrimento de los derechos de los pueblos originarios.
Las enormes movilizaciones en Mendoza y en Chubut en defensa del agua contra el avance de la megaminería y, más recientemente, la pelea del pueblo jujeño con las comunidades originarias como actor protagónico contra la Reforma, son hitos del último tiempo en defensa de los territorios y bienes naturales.
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Necesitamos que esas experiencias se profundicen y que quienes fueron protagonistas de las mismas jueguen un rol activo para impulsar la más amplia coordinación y unidad en los territorios y ciudades, entre las comunidades y las y los trabajadores, para prepararnos de cara al paro general del 24 de enero convocado por la CGT y derrotar el Plan Motosierra de Milei
En defensa del territorio, del agua y la vida. Contra el saqueo de bienes comunes y la extranjerización de las tierras que pretende profundizar Milei para grandes terratenientes, magnates como Elon Musk y las potencias imperialistas. Ningún desalojo a las comunidades indígenas, plena vigencia de la Ley 26.160 y entrega de títulos comunitarios en todo el país. Restitución de sus territorios apropiados por multimillonarios como Benetton o Lewis. Son ideas centrales a levantar en este momento.
Tenemos la fuerza para luchar y no solo frenar o limitar el saqueo, si no también para que el litio y los bienes comunes naturales estén en manos de los pueblos originarios que habitan en esos territorios y de los trabajadores, para su cuidado (y el del agua) y definir qué hacer con los mismos en función de las necesidades de las mayorías.
Necesitamos que esas experiencias se profundicen y que quienes fueron protagonistas de las mismas jueguen un rol activo para impulsar la más amplia coordinación y unidad en los territorios y ciudades, entre las comunidades y las y los trabajadores, para prepararnos de cara al paro general del 24 de enero convocado por la CGT y derrotar el Plan Motosierra de Milei
En defensa del territorio, del agua y la vida. Contra el saqueo de bienes comunes y la extranjerización de las tierras que pretende profundizar Milei para grandes terratenientes, magnates como Elon Musk y las potencias imperialistas. Ningún desalojo a las comunidades indígenas, plena vigencia de la Ley 26.160 y entrega de títulos comunitarios en todo el país. Restitución de sus territorios apropiados por multimillonarios como Benetton o Lewis. Son ideas centrales a levantar en este momento.
Tenemos la fuerza para luchar y no solo frenar o limitar el saqueo, si no también para que el litio y los bienes comunes naturales estén en manos de los pueblos originarios que habitan en esos territorios y de los trabajadores, para su cuidado (y el del agua) y definir qué hacer con los mismos en función de las necesidades de las mayorías.
Los pueblos originarios y el saqueo imperialista en sus territorios: ¿qué hacer para vencer?
Natalia Morales
RomPTS
Uno de los objetivos del Gobierno de Gerardo Morales con la reforma parcial de la constitución en Jujuy fue dar más garantías a las multinacionales que avanzan con el saqueo de los bienes comunes naturales en el país y en latinoamérica. Regimentando la protesta social con la prohibición de cortes, a medida de lo requerido por la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, quién pretende militarizar territorios donde existan resistencias protagonizadas por los pueblos originarios o movimientos socioambientales en la zona andina, en el sur, o en la amazonia donde se encuentra el acuífero guaraní.
El triángulo del litio compartido con Chile y Bolivia es un territorio donde viven pueblos como el kolla y atacama desde tiempos ancestrales más allá de las fronteras nacionales y vienen resistiendo al extractivismo desde hace algunos años. Lo mismo ocurre en Neuquén, en territorio mapuche donde la multinacional Chevrón en un acuerdo con YPF extrae petróleo y gas con permanentes tensiones y conflictos desde el año 2013.
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En Argentina se sostiene una estructura legal y jurídica colonialista, heredada del menemismo que permite el saqueo a cielo abierto del sector privado (la mineras pagan en concepto de regalías hasta el 3% de lo que declaran en boca de mina, y en el caso de los hidrocarburos, entre el 8 y el 12 %]), al mismos tiempo que se agregan modificatorias para favorecer el negocio verde que es parte de un nuevo ciclo de acumulación capitalista a nivel mundial en nombre de la transición energética corporativa, que no ataca los problemas de la crisis ecológica actual y más bien los agrava.
Los intereses geopolíticos y el avance de las corporaciones y empresarios locales en el negocio de la energía renovable y no renovable, chocan contra los intereses de los pueblos originarios y sus peleas pasadas y presentes. También con quienes son garantes de ese consenso extractivista hoy con un negacionista del cambio climático como el recién elegido presidente Javier Milei, en alianza con Bullrich y Macri, y gobernadores de oposición de derecha y del peronismo como Morales (Jujuy), Saenz (Salta) y Jallil (Catamarca) nucleados como Norte Grande, o de Arcioni (Chubut) y Gutierrez (Neuquén) y un Estado que históricamente avasalló a los pueblos originarios.
Arriba las Whipalas, abajo el gran saqueo en los territorios
La conformación del Estado capitalista fue a costa de sangre y fuego, y de un genocidio hacia los pueblos originarios. Reclutados por la fuerza para el trabajo en enclaves productivos y desposeídos de sus tierras, soportaron masacres y el accionar racista durante décadas. Los asesinatos recientes de Lucas Gonzalez, como también de Rafael Nahuel, Elias Garay, y tantos otros hermanos y hermanas indios, o la violencia estatal reciente en Jujuy, es sólo un nuevo capítulo de una larga historia de lucha por el reconocimiento de sus derechos sociales, culturales y políticos y de resistencia en los territorios.
En el levantamiento contra la Reforma en junio de este año en Jujuy las comunidades originarias tuvieron un importante protagonismo.
La emergencia del Tercer Malón por la Paz, nucleando a comunidades indígenas de toda la provincia, logró -radicalizando las acciones que había en ese momento- poner como agenda, como parte de la confrontación a la Reforma, la lucha que vienen dando en estos años en defensa del agua y sus territorios ancestrales ante el avance del saqueo de bienes comunes como el litio y otros negocios. Sumado a eso, la deuda histórica (que se expresó en el Primer y Segundo Malón por la Paz) de entrega de títulos comunitarios que ningún gobierno garantizó en más de un siglo.
Con esta enorme fuerza desplegada y la unidad de diferentes sectores con sus demandas específicas en la lucha común contra la Reforma, ¿qué faltó para hacerla caer? ¿Qué lecciones deja la lucha para pensar hacia adelante ante un Gobierno de extrema derecha? Si los problemas no resueltos siguen latentes, ¿cómo fortalecer la pelea para no sólo resistir o defenderse ante los ataques del gobierno y los planes de saqueo imperialistas?
La emergencia del Tercer Malón por la Paz, nucleando a comunidades indígenas de toda la provincia, logró -radicalizando las acciones que había en ese momento- poner como agenda, como parte de la confrontación a la Reforma, la lucha que vienen dando en estos años en defensa del agua y sus territorios ancestrales ante el avance del saqueo de bienes comunes como el litio y otros negocios. Sumado a eso, la deuda histórica (que se expresó en el Primer y Segundo Malón por la Paz) de entrega de títulos comunitarios que ningún gobierno garantizó en más de un siglo.
Con esta enorme fuerza desplegada y la unidad de diferentes sectores con sus demandas específicas en la lucha común contra la Reforma, ¿qué faltó para hacerla caer? ¿Qué lecciones deja la lucha para pensar hacia adelante ante un Gobierno de extrema derecha? Si los problemas no resueltos siguen latentes, ¿cómo fortalecer la pelea para no sólo resistir o defenderse ante los ataques del gobierno y los planes de saqueo imperialistas?
¿Qué hacer?
La alianza entre las comunidades indígenas del Tercer Malón cortando las rutas en territorios, con las y los docentes que estuvieron a la cabeza de las masivas movilizaciones sosteniendo paros por más de 30 días, a la que se sumaron trabajadores estatales, jóvenes e integrantes de organizaciones sociales. Se generaron las condiciones para tirar la Reforma, donde el Gobierno tuvo que retroceder quitando artículos antiderechos e incluso otorgando aumento considerable a las y los docentes. Estaba planteado, en los días más álgidos tras las represiones cuando se multiplicaron los piquetes, que las direcciones de las centrales sindicales como la CGT y la CTA, dirigidas por el PJ, convoquen a la huelga general para que pare la minería (cuyo sindicato AOMA se solidarizó con la lucha y los trabajadores, muchos indígenas, iban a los cortes en solidaridad con la pelea de sus mismas familias), el transporte y los ingenios.
La lucha desde los territorios confluyendo con las luchas en los principales sectores productivos y de las grandes ciudades manejadas por trabajadores es clave. Si se frena la producción desde afuera - cortes de ruta que impidan el transporte de bienes y mercancías- y desde adentro - con paro o huelgas - se pone en jaque la ganancia de las multinacionales y grandes empresas, el corazón de la disputa por el poder económico, lo que puede verdaderamente torcer el poder político en favor de los sectores populares.
El proceso de lucha fue retrocediendo y quedaron aislados sectores que mantuvieron medidas como las comunidades que definieron continuar las mismas en Buenos Aires. A la par que sectores vinculados al Gobierno Nacional impusieron una política de desvío y confianza en las instituciones del Estado como la Justicia, el accionar del mismo presidente, y de salidas por arriba como el planteo de intervención de la provincia. El Gobierno de Morales y su socio Rivarola quedaron debilitados pero continuaron los ataques y persecuciones.
Los problemas estructurales de una provincia y un país sumido en la pobreza y la dependencia, profundizando el extractivismo, siguen abiertos, más aún cuando Milei ya marca los lazos de su Gobierno con el imperialismo yanky. La experiencia realizada en la lucha contra la Reforma dio muestras de qué sectores y sujetos son claves, tanto en el manejo de los resortes de la economía como en el control territorial.
Los problemas estructurales de una provincia y un país sumido en la pobreza y la dependencia, profundizando el extractivismo, siguen abiertos, más aún cuando Milei ya marca los lazos de su Gobierno con el imperialismo yanky. La experiencia realizada en la lucha contra la Reforma dio muestras de qué sectores y sujetos son claves, tanto en el manejo de los resortes de la economía como en el control territorial.
Otra muestra de la fortaleza de esta unidad se vieron en Neuquén en el 2021, en la lucha histórica de trabajadores de salud, a los que llamaron “los elefantes”, donde comunidades mapuches junto a trabajadores de la salud cortaron las rutas de acceso a Vaca Muerta en solidaridad con las y los esenciales, pero también con sus demandas, y lograron torcerle el brazo al poderoso Movimiento Popular Neuquino, a favor de las demandas de la salud.
Una pelea internacionalista
Los pueblos originarios han sido protagonistas de importantes luchas en latinoamérica ante gobiernos reaccionarios y serviles a los planes del imperialismo, como la guerra del gas-y el agua, y contra la dictadura en Bolivia, en Perú, Ecuador, Brasil.
Así como los pueblos indios se reconocen más allá de las fronteras impuestas por el Estado, la clase trabajadora, como sujeto clave, tiene el enorme desafío de romper las mismas y tomar esta pelea internacionalista en sus manos. En Argentina, Chile o Bolivia quienes trabajan en la actividad litífera y de otros minerales, o de los hidrocarburos, claves de la economía y los servicios.
También en países imperialistas como Estados Unidos o Alemania, donde llegan las materias primas extraídas de latinoamérica para la industria, como la automotriz. Recientemente en esos países los trabajadores, denunciando las pésimas condiciones laborales y el negocio de la transición energética empresarial, se unieron con sectores ecologistas por sus derechos y en defensa del ambiente, y ven con buenos ojos la resistencia indígena en las zonas de sacrificio.
Superando las divisiones corporativas, sectoriales e incluso las fronteras nacionales, la lucha se fortalece. Con instancias de coordinación y organización que permitan encontrarnos desde diferentes sectores y movimientos como el socioambiental y el de mujeres, se pueden discutir y confrontar acciones para la resistencia, pero también para construir una salida colectiva y mucho más democrática, donde se atiendan las necesidades de la mayoría de la población.
Territorios y bienes comunes: ¿para qué?, ¿para quiénes?
La alianza de la clase obrera y las comunidades originarias es estratégica porque compartimos los mismos enemigos. Un Estado - y sus gobiernos - que oprime a los pueblos originarios, a las mujeres, que explota a las y los trabajadores, y degrada y destruye la naturaleza, al servicio del capitalismo. Pero además, la clase trabajadora junto a los sectores oprimidos, puede comandar una nueva forma de producción y reproducción que ya no sea en función de la ganancia privada, como es bajo el capitalismo.
¿Podemos pensar en una sociedad organizada desde abajo de “productores libres asociados” donde se respete la cosmovisión y derechos políticos, sociales y culturales de las comunidades indígenas, donde cada avance sea en común acuerdo entre trabajadores y pueblos originarios en los territorios para el cuidado y uso de los bienes comunes naturales? Donde se pueda planificar la misma de forma integral y diversificada al servicio de las mayorías y no del despojo, saqueo y contaminación capitalista. Donde cada bien común de ser necesario sea socialmente aprovechado, con el conocimiento y técnicas que puedan desarrollarse para un uso racional y ecológico de los mismos, como parte de una verdadera transición energética? ¿Donde el transporte, la energía, el agua, los alimentos, la tecnología, dejen de ser negocios y si derechos a los que todas y todos tengan acceso?
Desde el PTS y nuestra organizaciones hermanas nucleadas en la Fracción Trotskista Cuarta Internacional opinamos que sí. Por eso construimos una herramienta política de las y los trabajadores, independiente del Estado y de los gobiernos capitalistas, que pueda plantear y proponer en cada proceso de lucha y en los movimientos que se desarrollan una perspectiva antiimperialista, anticapitalista y socialista ante la crisis actual que vivimos las mayorías y los planes de ajuste y saqueo sobre nuestras vidas y los territorios.
Así como lo hicimos en la importe lucha contra la Reforma en Jujuy, con nuestras humildes fuerzas, llevando a la práctica el parlamentarismo revolucionario desde la Constituyente, impulsando la más amplia unidad, como la Coordinadora contra la Reforma de la que fuimos parte, y desde las agrupaciones de docentes y la juventud, o lugares conquistados como la Seccional Rural de la UATRE 877 Ledesma. Como también poniendo en pie organismos que nuclearon a los sectores más conscientes de la lucha como fue la Asamblea del Pueblo en la capital jujeña.
Mientras seguimos acompañando y apoyando la lucha de los pueblos originarios de Jujuy y del Tercer Malón en la provincia y con más de tres meses de permanencia en la Plaza Lavalle, al frente de la Corte Suprema, en la Ciudad de Buenos Aires, queremos profundizar el debate e intercambio que venimos realizando junto con Raúl Godoy*, con nuestras hermanas y hermanos originarios sacando lecciones de las peleas dadas y sumar fuerzas para futuros embates.
El triunfo presidencial de la derecha de Javier Milei junto a Victoria Villarruel aceleran tareas preparatorias. Proponen la derogación de la Ley 26.160 de Emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que habitan las comunidades indígenas desde tiempos ancestrales, tildándolas a las mismas de usurpadoras. Sumado, al apoyo del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden y del embajador Marc Stanley, y el ex presidente Donald Trump, que profundizará el plan de sometimiento de los pueblos latinoamericanos al imperialismo yanky. Son ellos o nosotros.
* Reflexiones realizadas al calor del proceso de lucha contra la Reforma y en Plaza Lavalle de CABA junto a Raúl Godoy, dirigente del PTS FIT y de la fábrica recuperada Zanón.
ECOLOGÍA Y AMBIENTE
PUEBLOS ORIGINARIOS
ECONOMÍA NACIONAL
Informe especial. La guerra por el litio en Argentina
La pelea del pueblo jujeño contra la reforma constitucional de Morales y el peronismo dejó expuesto los métodos del consenso extractivista impuesto por los partidos del régimen. En tiempos de una “transición energética” que genera nuevos negocios verdes, y ante la falta de dólares, la explotación del litio se presenta como la nueva promesa de desarrollo del país. En este informe especial, presentamos una radiografía de la explotación del litio en Argentina, sus consecuencias socioambientales, la lucha de las comunidades indígenas, y un análisis de sus perspectivas, en voces de especialistas y protagonistas.
Martes 27 de junio de 2023 | Edición del día“Es lógico desde la óptica del capital tener un Estado que no permita que nadie ocupe una calle o una ruta, si el objetivo es desplegar un saqueo de los recursos naturales, mientras se profundiza un esquema de provincia rica con trabajadores pobres”, denunció el concejal jujeño por el PTS-FITU, Gastón Remy.
La situación que se vive en esa provincia desde hace semanas estremeció a la opinión pública nacional por la brutal represión del gobernador radical Gerardo Morales contra el pueblo jujeño, que rechazaba en las calles la reforma constitucional reaccionaria, aprobada con los votos del PJ. Esta avasalla el derecho a la protesta social y el de las comunidades indígenas sobre sus tierras, allí donde (no casualmente) se encuentran grandes reservorios de litio.
La pelea del pueblo jujeño contra la reforma constitucional de Morales y el peronismo dejó expuesto los métodos del consenso extractivista impuesto por los partidos del régimen. En tiempos de una “transición energética” que genera nuevos negocios verdes, y ante la falta de dólares, la explotación del litio se presenta como la nueva promesa de desarrollo del país. En este informe especial, presentamos una radiografía de la explotación del litio en Argentina, sus consecuencias socioambientales, la lucha de las comunidades indígenas, y un análisis de sus perspectivas, en voces de especialistas y protagonistas.
“Es lógico desde la óptica del capital tener un Estado que no permita que nadie ocupe una calle o una ruta, si el objetivo es desplegar un saqueo de los recursos naturales, mientras se profundiza un esquema de provincia rica con trabajadores pobres”, denunció el concejal jujeño por el PTS-FITU, Gastón Remy.
La situación que se vive en esa provincia desde hace semanas estremeció a la opinión pública nacional por la brutal represión del gobernador radical Gerardo Morales contra el pueblo jujeño, que rechazaba en las calles la reforma constitucional reaccionaria, aprobada con los votos del PJ. Esta avasalla el derecho a la protesta social y el de las comunidades indígenas sobre sus tierras, allí donde (no casualmente) se encuentran grandes reservorios de litio.
Sin grieta para el saqueo, entre los candidatos presidenciales desde Sergio Massa a los de la oposición de derecha, existe un consenso extractivista. Festeja Wall Street, ya que las potencias económicas tienen un interés estratégico en este bien común natural. Para profundizar en las consecuencias ambientales, sociales y económicas de la extracción de litio en el país, en este informe especial de La Izquierda Diario, conversamos con el economista Ariel Slipak, la bióloga del Conicet Andrea Izquierdo, la diputada de Jujuy Natalia Morales (PTS-FITU), el concejal del PTS-FITU Gastón Remy, y Mario, trabajador minero de Chile.
Sin grieta para el saqueo, entre los candidatos presidenciales desde Sergio Massa a los de la oposición de derecha, existe un consenso extractivista. Festeja Wall Street, ya que las potencias económicas tienen un interés estratégico en este bien común natural. Para profundizar en las consecuencias ambientales, sociales y económicas de la extracción de litio en el país, en este informe especial de La Izquierda Diario, conversamos con el economista Ariel Slipak, la bióloga del Conicet Andrea Izquierdo, la diputada de Jujuy Natalia Morales (PTS-FITU), el concejal del PTS-FITU Gastón Remy, y Mario, trabajador minero de Chile.
El litio en la disputa geopolítica y la transición energética
Si la crisis climática generada por el capitalismo no es detenida rápidamente, puede llegar a niveles catastróficos de consecuencias gravísimas para la vida en el planeta, y sobre todo para las mayorías trabajadoras. Según el Acuerdo de París el planeta debería llegar al cero neto de emisiones en 2050. Para intentar lograrlo, se habla desde distintos puntos de vista de la transición energética. Esta busca reducir sensiblemente –no sin contradicciones- el uso del combustible fósil (petróleo, gas y carbón) y la emisión de gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono. Es aquí donde entra a jugar el litio: un mineral con propiedades muy importantes para fabricar baterías eficientes y, por ello, cada vez más codiciado por las potencias imperialistas.
Una pregunta necesaria es qué tipo de transición es posible, deseable o justa desde el punto de vista de las mayorías sociales, y, sobre todo, necesaria para alcanzar este objetivo.
Si la crisis climática generada por el capitalismo no es detenida rápidamente, puede llegar a niveles catastróficos de consecuencias gravísimas para la vida en el planeta, y sobre todo para las mayorías trabajadoras. Según el Acuerdo de París el planeta debería llegar al cero neto de emisiones en 2050. Para intentar lograrlo, se habla desde distintos puntos de vista de la transición energética. Esta busca reducir sensiblemente –no sin contradicciones- el uso del combustible fósil (petróleo, gas y carbón) y la emisión de gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono. Es aquí donde entra a jugar el litio: un mineral con propiedades muy importantes para fabricar baterías eficientes y, por ello, cada vez más codiciado por las potencias imperialistas.
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Actualmente, los capitalistas no sólo están haciendo todo lo contrario para enfrentar el calentamiento global, impulsando por ejemplo nuevas “bombas de carbono”, como la anunciada por Joe Biden en Alaska. Sino que, montados sobre esa necesidad, han abierto un nicho enorme de negocios. pero que no resuelve la crisis, dado que no ataca ninguna de sus causas. Se trata del “capitalismo verde”, con la producción de automóviles eléctricos como estrella. Para la Agencia Internacional de Energía la producción de autos eléctricos pasaría de 2 millones a 280 millones en 2040, la demanda se multiplicaría por 42, pero la estimación de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es solo de... ¡1 %! .
Actualmente, los capitalistas no sólo están haciendo todo lo contrario para enfrentar el calentamiento global, impulsando por ejemplo nuevas “bombas de carbono”, como la anunciada por Joe Biden en Alaska. Sino que, montados sobre esa necesidad, han abierto un nicho enorme de negocios. pero que no resuelve la crisis, dado que no ataca ninguna de sus causas. Se trata del “capitalismo verde”, con la producción de automóviles eléctricos como estrella. Para la Agencia Internacional de Energía la producción de autos eléctricos pasaría de 2 millones a 280 millones en 2040, la demanda se multiplicaría por 42, pero la estimación de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es solo de... ¡1 %! .
Gigantes automotrices como Tesla (EE.UU.), Toyota (Japón), multinacionales como Eramet (Francia) o Geolith (Francia), Shandong Gold, Ganfeng Lithium y Zijin Mining o el propio Estado chino se están disputando el negocio de la extracción del litio y la fabricación de baterías.
Bajo un marco internacional de disputas geopolíticas aceleradas por la guerra en Ucrania entre EE. UU. y sus aliados y el imperialismo en proceso de constitución en China, la disputa por el así llamado nuevo “oro blanco” arrecia. Argentina, Chile y Bolivia concentran más del 50 % de los recursos mundiales de litio (potencialmente extraíbles). Además, Argentina ocupa el tercer lugar en reservas de litio (cuya extracción es viable al día de hoy) [1]. La región se ha convertido por este motivo en un “tablero de ajedrez o damas” geopolítico, declaraba la generala a cargo del Comando sur de EE.UU., Laura Richardson.
En enero de 2023, el influyente think tank Wilson Center celebró la política “decididamente market friendly” del país, ponderando además de rebajas fiscales “Los incentivos adicionales que incluyen una garantía de estabilidad fiscal de 30 años; una tasa de regalías fija del 3 %; y concesiones otorgadas por tiempo ilimitado. Jujuy otorga descuentos de regalías cuando la empresa de litio se compromete a procesar localmente el litio extraído allí.”
Gigantes automotrices como Tesla (EE.UU.), Toyota (Japón), multinacionales como Eramet (Francia) o Geolith (Francia), Shandong Gold, Ganfeng Lithium y Zijin Mining o el propio Estado chino se están disputando el negocio de la extracción del litio y la fabricación de baterías.
Bajo un marco internacional de disputas geopolíticas aceleradas por la guerra en Ucrania entre EE. UU. y sus aliados y el imperialismo en proceso de constitución en China, la disputa por el así llamado nuevo “oro blanco” arrecia. Argentina, Chile y Bolivia concentran más del 50 % de los recursos mundiales de litio (potencialmente extraíbles). Además, Argentina ocupa el tercer lugar en reservas de litio (cuya extracción es viable al día de hoy) [1]. La región se ha convertido por este motivo en un “tablero de ajedrez o damas” geopolítico, declaraba la generala a cargo del Comando sur de EE.UU., Laura Richardson.
En enero de 2023, el influyente think tank Wilson Center celebró la política “decididamente market friendly” del país, ponderando además de rebajas fiscales “Los incentivos adicionales que incluyen una garantía de estabilidad fiscal de 30 años; una tasa de regalías fija del 3 %; y concesiones otorgadas por tiempo ilimitado. Jujuy otorga descuentos de regalías cuando la empresa de litio se compromete a procesar localmente el litio extraído allí.”
Sobre esta bandeja de beneficios para el capital internacional, el flamante precandidato a presidente de Unión por Patria, Sergio Massa, viene impulsando acuerdos de inversión para la extracción de litio con empresas norteamericanas y chinas. Todo, con la excusa de aumentar la entrada de dólares para enfrentar los impagables vencimientos de deuda con el FMI y acreedores privados en los próximos años. Buitres como Blackrock, Vanguard, JP Morgan y HSBC, son algunos de esos acreedores también detrás del litio, mientras que entre los socios locales destaca José Luis Manzano, cercano a Massa y Morales, que mediante Integra Lithium acumula 243 000 hectáreas de salares para explotar el negocio minero.
Lo que ahora está calentando la atmósfera tiene origen en lo que Marx describió como una fractura metabólica generada por el capitalismo en el ciclo del carbono (extrayéndolo del subsuelo, donde se acumuló durante millones de años para combustionarlo en busca de energía barata). Ahora el capitalismo transfiere esta crisis en tres registros simultáneos: espacialmente (con el saqueo y destrucción extractivista hacia la periferia, desde los mayores emisores históricos, a los atrasados y dependientes); tecnológicamente (con un ciclo de negocios alrededor de los autos eléctricos) y temporalmente (retrasando la solución a la crisis, pero permitiendo más ganancias).
Sobre esta bandeja de beneficios para el capital internacional, el flamante precandidato a presidente de Unión por Patria, Sergio Massa, viene impulsando acuerdos de inversión para la extracción de litio con empresas norteamericanas y chinas. Todo, con la excusa de aumentar la entrada de dólares para enfrentar los impagables vencimientos de deuda con el FMI y acreedores privados en los próximos años. Buitres como Blackrock, Vanguard, JP Morgan y HSBC, son algunos de esos acreedores también detrás del litio, mientras que entre los socios locales destaca José Luis Manzano, cercano a Massa y Morales, que mediante Integra Lithium acumula 243 000 hectáreas de salares para explotar el negocio minero.
Lo que ahora está calentando la atmósfera tiene origen en lo que Marx describió como una fractura metabólica generada por el capitalismo en el ciclo del carbono (extrayéndolo del subsuelo, donde se acumuló durante millones de años para combustionarlo en busca de energía barata). Ahora el capitalismo transfiere esta crisis en tres registros simultáneos: espacialmente (con el saqueo y destrucción extractivista hacia la periferia, desde los mayores emisores históricos, a los atrasados y dependientes); tecnológicamente (con un ciclo de negocios alrededor de los autos eléctricos) y temporalmente (retrasando la solución a la crisis, pero permitiendo más ganancias).
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El mapa del litio en Argentina
El país ocupa el cuarto lugar como país productor mundial de litio (5%), luego de Australia con el 47 %, Chile con el 30 %, China con el 15 %. La mayor parte de las reservas de este mineral se encuentran en las salmueras de los salares altoandinos del llamado “triángulo del litio”, en la región de Atacama, que se extiende desde el norte de Chile con nombre homónimo, el sudoeste potosino en Bolivia y la Puna del Noroeste Argentino.
El país ocupa el cuarto lugar como país productor mundial de litio (5%), luego de Australia con el 47 %, Chile con el 30 %, China con el 15 %. La mayor parte de las reservas de este mineral se encuentran en las salmueras de los salares altoandinos del llamado “triángulo del litio”, en la región de Atacama, que se extiende desde el norte de Chile con nombre homónimo, el sudoeste potosino en Bolivia y la Puna del Noroeste Argentino.
En Argentina, la distribución del acervo de este mineral es la siguiente: en Salta se encuentra el 40 %, Jujuy 37 % y Catamarca 23 %. Juntas concentran alrededor de 38 proyectos mineros, de los cuales solo dos se encuentran en funcionamiento. Las dos explotaciones en funcionamiento son controladas por dos gigantes productoras globales: la norteamericana Livent y la australiana Alkem.
En el Salar de Olaroz (Jujuy) se encuentra Sales de Jujuy SA. Una empresa controlada en un 65 % por Alkem, 25 % por la automotriz Toyota, y Jujuy Energía y Minería (Jemse), que por norma se queda con el 8,5 % de todos los proyectos de la provincia. En el Salar del Hombre Muerto (Catamarca) la explotación del “proyecto Fénix” está a cargo de la norteamericana Livent.
En Argentina, la distribución del acervo de este mineral es la siguiente: en Salta se encuentra el 40 %, Jujuy 37 % y Catamarca 23 %. Juntas concentran alrededor de 38 proyectos mineros, de los cuales solo dos se encuentran en funcionamiento. Las dos explotaciones en funcionamiento son controladas por dos gigantes productoras globales: la norteamericana Livent y la australiana Alkem.
Avance de proyectos de minería de litio en la Cuenca Olaroz-Cauchari 2013-2023
¿Qué pasa con el empleo en la minería del litio? Según datos de la Secretaría de Minería, en febrero de este año se registraron 3788 puestos de trabajo en los rubros de producción de litio (2670 puestos) y en exploración y financiación del litio (1118 puestos). Esto representa un 10 % del empleo en el sector minero, y solo el 0,06 % del total de trabajadores registrados privados.
¿Qué pasa con el empleo en la minería del litio? Según datos de la Secretaría de Minería, en febrero de este año se registraron 3788 puestos de trabajo en los rubros de producción de litio (2670 puestos) y en exploración y financiación del litio (1118 puestos). Esto representa un 10 % del empleo en el sector minero, y solo el 0,06 % del total de trabajadores registrados privados.
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Si bien en promedio los salarios del sector suelen estar por encima de la media de los registrados, no todos en el sector del litio perciben esos haberes. El economista y Concejal de San Salvador de Jujuy (PTS-FITU, Gastón Remy, sostuvo que en la minería del litio casi la mitad de los trabajadores son contratados y no están bajo el convenio de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA). Están bajo el convenio de la UOCRA con peores condiciones laborales y menores salarios. Además, los trabajadores nucleados en AOMA trabajan 7 días y descansan 7 días, mientras que los contratistas están 21 días trabajando y tienen 10 días de descanso (la mitad) con jornadas de trabajo de 12 horas. “Terminan el turno, salen liquidados, tienen un lugar para descansar, mirar televisión, comer y luego ir a dormir para seguir trabajando al día siguiente”, afirma Remy.
Si bien en promedio los salarios del sector suelen estar por encima de la media de los registrados, no todos en el sector del litio perciben esos haberes. El economista y Concejal de San Salvador de Jujuy (PTS-FITU, Gastón Remy, sostuvo que en la minería del litio casi la mitad de los trabajadores son contratados y no están bajo el convenio de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA). Están bajo el convenio de la UOCRA con peores condiciones laborales y menores salarios. Además, los trabajadores nucleados en AOMA trabajan 7 días y descansan 7 días, mientras que los contratistas están 21 días trabajando y tienen 10 días de descanso (la mitad) con jornadas de trabajo de 12 horas. “Terminan el turno, salen liquidados, tienen un lugar para descansar, mirar televisión, comer y luego ir a dormir para seguir trabajando al día siguiente”, afirma Remy.
A costa de esta explotación, las empresas amasan fortunas. La minera Alkem obtuvo ganancias por U$S 144 millones en el primer trimestre del año, según sus balances contables. Se trata de un aumento de 194 % respecto al mismo trimestre del 2022. Por su parte, Livent le vende a sus plantas en el resto del mundo la totalidad del carbonato y cloruro de litio a precios inferiores a los que se verifican en el mercado internacional. Una práctica fraudulenta que le permite evadir el pago de una parte de las regalías a la provincia y de los derechos de exportación.
A costa de esta explotación, las empresas amasan fortunas. La minera Alkem obtuvo ganancias por U$S 144 millones en el primer trimestre del año, según sus balances contables. Se trata de un aumento de 194 % respecto al mismo trimestre del 2022. Por su parte, Livent le vende a sus plantas en el resto del mundo la totalidad del carbonato y cloruro de litio a precios inferiores a los que se verifican en el mercado internacional. Una práctica fraudulenta que le permite evadir el pago de una parte de las regalías a la provincia y de los derechos de exportación.
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A fines de 2021 el precio internacional del carbonato de litio pegó un salto, cuando pasó de los U$S 13.000 la tonelada (en junio) a los U$S 68.500 (marzo 2022), y siguió subiendo hasta un máximo de U$S 80 909 (noviembre 2022), para luego descender hoy a un poco más de U$S 30.000. Pero a diferencia de otros bienes transables o commodities que tienen un mercado de referencia –como el Brent en Londres, la soja en Chicago– que fijan su precio público, el litio no. Su precio toma mayormente como base las ventas de la compañía chilena SQM a China (el principal demandante global de carbonato de litio equivalente o LCE).
A fines de 2021 el precio internacional del carbonato de litio pegó un salto, cuando pasó de los U$S 13.000 la tonelada (en junio) a los U$S 68.500 (marzo 2022), y siguió subiendo hasta un máximo de U$S 80 909 (noviembre 2022), para luego descender hoy a un poco más de U$S 30.000. Pero a diferencia de otros bienes transables o commodities que tienen un mercado de referencia –como el Brent en Londres, la soja en Chicago– que fijan su precio público, el litio no. Su precio toma mayormente como base las ventas de la compañía chilena SQM a China (el principal demandante global de carbonato de litio equivalente o LCE).
La legislación minera vigente, modificada en 1994 entre el PJ y la UCR, permite a las multinacionales llevarse el mineral sin dejar casi nada a cambio. La reciente fusión entre Alkem y Livent garantiza una concentración mayor de la producción a nivel global. A nivel local, la producción a través de la nueva compañía, Newco, será rival de otros proyectos de capitales canadienses y chinos; pero también de la gran burguesía nacional que pretende desembarcar: José Luis Manzano y Pluspetrol, los Bulgheroni o Rocca.
La legislación minera vigente, modificada en 1994 entre el PJ y la UCR, permite a las multinacionales llevarse el mineral sin dejar casi nada a cambio. La reciente fusión entre Alkem y Livent garantiza una concentración mayor de la producción a nivel global. A nivel local, la producción a través de la nueva compañía, Newco, será rival de otros proyectos de capitales canadienses y chinos; pero también de la gran burguesía nacional que pretende desembarcar: José Luis Manzano y Pluspetrol, los Bulgheroni o Rocca.
En defensa del agua y los territorios: la lucha de las comunidades
El cántico “quién se ha robado todo el litio”, resonó esta semana por los rincones de Jujuy en medio de la pelea del pueblo jujeño y las comunidades originarias contra la reforma constituyente. Es que mucho se habla de los supuestos ingresos de dólares que podrían venir de la mano de la explotación del litio, pero poco de la forma en que el mineral se extrae y, sobre todo, de las consecuencias socioambientales que deja.
El cántico “quién se ha robado todo el litio”, resonó esta semana por los rincones de Jujuy en medio de la pelea del pueblo jujeño y las comunidades originarias contra la reforma constituyente. Es que mucho se habla de los supuestos ingresos de dólares que podrían venir de la mano de la explotación del litio, pero poco de la forma en que el mineral se extrae y, sobre todo, de las consecuencias socioambientales que deja.
Los métodos de explotación actual de litio tienen importantes impactos negativos sobre los salares, que son humedales, e implican un alto consumo de agua, tanto salada como dulce, que resulta un bien común natural escaso en la región.
La Ley de humedales consensuada por más de 300 organizaciones de todo el país propone la protección y defensa de los salares altoandinos. Ya fue presentada en 2013, 2016, 2020, y 2021, pero nunca llegó siquiera a discutirse en el recinto. El lobby de las cámaras mineras es uno de los principales enemigos de la misma, con la complicidad de los Gobernadores del Norte Grande.
Los métodos de explotación actual de litio tienen importantes impactos negativos sobre los salares, que son humedales, e implican un alto consumo de agua, tanto salada como dulce, que resulta un bien común natural escaso en la región.
La Ley de humedales consensuada por más de 300 organizaciones de todo el país propone la protección y defensa de los salares altoandinos. Ya fue presentada en 2013, 2016, 2020, y 2021, pero nunca llegó siquiera a discutirse en el recinto. El lobby de las cámaras mineras es uno de los principales enemigos de la misma, con la complicidad de los Gobernadores del Norte Grande.
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Por otro lado, los salares se encuentran en territorio de pueblos originarios. Si bien legalmente el subsuelo le corresponde al Estado, los territorios ancestrales ocupados por las comunidades indígenas se les deben reconocer como propios, según establecen el art. 45 de la Constitución Nacional y la Ley 26 160. Además, cualquier tipo de emprendimiento debe reconocer y cumplir la Consulta Previa, Libre e Informada, según el Convenio 169 de la OIT, al cual Argentina adhiere. Esto implica que todo proyecto productivo, de infraestructura, del Estado y sectores privados, tienen que ser consultados a las comunidades indígenas, y que las mismas deben contar con el derecho al acceso a la información, estudios, planes, evaluación, y con instancias de participación plena para que puedan analizar si quieren permitirlo o no, con qué objetivos, y en caso de que sí, de qué manera.
Por otro lado, los salares se encuentran en territorio de pueblos originarios. Si bien legalmente el subsuelo le corresponde al Estado, los territorios ancestrales ocupados por las comunidades indígenas se les deben reconocer como propios, según establecen el art. 45 de la Constitución Nacional y la Ley 26 160. Además, cualquier tipo de emprendimiento debe reconocer y cumplir la Consulta Previa, Libre e Informada, según el Convenio 169 de la OIT, al cual Argentina adhiere. Esto implica que todo proyecto productivo, de infraestructura, del Estado y sectores privados, tienen que ser consultados a las comunidades indígenas, y que las mismas deben contar con el derecho al acceso a la información, estudios, planes, evaluación, y con instancias de participación plena para que puedan analizar si quieren permitirlo o no, con qué objetivos, y en caso de que sí, de qué manera.
Pero el Estado y los gobiernos provinciales conceden a las mineras el territorio para exploración y explotación de forma irregular. En el caso de Jujuy en las cuencas Oraloz-Cauchari y en Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, por ejemplo, dividen el territorio en zonas para ser cedidas obteniendo el consentimiento de solo algunas comunidades. Esta forma de proceder contradice las condiciones ecológicas y territoriales que deben evaluarse integralmente. El consentimiento deben darlo todas las comunidades.
Las comunidades que se oponen indudablemente a la minería de las multinacionales como las comunidades kollas y atacañemas de Salinas Grandes y de la Laguna de Gayatayoc señalan el problema del agua y el despojo de sus territorios y modos de vida como las principales preocupaciones. Ellas tienen una vinculación económica y material con los salares, pero también, en su cosmovisión, la naturaleza aparece fuertemente vinculada a su vida espiritual.
Pero el Estado y los gobiernos provinciales conceden a las mineras el territorio para exploración y explotación de forma irregular. En el caso de Jujuy en las cuencas Oraloz-Cauchari y en Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, por ejemplo, dividen el territorio en zonas para ser cedidas obteniendo el consentimiento de solo algunas comunidades. Esta forma de proceder contradice las condiciones ecológicas y territoriales que deben evaluarse integralmente. El consentimiento deben darlo todas las comunidades.
Las comunidades que se oponen indudablemente a la minería de las multinacionales como las comunidades kollas y atacañemas de Salinas Grandes y de la Laguna de Gayatayoc señalan el problema del agua y el despojo de sus territorios y modos de vida como las principales preocupaciones. Ellas tienen una vinculación económica y material con los salares, pero también, en su cosmovisión, la naturaleza aparece fuertemente vinculada a su vida espiritual.
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Las empresas tienen múltiples estrategias para obtener permisos y minimizar la resistencia. Por ejemplo, políticas asistenciales, de capacitación técnica alrededor de la actividad y puestos de trabajo que, frente a una situación de vulnerabilidad, funcionan como promesas de “progreso” social. Incluso, las obras de infraestructura aparecen para mejorar rutas e instalaciones para facilitar la minería, transformando el conjunto del territorio alrededor de la actividad extractivista.
Cuando, a pesar de la enorme desigualdad de poder, las comunidades resisten y rechazan la minería extractivista de litio, no falta la represión estatal. Sin embargo, las comunidades indígenas no se dejan doblegar.
Las empresas tienen múltiples estrategias para obtener permisos y minimizar la resistencia. Por ejemplo, políticas asistenciales, de capacitación técnica alrededor de la actividad y puestos de trabajo que, frente a una situación de vulnerabilidad, funcionan como promesas de “progreso” social. Incluso, las obras de infraestructura aparecen para mejorar rutas e instalaciones para facilitar la minería, transformando el conjunto del territorio alrededor de la actividad extractivista.
Cuando, a pesar de la enorme desigualdad de poder, las comunidades resisten y rechazan la minería extractivista de litio, no falta la represión estatal. Sin embargo, las comunidades indígenas no se dejan doblegar.
Unintegrante de la comunidad de El Toro (Susques), del pueblo Atacama, que se encuentra en lucha contra la reforma de Gerardo Morales nos dijo: “El tipo quiere hacerse el rey acá de la Puna, hacer negocios con el extranjero, sacar los minerales lo más que se puede, sacar la ganadería. Hace muy pocos años se implementó esto de la minería, donde se han venido a meter la política y las empresas extranjeras. En esta zona de Atacama están dos empresas, Exar, Sales de Jujuy, mucha guita saca el gobierno, vende, hace negocios propios. Venimos de pueblos indígenas de hace años en estos territorios, los han dejado nuestros abuelos y los vamos a defender hasta la muerte. Si dejamos pasar esto hoy en esta provincia, se van a comer el garrón todas las demás provincias.”
Unintegrante de la comunidad de El Toro (Susques), del pueblo Atacama, que se encuentra en lucha contra la reforma de Gerardo Morales nos dijo: “El tipo quiere hacerse el rey acá de la Puna, hacer negocios con el extranjero, sacar los minerales lo más que se puede, sacar la ganadería. Hace muy pocos años se implementó esto de la minería, donde se han venido a meter la política y las empresas extranjeras. En esta zona de Atacama están dos empresas, Exar, Sales de Jujuy, mucha guita saca el gobierno, vende, hace negocios propios. Venimos de pueblos indígenas de hace años en estos territorios, los han dejado nuestros abuelos y los vamos a defender hasta la muerte. Si dejamos pasar esto hoy en esta provincia, se van a comer el garrón todas las demás provincias.”
Una salida por izquierda, basta de saqueo y dependencia
La transición energética global como respuesta a la crisis climática, genera las condiciones para un aumento en la demanda del litio. Esto da lugar a “una transición energética amigable para la proliferación de nuevos negocios ahora pintados de verde”, como señalaba el especialista Ariel Slipak a este medio.
Bajo el impulso de obtener una ganancia, la capacidad del litio para almacenar energía no fósil, se utiliza principalmente para la producción de autos eléctricos individuales, en vez de pensar en sistemas de transporte público gratuitos en todo el mundo. Detrás de la explotación del litio no hay ningún interés por solucionar la crisis climática ni alcanzar una verdadera transición energética en favor de las mayorías sociales.
La transición energética global como respuesta a la crisis climática, genera las condiciones para un aumento en la demanda del litio. Esto da lugar a “una transición energética amigable para la proliferación de nuevos negocios ahora pintados de verde”, como señalaba el especialista Ariel Slipak a este medio.
Bajo el impulso de obtener una ganancia, la capacidad del litio para almacenar energía no fósil, se utiliza principalmente para la producción de autos eléctricos individuales, en vez de pensar en sistemas de transporte público gratuitos en todo el mundo. Detrás de la explotación del litio no hay ningún interés por solucionar la crisis climática ni alcanzar una verdadera transición energética en favor de las mayorías sociales.
Se trata de un nuevo nicho de negocios capitalistas que arrasan con el agua, la tierra, los derechos del pueblo trabajador y las comunidades, y se opone cualquier perspectiva de desarrollo genuino.
Para combatir la crisis climática, se necesita jerarquizadamente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, dejar de deforestar y de cambiar los usos del suelo, dentro de un plan que cuestione integralmente el modo de producción y de consumo capitalistas. Como hemos expuesto, poco se habla sobre el escaso impacto total del uso del litio en relación a la crisis climática.
Se trata de un nuevo nicho de negocios capitalistas que arrasan con el agua, la tierra, los derechos del pueblo trabajador y las comunidades, y se opone cualquier perspectiva de desarrollo genuino.
Para combatir la crisis climática, se necesita jerarquizadamente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, dejar de deforestar y de cambiar los usos del suelo, dentro de un plan que cuestione integralmente el modo de producción y de consumo capitalistas. Como hemos expuesto, poco se habla sobre el escaso impacto total del uso del litio en relación a la crisis climática.
Argentina tiene a nivel mundial el tercer reservorio de este bien común natural. El consenso extractivista de los partidos del régimen -desde Juntos por el Cambio (Morales, Bullrich, Larreta), pasando por Milei y el peronismo ahora unificado bajo la figura de Sergio Massa- ven en el litio la posibilidad de aumentar las exportaciones, y por esta vía la entrada de dólares que el país necesita como agua en el desierto para pagar la deuda fraudulenta al FMI.
¿Cuántos dólares genera y deja en el país esta actividad? De acuerdo a las proyecciones del Gobierno, hacia 2030 se estima que las exportaciones de litio ascenderían a U$S 8.730 millones. Pero esto no implica que quedarán en el país, ¿cuántas serán las ganancias que se llevarán las multinacionales? Solo en 2022 la empresa Sales de Jujuy ganó U$S 523 millones. Recursos suficientes para construir 14.000 viviendas. Teniendo en cuenta el déficit de vivienda existente en Jujuy, con esos recursos en 2 años se podría poner fin a esta problemática que afecta a miles de jujeños.
Argentina tiene a nivel mundial el tercer reservorio de este bien común natural. El consenso extractivista de los partidos del régimen -desde Juntos por el Cambio (Morales, Bullrich, Larreta), pasando por Milei y el peronismo ahora unificado bajo la figura de Sergio Massa- ven en el litio la posibilidad de aumentar las exportaciones, y por esta vía la entrada de dólares que el país necesita como agua en el desierto para pagar la deuda fraudulenta al FMI.
¿Cuántos dólares genera y deja en el país esta actividad? De acuerdo a las proyecciones del Gobierno, hacia 2030 se estima que las exportaciones de litio ascenderían a U$S 8.730 millones. Pero esto no implica que quedarán en el país, ¿cuántas serán las ganancias que se llevarán las multinacionales? Solo en 2022 la empresa Sales de Jujuy ganó U$S 523 millones. Recursos suficientes para construir 14.000 viviendas. Teniendo en cuenta el déficit de vivienda existente en Jujuy, con esos recursos en 2 años se podría poner fin a esta problemática que afecta a miles de jujeños.
La explotación del litio que venden los gobiernos es parte de una matriz extractivista conocida, como el agronegocio, la megaminería o el fracking: externalización de los “pasivos” ambientales hacia países atrasados y dependientes que quedan como “zonas de sacrificio”. Del otro lado, ganancias colosales para el capital concentrado (en Allkem participan, por ejemplo, JP Morgan y el HSBC Group), y empleos en los países imperialistas (el tratamiento del carbonato de litio y la fabricación de baterías, por ejemplo). No hay desarrollo, sino profundización del saqueo y decadencia nacional.
La explotación del litio que venden los gobiernos es parte de una matriz extractivista conocida, como el agronegocio, la megaminería o el fracking: externalización de los “pasivos” ambientales hacia países atrasados y dependientes que quedan como “zonas de sacrificio”. Del otro lado, ganancias colosales para el capital concentrado (en Allkem participan, por ejemplo, JP Morgan y el HSBC Group), y empleos en los países imperialistas (el tratamiento del carbonato de litio y la fabricación de baterías, por ejemplo). No hay desarrollo, sino profundización del saqueo y decadencia nacional.
Bajo el concepto de acumulación por desfosilización, el especialista Ariel Slipak junto a un grupo de investigadores del GYBC mostraron como “quienes terminan pagando o padeciendo con sus cuerpos, con su modo de vida y con un ataque a su cultura, son las comunidades.”
Bajo el concepto de acumulación por desfosilización, el especialista Ariel Slipak junto a un grupo de investigadores del GYBC mostraron como “quienes terminan pagando o padeciendo con sus cuerpos, con su modo de vida y con un ataque a su cultura, son las comunidades.”
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Desde la izquierda se propone la estatización integral de minería de litio bajo administración democrática de los trabajadores y comunidades. Dar vuelta las prioridades, cuestionando tanto el esquema de saqueo económico y de mayor dependencia; ya que promueve la mayor injerencia del capital extranjero rifando los bienes comunes naturales y avanzando sobre territorios indígenas. Cuestionando los métodos extractivistas que amenazan el agua, un elemento clave para los ecosistemas de humedales en los cuales se encuentra este bien común natural y las comunidades que los habitan. Poniendo el conocimiento científico al servicio del bienestar socioambiental.
Esta propuesta permitiría poner los bienes comunes naturales en manos de la población -para que definan cómo, dónde y para qué producir- en sintonía con las necesidades de las mayorías populares y el cuidado del ambiente. Nuestro planteo de estatización del litio parte de un programa más general, a favor de una verdadera transición energética “justa” y sostenible, enfrentado a la búsqueda de ganancia del capitalismo. Respetando la autodeterminación de los pueblos originarios y sus derechos de preexistencia. El camino es el de la lucha, como hace semanas se ve en Jujuy.
Se agradece a Ariel Slipak, Andrea Izquierdo, Gastón Remy, Natalia Morales, Mario (trabajador minero) y a Matias Agedra.
Realizaron este informe especial Guadalupe Bravo, Juan Duarte, Mónica Arancibia, Lihuen Eugenia, Matías Hof, Jorge Galmes Aguzzi, Lorena Rebella y Lucía Ortega.
Imágenes y diseño: Matías Baglietto.
[1] Fuente: U.S. Geological Survey, Mineral Commodity Summaries, January 2023 https://pubs.usgs.gov/periodicals/mcs2023/mcs2023-lithium.pdf. De acuerdo a Vera, Torres, et al (2023) en el “triángulo del litio” se concentran entre el 50 y el 85% de de los depósitos de salmuera continentales ricos en litio, fuente: https://www.nature.com/articles/s43017-022-00387-5
Desde la izquierda se propone la estatización integral de minería de litio bajo administración democrática de los trabajadores y comunidades. Dar vuelta las prioridades, cuestionando tanto el esquema de saqueo económico y de mayor dependencia; ya que promueve la mayor injerencia del capital extranjero rifando los bienes comunes naturales y avanzando sobre territorios indígenas. Cuestionando los métodos extractivistas que amenazan el agua, un elemento clave para los ecosistemas de humedales en los cuales se encuentra este bien común natural y las comunidades que los habitan. Poniendo el conocimiento científico al servicio del bienestar socioambiental.
Esta propuesta permitiría poner los bienes comunes naturales en manos de la población -para que definan cómo, dónde y para qué producir- en sintonía con las necesidades de las mayorías populares y el cuidado del ambiente. Nuestro planteo de estatización del litio parte de un programa más general, a favor de una verdadera transición energética “justa” y sostenible, enfrentado a la búsqueda de ganancia del capitalismo. Respetando la autodeterminación de los pueblos originarios y sus derechos de preexistencia. El camino es el de la lucha, como hace semanas se ve en Jujuy.
Se agradece a Ariel Slipak, Andrea Izquierdo, Gastón Remy, Natalia Morales, Mario (trabajador minero) y a Matias Agedra.
Realizaron este informe especial Guadalupe Bravo, Juan Duarte, Mónica Arancibia, Lihuen Eugenia, Matías Hof, Jorge Galmes Aguzzi, Lorena Rebella y Lucía Ortega.
Imágenes y diseño: Matías Baglietto.
[1] Fuente: U.S. Geological Survey, Mineral Commodity Summaries, January 2023 https://pubs.usgs.gov/periodicals/mcs2023/mcs2023-lithium.pdf. De acuerdo a Vera, Torres, et al (2023) en el “triángulo del litio” se concentran entre el 50 y el 85% de de los depósitos de salmuera continentales ricos en litio, fuente: https://www.nature.com/articles/s43017-022-00387-5
El consenso extractivista: “zonas de sacrificio” en el altar del FMI y los especuladores
Esteban Mercatante
El consenso extractivista: “zonas de sacrificio” en el altar del FMI y los especuladores
Esteban Mercatante
El planteo de Sergio Massa de que hay exportar más para pagarle rápido al FMI y la reforma de la Constitución provincial de Jujuy de Gerardo Morales para despejar obstáculos para un mayor avance de la minería del litio, son las últimas muestras de un consenso extractivista que no conoce grietas entre los partidos mayoritarios. Aunque la apuesta a exportar más poniendo las mayores fichas hoy en el agronegocio, la minería o los hidrocarburos es planteada en muchos casos como paso necesario para acumular recursos necesarios para invertir en pos de lograr un mayor desarrollo, el crecimiento de los superávits comerciales en las últimas décadas no hizo más que convertirse en una fuente de mayores transferencias de riqueza al exterior, perpetuando las condiciones de atraso y dependencia.
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Patrones de dependencia
Romper el círculo vicioso
Esteban Mercatante @EMercatante Economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Autor de los libros El imperialismo en tiempos de desorden mundial (2021), Salir del Fondo. La economía argentina en estado de emergencia y las alternativas ante la crisis (2019) y La economía argentina en su laberinto. Lo que dejan doce años de kirchnerismo (2015).
FUERA MEKOROT DE ARGENTINA
Mekorot: el agua como herramienta de dominación
El valor estratégico de controlar el agua para el Estado sionista de Israel en su expansión por tierras palestinas es sin duda a través de la empresa Mekorot hoy asentada en al menos 10 provincias del país. Fundada en 1938, prácticamente 10 años antes de la creación del Estado sionista, Mekorot es la pieza clave para llevar a una dependencia estructurada y al cautiverio del sector hídrico palestino, que trabaja en connivencia estrecha con el ejército israelí. Mekorot posiciona a Israel como líder global en el desarrollo de soluciones tecnológicas —exporta $2 mil millones de dólares al año en esta materia— para resolver problemas relacionados con la escasez de agua. Esta empresa a penetrado en la economía argentina con todo el respaldo de los últimos gobiernos. A pesar de tener fuertes denuncias de organismos de derechos humanos por violaciones a los derechos humanos. Republicamos una nota* de Paula Galizia Alfano y Silvia Ferreyra que repasa la problemática.
El genocidio sistemático del sionismo hacia el pueblo palestino está siendo televisado y replicado en redes sociales frente a los ojos del mundo entero. La destrucción, la muerte, el saqueo y la violencia están todas juntas, diseminadas en un pequeño territorio frente a las costas del Mar Mediterráneo. El pueblo palestino, particularmente en Gaza, está sufriendo una segunda Nakba más cruel y más profunda que la primera.
Más de 35.000 asesinades, la mayoría mujeres e infancias, miles de casas destrozadas, casi ningún hospital en pie, el acceso al agua y el servicio eléctrico fueron diezmados y más de un millón de personas se convirtieron en refugiadas. Estas son algunas de las brutales consecuencias provocadas por el gobierno de Benjamín Netanyahu, a 7 meses de la contraofensiva israelí, luego de los ataques de Hamas el pasado octubre.
A pesar de las exigencias de los pueblos del mundo para que se detenga la violencia, e incluso con una resolución de la ONU en la que se exigió un cese al fuego, el asedio no se detiene y goza de una magnánima impunidad frente a todas las violaciones de derechos humanos que comete. Pero para comprender los hechos cabe reforzar algo muy importante: la ocupación no comenzó el 8 de octubre, son 76 años de colonialismo, saqueo y destrucción de los cuerpos y territorios del pueblo palestino.
Si bien mucho se dice y analiza sobre este mal llamada guerra —porque no es otra cosa que un genocidio—, y existen serios y profundos análisis del caso, poco se menciona del carácter profundamente extractivista que tiene esta ocupación. Es en esta perspectiva que pone el foco en los territorios, los bienes comunes y su despojo, que este artículo pretende analizar la ocupación israelí. Para ello daremos a conocer a un actor que opera tras bambalinas y del que poco se sabe aunque sea uno de los pilares centrales para la realización, profundización y viabilidad del apartheid: la empresa estatal de agua israelí, Mekorot.
Colonialismo de colonos
Desde el comienzo de la ocupación en 1948, más del 80% del territorio de la Palestina Histórica fue anexado por el Estado israelí violando así el Plan de Partición (1947,ONU) en el que se preveía sólo un 40 % de las tierras para la constitución del mismo. Ahora bien, hablar de anexión de un territorio no se circunscribe estrictamente a la pérdida de tierra disponible para una población, sino también a la capacidad de reproducir la vida, a la libre circulación y a la posibilidad de sostener prácticas culturales, religiosas o económicas.
A lo largo de todos estos años, los sucesivos gobiernos israelíes implementaron un plan sistemático de limpieza étnica hacia el pueblo palestino mediante métodos opresivos basados en la expoliación de los bienes comunes y de los territorios. Además de incontables violaciones a los derechos humanos, como la construcción de muros, la criminalización, la persecución y el asesinato, el sionismo centró parte de su estrategia colonialista en la destrucción o monopolización de los bienes comunes del pueblo palestino.
Mediante el avance violento de asentamientos ilegales, aplicando desalojos forzosos a las familias palestinas e instalando allí a colonos israelíes, destruyendo casas, poblados y campos agrícolas, principalmente de olivos —práctica milenaria del pueblo palestino—, privatizando los servicios públicos, prohibiendo la libre circulación, generando desempleo y pobreza, es que profundizan el apartheid y el asedio. Pero hay un elemento clave para la concreción material de estos asentamientos que es vital para el expansionismo sionista: el agua.
El agua es un componente esencial para el desarrollo de la vida y es un derecho humano que el Estado sionista cercena sistemáticamente al pueblo palestino. En el Territorio Palestino Ocupado (TPO) existen tres fuentes principales de agua dulce natural: el río Jordán, el acuífero costero y el acuífero montañoso. Tras la victoria israelí de la Guerra de los 6 días (1967), el Estado sionista pasó a ocupar la península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y la mayor parte de los Altos del Golán sirios, triplicando el tamaño del territorio bajo su control. A su vez, asumió el control militar de todos los recursos hídricos del TPO. Un actor fundamental para ejecutar el control del agua es la empresa estatal, Mekorot.
Fundada en 1938, prácticamente 10 años antes de la creación del Estado sionista, Mekorot es una empresa gubernamental adscrita al Ministerio de Energía y la Dirección de Aguas de Israel. Es la pieza clave y central para efectivizar la desposesión arraigada del acceso al agua, lo que lleva a una dependencia estructurada y al cautiverio del sector hídrico palestino, que trabaja en connivencia estrecha con el ejército israelí.
A su vez, Mekorot desempeña un papel integral en la economía de la ocupación israelí al posicionar a Israel como líder global en el desarrollo de soluciones tecnológicas —exporta $2 mil millones de dólares al año en esta materia— para resolver problemas relacionados con la escasez de agua. Mientras que esa es la fachada que le vende al mundo, obviando la opresión y el robo de las cuencas hídricas del TPO, Amnistía Internacional y otros organismos de derechos humanos denunciaron a la empresa por fuertes violaciones a los derechos humanos.
Desde que asumió el control del agua, Mekorot monopoliza el acceso, la distribución y la comercialización del agua. Deliberadamente favorece el desarrollo de los asentamientos ilegales y su crecimiento, garantiza el suministro permanente del agua y crea infraestructura para ello. Al pueblo palestino le prohíbe construir nuevas instalaciones hídricas o mantener las existentes, profundizar los pozos o construir cisternas para acopio de agua de lluvia, sin obtener antes la autorización del ejército israelí. No sorprende que esas autorizaciones casi nunca sean otorgadas. De manera intencional, el acceso al agua es injustamente desigual y se utiliza para el fomento y desarrollo de producciones agrícolas israelíes, para su uso cotidiano y hasta incluso para sus grandes piscinas y jardines, degradando la vida de cientos de miles de palestines.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo diario de agua per cápita debería rondar los 100 litros. El consumo palestino de agua se estima en 70 litros diarios por persona en Cisjordania y en 20 litros en Gaza, en contraste con el consumo diario per cápita israelí que es cuatro veces superior, alcanzando los 300 litros diarios. De conformidad con el artículo 40 de las disposiciones en materia de medio ambiente de los Acuerdos de Oslo II (1995), titulado “Abastecimiento de agua y tratamiento de aguas residuales”, aproximadamente el 80 % de las aguas extraídas de los acuíferos se asignaron para uso israelí y el 20 % restante para uso palestino.
El apartheid del agua
Luego de los fallidos Acuerdos de Oslo I (1994), Cisjordania fue dividida en 3 zonas: A, B y C. En las zonas A y B, la Autoridad Palestina es quien gobierna y gestiona los bienes comunes. La zona C, que equivale al 60 % del territorio, se encuentra bajo el control total de Israel. Allí es donde se encuentra la mayor parte de las tierras agrícolas, las fuentes de agua y los depósitos subterráneos del TPO. En la zona C, el costo del agua comprada en la red puede ser seis veces superior al precio de los asentamientos, llegando a pagar $1,50 dólares por metro cúbico. En algunas comunidades palestinas de dicha zona, el agua representa el 15 % del gasto de los hogares. Para las comunidades de pastores, como el pueblo beduino, el elevado precio del agua disminuye severamente su capacidad de mantener sus medios de vida.
En la Franja de Gaza la situación es tremendamente peor. El agua disponible no satisface las necesidades básicas de la población. Según el Banco Mundial, el suministro de agua en Gaza se encuentra en niveles de crisis desde 2005. En 2020, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estimó que solo el 10 % de la población de Gaza tenía acceso directo a agua potable limpia y salubre. En total, se calcula que alrededor de un millón de personas —la mitad de la población— necesitan intervenciones en materia de agua y saneamiento.
Otro factor que imposibilita un acceso adecuado al agua está relacionado con la falta de un suministro eléctrico constante. Gaza sufre un déficit crónico de electricidad, lo que repercute gravemente en la disponibilidad de servicios esenciales, en particular de salud, agua y saneamiento, y afecta a los sectores agrícola e industrial. La escasez de electricidad influye en el funcionamiento de los sistemas de abastecimiento de agua locales, así como en el saneamiento de las mismas, lo que provoca la contaminación continua del acuífero costero y del entorno en general. Según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) el 97% del agua en Gaza no es apta para consumo humano.
Si bien hay tres plantas desalinizadoras que funcionan con el apoyo de la comunidad internacional y producen unos 13 millones de metros cúbicos de agua al año, la desalinización requiere una cantidad importante de electricidad y combustible. Por ello, la grave escasez de energía y las restricciones que impone Israel a la importación de materiales metalúrgicos —ya que considera que serán utilizados por la resistencia palestina— para el arreglo o reconstrucción de los sistemas, limitan la capacidad de esas plantas para funcionar a pleno rendimiento o para proporcionar un acceso suficiente y continuo al agua.
Estos factores parecen menores frente a lo que atraviesa Gaza estos días. La contraofensiva israelí es absolutamente monstruosa. Prácticamente está aniquilando a la población gazatí. Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO) el suministro de agua está al 7% de los niveles anteriores a octubre lo que redujo el consumo medio a un 92%.
Asimismo, se registraron hasta la fecha 58 ataques por parte de las fuerzas israelíes a las fuentes hídricas, 7 en Gaza, entre ellos el bombardeo de una planta desalinizadora. El sistema de aguas residuales dejó de funcionar, el 83% de los pozos de agua subterránea no están operativos, dos de las tres plantas desalinizadoras trabajan parcialmente y solo uno de los tres acueductos de Mekorot transporta agua pero lo hace al 42% de su capacidad. En Cisjordania se llevaron a cabo el 88% de los ataques a reservas hídricas, y el 62% fueron cometidos por colonos que intensificaron la violencia. Estos ataques, con la intención de perjudicar a la población, son considerados crímenes de guerra.
Mekorot en Abya Yala
Desde el siglo pasado, la lucha y resistencia del pueblo palestino ha sido referencia para muchos movimientos y organizaciones políticas y sociales del Abya Yala. Existen además cantidad de asociaciones y entidades de la diáspora Palestina que con mayor o menor extensión y articulación en los distintos territorios mantienen viva la causa, destacándose la tarea del Movimiento Boicot, Desinversión y Sanción (BDS).
Por otro lado, las luchas por el agua en la región han motorizado importantes procesos de organización y articulación, entre los más diversos sectores y saberes, logrando importantes conquistas, a nivel reivindicativo e institucional. La Guerra del Agua en Bolivia (2000), sembrando el camino para la llegada de Evo Morales al gobierno; el plebiscito impulsado por la Comisión Nacional de Defensa del Agua y la Vida, para la reforma constitucional (2004), que puso en manos del Estado en forma exclusiva la gestión del agua potable y saneamiento en Uruguay, declarando su acceso como derecho humano fundamental, mucho antes que las Naciones Unidas. El movimiento antirrepresas en Centroamérica y el ejemplo de Berta Cáceres; en Argentina el No a La Mina en Esquel (2003), y las puebladas contra las megamineras en La Rioja, Mendoza y Catamarca, por mencionar sólo algunos hitos.
Como hemos señalado, Israel opera desde sus inicios como un régimen colonial. Busca profundizar su hegemonía económica y política apostando a un fuerte desarrollo militar y de seguridad, controlando los principales bienes naturales del territorio ocupado. Lo hace además, ejerciendo el apartheid como mecanismo institucional de limpieza étnica hacia la población originaria de ese territorio. Desde esa convicción analizamos la expansión de Mekorot en nuestra región, en el marco del conjunto de intereses que históricamente tiene el sionismo en nuestros países. Vale la aclaración, puesto que en nuestros territorios, algunos sectores, incluso desde un pensamiento progresista, destacan el modelo de gestión de la empresa, su desarrollo tecnológico, sus logros, etc. divorciando estos aspectos del principal rol que ha cumplido toda la vida: gestionar el agua desde una relación de dominación de un pueblo sobre otro.
Mekorot se posiciona internacionalmente como ‘líder en la gestión de recursos hídricos’, por su desarrollo en tecnología, sus enormes plantas de desalinización y el reciclado de efluentes. A su vez, alimenta el mito del ‘milagro israelí’, por haber ‘transformado un desierto en un oasis’, omitiendo por supuesto, el despojo del territorio palestino y el robo de sus principales fuentes de agua. En Latinoamérica, Mekorot ofrece principalmente servicios de consultoría: asesoramiento en la gestión hídrica, monitoreo, planificación de políticas, diseño de proyectos y capacitación, entre otros. En general, estos servicios se ofrecen a gobiernos, empresas u organismos que requieren mantener, expandir o profundizar proyectos extractivistas que demandan un uso intensivo del agua. Frecuentemente, entidades del lobby sionista de los distintos países invitan a comitivas gubernamentales a recorrer las instalaciones de la empresa en Israel o a participar en los seminarios y eventos que organiza sobre el agua.
La presencia de Mekorot en la región adopta características particulares. Si bien se trata de una empresa estatal, su accionar se equipara a cualquier otra empresa privada. Al menos hasta ahora actúa con perfil bajo —resulta difícil seguirle el rastro—, a diferencia de otras trasnacionales con fuerte presencia mediática y en diferentes estamentos de la vida cotidiana. En general elige interlocutores poco conocidos para sus vínculos con los distintos niveles de gobierno, opta por intermediarios que le permiten eludir la normativa que rige para la contratación pública, las posibilidades de control y cualquier demanda por falta de transparencia. En los pocos convenios que han trascendido no fija domicilio en el país firmante, ni reconoce oficinas propias o filiales en la región.
Mekorot ha participado en Belo Horizonte y otras regiones de Brasil. En Colombia brindó servicios de consultoría a las Corporaciones Autónomas Regionales —entes ambientales del gobierno— de Cundinamarca o en La Guajira, por mencionar sólo algunas. En República Dominicana el gobierno nacional la contrató para el diseño del Plan Hídrico nacional (2023), la Red Socioambiental impugnó el acuerdo ante el organismo de control de contrataciones públicas, por las irregularidades y las excesivas cláusulas de confidencialidad que incluía, logrando su suspensión. En México firmó un acuerdo con el área de ambiente, a través de la Comisión Nacional del Agua (2013), para asesorar sobre calidad de agua y remediación de acuíferos. Por una cuestión de espacio, desarrollaremos sólo dos ejemplos de su incursión: en Chile y Uruguay.
En Chile, años atrás la empresa intentó establecer vínculos en Valparaíso, pero organizaciones que impulsaron el boicot lograron frenar su avance. Más recientemente, tras una intensa acción de la Agencia de Cooperación Israelí, el Gobierno Regional del Biobío anunció en mayo del 2023 la firma de un convenio con Mekorot para realizar el “Plan Regional de Gestión de los Recursos Hídricos” de la región. La operación alertó a la comunidad palestina en Chile, la organización Abogados por Palestina investigó el caso, constatando que la firma del contrato no había sido directa por parte del gobierno, sino a través de una corporación de derecho privado, sin fines de lucro, llamada “Desarrolla Biobío”, por lo cual no rige la Ley de Compras Públicas.
El acuerdo compromete el pago de 300 mil dólares, su vigencia es de un año con renovación automática e incluye cláusulas usureras, en sintonía con los clásicos acuerdos de Libre Comercio: ante cualquier duda o interpretación de los términos del contrato rige la legislación inglesa; ante incumplimiento o controversia, no se dirime en tribunales chilenos, sino un arbitraje bajo las reglas de la Cámara de Comercio Internacional; y otras condiciones que ponen en riesgo el dinero público. Por todas estas irregularidades, Abogados por Palestina presentó en marzo de 2024 un requerimiento ante la entidad fiscalizadora superior de Chile de la cual esperan respuesta.
En Uruguay, la zona metropolitana de Montevideo padeció en 2023 una crisis hídrica y sanitaria por la situación límite de la cuenca del Río Santa Lucía de donde se abastece la planta potabilizadora que provee a dos tercios de la población del país. Cuenca atravesada por el desmonte, el agronegocio, la industria forestal y de celulosa y las descargas cloacales sin tratamiento, entre otras amenazas que hacen al corazón del modelo productivo uruguayo. En 2013, ante una crisis hídrica de menor magnitud, se conformó el Consejo de Cuenca, se realizó un diagnóstico y se dispusieron medidas urgentes para sanearla, que con el tiempo quedaron en el olvido. Completa el cuadro el achicamiento de la planta de empleados de OSE, empresa estatal a cargo del servicio, y la falta de inversión pública necesaria para el mantenimiento de una infraestructura obsoleta —el 50% del agua potable se pierde por las cañerías de la red—. La sequía de los últimos años sólo prendió la mecha del dispositivo que muches alertaban que iba a estallar.
Desde hace años Mekorot viene instalando en Uruguay la idea de usar agua del Río de la Plata, altamente contaminada, para sumar otra fuente de captación. En marzo del 2022 OSE firmó un contrato con la empresa por 275 mil dólares para asesoramiento y capacitación en materia hídrica. Ante la solicitud de información, OSE sólo entregó la resolución de directorio donde se mencionaba el monto y el objeto del contrato, pero no su contenido. La estrategia del gobierno actual es avanzar con el Proyecto Neptuno, en la localidad de Arazatí, a cargo de un consorcio de empresas privadas, para tomar agua del Río de la Plata y transportarla 72 km para inyectarla a la red, altamente cuestionado por sus enormes costos —700 millones de dólares— y dudosa viabilidad ya que incluiría proceso de desalinización en algunos meses del año. ¿Cuáles han sido los ‘consejos’ de Mekorot? ¿Recuperar la cuenca del Santa Lucía, restablecer el bosque nativo, ordenar el territorio modificando los cultivos forestales en zonas de recarga del río, reemplazar los cultivos del agronegocio, tratar los efluentes para evitar las descargas, todas recomendaciones hechas en 2013? ¿Frenar el vaciamiento de OSE? Claro que no, su recomendación es avanzar con los negociados del Proyecto Neptuno.
Antecedentes en Argentina
Si bien los lazos entre Israel y nuestro país son de larga data, recién en 1995 ambos Estados rubricaron un Convenio de Cooperación Comercial y Económica, ratificado por la ley 24.710.
Años más tarde, Mekorot encontró en el sector sindical ligado a la gestión del agua un gran aliado para expandir su influencia. Según registros periodísticos, la Federación Nacional de Trabajadores de Obras Sanitarias (FENTOS) sostenía relaciones con la empresa al menos desde 2007. El dirigente menemista Rubén Pereyra en aquél momento a cargo de la conducción, era un representante del modelo de “sindicalismo empresario” instalado durante la hegemonía privatista de la década del ‘90. Estos vínculos sirvieron de base para la firma en agosto de 2008 de un acuerdo marco de cooperación entre FENTOS, Mekorot y el gobernador Mario Das Neves de Chubut, para realizar estudios y proyectos de obras hídricas y de agua para riego. El antecedente es de importancia por el alcance nacional de la Federación y su compromiso con la empresa.
En el caso de la provincia de Buenos Aires, la relación con Mekorot cobró otra dimensión. La Empresa 5 de Septiembre pertenece al Sindicato de Obras Sanitarias de Buenos Aires (SOSBA) y está constituida con el 10% de las acciones correspondientes a les trabajadores de Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA), prestataria del servicio en 80 localidades. El objeto principal de la empresa es brindar servicios integrales de consultoría, diseño y evaluación de obras; su incidencia en las políticas y decisiones de ABSA es más que relevante. La relación de Mekorot con ambas empresas es de larga data.
En los años 2008 y 2009, la localidad de Bahía Blanca atravesó una fuerte crisis hídrica, situación que apuntaló a la intervención de Mekorot en tareas de consultoría para el diseño de un “plan de emergencia” y posteriormente una planta de reuso de líquidos cloacales, para destinar el agua reciclada al Polo Petroquímico, aliviando de esta manera el agua para uso doméstico. Mekorot diseñó la planta junto a la Empresa 5 de septiembre, ABSA aportó $150 millones para su financiamiento y el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (ENOHSA) otros $30 millones. En 2011 se presentó el proyecto, en 2016 inició su construcción y en 2019 la entonces gobernadora, María Eugenia Vidal, inauguró su primera fase. No encontramos registro que se haya realizado licitación, ni audiencia pública sobre la obra, ni evaluación de impacto ambiental, ni consulta o participación de organizaciones de la sociedad bahiense, a pesar del interés que había despertado la crisis hídrica. El único sector consultado fue el complejo petroquímico.
En la ciudad de La Plata, el proceso fue similar, en paralelo, pero con otro desenlace. El objetivo allí era construir una planta de tratamiento de aguas para la región de la capital provincial, Berisso y Ensenada, como complemento de la planta Donato Gerardi (Ensenada) y extender el servicio a futuro mediante la extracción de agua del Río de La Plata. La Empresa 5 de Septiembre, SOSBA y ABSA junto a Mekorot lideraron el proceso, la empresa hispano-israelí Ashtrom BV y las constructoras platenses Mako y Eleprint completaron el equipo de la UTE conformada para la ejecución.
En noviembre de 2009 el entonces gobernador, Daniel Scioli, declaró de interés público el proyecto y llamó a licitación en el marco del Régimen de Iniciativa Privada. El costo estimativo inicial era de 90 millones de dólares a cargo de los responsables del proyecto, contemplando la construcción y posterior operación de la planta hasta el repago total de la obra en unos 15 años, lo que implicaba al menos un 30% de aumento de la tarifa para los usuarios de la zona. A fines de 2010, Scioli viajó a Israel para concretar el acuerdo para las plantas de Bahía Blanca y La Plata. El intendente bahiense, Cristian Breintenstein, y el titular de ABSA, Guillermo Scarcela, fueron de la partida. A su regreso, rápidamente inició el proceso de licitación para la planta de La Plata.
En el año 2011, al tomar estado público el proceso, la Federación de Entidades Argentino Palestinas, con el respaldo de la red internacional Stop The Wall, junto a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y otras organizaciones iniciaron la campaña “Buenos Aires, las Aguas Bajan Turbias”, denunciando los crímenes de apartheid contra el pueblo palestino de Mekorot y el negociado en torno al proyecto.
Según Adolfo Ruiz, ingeniero empleado en el área de hidráulica de la provincia y delegado de ATE, la reparación y mejora para reducir las pérdidas de las cañerías existentes permitiría obtener resultados similares a los proyectados para la planta, con costos sustancialmente menores. Además del aumento de la tarifa, se cuestionaba el proceso licitatorio hecho “a medida” de la empresa y la calidad de agua propuesta: el “doble estándar” característico del modelo de gestión de Mekorot: agua “corriente” no apta para consumo humano, de menor calidad y costo, y “agua potable” a mayor precio.
Con mucho esfuerzo se presentó un detallado pedido de informes en la Legislatura a través del diputado Oscar Negrelli, de la Coalición Cívica. Fruto de la movilización en la calle y el trabajo en los medios de comunicación, en octubre del 2012 se logró la aprobación del pedido de informe en la Legislatura y luego la suspensión de la licitación. Una victoria importante, ya que a pesar de los reiterados intentos, a la fecha el proyecto no se pudo concretar. De todos modos, la alerta continúa, dado que muchos de los actores intervinientes en aquellos años siguen ocupando espacios de poder: Daniel Scioli es Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes del actual gobierno de Javier Milei; Julio Castro, titular de SOSBA y de la Empresa 5 de Septiembre en aquél entonces, continúa a la cabeza del gremio; Mario Montoto, titular de la Cámara de Comercio Argentino Israelí, sigue tendiendo lazos con los gobiernos de turno para fortalecer los negocios del sionismo y los propios.
La experiencia reciente
Desde su asunción en el Ministerio del Interior, Wado de Pedro —paradójicamente, hijo de víctimas de la última dictadura genocida del país— quiso que les titulares de las provincias conocieran de primera mano, in situ, el modelo de gestión del agua de Israel. Debido a la pandemia, el viaje recién pudo concretarse en abril de 2022, con mandataries y funcionaries de 10 provincias y de distintos signos políticos. Mientras tanto, en 2021, el gobierno promovió un ‘memorándum de entendimiento’ entre Mekorot y el ente que regula el servicio de agua y saneamiento a nivel nacional, el ENOHSA. Todas estas gestiones contaron con el acompañamiento militante de Mario Montoto.
En el viaje a Israel, De Pedro propuso a les gobernadores crear una ‘mesa de trabajo’ para centralizar en una sola autoridad en la órbita de su Ministerio el manejo del agua, tomando como ejemplo el modelo israelí. Señaló que junto al Consejo Federal de Inversiones (CFI) habían elaborado un borrador de proyecto de ley a tal fin y querían firmar un convenio con la empresa y las provincias para avanzar en ese sentido. Mendoza y Río Negro no estuvieron de acuerdo, señalando que no era un tema de competencia nacional. De todos modos, al regreso de la comitiva y por intermediación del CFI, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Formosa, Río Negro y Santa Cruz firmaron convenios para que Mekorot diseñara sus Planes Maestros de Agua, principalmente.
A principios de 2023 se realizó un acto oficial en Casa Rosada para ‘formalizar’ los convenios, con la presencia del Embajador de Israel, el presidente de Mekorot y les titulares de las provincias firmantes, a las que se sumaron Santa Fe y Santiago del Estero. Más recientemente, con el recambio de gobierno, los gobernadores de Neuquén, Chubut y Jujuy anunciaron la firma con la empresa, completando así la plantilla actual de 12 provincias, la mitad del país, de una u otra manera vinculadas a Mekorot. Si nos detenemos a analizar el mapa, es la ruta del avance de la frontera extractivista, megaminera, petrolera y del agronegocio.
Ante la profundización del genocidio en Gaza a partir del 7 de octubre de 2023, el actual gobierno de Javier Milei es uno de los pocos en la región y el mundo que afirma su apoyo incondicional al primer ministro Benjamin Netanyahu. Fronteras adentro, empresarios sionistas de mucho poder económico integran el círculo rojo del gobierno de Milei, incluso en puestos clave, como Eduardo Elzstain o Gerardo Werthein —actual embajador en EE.UU— o referentes como el rabino Axel Wahnish, designado embajador en Israel. Las perspectivas, por tanto, no son muy alentadoras.
La falta de información y participación
El intermediario elegido en esta etapa para acompañar a Mekorot, eludiendo las normas de contratación pública, control y monitoreo, acceso a la información y participación pública es el Consejo Federal de Inversiones.
Se trata de un organismo autónomo y autárquico, es decir, no tiene obligación de responder a ningún ámbito superior, más que a su propio directorio. Conformado en 1959 por representantes de las provincias, su objeto es la ‘investigación, la coordinación y el asesoramiento’ para una ‘adecuada política de inversiones’. Por el CFI desfilan la gran mayoría de proyectos de obra pública de las provincias. Está financiado por un porcentaje de lo correspondiente a cada jurisdicción de la coparticipación federal; a modo de ejemplo, para el ejercicio 2024, serían alrededor de $90.000 millones.
Su actual secretario general, Ignacio Lamothe, muy cercano a De Pedro, con antecedentes en la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, fue elegido para ese cargo en octubre de 2020. Lamothe llegó al CFI tras la muerte del anterior titular, Juan José Ciacera, quien estuvo 33 años ininterrumpidos al frente del organismo. Una señal del acuerdo entre las principales fuerzas políticas y gobiernos de turno para mantener el status quo de la entidad.
Al tomar conocimiento de los primeros convenios firmados entre las provincias y Mekorot, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, integrante del Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino, solicitó una entrevista con De Pedro, requiriendo mayor información. En la oportunidad el Ministro respondió que su organismo no tenía ninguna injerencia en los acuerdos firmados, que la información debía ser requerida al CFI.
Después de insistir mediante notas en el marco de las leyes de Acceso a la Información Pública y en específico de la Información Pública Ambiental, desde el CFI respondieron que el organismo no está obligado a las disposiciones de esas normas. Igualmente brindaron información genérica sobre los acuerdos firmados con Mekorot, aclarando que en el caso de Santa Fe y Santiago del Estero, si bien había convenios específicos con el CFI, no había injerencia de la empresa —a pesar de los anuncios a la prensa en ese sentido por parte de ambos gobernadores—.
Recientemente, legisladores de la bancada de Izquierda de la Legislatura de Chubut presentaron un pedido de informe, luego del viaje a Israel del gobernador y que los medios de comunicación difundieran la firma con Mekorot, incluso con autoridades locales dando detalles del acuerdo y el costo a pagar ($300 millones). La respuesta fue similar: la provincia tiene firmados contratos vinculados a la gestión hídrica con el CFI, pero ninguno con la empresa.
A partir de la insistencia de las asambleas en defensa del agua, junto a organizaciones políticas y sociales, ante autoridades de varias provincias involucradas, fue posible conseguir los convenios de Mendoza, La Rioja, Catamarca, San Juan y Río Negro, donde sí se menciona a la empresa. Su contenido es somero, casi idéntico en cuanto a objetivos generales y plazos a considerar, no hacen referencia a los costos a abonar por el servicio, ni a resolución de controversias, ni garantías para el acceso a la información y participación durante el proceso.
Gracias a ese proceso de involucramiento de las asambleas, organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos, por impulso del Comité Argentino en Solidaridad con el Pueblo Palestino y el Movimiento BDS se conformó en Argentina la Campaña Fuera Mekorot. Es desde ese espacio colectivo de articulación que se visibiliza y difunde qué es y cómo opera Mekorot tanto en Palestina como en nuestros territorios. Para ello se han realizado diversas actividades, una audiencia pública en el Cámara de Diputados de la Nación en respaldo a la presentación de un pedido de informe por parte de diputados del bloque de izquierda, difusión en centros culturales, espacios públicos y encuentros de redes nacionales e internacionales, recabando información valiosa que aporta a la denuncia y alerta sobre la injerencia de Mekorot en los distintos territorios. Los carteles de Fuera Mekorot acompañan las banderas palestinas en cada movilización de repudio al genocidio en Gaza, en cada marcha en defensa del agua.
Conclusiones
Desandar la historia de Mekorot permite comprender uno de los ejes fundacionales del régimen sionista y conocer cómo opera este engranaje clave en la maquinaria del apartheid que sufre el pueblo palestino, usando para tan vil objetivo a un bien esencial para la vida como es el agua.
El mito del ‘oasis en medio del desierto’ israelí, que Mekorot ofrece al mundo, abona la idea del ‘vacío a ocupar’, tan utilizada por los colonialismos durante siglos para legitimar la dominación de nuestros principales bienes comunes y nuestros territorios.
Al legitimar ese ‘vacío’, tanto la empresa como los gobiernos que van a su encuentro buscando soluciones ‘mágicas’, niegan la existencia en este continente de numerosos saberes, experiencias, estrategias vinculadas al agua que desde hace siglos, renacen, se actualizan, se difunden, se disputan en los distintos ámbitos sociales, culturales, productivos, académicos e institucionales. Aprendizajes en muchos casos conquistados en la calles.
Los métodos y mecanismos con los que opera la empresa de agua israelí violan derechos humanos, son opresivos y están basados en una lógica mercantilista, elementos todos concurrentes con el modelo de saqueo extractivista que se intenta profundizar en nuestro continente. El objetivo principal de los servicios de consultoría, planificación de proyectos y formación que desarrolla en nuestros territorios no se orienta a garantizar un acceso equitativo al agua ni a preservar sus principales fuentes, sino a consolidar este modelo de exclusión.
A partir de la profundización del genocidio en Gaza, las luchas en solidaridad con el pueblo palestino ganan las calles en distintas partes del mundo. La denuncia contra Mekorot entronca con ese proceso, sumando la trayectoria y la potencialidad de la lucha por el agua, en defensa de la vida.
- Nota publicada en ContraHegemoniaWeb
Ecología Social. Fuera Mekorot: comunidades indígenas protestaron en la Mesa del Agua de Jujuy
Este artículo analiza la llegada de la empresa estatal israelí Mekorot a Argentina para llevar a cabo un plan de manejo de agua en diez provincias, con la idea de centralizar la gestión del agua a nivel nacional en manos privadas. A pesar de las promesas de acabar con la sequía y la "cultura de la abundancia", se generan críticas desde las comunidades por considerar que se trata de megaobras inconsultas diseñadas para beneficiar a las empresas.
Mekorot, empresa estatal de aguas de Israel, ha sido denunciada por la ONU por violar el derecho al agua del pueblo palestino.
La empresa desembarcó en Argentina con la promesa de solucionar la crisis del agua causada por la sequía y el cambio climático.
El acuerdo entre el Consejo Federal de Inversiones y Mekorot para asistir técnicamente a las provincias en el desarrollo de planes de gestión del agua carece de transparencia.
Existen críticas y denuncias de parte de asambleas ambientalistas locales respecto a la falta de consulta a las comunidades afectadas por los proyectos de Mekorot.
La empresa opera con un modus operandi poco sofisticado que consiste en ofrecer asesoramiento para la formulación de planes hídricos adaptados a diferentes contextos.
Se han realizado subcontrataciones de expertos y consultores locales para implementar los planes de Mekorot en Argentina.
La Campaña Fuera Mekorot se ha articulado para oponerse a la presencia de la empresa en Argentina y ha logrado suspender proyectos anteriores en el país.
Mekorot cuenta con antecedentes de violación de derechos humanos en Palestina, siendo acusada de restringir el acceso al agua de las comunidades palestinas.
La empresa ha sido condenada por la ONU por reducir el suministro de agua a los palestinos en favor de satisfacer la demanda en Israel y los asentamientos.
Las comunidades locales afectadas ven la llegada de Mekorot como una amenaza a sus territorios y denuncian la privatización del agua y el saqueo de recursos.
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