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domingo, 9 de diciembre de 2012

"¿La realidad es o se hace? ¿Cual es la verdad de la milanesa..?." POEMA CANCION de Francisco Alvero EL JUGLAR DE LA LIBERTAD

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"¿La realidad es o se hace? 

¿Cual es la verdad de la milanesa..?."

 

POEMA 

  CANCION 

 

de EL JUGLAR

 DE LA LIBERTAD  


  

¿La realidad es o se hace?
Cual es la verdad de la milanesa?
eso me pregunto yo
Y no obtengo una respuesta.

Ella es bien compleja
Como panal de abejas
Nunca la subestimemos
Accionemos ya, sin queja.

No es la tele, las redes ni el rating
La realidad es mucho más que eso
Se construye solo día a día siempre
Y se destruye a veces, tambien por igual.

No es estática porque no está quieta
No es mentira repetida tétrica
Ella es la vida que nos alimenta
es algo concreto
Son sueños y metas
Como por supuesto
 lo que hacemos de ella

Desde mi verdad relativa,
  subjetiva como nuestra vida
   como el arco iris, tiene sus matices
quien no sabe ver solo ve los grises
es pluridiversa, y por eso existe

Siempre es amplia, siempre es tan diversa,
porque esa es su naturaleza
 como nuestra tierra, nuestra madre tierra
porque es nuestra esencia
aunque no lo sepan.

Realidades dice telesur,
plataforma intercontinental
contrahegemonica, contracultural
de nuestros valores, nuestro potencial
para construir nuestra realidad
Con informacion desde el sur global.


Aunque la oculten ay, desde luego
con sus medios, siempre palaciegos
tanto los virtuales o los analógicos
con soberania le responderemos
para construirla y deconstruirla
al capitalismo siempre enfrentaremos!!!

Por el agua siempre y por la vida
Fuera Monsanto de la Argentina
No permitiremos que nos envenenen
Megamineria la combatiremos
Mientras no respeten a pueblos y suelos
la combatiremos y la venceremos.

Hablaremos del extractivismo
por supuesto del imperialismo
  neocolonialismo, neoliberalismo
tambien por supuesto tambien del sionismo
y todos los ismos del capitalismo
que es ideologia, no es ideologismo

La realidad no es solo politica
la realidad no es solo social
es espiritual, tambien material
es imperceptible en lo esencial
De adentro y de afuera, tambien lo gobal
Es causa y efecto, es fundamental.

¿La realidad es o se hace? 
¿La hacemos y la deshacemos?
Paso a paso siempre, cual Mostaza Merlo,
Como Maradona en esos momentos
Siempre con el pueblo,
siempre desde el pueblo
Siempre hacia adelante, por los nuevos tiempos
siempre victoriosos, siempre compañeros.




ANALISIS DEL POEMA CANCION  

de El Juglar de la Libertad:


 1. Que mensaje transmite el poema canción, concreta y  filosóficamente?
 
2. Que ideología se desprende?

 3. Que repercusión pudiera tener en medios físicos y virtuales?

 4. Que críticas burguesas o revolucionarias pudiera despertar?

 5. ¿Cómo se relacionan la obra con la situación política

y social actual de Argentina y América Latina?


  1. El poema canción transmite un mensaje de reflexión sobre la naturaleza de la realidad y la importancia de construirla y deconstruirla activamente. Se enfoca en la necesidad de enfrentar diversas problemáticas sociales, políticas, y ambientales, y destaca la importancia de la lucha colectiva y la resistencia ante el capitalismo y diversas formas de opresión.

2. La ideología que se desprende del poema canción es claramente revolucionaria, humanista, anticapitalista, antiimperialista, y a favor de la justicia social y ambiental. Se destaca una postura reflexiva  y de compromiso con la lucha popular.

3. En medios físicos y virtuales, el poema canción podría tener una repercusión significativa entre aquellos sectores de la sociedad que comparten una visión crítica de la realidad y buscan transformaciones profundas. Podría ser difundido en espacios alternativos, movimientos sociales, y plataformas contraculturales.

4. El poema canción podría despertar críticas por parte de sectores burgueses que defienden el status quo y rechazan las posturas revolucionarias y anticapitalistas. Sin embargo, entre sectores revolucionarios y críticos, la obra podría ser recibida de manera positiva y como un llamado a la acción y la resistencia.

5. La obra se relaciona con la situación política y social actual de Argentina y América Latina al abordar temas como la lucha contra el extractivismo, el imperialismo, y otras formas de opresión. En un contexto donde estos problemas son urgentes y cada vez más visibles, el poema canción puede resonar fuertemente entre aquellos que buscan un cambio profundo en la sociedad.
 










Este y todos los poemas pertenecen a los AUDIO LIBRO de FRANCISCO ALVERO CANTA

Reservado todos los derechos.


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jueves, 5 de febrero de 2015


Nos quedan tres minutos


Artículo escrito por Eduardo Gudynas de CLAES, publicado en el diario UNO. El reloj que da cuenta de los minutos que nos separan de la hora cero del fin de la humanidad se ha movido. Hasta hace poco nos quedaban cinco minutos, debido a riesgos persistentes, como por ejemplo las armas nucleares. A la hora cero, se asume que la humanidad entraría en un colapso irreversible.

Ahora sólo tenemos tres minutos. Este cambio se debe a la gravedad del cambio climático, según alerta la prestigiosa sociedad de los “científicos atómicos”. Es que la falta de acciones de los gobiernos hace que sea casi inevitable que la temperatura promedio global aumente de 3 a 8 grados Celsius, lo que nos deja ante la catástrofe. La falta de compromisos gubernamentales específicos en la reciente cumbre climática de Lima explica, en parte, que el tic-tac hacia la hecatombe siga su marcha.

No hay nada de exagerado en esto, ya que otras evidencias ratifican que nos queda poco tiempo. De los nueve límites planetarios, ya se han quebrado cuatro de ellos, según alerta un informe científico que se acaba de dar a conocer pocas semanas atrás. Ellos son la extinción de especies de fauna y flora, el ritmo de artificialización de áreas naturales (especialmente por la deforestación), la acumulación de gases invernadero, y las alteraciones biogeoquímicas por nitrógeno y fósforo. En dos de ellos, al parecer estamos en una situación donde no hay retorno. La masiva pérdida de biodiversidad que está en marcha, es uno de esos casos. Es tan grave que ha sido calificada como la “sexta extinción” planetaria, donde la mayor parte de las especies y los ecosistemas están desapareciendo. Además, se nos vienen encima otros problemas globales, como la acidificación de los océanos.

Paralelamente, en la dimensión social persisten los viejos problemas. Se mantiene una pasmosa desigualdad: el 1% más rico de la población mundial, ahora tiene en sus manos el 48% de la riqueza total mundial, según acaba de evaluar Oxfam. A su vez, el nuevo diagnóstico de la pobreza en América Latina muestra que ya no hay reducciones, estancándose en el 28%. Por lo tanto, el número de personas pobres volvió a aumentar por primera vez en muchos años (llegando a 167 millones de latinoamericanos). A las pequeñas minorías opulentas, poco y nada le interesa todo esto. Y el resto, vive agobiado en poder sobrevivir el día a día. 

Este diagnóstico, aunque es terrible, no parece despertar reacciones enérgicas ni desencadena la reacción de los políticos para remediarlo. Esto desnuda otra crisis: buena parte de la clase política actual no está a la altura de los problemas del siglo XXI. Las preocupaciones de muchos de esos políticos convencionales están en el próximo resultado electoral, promover negocios, y atornillarse al poder. 

En cambio, la gravedad de la situación ambiental y social global requiere otros liderazgos políticos, con miradas hacia el futuro, desprendidos de la sed de poder, y genuinamente preocupados con la calidad de vida. El reloj sigue su marcha y nos queda muy poco tiempo.


jueves, 29 de enero de 2015


Bolivia


Artículo escrito por José De Echave, de CooperAcción, publicado en el diario UNO. Cuando en las páginas de economía, en los editoriales de nuestros principales medios, en los programas de televisión y radio, se hablan de las economías a las que debemos mirar e imitar, nunca se menciona a Bolivia. Mirando la región, antes se mencionaba a Chile (ahora ya no tanto) y ahora a Colombia, pero nunca a Bolivia.

Sin embargo, no está demás subrayar que Bolivia lidera desde hace un tiempo el crecimiento económico de la región. En medio de la desaceleración económica de toda América Latina, Bolivia destaca nítidamente: según la CEPAL, el crecimiento regional promedio en 2014 no será más del 1,1%, sin embargo la economía boliviana crecerá por encima del 5%.

Los mismos que hablaban del milagro peruano y que el crecimiento de nuestra economía se debía exclusivamente a las bondades del modelo económico vigente en los últimos 20 años (obviando el favorable contexto externo), miran con desdén a Bolivia y dicen que si este país está creciendo es por el contexto externo favorable y no por sus políticas. ¿Total? No estaría demás pedirles un poco de coherencia a nuestros analistas de la concentración mediática.

Lo cierto es que con un conjunto de políticas muy diferentes a las que se aplican en el Perú y que se han alejado en la última década de la ortodoxia neoliberal, Bolivia no ha perdido el paso, pese al cambiante escenario internacional. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, subraya que “Bolivia tiene las reservas internacionales más altas por persona de la región, un bajo endeudamiento público y un desempeño "muy prudente" de la macroeconomía”. Además se menciona que el PIB boliviano del 2014 cuadruplica la cifra que se tenía hace casi ocho años y la política de redistribución de los ingresos permite que las ganancias se repartan, con una mejora del salario mínimo y programas sociales que impactan en la reducción de la pobreza.

Sin duda Bolivia, como el resto de las economías de la región, enfrenta serios desafíos y tiene varios cuellos de botella por resolver -como la extrema dependencia de la renta extractiva, la necesaria diversificación de su economía, la degradación de su territorio, los crecientes costos sociales y ambientales, etc.-, sin embargo el ejemplo boliviano muestra que sí hay alternativas a la ortodoxia neoliberal y que otras políticas pueden aplicarse con éxito. Por eso algunos pretenden ignorar la experiencia boliviana.

El presidente Evo Morales acaba de iniciar su tercer mandato, con un respaldo social y político y una estabilidad económica nunca antes vista en ese país. En cambio en el Perú, Humala entra al último tramo de su gobierno pidiendo tiempo y esperando que suene la campana. Está claro que los caminos que eligieron fueron totalmente distintos y los resultados también. 

Ver en:  http://diariouno.pe/columna/bolivia/

jueves, 22 de enero de 2015


De Banco Mundial, su pulpín


Artículo escrito por César Gamboa de DAR, publicado en el diario UNO. El Banco Mundial hace 2 años ha iniciado un proceso de revisión de sus salvaguardias ambientales y sociales, condiciones mínimas a cumplir por países que piden préstamos para inversiones públicas. Estos estándares fueron fruto de demandas de organizaciones sociales e indígenas durante décadas y proyectos que generaron grandes impactos en bosques, o proyectos que alimentaron la corrupción de los países que no contaban con criterios mínimos de buen gobierno.

Estos estándares como la necesaria aprobación de la evaluación ambiental antes de la aprobación del préstamo irradiaron para que otras instituciones globales siguieran los mismos criterios. Ahora ocurre todo lo contrario, dada la debilidad política de las instituciones financieras internacionales,  y un gran flujo de inversiones que no pasa por Washington (BNDES, ExIm Bank Chino), el Banco Mundial nos presenta este 02 de febrero en Cusco y el 04 en Lima, un borrador de una nueva política ambiental y social que debilita este marco emblemático de salvaguardias con el cual se ha comparado muchas veces para señalar la viabilidad de las inversiones.

Es cierto que vivimos un cambio de las reglas del juego para las inversiones, pero la propuesta del Banco no justifica el argumento que pretende alcanzar, mas desarrollo sostenible. Al reducir su poder de monitoreo de la inversión, está jugando a que el poder auto regulador del cliente/mercado lo puede todo, es más, la argucia de reconocer derechos como el consentimiento previo libre e informado y después poner a los países la posibilidad de inaplicarla, es desconocer la real situación de las políticas nacionales a nivel global, donde muchos países por la desaceleración económica, están flexibilizando su legislación ambiental, laboral, etc.

Así como en Perú, el Banco Mundial nos presenta su política pulpin, pues su  propuesta es débil con relación a una protección adecuada para trabajadores (juvenil, situación infantil, tercerización); la propuesta solo protege a trabajadores directamente contratados por el proyecto. Podemos asegurar que el Banco participara más en muchos negocios, pero también correrá riesgos y estará inmerso en conflictos socioambientales que mellaran su imagen. Quizás ganancias obtenga, pero beneficios, lo dudamos.

Ver en: http://diariouno.pe/columna/de-banco-mundial-su-pulpin/

martes, 6 de enero de 2015


Infografía: Con el cambio climático nuestro desarrollo no tiene futuro


Infografía realizada por la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE) en la que se muestra las causas, las amenazas y las soluciones del cambio climático y lo urgente de empezar las transiciones hacia las alternativas al desarrollo que respeten el ambiente. Este documento fue realizado con el apoyo de CLAES, OXFAM y ONCE, en el marco de la Cumbre Perú COP20 y entregada a todos los participantes de la Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático, que se realizó en Lima del 08 al 12 de diciembre de 2014.




Infografía: Transiciones, cambio climático y energía en América latina


Infografía realizada por Eduardo Gudynas y Gerardo Honty del Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES), y la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE), en la que se explica cuales son las alternativas al desarrollo para un clima seguro y como pasar de la sustentabilidad que nos genera los impactos sociales y ambientales producidos por el cambio climático a un buen vivir, con exigencias sobre las transiciones: cero pobreza y cero extinciones. Este documento fue realizado con el apoyo de OXFAM, CAN-LA, ONCE y Mount Foundation, en el marco de la Cumbre Perú COP20 y entregada a todos los participantes de la Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático, que se realizó en Lima del 08 al 12 de diciembre de 2014.




Otro año que fue, ¿otro año que será?


Artículo escrito por Armando Mendoza de OXFAM, publicado en el Diario UNO. Terminó el 2014, empieza el 2015; tiempo de balances y pronósticos; de lo que fue y lo que vendrá. Momento para pensar en lo que pasado; pero también; preocupantemente; en lo que no pasó y que probablemente no pasará.

Y es que en el 2014 por enésima vez se nos fue la oportunidad de poner bases para un desarrollo en serio; que no sólo apunte a altas cifras de crecimiento, sino también al desarrollo basado en la institucionalidad y una relación estado-sociedad constructiva.

Así, la desaceleración económica agarró desprevenido al gobierno, pese a las señales de advertencia. Un MEF narcisista dejó pasar las vacas gordas y ahora el panorama es complicado. Habrá que ver si logramos siquiera 4% de crecimiento el 2015; meta modesta e insuficiente para generar empleo sustancial y reducción de la pobreza.

Los paquetazos reactivadores han sido realmente listas de lavandería: con prebendas y desregulaciones a granel, a ver si alguna medida la achunta. Pese a la cháchara sobre diversificación, innovación, competitividad, etc., se apuesta por más de lo mismo: la gran inversión y cruzar dedos para que las materias primas se recuperen. Ello incluye un concepto de “competitividad” que ve a la regulación ambiental como estorbo, y que nos retrotrae a las peores épocas del cholo (joven) barato.

A pesar de avances en el campo social; con mayor cobertura de los programas, hay grandes interrogantes sobre la sostenibilidad y calidad de este esfuerzo; así como sobre el desafío de pasar del mero asistencialismo a la autentica inclusión.

De la institucionalidad y la lucha anticorrupción, mejor ni hablar. Otro año marcado por escándalos, los cuales no están ni de lejos limitados a las regiones. Pobres o nulos avances en construcción de transparencia, acceso a la información, independencia de instituciones, rendición de cuentas, etc.

Los resultados de las elecciones de noviembre, confirmaron lo que sabíamos: la profunda crisis del sistema político, convertido en un virtual salsipuedes; con actores tan debilitados como el mismo gobierno; que ni siquiera se atrevió a participar.

Con un olmo ollantista sin capacidad ni voluntad para dar peras, y actores políticos gastados que juegan a ser el “menos malo”, es fácil predecir que el 2015 seguiremos en lo mismo. Pero eso puede cambiar si los ciudadanos empezamos a recobrar nuestro país y nuestro estado, exigiendo que se respeten nuestros derechos. Tarea difícil e ingrata, cierto, pero necesaria si queremos que este 2015 no sea otro año más.



Época de balances


Artículo escrito por José De Echave de CooperAcción, publicado en el diario UNO. Ya estamos entrando a los últimos días del año y es momento de balances. El 2014 ha sido un año movido con varios eventos que fueron marcando la agenda, tanto a nivel de cada país como en la región. A continuación señalamos un par de aspectos claves que deben ser incluidos en el  balance regional.   

Un primer tema que ha estado presente a lo largo del año ha sido el de la desaceleración económica, aunque es bueno notar que la economía de América Latina y el Caribe ya se había venido desacelerando desde el año 2011. Los cálculos de la CEPAL anuncian un crecimiento para este año de apenas 2,2%, muy por debajo de los niveles alcanzados en la segunda mitad de década pasada. Un factor importante que explica este magro desempeño regional es la evolución de las principales variables externas: en promedio se prevé este año una nueva caída de los términos de intercambio del 0,8%, aunque con diferencias importantes entre países de acuerdo a la estructura de su comercio exterior.

En este contexto de desaceleración económica, cabe destacar el comportamiento de una economía como la boliviana que se ha consolidado como una de las más dinámicas de la región: Bolivia crecerá este año a una tasa por encima del 5%, manteniendo el dinamismo de inversión estatal y extranjera, revirtiendo  además desigualdades históricas y con excelentes perspectivas, lo que hace pronosticar que mantendrá el mismo comportamiento en los próximos años.

Otro dato clave para la región ha sido el panorama electoral. En el 2014 se han elegido presidentes en El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil, Uruguay y Bolivia, además de procesos electorales de carácter sub nacional. Como lo señalan algunos analistas, el 2014 ha sido el más activo en elecciones presidenciales desde el año 2009. 

El panorama general, incluyendo los resultados electorales del año 2013, sigue mostrando  una fuerte presencia de gobiernos de izquierda, así como una tendencia reeleccionista en varios países: este año han sido reelectos Juan Manuel Santos (Colombia), Dilma Rousseff (Brasil) y Evo Morales (Bolivia).

Lo cierto es que el panorama electoral seguirá estando presente en la región, terminando el ciclo el año 2016. Como lo señala Daniel Zovatto, director regional para América Latina de IDEA Internacional, en el período 2009-2016, todos los países de la región, salvo México, habrán elegido presidente para un nuevo período. 

Habrá que mirar con atención como se termina de configurar el panorama regional. El Perú es uno de los países que cerrará el ciclo de elecciones presidenciales a nivel regional y el próximo año las campañas presidenciales comenzarán a calentar el ambiente político, con pronósticos por el momento reservados. Mientras tanto sigamos pasando unas felices fiestas.

Ver en: http://diariouno.pe/columna/epoca-de-balances/

viernes, 5 de diciembre de 2014


Causas, amenazas y soluciones del cambio climático

 El uso excesivo de vehículos que requieren de combustibles fósiles (petróleo, gas, gasolina). #BuenVivir



El uso desmedido del agua y la electricidad en nuestro hogares. #BuenVivir



La deforestación de la Amazonía por la tala ilegal #BuenVivir



El aumento desmesurado de las actividades extractivas #BuenVivir




jueves, 4 de diciembre de 2014


COP 20: Combi Climática en Perú


Artículo escrito por César Gamboa de DAR, publicado en el diario UNO. Estamos viviendo en Lima una huella de carbono irónica: mientras que se discute globalmente si habrá un borrador de texto de reducción de gases de efecto invernadero –lo cual lo dudo-, el tráfico se hace insoportable, ya sea por la COP, ya sea por el camino del progreso que seguimos hace 20 años, desordenado, injusto, insostenible, progreso al fin.

El crecimiento necesita un norte, ese norte son reglas claras para las inversiones, medir su riesgo, potencializar sus beneficios, no un fast track para las inversiones. En los noventa, en los cambios del modelo de Estado y promoción del mercado, vivimos la “cultura combi”, esa que tanto reclama el empresariado cuando no pide solo simplificar los trámites administrativos, sino cuando quiere reducir la capacidad del Estado para evaluar y fiscalizar ambientalmente sus inversiones.

Esa cultura combi, ese progreso de los nuevos ricos, es la que se refiere Hernando De Soto como el misterio del capital. Y la única forma de lograr ello, no es solo dar la libertad para invertir que tienen las empresas –oiga, ni siquiera tenemos los mecanismos directos para fiscalizar cuanto mineral o hidrocarburos sale de nuestro país a los mercados internacionales-, sino reglas claras que compatibilicen la inversión con los derechos de otros, con la conservación de la naturaleza.

Es así que mientras que el Perú estará en el medio de la fiesta de la COP 20 (Camión climático, Cumbre de los Pueblos, side events de ongs, cocteles, etc), parte del sector empresarial y del gobierno presiona para que se produzcan reformas debiliten la aun frágil institucionalidad ambiental. La Ley 30230 y otros proyectos de ley como la reducción del parque nacional Cerros de Amotape, el reglamento ambiental de hidrocarburos, etc. son instrumentos en disputa y también indicadores que nos señalan una dualidad político nacional. Por un lado, por fuera, se logran acuerdos para financiar la mitigación y por otro lado, se aumenta el riesgo de mayores impactos ambientales y sociales de las futuras inversiones. 

Entonces, estamos sentados ante una combi climática, donde todos luchamos por subirnos, pagando “china”, sin importar como vamos, si queremos seguir creciendo, debemos pagar el precio del desarrollo sostenible, pues todos vamos al mismo destino.

Ver en: http://diariouno.pe/columna/cop-20-combi-climatica-en-peru/


Campaña #BuenVivir. Suelo

 El ‪#‎CambioClimático‬ incide sobre la disponibilidad de alimentos, pues impacta sobre los cultivos y tierras agrícolas ‪#‎BuenVivir‬



La degradación de los suelos es alta en el territorio nacional debido a las lluvias, tala de árboles, sobrepastoreo y las malas prácticas agrícolas ‪#‎BuenVivir‬



Los eventos climáticos extremos pueden destruir grandes extensiones de sembríos y afectar la infraestructura de riesgo y la red vial que permite el abastecimiento de los mercados ‪#‎BuenVivir‬



La salinización de los suelos es otra causa de degradación, sobre todo en los valles costeros, y se debe principalmente al mal manejo del agua de riego o riego excesivo ‪#‎BuenVivir‬




jueves, 27 de noviembre de 2014


Campaña #BuenVivir. Energía


En América Latina, la creciente demanda interna, así como la necesidad de obtener recursos fiscales por la vía de la exportación de hidrocarburos, está llevando a los gobiernos de la región a ampliar la explotación de recursos convencionales y no convencionales. La presión de estas actividades sobre los ecosistemas es evidente y los efectos sobre el aumento de gases de efecto invernadero serán cada vez mayores.



Los hidrocarburos extraídos en América Latina, serán consumidos en otros países e irán a engrosar inventarios nacionales de otras regiones. Sin embargo, de esta manera, los países sudamericanos están contribuyendo al agravamiento de la crisis climática no ya por sus propias emisiones, sino por su contribución al aumento de unas reservas fósiles que ya en su volumen actual, no pueden ser utilizadas.



Para cubrir la demanda esperada de petróleo desde ahora hasta el año 2035 se requieren 790 mil millones de barriles de petróleo. Como puede apreciarse en los datos presentados más arriba, las reservas conocidas de petróleo (incluso considerando solamente las convencionales) serían más que suficientes para cubrir la demanda.



La tendencia observada en los países de la región es de un aumento de las tareas exploratorias y la apertura de nuevos yacimientos convencionales y no convencionales de gas natural y petróleo con el objetivo de alimentar su propio consumo interno, pero fundamentalmente para exportación.



Cuando se presentan reacciones frente al cambio climático que no tienen en cuenta las bases culturas e ideológicas del desarrollo contemporáneo como causa del cambio climático, se llega a situaciones paradojales. Se ofrecen alternativas que vuelven a estar enfocadas en asegurar el crecimiento económico, y por lo tanto terminan repitiendo las causas que producen el cambio climático.


 

Campaña #BuenVivir. Deforestación

 América Latina lidera la tasa de deforestación a escala global.


América Latina no tiene una cuota parte importante en la responsabilidad histórica del cambio climático por las emisiones acumuladas en el pasado. Pero podría tenerla en un futuro cercano por las emisiones acumuladas en los próximos años si no se comienzan a tomar medidas. La trayectoria de las emisiones de la región hacia el 2050 se proyecta a un nivel cinco veces superior de la media mundial necesaria para evitar un cambio climático peligroso.
Entonces, si se consideran las emisiones actuales, la responsabilidad de los países latinoamericanos no es menor. Y en varios de ellos la deforestación es la principal causa, como se desprende de la comparación de las emisiones con y sin los efectos del Cambio en el Uso de la Tierra y Silvicultura (CUTS).



El 90% de la deforestación en la Amazonia del Perú se debe al avance de la agricultura, principalmente de cultivos de café, cacao y palma. 



Entre las principales causas de deforestación está la ampliación de la frontera agrícola, construcción de infraestructura, la minería de oro, extracción de recursos forestales e hidrocarburos y para productos madereros.



Frente al extractivismo depredador actual son necesarios cambios. Unos deben ser inmediatos, donde se deben dejar de reproducir los efectos más negativos sobre las comunidades y el ambiente, mientras otros son a mediano y largo plazo, de manera de poder modificar las estrategias de desarrollo. Todos estos cambios son englobados bajo el nombre de transiciones.




 

martes, 25 de noviembre de 2014


Campaña #BuenVivir. Agua

 Perú, país latinoamericano con más glaciares tropicales perdió más del 22% en los últimos años por efecto del cambio climático. El Perú registra una de las tasas de retroceso glaciar más altas del planeta, equivalente a un volumen de agua superior al consumo de Lima durante más de 10 años

Foto: Glaciar Nevado Huaytapallana (Perú), antes y después

Mientras se prevé la escasez del agua por el derretimiento de los glaciares, el modelo primario exportador insiste en la agroexportación con el uso voraz del agua



Con la minería se pierde y contamina el agua que ya no podrá ser utilizada para el consumo humano, ni para las actividades agropecuarias. ‪


lunes, 24 de noviembre de 2014


El cambio climático y las transiciones. La campaña

 El cambio climático ya es una realidad, la temperatura ya está subiendo, se siente





¿Te imaginas hasta 4° más de temperatura?



El cambio en el clima también puede alterar nuestra salud



Y encima seguimos insistiendo en un modelo extractivista





jueves, 13 de noviembre de 2014


Foro Público ¿Qué pasó a cinco años del TLC con Estados Unidos?. INGRESO LIBRE

 Los invitamos



Desigualdad y Cambio Climático: llueve sobre mojado


Artículo escrito por Armando Mendoza de OXFAM, publicado en diario UNO. Tres semanas escasas nos separan del inicio de la COP20; la Conferencia Mundial de las Partes sobre el Cambio Climático; que este año tiene su sede en el Perú. Cualquiera pensaría que en este contexto el Cambio Climático y su problemática estarían ocupando el centro de la agenda nacional; pero más bien, parece ser lo contrario. Al Cambio Climático no se visibiliza en los medios, no se le discute, y el desconocimiento ciudadano se combina con la displicencia gubernamental para hacerle el vacío al tema.

Ello debiera preocuparnos, pues si hay un tema crítico para el país ese es el Cambio Climático y el impacto que está teniendo y tendrá sobre nuestro territorio. Tenemos pendientes  demasiadas cuestiones sobre nuestra vulnerabilidad frente al clima: la sostenibilidad del crecimiento, la seguridad alimentaria, el acceso a agua segura, son entre otros, asuntos que no terminan de ser abordados ni con la urgencia ni con la magnitud debida. En el año de la COP 20 seguimos siendo (aún) un país cuya Estrategia Nacional y Ley de Cambio Climático están todavía en veremos, expresando más allá de lo coyuntural una lejanía y un desinterés que no debieran ser.

Y es que el impacto del Cambio Climático a quien peor va a agarrar será justamente a los más pobres y vulnerables. Los que ya arrastran y soportan enormes desventajas en acceso a servicios, medios de vida precarios, oportunidades recortadas, etc., serán, nuevamente, los que terminaran pagando el pato por la falta de previsión y desidia de las políticas de estado.

Y no son pocos. Acorde al Programa Mundial de Alimentos (http://es.wfp.org/noticias/comunicado/atlas-areas-vulnerables-region-andina), en el Perú más de 800 distritos se consideran como de muy alta o grave vulnerabilidad a los riesgos de desastres y el Cambio Climático. Estos distritos se ubican en su enorme mayoría en las zonas más pobres y aisladas: el trapecio andino, la selva norte, la meseta altiplánica, etc.  

En ausencia de políticas públicas adecuadas, el Cambio Climático surge como un factor que va a extender y agravar las brechas de la desigualdad que existen entre los peruanos que tienen y los que no tienen. No debiera ser así. Pero para ello falta voluntad política. Falta la decisión para quitarse el velo de los ojos, y darse cuenta de que ahí es donde está el real peligro para el crecimiento y la sostenibilidad.    

Ver en: http://diariouno.pe/columna/desigualdad-y-cambio-climatico-llueve-sobre-mojado/

 

martes, 11 de noviembre de 2014


Transiciones y alternativas al extractivismo. Una mirada desde Lambayeque

 Ana Romero Cano, coordinadora ejecutiva de la RedGE durante Foro Público Transiciones y Alternativas al Extractivismo. Una mirada desde la región Lambayeque: "Hay una extracción desmesurada de recursos naturales, que está siendo voraz con el consumo de agua en esa parte del país".
 

lunes, 10 de noviembre de 2014


Cambio climático: ¿Un fracaso más, qué importa?


Artículo escrito por Alejandra Alayza de OXFAM, publicado en el diario La República. Recordando a nuestra querida Lucha Reyes, esta semana hemos tenido la versión climática de su bolero. Un informe más ¿qué importa? Esta semana se presentó el quinto Informe de El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático – IPCC, y a pesar de que nuevamente sus alertas nos ponen los pelos de punta, el debate y reacciones han sido casi nulos. Ni estar a tan solo cuatro semanas de la COP20 en Lima parece escalar el debate.

Imaginen la dimensión de las evidencias que 800 científicos del mundo se han puesto de acuerdo en puntos irrefutables: “La influencia humana en el sistema climático es clara y va en aumento, y sus impactos se observan en todos los continentes. Si no se le pone freno, el cambio climático hará que aumente la probabilidad de impactos graves, generalizados e irreversibles en las personas y los ecosistemas”. Somos los seres humanos los responsables del 95% del cambio climático, los climas extremos se agudizarán (sequías, lluvias, inundaciones, etc.) afectando a todos y la producción de alimentos será dramáticamente impactada. Sí, nadie se salva.

Hay propuesta de medidas concretas para limitar el aumento de la temperatura por encima de 2ºC, transitando a una economía baja en carbono. Los gobiernos se hacen los locos. Nadie quiere cortar el pan en las negociaciones climáticas, y tampoco en las políticas nacionales. El propio Ban Ki Moon ha levantado su voz, diciendo "la ciencia ya ha hablado, no hay ambigüedad, los líderes deben actuar, el tiempo no está de nuestro lado”. ¿Tendremos acción suficiente en las próximas semanas? No parece. Se avanza con pasitos de tortuga cuando la humanidad requiere cuando menos, ritmo de leopardo.

Ver en: http://www.larepublica.pe/columnistas/globalizaciones/cambio-climatico-un-fracaso-mas-que-importa-06-11-2014 

jueves, 6 de noviembre de 2014


Ranking para hacer negocios y ranking ambiental


Artículo escrito por José De Echave de CooperAcción, publicado por el diario UNO. La publicación del ranking para hacer negocios, Doing Business, del Banco Mundial muestra que el Perú ha subido al puesto 35 de 189 países evaluados y en América Latina sólo es superado por Colombia. Los indicadores que se evalúan son facilidad de pago de impuestos; agilidad del trámite de  permisos de construcción; licencias de funcionamiento, créditos, cumplimiento de contratos, eficiencia de mecanismos de resolución de insolvencias, entre otros.

El puesto en el ranking del Banco Mundial contradice los argumentos de la campaña empresarial de los últimos años. ¿Cómo se entienden estos resultados que muestran un mejor clima para hacer inversiones con los argumentos de la tramitología de los gremios empresariales? Todo indica que no estamos tan mal como algunos han pretendido hacernos creer. 

Sin embargo, el informe del Banco Mundial debería hacernos pensar en otros rankings. Por ejemplo no está demás preguntarnos cómo estamos en el ranking de desempeño ambiental. El economista Roberto Machado, nos recuerda los resultados del Índice de Desempeño Ambiental de 2014 (EPI, 2014) que publica la Universidad de Yale: “El EPI es un índice bianual que toma valores entre 0 y 100, donde mayores valores indican mejor desempeño ambiental. Está compuesto por subíndices en nueve áreas, tales como impactos en salud, calidad del aire, agua y saneamiento, bosques, biodiversidad, clima y energía, entre otras. A partir del valor del EPI y de los subíndices se construye un ranking mundial del desempeño de los países en materia ambiental”.

Lo cierto es que el Perú se ubicó en el puesto 110 entre 178 países en el último ranking ambiental. En comparación con países con un PBI per cápita similar, el desempeño ambiental del Perú ha empeorado, en cinco de nueve subíndices. Del mismo modo, en comparación con países de América Latina, hemos empeorado en el índice general del EPI, así como en impactos en la calidad del aire, agua y saneamiento, y clima y energía.

En consecuencia, el Perú no se encuentra bien ubicado en materia de desempeño ambiental, incluyendo los riesgos vinculados al cambio climático. Por el contrario, la tendencia es a retroceder con medidas como las aprobadas el pasado mes de julio (ley 30230). Si se trata de rankings, hay que mirar diferentes variables para evaluar de manera integral el desempeño del país y evitar la tentación de desvestir un santo para supuestamente vestir otro.

Ver en: http://diariouno.pe/columna/ranking-para-hacer-negocios-y-ranking-ambiental/ 

jueves, 30 de octubre de 2014


Cambio climático: por una ley en serio


Artículo escrito por Alejandra Alayza de OXFAM, publicado en el diario La República. La cuenta regresiva para la COP20, tiene a todos al tope. Y aunque la COP constituía una oportunidad para dar pasos en la agenda interna climática, ante el temor y resistencia que ministerios y grupos empresariales expresaron, el Ejecutivo le bajó el dedo a esta idea. Con un MINAM distraído en la organización de tan enorme y magno mega evento, se ha debilitado la capacidad de avanzar más decididamente en soluciones reales al cambio climático, así como hacer frente a la ofensiva por debilitar institucionalidad ambiental que con tanto esfuerzo se había avanzado.

Las demandas concretas existen y la COP20 nos deja desnudos frente al espejo. Hasta hoy, el tema de cambio climático ha sido un débil apéndice en las políticas públicas. Hay quienes quieren que así siga siendo, y hasta ahora, ellos van ganando.

El Congreso de la República ha iniciado el debate para la Ley Marco de Cambio Climático, y esta puede ser una buena noticia. Urge sentar las bases para una política nacional de mitigación y adaptación del cambio climático en serio. Una ley que cuente con una autoridad sólida basada en el MINAM, que esté financiada y que efectivamente tenga capacidad de asegurar la transversalidad de este enfoque en todos los sectores del Estado. Este proceso debe ser participativo y transparente, e incluir las voces de los sectores más vulnerables principalmente los pueblos indígenas.

Pero también puede ser fatal, si se toma a la ligera. No necesitamos una ley más que quede en el papel y nada cambie. Que por llegar a la foto de diciembre de la COP20, el Congreso abandone debates de fondo, no incluya metas específicas, compromisos financieros, y termine aprobando una ley sin dientes. El riesgo es grande. Desde ya debemos exigir una Ley de Cambio Climático en serio.

Ver en: http://www.larepublica.pe/columnistas/globalizaciones/cambio-climatico-por-una-ley-en-serio-30-10-2014 

Wikileaks, internet y tpP


Artículo escrito por Alejandra Alayza de OXFAM, publicado en el diario La República. A esta altura las filtraciones del portal WikiLeaks constituyen la más valiosa fuente de información para el seguimiento y comprensión de la poco transparente negociación del Acuerdo Trans-Pacífico (TPP). 

Hace cuatro años nuestro país participa activamente en las negociaciones y casi nada se sabe. La semana pasada, y por segundo año consecutivo, esta plataforma filtró el nuevo texto del capítulo de propiedad intelectual del TPP. Se confirma la persistencia de la ambiciosa propuesta de los EE.UU. en materia de copyright y derechos de autor. La filtración advierte que no hay avances significativos. 
Esta es una mala noticia. Ya que mientras otros capítulos avanzan y la presión del cierre aprieta, ceder derechos para ganar mercados –que ha sido la constante en los TLC– parece irse imponiendo. El derecho a la información y el acceso libre a internet están en riesgo.

Especialistas como Alberto Cerda advierten  que el TPP incluye disposiciones que llevan a una mayor vigilancia a las telecomunicaciones y sus usuarios, con el pretexto de combatir las descargas “ilegales”. En estos términos, el TPP generalizaría la obligación de espiar. Ya que exigiría a los prestadores de Servicio de Internet (ISP) combatir la violación de derechos de autor en línea, sean estas personas naturales o jurídicas, para evitar ser responsables por dichas infracciones. ¿Y esto qué implica? Vigilar activamente a los usuarios para combatir la piratería. Esta responsabilidad también recae en los administradores de una red wifi abierta.

Sí, esa que usted tiene en casa, usa en cafés, universidades, en casa de amigos. ¿Y si usted no es infractor? Igual le ponen el ojo por si las moscas. Privacidad cero, libertad menos.

Ver en: http://www.larepublica.pe/columnistas/globalizaciones/wikileaks-internet-y-tpp-23-10-2014 

lunes, 27 de octubre de 2014


La ecología política ya es plural


Artículo escrito por Eduardo Gudynas, de CLAES, publicado en el diario UNO. En estos días tiene lugar el primer congreso latinoamericano de ecología política. Investigadores y militantes han sido convocados a Santiago de Chile, bajo unos temas centrales que bien reflejan la situación de nuestro continente como son las nuevas formas del extractivismo y las políticas públicas.

La ecología política no es un invento reciente. Su origen está en la década de 1960, cuando desde varios campos, como la academia o las prácticas políticas concretas, se plantearon analizar las relaciones entre ambiente y sociedad en clave política. Se avanzó en análisis desde la economía política sobre el acceso desigual de los recursos naturales o los efectos de las jerarquías basadas en el poder sobre el manejo del ambiente. Pero también se buscaba ecologizar las políticas, para que incorporaran adecuadamente los aspectos ambientales.

Ese campo de estudios se amplió desde la década de 1970, y la problemática latinoamericana cobró notoriedad. Es más, dos de los estudios más representativos de aquellos tiempos abordaban la política de quienes intentaban proteger la Amazonia y el papel de los actores responsables de su deforestación, o los efectos de los preconceptos políticos y culturales que afectaban la pérdida de suelos.

En la década de 1980, la ecología política se lanzó a incidir en las discusiones sobre el desarrollo. Las advertencias sobre los límites ecológicos al crecimiento perpetuo eran cuestionadas tanto por derecha como por izquierda, lo que fortaleció a la ecología política como fuente de análisis y argumentación para desmontar aquel mito.

Desde entonces la ecología política se volvió un campo plural, expresando distintas sensibilidades ideológicas, y diferentes opciones concretas en las políticas públicas. Se sumaron aportes que mostraban que nuestras ideas sobre la Naturaleza estaban socialmente construidas o que rescataban la validez de los saberes populares.

Dados esos antecedentes no puede sorprender que este primer congreso latinoamericano tomara como uno de sus temas centrales los nuevos extractivismos. Los emprendimientos en megaminería, la explotación petrolera en la Amazonía, o la expansión de monocultivos expresan nuevos extractivismos que multiplican sus impactos sociales y ambientales. 

La permanencia de ese desarrollo está políticamente amarrada en intereses empresariales, necesidades electorales de los gobiernos, y un exagerado optimismo sobre la tecnología. Esos nudos se pueden desatar gracias a las distintas ecologías políticas, ya que exponen la imposición del poder en el acceso a los beneficios de los recursos naturales o las injusticias ambientales que desembocan en marginaciones sociales como ambientales.

Pero además, las ecologías políticas hacen visibles los impactos que se ocultan, rescatan el conocimiento local, y son propositivas, promoviendo alternativas al desarrollo que aseguren la calidad de vida y la protección de la biodiversidad. 

Ver en: http://diariouno.pe/columna/la-ecologia-politica-ya-es-plural/ 

jueves, 16 de octubre de 2014


COP 20 y nuestros mayores temores


Artículo escrito por César Gamboa de DAR, publicado en el diario UNO. Que la COP 20 a celebrarse en Lima como el evento de cambio climático más importante del año se convierta en un distractor de las políticas globales y nacionales es una preocupación a la cual debemos estar atentos. No podemos negar que posiciones conservadores del sector privado y “radicales” pueden ver como riesgo a sus intereses y posiciones que se concreten avances en esta agenda climática.

De hecho, el Perú mostrara lo que se ha mencionado como “falsas ilusiones” en el campo de la mitigación climática. Duda esta calificación, aunque pueda percibirse como una desviación a los verdaderos compromisos globales: reduce tus emisiones de gases de efecto invernadero. El Perú ha suscrito un Acuerdo con Noruega y Alemania por $300 millones de dólares para reducir la deforestación en 50% y titulación de tierras, entre otras medidas, en los próximos 5 años. Queda pendiente ver como se implementa y como coherentemente asume la agenda de adaptación, en un país que es sumamente vulnerable, es una inconsistencia de este gobierno de la inclusión no impulsar dicha agenda, cuando los más pobres serán los más afectados.

Mientras que los movimientos sociales han apostado a la “poesía climática”, con una huelga de propuestas –a excepción de organizaciones indígenas-, actores globales y nacionales económicos siguen con la agenda de debilitamiento de las condiciones ambientales y sociales para darle viabilidad a las inversiones. Tan solo leamos fino las declaraciones de la Directora Lagarde del FMI que “cuellos de botella en infraestructura y clima política afectan crecimiento del Perú”, algo así para justificar la Ley del Paquetazo Ambiental. No podemos hacer un divorcio entre los logros climáticos o avances legales y las señales políticas de las elecciones regionales (debilitamiento institucional), la frustrada adecuación de la “minería informal”, etc, el proceso de debilitamiento de la institucionalidad (fiscalización ambiental) y estándares ambientales. Esto aún sigue siendo un debate político abierto entre los sectores del Estado y las empresas.

El mayor temor es que se aproveche la COP como un hito político e histórico para que pasen desapercibidos más amenazas y se pierdan verdaderas oportunidades para reformas profundas en la gestión de los recursos naturales.

Ver en: http://diariouno.pe/columna/cop-20-y-nuestros-mayores-temores/ 

lunes, 6 de octubre de 2014


Candidatos y Cambio Climático: una evidente ausencia


Artículo escrito por Ana Romero de RedGE, publicado en el diario UNO. Del 1 al 12 de diciembre de este año se llevará a cabo en la ciudad de Lima, Perú la COP20, la vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. En este marco, hace algunos días se desarrollaron una serie de actividades en Nueva York, vinculadas a llamar la atención sobre la lucha sobre el cambio climático. Entre las diferentes actividades programadas se llevó a cabo una marcha multitudinaria, donde más de cuatrocientas mil personas de diferentes nacionalidades, entre líderes indígenas, sindicatos, miembros de ONG, estudiantes, trabajadores y trabajadoras, entre otros; marcharon por las calles de Nueva York, paralizando la ciudad, en favor de alcanzar un acuerdo global, justo y vinculante. Es evidente que el llamado es mundial.

Paralelo a estos hechos del panorama internacional; en el Perú, se viene desarrollando una carrera electoral que está en su última etapa y donde los diferentes candidatos a las municipalidades y gobiernos regionales, vienen exponiendo sus propuestas.

Y justamente, por estar en esta última etapa, se desarrolla una serie de debates en las diferentes regiones. Han sido organizados por los medios de comunicación, para todos o un par de candidatos; y recientemente el organizado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para los trece candidatos que se disputan el sillón de Lima Metropolitana. En estos espacios los candidatos han presentado sus diferentes propuestas, enfocadas básicamente en medidas para el transporte, ordenamiento territorial, temas de seguridad, entre otros. Sin embargo, mayoritariamente están ausentes las propuestas en torno al cambio climático, ignorando totalmente los impactos que sufrirá la población.

Preocupa que en un año en el que en Perú se desarrollará la Conferencia de las Partes (COP20) por el Cambio Climático, en el último debate para candidatos a la Municipalidad de Lima, el tema de cambio climático haya sido el gran ausente. Los diferentes candidatos y candidatas deberían implementar en sus planes estrategias para reducir las emisiones de CO2 en la ciudad como la protección de valles y parques y general deberían hacer un compromiso por dar continuidad a los programas que en la actual gestión hayan estado en esa lógica. Aún están a tiempo. ◘

Ver en: http://diariouno.pe/columna/candidatos-y-cambio-climatico-una-evidente-ausencia/ 

Cuando el foco ahorrador no basta


Artículo escrito por Alejandra Alayza de OXFAM, publicado en el diario La República. Todos debemos participar para enfrentar el cambio climático. Pero la acción de algunos sectores escalaría más las soluciones, si efectivamente estas se dieran. En el discurso en Naciones Unidas, el presidente Humala ha puesto particular énfasis en el rol que el sector privado puede jugar.  En un inspirado –y bastante más popular– discurso, Leonardo di Carpio hizo un llamado a enfrentar el problema desde donde verdaderamente corresponde: No basta cambiar los patrones de consumo de las personas –como el uso de focos ahorradores en las casas–, se requiere que las corporaciones y los gobiernos efectivamente pongan de su parte.

El rol que el sector privado pueda jugar para frenar el cambio climático es fundamental. Acá no bastan soluciones generales, y aunque hay importantes esfuerzos, todavía priman soluciones cosméticas, (acusadas de falsas soluciones) que distraen de las salidas concretas que se requiere. En el contexto global de la megaconcentración del poder de las corporaciones, las salidas para enfrentar el cambio climático se hacen aún más difíciles.

Battiston, Glattfelder y Vitali, tres matemáticos de la Escuela de Zurich, realizaron un riguroso análisis del poder de las estructuras de control corporativo. La conclusión es contundente: El 1% controla el 40% de las transnacionales globales. Se trata de una auténtica clase social internacional y nómada. Que opera en defensa de sus objetivos e intereses comunes.

En el análisis de cerca de 43,000 transnacionales, el sector financiero es uno de los sectores más concentrados, y está estrechamente vínculados a los gigantes del gas y petróleo, así como a la industria automotriz, particulares aportantes a la crisis climática. Sus intereses están alineados, dificultando las verdaderas soluciones. Si el sector financiero global apostara por la inversión en energías renovables y transporte limpio, el escenario sería otro. Pero dados los intereses comunes, sus soluciones serán parciales. Aquí sus ganancias, son nuestras pérdidas.

Ver en: http://www.larepublica.pe/columnistas/globalizaciones/cuando-el-foco-ahorrador-no-basta-02-10-2014

jueves, 25 de septiembre de 2014


Urgencia climática: #ACCIONESNOPALABRAS


Artículo escrito por Alejandra Alayza de OXFAM, publicado en el diario La República. “Necesitamos a todos para cambiarlo todo”, llamaba la convocatoria a la movilización más grande de la historia de la lucha contra el cambio climático. Más de 3.000 eventos en 166 países. Sólo en Nueva York más de 500.000 personas se movilizaron este domingo exigiendo justicia climática y #AccionesNOPalabras a los líderes mundiales en Cumbre Climática de Naciones Unidas. Desde su último encuentro en el 2009 en Copenhague, los desastres naturales relacionados con el clima han costado al mundo casi US$ 500.000 millones, cobrando la vida de más de 112.000 personas y dejando damnificadas a más de 650 millones de personas de acuerdo a un informe de Oxfam [1].

#AccionesNOPalabras ha sido la consigna unánime. Desde el podio, Ban Ki-moon, Ollanta Humala, Francois Hollande, responsables de la COP20 y COP21 respectivamente, han insistido.
Pero lo cierto es que la Cumbre no ha recibido el nivel de compromisos que la crisis climática requiere. Las negociaciones siguen gravemente aletargadas, y de no inyectársele la voluntad política real al proceso, el colapso climático que advierten los científicos estará más cerca.

En este contexto, la responsabilidad asumida por el Perú en el liderazgo de la próxima COP20 no es moco de pavo. Para inyectar adrenalina a un proceso que corre el riesgo de descarrilarse –por el menor entusiasmo y compromiso de los países–, se requiere liderazgo climático fuerte por parte del Perú dando el ejemplo hacia mayores ambiciones. Esta semana en NN.UU. el Perú no afirmó el liderazgo que se requiere globalmente.

El gobierno ha dejado en claro que la lucha contra la deforestación es la prioridad. El reciente acuerdo firmado por el gobierno con Noruega, Alemania y el BID para este fin es una buena noticia. ¿Pero cómo se hace concreto este compromiso (sí, eso que se le pide a otros países para el avance de las negociaciones, y donde debemos dar el ejemplo)? ¿Se ratifica el Perú en la meta de conservación efectiva de 54 millones de hectáreas de bosques primarios? A nivel nacional, ¿el ministerio de Agricultura gestionará los bosques desde la perspectiva de la conservación o como viene sucediendo dejando pasar el cambio de uso de suelo para proyectos de palma aceitera?  

Un liderazgo fuerte debe basarse también en la coherencia del manejo nacional de los principales retos para el cambio climático, como es la expansión del sector hidrocarburos. Sobre este tema, mutis. La cena en honor al Presidente, patrocinada por PlusPetrol y dos empresas mineras, la misma semana de la Cumbre Climática, ha sido una muy mala señal, que más parece una celebración del cuestionado paquetazo.

Ver en: http://www.larepublica.pe/columnistas/globalizaciones/urgencia-climatica-accionesnopalabras-25-09-2014 

Hay marcha en Nueva York (por el clima)


Artículo escrito por Armando Mendoza de OXFAM, publicado en el diario UNO. Cuatrocientas mil personas marchando en la más grande manifestación que se tenga memoria, paralizando un domingo en Nueva York. Marchando para hacer oír su voz y su protesta a los líderes del mundo frente al estancamiento de las negociaciones sobre el Cambio Climático. Marchando para hacer saber que, si pues, estamos ante un problema común, y que la solución pasa por todos. ¿Quién dice que no hay marcha en Nueva York?

Y ahí estuvieron los peruanos, junto con activistas y ciudadanos de todas partes del mundo, en un microcosmos de humanidad: líderes indígenas y campesinos marchando codo a codo con estudiantes, profesionales, trabajadores y gente de todos los rumbos de la vida, unidos por una común preocupación y demanda: que se alcance un acuerdo global para la efectiva reducción de la emisiones, la debida asignación de responsabilidades, históricas y recientes, la implementación de mecanismos de compensación y financiamiento a los pueblos y comunidades afectados, y que la mitigación, la adaptación y la construcción de resiliencia se asuman como la defensa de los derechos y el bienestar de las personas, y no como otra oportunidad para grandes negocios.

En este contexto, la responsabilidad del  Perú como anfitrión de la COP 20, la Conferencia Global sobre Cambio Climático, a tener lugar en diciembre próximo, son evidentes y exigen coherencia entre el discurso y las acciones, pues el Gobierno no puede pretender liderazgo en la presidencia de la COP 20, mientras al mismo tiempo se ha dedicado a socavar y desmontar las regulaciones ambientales. 

La marcha del Cambio Climático en Nueva York es un hito y una referencia para la COP 20 en Perú, en donde la presencia y la preocupación de los pueblos por el destino del planeta se va a hacer sentir, exigiendo acuerdos concretos y vinculantes. Los gobiernos ya están advertidos, que en este tema ni el planeta ni la gente pueden seguir esperando. 

Ver en: http://diariouno.pe/columna/hay-marcha-en-nueva-york-por-el-clima/ 

lunes, 22 de septiembre de 2014


Movilización climática de los pueblos en Lima #AccionNoPalabras


La sociedad civil peruana se unió el domingo a la Movilización Climática de los Pueblos (http://peoplesclimate.org/esp/) cuya demanda lleva el nombre “¡Acción, No Palabras!”. La misma busca que se tomen las acciones necesarias para crear un mundo con una economía al servicio de la gente y el planeta y exigir a los líderes mundiales que tomen medidas climáticas firmes.

En Lima, se realizó una movilización hacia la sede del Ministerio del Ambiente también con la consigna “¡Acción, No Palabras!”. Sebastián Milla, del Comité Juvenil de la Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático comentó que “desde ahora, hasta diciembre, le recordaremos al presidente Ollanta Humala que la ciudadanía demanda abordar el cambio climático que sabemos nos afecta a todos, esperemos que los compromisos que Humala exponga ante la ONU, no quede solo en palabras”.







Marcha por el Cambio Climático en Nueva York


Decenas de miles de personas se movilizaron hoy por las calles de Nueva York en el marco de la Cumbre Climática de las Naciones Unidas, en lo que ha sido considerada la marcha global más grande de la historia, para demandar acciones urgentes para frenar el cambio climático.

Más de 1,100 organizaciones del mundo, personalidades, líderes políticos, incluyendo el propio Ban Ki Moon, secretario general de Naciones Unidas, representantes de las organizaciones indígenas y campesinas, sindicatos, organizaciones de mujeres, estudiantes, ONG del Perú, así como un importante contingente de peruanos y sus familias que viven en Nueva York, participaron en la marcha.









viernes, 19 de septiembre de 2014


De nuevos paquetes, continuidad y desigualdad


Artículo escrito por Alejandra Alayza de OXFAM, publicado en el diario La República. Tenemos nuevo Ministro de Economía. Pero este cambio, no anuncia cambios. En sus primeras declaraciones a la prensa, el recién designado ministro Segura anunció que un nuevo paquete de medidas para la reactivación de la economía ya se encuentra en el Congreso. ¿Cuál es la orientación de estas nuevas reformas?.

Diversos expertos han advertido que mantener las cifras de crecimiento de los últimos años constituye un reto inmenso, debido a que factores externos abonaban favorablemente en dicha bonanza: se trataba de circunstancias excepcionales y que los tiempos cambiarían. Y los tiempos cambiaron. Existen diversas recetas para esta reactivación. Para este gobierno, las apuestas ya han sido muy altas, y en algunos casos extremadamente costosas, como es el caso de la institucionalidad ambiental y laboral del país. En este ajuste algunos han pagado más que otros, abonando a la desigualdad.

Una de las medidas más cuestionadas en este sentido, –y frente a la cual todavía, ni el MEF ni la SUNAT, han aclarado el panorama–, ha sido la condonación de deudas. Importantes críticas sobre el carácter reactivador de la llamada actualización de deudas (en la práctica condonación parcial). Esta medida se sustentó en la necesidad de depurar la cartera de deuda tributaria, es decir eliminar a los deudores muertos, empresas inexistentes, etc. Pero con el argumento de ordenar la casa, se habría condonado más de una deuda a algunos peces gordos. Se habrían perdonado millonarias deudas a empresas que habrían evitado por diversas vías (incluyendo la judicial) pagar sus deudas. 

¿Este es el tipo de medidas reactivadoras que se van a seguir impulsando? En un contexto global la desigualdad está en el centro de atención, seguir impulsando medidas que generan beneficios o exoneraciones con  nombre propio es muy mal camino.

Ver en: http://www.larepublica.pe/columnistas/globalizaciones/de-nuevos-paquetes-continuidad-y-desigualdad-18-09-2014

jueves, 18 de septiembre de 2014


Las disputas Inversionista-Estado


Artículo escrito por José De Echave de CooperAcción, publicado en el diario UNO. El pasado 28 y 29 de agosto, en la ciudad de Buenos Aires, se realizó un seminario organizado por la Fundación Friedrich Ebert y la revista Nueva Sociedad, que abordó el tema de los mecanismos de protección de las inversiones. El seminario contó con representantes de varios gobiernos de la región, la ex ministra de Justicia de Alemania, Herta Daubler-Gmelin, un funcionario del departamento de Comercio de Sudáfrica, académicos y representantes de la sociedad civil. 

El intercambio permitió identificar cómo se viene debatiendo a nivel global sobre la pertinencia de los controvertidos mecanismos que protegen los derechos de los inversionistas en los acuerdos comerciales. En la actualidad, existen más de 3,000 tratados bilaterales y regionales de inversión a nivel mundial, en los que la formulación de los derechos de los inversionistas es a menudo sumamente vaga, lo que viene siendo aprovechado por empresas para presentar demandas contra decisiones que toman los Estados.   

Hay ejemplos para todos los gustos: la empresa Phillip Morris denunció a Uruguay porque ese país le exigía que en los paquetes de cigarrillos se mencione los efectos nocivos del consumo de tabaco; una empresa energética sueca, Vatettenfall, demandó al Estado alemán una compensación por 1,000 millones de euros debido a que ese país había tomado la decisión de abandonar la energía nuclear; El Salvador fue denunciado por la empresa canadiense Pacific Rim por la moratoria minera. En el caso peruano, las demandas inversionistas-estado ya bordean los 6 mil millones de dólares: una de las más conocidas es la de la impresentable Doe Run/Renco, que exige una indemnización de 800 millones de dólares.

Lo cierto es que en la actualidad hay países -que no pueden ser calificados como enemigos de la inversión y que de hecho reciben importantes flujos de inversiones del extranjero-, que ya no firman este tipo de acuerdos, los rescinden o los renegocian. Es el caso de Sudáfrica, la India, Brasil y Australia. Este último país, ha anunciado que dejará de incluir disposiciones sobre la resolución de diferencias inversor-Estado en sus tratados comerciales.

Mientras que en el Perú se presenta a los TLC y los mecanismos que protegen las inversiones, como el único camino a seguir, una nueva generación de acuerdos apunta a alcanzar una política de inversiones más democrática, ecológica, justa en términos sociales y que sea respetuosa de la soberanía de los países. Ese es el camino a seguir. 

Ver en: http://diariouno.pe/columna/las-disputas-inversionista-estado/

lunes, 15 de septiembre de 2014


Camisea: 10 años después


Artículo escrito por César Gamboa de DAR, publicado en el diario UNO. Tuvimos la oportunidad de participar en la Mesa Redonda: Oportunidades y lecciones aprendidad para el gas natural en el marco 10mo. Aniversario de producción de Camisea, y vale la pena mencionar que es importante el dialogo entre distintos actores, privados y públicos, y más que nada actores de la sociedad civil, no solo privilegiados, sino la población local.

Debemos reconocer que la operación de Camisea es muy singular en Perú. A diferencia de la operación de Pluspetrol en el lote 1 AB, el proyecto Camisea y su operación off shore in land, reduce impactos directos e indirectos en la operación. Esto ha permitido el reconocimiento del proyecto en la industria gasífera y pensar en que se pueden elevar los estándares ambientales y sociales de esas inversiones.

Sin embargo, Camisea también nos recuerda la necesidad de una sociedad civil vigilante, puesto que mucho de los logros se ha producido después de la presión o demanda de la sociedad civil y organizaciones indígenas. Basta recordar el último episodio vivido de ampliación de operaciones en el lote 88 y la abierta discusión del futuro de la Reserva Territorial Kugapakori Nahua Nanti.

Los retos que afronta este proyecto y el sector energético pasan por diseñar un mejor modelo de desarrollo a nivel de cuencas, la revisión del uso del canon, la protección de los pueblos indígenas aislados y en contacto inicial, la mejora de la evaluación ambiental y la vinculación entre fiscalización ambiental y el monitoreo ambiental comunitario, entre otros.  Hay mucho que aclarar puesto que la confusión de la participación ciudadana ambiental con la consulta previa o no afrontar los temas de fondo en la reforma de la evaluación ambiental, necesitan más esfuerzo en un análisis profundo del tema. Sobre todo del sector privado, preocupado por implementar un fast track que facilite la inversión, más que EIA de calidad o una licencia social a largo plazo.

Después de las iniciales tensiones con los participantes, mayoritariamente del sector privado, queda claro que existe un tenue diálogo de sordos en Perú, queremos escuchar lo que queremos escuchar o hablamos entre los convencidos. La tolerancia, la lucha contra la impunidad y no hacer las cosas como sea, en Camisea, es más que una lección aprendida.





Taller Intensivo Derechos de la naturaleza. Ética biocéntrica y políticas ambientales


Taller Intensivo
Derechos de la naturaleza. Ética biocéntrica y políticas ambientales
Jueves 11 de setiembre de 2014
17:30 a 21:00 horas

El taller fue dictado por Eduardo Gudynas, investigador en el Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES) en Montevideo; y se analizó las implicancias de reconocer valores propios en la Naturaleza y sus consecuencias en distintas dimensiones de las políticas ambientales. En el taller se brindaron ejemplos concretos de distintos países latinoamericanos. 
Temario
Conceptos de valores propios en la Naturaleza, incluyendo el debate y los ensayos en los países andinos de reconocer esos derechos. 
Construcción de una política ambiental biocéntrica y las implicancias para el desarrollo sostenible. 
Concepciones sobre la Naturaleza y la Pachamama. 
Nuevas ideas sobre ciudadanías expandidas y enraizadas en el ambiente.
Redefinición de las justicias ambiental y ecológica. Una revisión crítica de la conservación como ciencia y como práctica.
Docente
Eduardio Gudynas cuenta con una maestría en ecología social; investigador asociado en el Dpto de Antropología de la Universidad de California-Davis; y es "profesor visitante distinguido” en la Saint Mary’s University de Canadá.





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Argentina: Los marxistas y el movimiento kirchnerista (peronista)


Escrito por David Rey   
Martes 19 de Febrero de 2013  
Un balance de la ofensiva reaccionaria contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner
 La situación argentina ha captado desde hace meses la atención de la opinión pública latinoamericana e internacional por la seguidilla de acontecimientos acaecida en ese tiempo, y que los medios masivos de comunicación de la burguesía han tratado de utilizar para mostrar un país al borde del caos, a cuyo frente se encontraría un gobierno inoperante, perdiendo toda base social de apoyo.
Estos acontecimientos incluyeron cacerolazos de protesta de sectores reaccionarios de las capas medias, huelgas por salario de un sector de las fuerzas de seguridad, paros y movilizaciones sindicales, embargo de una fragata de guerra a requerimiento de los fondos buitres que reclaman el pago de una parte de la deuda externa en litigio, cortes sorpresivos de luz, saqueos de supermercados, etc. Y en el centro de todo ello, una dura batalla político-judicial del principal monopolio de medios privados de comunicación del país, el grupo Clarín, contra la llamada Ley de Medios. Esta ley, en los papeles, obliga a las grandes empresas del sector a desprenderse de una parte de sus inversiones en radio y TV para “desmonopolizar” el negocio audiovisual.
Esta situación de inestabilidad no es una novedad. Entre 2008 y 2010, durante el primer mandato presidencial de Cristina Kirchner, el país vivió una situación similar. Y, en rigor, aunque con acritud variable, ha sido una constante desde el inicio de la etapa kirchnerista, en mayo de 2003.
¿Cuál es la raíz de fondo de esto? Como expondremos con más detalle, lo que hay aquí es un intento de los sectores más relevantes de la clase dominante argentina, con la simpatía activa del imperialismo –particularmente del español y de otros países europeos con intereses económicos en el país– de desestabilizar al gobierno de Cristina Fernández y propiciar su caída. No es casual que el gobierno argentino comparta con los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia arremetidas reaccionarias de naturaleza similar. Y es porque en estos países ha sido donde las reformas progresistas, a favor de las masas trabajadoras y la independencia relativa de los gobiernos respecto a la burguesía nacional y al imperialismo, han llegado más lejos en el conjunto de América Latina.
Consideraciones previas sobre el kirchnerismo        
Para comprender la situación concreta que atraviesa Argentina, debemos partir de la caracterización política del kirchnerismo y de la identificación de su base social de apoyo.
Este movimiento político peculiar no cayó del cielo, hunde sus raíces en la historia argentina de los últimos 70 años, es una continuación directa del movimiento peronista e incorpora la impronta del último gran acontecimiento político de masas del país como fue el Argentinazo de  2001-2002, enriquecido con los desarrollos políticos y sociales de estos diez años.
El kirchnerismo es un movimiento político nacionalista con una base obrera y popular pero con una dirección no proletaria y un programa burgués al que denomina “capitalismo en serio” o “capitalismo nacional”. En rigor, lo que pretenden los dirigentes kirchneristas es, por un lado, desarrollar su acción de gobierno dentro de los marcos del sistema capitalista y regularlo, sostener su base de funcionamiento que es la propiedad de los grandes medios de producción en manos de los capitalistas y el acrecentamiento de sus ganancias. Y por el otro, atender los intereses de la clase social sobre la que se apoyan y cuya presión sienten permanentemente, a través del aparato sindical, en los barrios, en las agrupaciones de base y movimiento sociales, y en la acción directa en las calles.
Por ende, el kirchnerismo es un movimiento contradictorio en su raíz: se asienta predominantemente en clases sociales cuyos intereses son antagónicos a los intereses de la clase capitalista que la acción del gobierno trata de preservar.
A cada paso, la realidad desmiente los presupuestos ideológicos de la dirección kirchnerista. Aunque niegan la lucha de clases, cada intento de imponer un “capitalismo serio” y de aplicar reformas progresistas es resistido con uñas y dientes por los grandes empresarios, y el gobierno sólo puede avanzar apoyándose en los trabajadores y demás sectores populares para golpear y disciplinar a los primeros.
El kirchnerismo tuvo la suerte de que su acción de gobierno coincidiera con uno de los períodos de mayor crecimiento y estabilidad económica habidos en el país, favorecido por las condiciones excepcionales de la economía mundial en años pasados y la demanda enorme de materias primas que empujó hacia arriba sus precios en el mercado mundial, y que constituyen un pilar básico de la economía argentina.

Pero eso no explica todo. Hubo decisiones políticas audaces que limitaron las tendencias más depredadoras del Capital y contuvieron su sed insaciable por las ganancias; y también hubo avances indudables en la democratización de la vida social y en reducir sensiblemente la actividad de la mafia del aparato represivo-estatal que durante 25 años había desarrollado una conciencia de intangibilidad, fundada en la cobardía de los gobiernos burgueses que se sucedieron desde la recuperación democrática, de 1983 en adelante.

Pero, igualmente, debemos señalar que sin el ímpetu de la gesta popular del “Argentinazo”, del miedo profundo que provocó en la clase dominante, los Kirchner no hubieran sacado la voluntad ni la audacia que desplegaron para implementar ese tipo de políticas.

Fue el Argentinazo, empapado en la sangre generosa derramada por la juventud y los trabajadores en las jornadas heroicas del 19 y 20 de diciembre de 2001, y las incesantes movilizaciones de masas que siguieron durante semanas y meses, los que demolieron el viejo estado de cosas decrépito y transformaron de arriba hasta abajo la conciencia colectiva y, por lo tanto, posibilitaron el advenimiento de una política diferente. No fueron los Kirchner, sino las masas trabajadoras las verdaderas responsables del punto de inflexión histórico de la Argentina desde el 2003 en adelante. Como suele ocurrir, las reformas progresistas y los avances sociales son un subproducto de una situación revolucionaria o de un proceso revolucionario desviado con éxito hacia los canales seguros del parlamentarismo burgués.
El modelo kirchnerista
Para la gran mayoría de los trabajadores y jóvenes más conscientes los gobiernos kirchneristas han sido los más progresistas que se recuerdan en décadas.
La lista de avances y logros bajo el kirchnerismo es extensa, tanto en medidas democráticas como sociales. Se anularon las leyes de impunidad y los indultos que protegían a los milicos genocidas y represores de la última dictadura militar, y se reabrieron los juicios contra estos asesinos y criminales, resultando en decenas de condenas a cadena perpetua y a largos años de cárcel, inclusive a integrantes de los grupos parapoliciales de la infame Triple A y de la llamada “trama civil” del golpe. Se expropiaron al Ejército y a la policía todos los centros clandestinos de tortura que funcionaron en la dictadura de 1976-1983 y algunos se convirtieron en Museos de la Memoria. Se purgó a la mayoría de los altos oficiales del ejército y de la policía, junto a varios miles de integrantes de las fuerzas represivas corruptos y delincuentes, y a los integrantes de la anterior Corte Suprema de Justicia, venal y corrupta. Se prohibió a la policía federal (dependiente del gobierno nacional) portar armas en su accionar durante marchas y movilizaciones populares. Se anuló la pena de muerte en el Código Militar durante el Estado de Guerra, se disolvieron los tribunales militares y se cambió el código militar. La represión policial de la protesta popular, en lo que depende del gobierno nacional, se redujo a niveles ínfimos. Se legalizó el matrimonio igualitario y se introdujo el derecho de voto a partir de los 16 años y para los inmigrantes a partir de dos años de residencia en el país. Se instituyó la publicidad electoral única, pública, e igualitaria para todos los partidos y coaliciones electorales, independientemente de su peso parlamentario y militancia. También se aprobaron una ley de muerte asistida y otra dura ley contra la trata de personas.
En lo que a medidas económicas y sociales se refiere, hay que destacar la reactivación de las negociaciones colectivas de trabajo, que prácticamente dejaron de existir durante los gobiernos de Menem y De la Rúa, la derogación de gran parte de la contrarreforma laboral menemista, el incremento en un 900% de la jubilación mínima que afecta al 70% de los jubilados, muy por encima de la elevada suba de precios habida estos años, y de más de un 1.000% del salario mínimo oficial, el más elevado de América Latina; se reestatizaron las jubilaciones privadas, se incrementó hasta el 6% del PBI el presupuesto de educación y se abrieron cientos de escuelas y muchas universidades nuevas, se entregaron gratuitamente varios millones de pequeñas computadoras (netbooks) para uso escolar a todos los estudiantes secundarios, se repatriaron cientos de científicos de primer nivel que trabajaban en el extranjero, y se instituyó la atención gratuita integral a los enfermos de Sida y asistencia gratuita a la reproducción asistida. Se reestatizó parte de las empresas estatales privatizadas (Correo, Aerolíneas, gran parte del suministro de agua, el 51% la mayor empresa de hidrocarburos YPF, fábrica de aviones militares, entre otras), y se insinúa la reestatización inminente del degradado sistema ferroviario. También se creó una empresa estatal de telefonía celular (móvil). Otra medida de impacto fue la extensión del salario familiar (Asignación Universal por Hijo) a las familias compuestas por trabajadores informales y desocupados. Se avanzó en la democratización del acceso a la producción audiovisual (Ley de Medios) que está siendo fuertemente resistida por los grandes monopolios privados, fundamentalmente por Clarín, como señalamos al principio.
Para enfrentar la espectacular fuga de divisas que alcanzó los 22.000 millones de dólares en 2011, el gobierno dispuso de un fuerte control de cambios que hizo casi imposible la salida de dólares del país e impuso condiciones muy severas a la adquisición de dólares por la población.
Por otro lado, el carácter burgués del gobierno se ha manifestado en la aplicación de medidas y aprobación de leyes que expresan concesiones a los grandes empresarios y, en menor medida, al imperialismo. Por ejemplo, la última ley de accidentes laborales, o la llamada Ley Antiterrorista –una concesión al imperialismo de EEUU que chantajeó al gobierno argentino con sacarlo del grupo de países denominado G-20– y que plantea, entre otras medidas, la duplicación de penas en los casos supuestos de terrorismo o de acciones que tiendan a forzar cambios en la política del gobierno. Aunque en los hechos no está aplicándose, es un peligro a futuro en manos de gobiernos reaccionarios. El gobierno también bloqueó diversas iniciativas parlamentarias de diputados de la CGT que tendían a ampliar derechos laborales a trabajadores tercerizados, a repartir ganancias empresariales entre los empleados, o a suprimir el llamado Impuesto a las Ganancias a los trabajadores asalariados. También se opone a restituir la jubilación con el 82% del salario indexada automáticamente con la inflación (móvil), que fue derogada en los años 80, con el argumento de que tal medida haría quebrar al Estado. También se resiste a la reestatización del resto de las empresas privatizadas por el menemismo (telefónicas, eléctricas, entre otras). La política de transporte terrestre –sosteniendo hasta ahora la privatización del sistema ferroviario y del Subterráneo de Buenos Aires– quizás sea uno de los aspectos más deficitarios en los 10 años de acción de gobierno, como amargamente demostró el terrible accidente ferroviario en la Estación de Plaza Once de Buenos Aires hace un año, que dejó 51 muertos. En materia impositiva se mantienen privilegios intolerables para diversos monopolios; por ejemplo no están gravadas las rentas financieras (compra-venta de acciones, cuentas a plazo fijo, fondos de inversión, etc.), las empresas mineras pagan impuestos ridículos y, lo mismo que las petroleras, no hay control oficial alguno sobre sus verdaderas exportaciones, limitándose a notificarlas en declaraciones juradas. También se mantiene una obsoleta ley del aborto que niega el derecho al aborto libre y gratuito, aunque hay sectores dentro del kirchnerismo que tratan de impulsar una ley de plazos moderna y avanzada.
Todas estas contradicciones han acompañado la acción de gobierno del kirchnerismo durante estos años, pero han sido amortiguadas por el largo boom económico de la última década.
Sin embargo, en los últimos años, particularmente desde el 2007, la mayoría de la clase obrera vio un estancamiento en sus condiciones de vida, debido a la suba de precios galopante que sufre el país. Lo que mitiga esta situación es el mayor volumen de empleo y al avance importante del gasto social. Y, pese a todo, la participación de los trabajadores en la riqueza nacional, (42,9%) no pudo alcanzar el nivel de 20 años atrás (44,7% en 1993).
No obstante todo lo anterior, la percepción general del gobierno “nacional y popular” entre la clase trabajadora y demás sectores populares es que este es un gobierno suyo, y no un gobierno enemigo; a diferencia de la consideración que le merece a la casi totalidad de los grandes empresarios y a los sectores altos de la clase media.
Un movimiento político nuevo
Los dirigentes kirchneristas se han propuesto dotar al país de un “capitalismo en serio”, de ahí sus intentos de regimentar la vida económica y sus tentativas de obligar a la burguesía a que atienda sus obligaciones “nacionales” para que invierta y desarrolle la economía. Por otro lado, el “núcleo duro” del kirchnerismo siente que necesita un aparato propio comprometido sin fisuras con su proyecto político. El viejo y podrido aparato del Partido Justicialista no le sirve para esa tarea, ya que necesita un instrumento que muestre relativa independencia de las fuerzas sociales que se oponen a su política. Los caudillos del PJ mantienen mil y un vínculos con la clase dominante, son demasiado venales y corruptos como para resistir la presión implacable de los grandes empresarios y de las mafias del aparato del Estado. El nuevo aparato se nutre de los movimientos políticos y sociales que constituyen el abigarrado universo del kirchnerismo, grupos como “La Cámpora”, Evita, Descamisados, Kolina, Nuevo Encuentro, Miles y otros.

Pero incluso este aparato es débil, y está siendo construido aceleradamente. Su debilidad se complementa con un fuerte verticalismo en el interior del movimiento donde cada cargo público o responsable político es elegido a dedo desde arriba. El carácter amorfo y desorganizado del movimiento, sin estructuras, impide el más mínimo control desde abajo. Sin embargo, es solo una cuestión de tiempo que se abra el debate sobre la introducción de elementos de control y democracia interna entre una militancia joven y vitalista que está enfrentando cotidianamente a la reacción y que exigirá su derecho a tener una opinión y a decidir sobre el destino del movimiento.
Pese a todo, el kirchnerismo es un movimiento popular genuino donde existen decenas de miles de jóvenes, trabajadores y militantes populares, y tiene la ventaja sobre el peronismo tradicional de que es más abarcador política e ideológicamente, ya que incluye a militantes y grupos de izquierda y de otras tendencias.
El otro avance político sobre el peronismo tradicional es que en éste convivieron durante décadas alas de derecha y de izquierda, de diferente gradación; mientras que el kirchnerismo ha purgado a la derecha peronista de su interior, y aquellos sectores escorados más a la derecha (la mayoría de los gobernadores provinciales peronistas y de los caciques del PJ del Gran Buenos Aires) son vistos con desconfianza profunda y carecen de una verdadera base social de apoyo. En realidad, un sector de la dirección ve necesario mantener estos sectores dentro del movimiento para escapar a la presión hegemónica de su ala izquierda.
La reforma constitucional
Si hay algo que espanta a los sectores decisivos de la burguesía es la perspectiva de que una mayoría calificada del kirchnerismo en el Congreso tras las elecciones de octubre del 2013 promueva una reforma constitucional que habilite a Cristina a presentarse a la reelección presidencial en el 2015, ya que la Constitución actual impide aspirar a un tercer mandato presidencial consecutivo. Por eso, en 2012 recrudeció la ofensiva de la burguesía contra el kirchnerismo, liderada por los medios masivos de comunicación burgueses.
Como en el período de 2008 al 2010, tras el llamado “conflicto del campo”, la burguesía está utilizando todos los medios a su alcance –parlamentarios y extraparlamentarios, legales e ilegales– para tratar de desestabilizar al gobierno y sacárselo de encima. Pretende reducir a niveles mínimos su victoria previsible en las elecciones legislativas del 2013, que prepare una victoria de la derecha en las elecciones presidenciales de 2015. La clase dominante tiene entre sus peones no sólo al partido radical (UCR), a la derecha peronista y a la derecha neoliberal del PRO (Propuesta Republicana), sino también a la débil derecha kirchnerista. Tampoco cabe duda de que un sector de la burocracia corrupta de la CGT oficialista romperá con el gobierno en un momento dado y se pasará con armas y bagajes a la oposición.
En caso de plantearse dicha reforma constitucional, nuestra posición será apoyarla por una cuestión elemental de democracia. El pueblo tiene derecho a votar como presidente a quien desee, lo que es antidemocrático es impedirle que lo haga. Nadie duda de que Cristina sea la que tendría más posibilidades de ganar, haciendo abstracción claro está de la situación económica y social que exista dentro de 2 años. Pero en circunstancias como las actuales, la victoria de Cristina estaría asegurada. Frustraría una victoria de la derecha, impediría una derrota política de los trabajadores y, dada la debilidad actual de una alternativa política de izquierda dentro del kirchnerismo, proporcionaría un tiempo valiosísimo para organizarla en las mejores condiciones.
La oposición de derecha
La situación de la oposición de derecha es penosa. La UCR está fracturada por la mitad, con un sector mirando hacia la derecha al PRO y otro hacia el Frente Amplio Progresista (FAP), socialdemócratas de derecha.
La derecha peronista está completamente aislada socialmente y sólo ahora trata de revivir a través de un sector de la burocracia sindical. Macri, dirigente del PRO, trata de provocar constantemente al gobierno nacional para instalarse en los medios de comunicación pero, salvo en la Capital, carece de una base social relevante en el país y en la sociedad.
El FAP, de Hermes Binner, está a kilómetros de las preocupaciones populares, solapado con el resto de la oposición derechista.
No es la iniciativa política de estos partidos y de sus dirigentes, sino el punzón venenoso de los medios de comunicación burgueses quien organiza toda labor de oposición en Argentina, incluidas sus protestas en las calles, desde los cacerolazos hasta los “paros” y marchas de la burocracia sindical opositora.
La izquierda
La llamada “oposición de izquierda” -en realidad, sectas de izquierda– enfrenta su mayor aislamiento desde la recuperación democrática de 1983; ya sean los grupos organizados alrededor del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (conformado por el Partido Obrero (PO), el Partido de los Trabajadores Socialistas e Izquierda Socialista), o la autodenominada izquierda “independiente” (Frente Darío Santillán, Corriente Rompiendo Cadenas, Marea Popular, etc.). En rigor, estos sectores nutren lo fundamental de su militancia de la pequeña burguesía “radical”: juventud pequeñoburguesa de las universidades y escuelas, profesionales independientes, etc. y de sectores periféricos de la clase obrera: docentes, profesionales asalariados y empleados públicos. Y la mayoría de ellos comparten con la pequeña burguesía reaccionaria su histerismo antikirchnerista.
Desde el 2002 en adelante, sectores de vanguardia importantes de la clase obrera y de la juventud han hecho su experiencia con estos grupos que despiertan aborrecimiento por su incapacidad orgánica de conectar con el estado de ánimo de las masas en los momentos decisivos, apareciendo al lado del enemigo por su ultraizquierdismo congénito. Hacen de la política una cuestión de moralidad, blanco o negro, lo cual los incapacita para políticas amplias de frente único fuera de su entorno, de manera que nunca podrán probar ante las amplias masas la utilidad de sus políticas y de sus programas.
Para peor, todos ellos sin excepción se embarraron en las maniobras desestabilizadoras de la derecha en estos meses. Apoyaron o mostraron “compresión” hacia los cacerolazos reaccionarios de la clase media; lo mismo que a los paros y movilizaciones sindicales, no menos reaccionarios, de la burocracia sindical opositora los pasados 10 de octubre, 20 de noviembre y 19 de diciembre. En el colmo de su histerismo, hasta trataron de justificar los saqueos vandálicos de supermercados del 20 y 21 de diciembre, a manos de sectores lumpenizados, culpando por ello al gobierno debido a la existencia de pobreza, cuando fueron organizados por la mafia del peronismo de derecha y sus apoyos en las fuerzas policiales, algo que hasta un sector de la oposición de derecha tuvo que reconocer.
La “vitalidad” aparente de las sectas “trotskistas” en particular, no es mérito suyo ni de la corrección de su línea política o táctica, sino de la ausencia de una organización reformista de izquierda de masas como existe en países de nuestro entorno y en Europa, lo que les permite ocupar un hueco en la vida política argentina. Por sus posiciones lunáticas durante décadas, pero particularmente durante el período kirchnerista donde se han opuesto con estridencia a todas las reformas progresistas llevadas a cabo, han desprestigiado ante las amplias masas el término “izquierda” y han hecho aborrecible el término “trotskismo”. Ambas cosas imperdonables.
La economía bajo el kirchnerismo
La economía argentina, que creció en promedio un 8%-9% durante una década –con la excepción del año recesivo 2009–, ha sufrido un cambio importante respecto a un año atrás, conforme los efectos de la crisis económica internacional van haciéndose más patentes en el país. Entre enero y noviembre de 2012 la producción industrial cayó un 0,9%. Las exportaciones e importaciones cayeron en ese lapso un 3% y un 7%, respectivamente, con respecto al mismo período de 2011. No está claro siquiera que el crecimiento del PBI alcance el 3% en 2012 (un 9,2% en 2011).
Como consecuencia, se estancó la generación de empleo y aumentó ligeramente el empleo informal en un año, del 34% al 35,5%.
Si bien la industria se ha fortalecido (la fuerza de trabajo industrial pasó de 800.000 a 1,3 millones en 10 años), ésta parece haber tocado techo.
El gobierno fomenta industrias de consumo: automóvil, línea blanca, etc. Pero no hay avances significativos en la industria de base. El 67% de las exportaciones lo constituyen materias primas o productos manufacturados de origen agropecuario, combustibles y energía.
Sin industrias estatales de consideración, el importante superávit fiscal que el Estado acumuló en estos años no pudo orientarse hacia la inversión productiva sino al pago de la deuda, a suplir la insuficiencia de la productividad del sector privado con subsidios crecientes (tarifas de los servicios públicos y al combustible, productos agropecuarios e industriales, etc.), a obras de infraestructura y al gasto social, que permitió una expansión importante del mercado interno.
Hubo un alivio temporal en el peso de la deuda externa pública sobre la economía, que pasó de representar el 151% del PBI en 2002 al 40% actual, debido a la quita introducida en 2005 (una reducción real del 48%) y al importante aumento del PBI en estos años, pese al incremento de la deuda externa que pasó de 102.000 en 2005 a 141.000 millones de dólares actualmente.
Sin embargo, la desaparición del amplio superávit fiscal que disponía el gobierno hasta el 2010 resta cada vez más recursos al Estado para honrar los pagos de la deuda. En 2012 el gobierno tuvo que maniobrar duro para conseguir los dólares que necesitaba. Y aunque los vencimientos en los años inmediatos son menores, y cerca de la mitad están en títulos de organismos públicos (Seguridad Social, bancos estatales, etc.), los menores ingresos fiscales por el decrecimiento económico y el impacto creciente la crisis internacional en los próximos años, podrían colocar el peso de la deuda de vuelta en el primer plano de las preocupaciones generales.
Inflación y keynesianismo
El problema de la inflación se ha convertido en una enfermedad endémica de la economía argentina. La causa fundamental es la escasa inversión privada en el contexto de un incremento importante del consumo por la expansión del mercado interno. A esto se suma el tirón alcista de los precios internacionales de los productos de consumo básicos en un país exportador de los mismos (carnes, lácteos, trigo, girasol, cítricos, etc.) y al auge de los biocombustibles (Argentina es el tercer país productor del mundo) fabricados también a partir de productos de consumo básico (caña de azúcar, girasol, maíz). Todos estos factores explican la enorme escalada inflacionaria con aumento de precios del 20%-30% en los últimos 7 años.
A esto debe añadirse el boom inmobiliario especulativo que se ha volcado a la adquisición de inmuebles para vivienda y para la especulación de sectores minoritarios.
A falta de una burguesía nacional que invierta de manera consistente, el gobierno profundizó sus relaciones con las multinacionales depredadoras que sólo están interesadas en negocios fáciles de bajo costo y grandes ganancias, como la megaminería, los hidrocarburos o los agronegocios. Un aspecto vinculado a esto es que el gobierno realmente no quiere indisponerse con la burguesía ni con las multinacionales, y sólo avanza sobre ellas cuando no le queda otra opción para mantener la estabilidad del sistema, como por ejemplo cuando expropió el 51% de YPF pero mantuvo el 49% en manos privadas, como señal conciliadora a la burguesía.
El gobierno cree que puede conjurar la crisis con una política keynesiana (expansión del gasto público y social), pero el problema no viene de la falta de demanda –que es el presupuesto fundamental del análisis keynesiano– sino de la oferta, de la producción. Una producción estancada con una mayor demanda de bienes disparará aún más la inflación, la suba de los precios.
Esto es lo que enfrenta al gobierno con el sector más importante de la burguesía argentina y con la derecha. Este sector plantea que hay que reducir la inflación reduciendo el consumo de la sociedad, con políticas de ajuste como en los años 90.
Desde luego, no somos neutrales en esta disputa, y señalamos como enemigos a la derecha y a sus políticas de ajuste y de pérdida de derechos sociales. Pero debemos alertar contra las ilusiones keynesianas, que son pan para hoy y hambre para mañana, más en un contexto como el actual donde la perspectiva es de un agravamiento de los efectos de la crisis económica internacional en el país y en la región.
Por eso, como socialistas, insistimos en la necesidad de una economía planificada sustentada en la propiedad estatal de los grandes medios de producción, bajo el control y la participación democrática de los trabajadores, que elimine el afán de lucro privado de un puñado de magnates y dé un golpe definitivo a la inflación, a la escasa inversión y a la depredación de los recursos naturales, para orientar la economía a satisfacer de manera armónica las necesidades de la mayoría del pueblo.
La CGT
En un principio, la mayoría de la burocracia de la CGT se alineó con el gobierno de Kirchner. Sólo quedó como opositor el sector más abiertamente vinculado a la burguesía y a la derecha peronista, la CGT Azul y Blanca liderada por Luis Barrionuevo, que agrupa a gremios poco relevantes. A la cabeza de la CGT se situó el camionero Hugo Moyano, opositor al menemismo e investido con una aureola de “combativo”.
Con el mandato presidencial de Cristina Kirchner surgieron suspicacias hacia Moyano ya que el dirigente cegetista, sintiéndose fuerte, trató de hacer valer una agenda propia para reforzar el peso gremial en las empresas y en el propio aparato kirchnerista, al mismo tiempo que trataba de hacer avanzar algunos derechos para los trabajadores (tercerizadas, reparto de ganancias, derogar el impuesto a las ganancias a los asalariados) que chocaban fuertemente contra los intereses de los empresarios e incomodaban al gobierno. Moyano, empecinado en mantener cierto grado de independencia, era un aliado molesto del gobierno. El oficialismo, por su parte, también quería tener atado en corto al sindicalismo para poder ejercer el papel de árbitro entre las clases. Por eso, el gobierno marginó completamente a los partidarios de Moyano de las listas electorales en las elecciones de octubre de 2011, lo que provocó una ruptura entre ambos.
Al comienzo del segundo mandato de Cristina Kirchner, ya en 2012, el gobierno, con presión y prebendas, consiguió escindir al moyanismo para asegurarse el control de la mayoría de la CGT. Moyano respondió de manera histérica y pasó a una posición frontal al gobierno, en el mayor momento de popularidad de Cristina Kirchner, al punto de convocar a una huelga general el 27 de junio de 2012 que tuvo un eco muy limitado.
El moyanismo quedó muy debilitado en su pelea contra el gobierno. Moyano, en lugar de apelar a las bases kirchneristas y prepararse para pasar a la oposición “de izquierda” dentro de la CGT y del propio kirchnerismo, buscó apoyos en la derecha kirchnerista y sobre todo en sus antiguos enemigos del peronismo de derecha, lo que reveló su perfil de burócrata sindical acostumbrado a las maniobras de aparato.
Si bien Moyano perdió gran parte de su prestigio anterior al correrse hacia la derecha, la realidad es que la consideración que tienen la mayoría de los trabajadores hacia el sector oficialista de la CGT es igualmente mala, asociado a lo más repudiable del pasado del sindicalismo burocrático. Realmente, no existe un solo dirigente sindical con autoridad en las masas y cuesta trabajo discernir en sus peleas y querellas entre su interés de aparato y sus negocios privados que los convierten en millonarios con ingresos “oficialmente” declarados de 10.000 dólares al mes.
La CTA
La CTA, que tiene su peso casi exclusivamente en los trabajadores públicos (administración y empresas estatales, judiciales y docentes) ha quedado reducida a una situación lamentable, completamente escindida. La responsabilidad principal recae en el sector Micheli-De Gennaro que ha destruido de manera irresponsable el capital acumulado por 20 años de esta importante experiencia político-sindical del sindicalismo argentino.
Desde el 2001, la CTA tuvo en sus manos la posibilidad de jugar un papel clave en la recomposición sindical del país y en alumbrar una organización política de la clase obrera con una base de masas. No sólo fue el papel de aplanadora que ha ejercido el kirchnerismo sobre la izquierda y la centroizquierda lo que explica este fracaso; más importante aún fue la cobardía, miopía y falta de voluntad de su dirección.
Concretamente, entre el 2006 y el 2009 cuando el kirchnerismo no había acumulado el entusiasmo de masas hacia su proyecto político que conocemos hoy –por no hablar del período 2001-2003 cuando ni siquiera existía como movimiento político– la CTA pudo haber puesto en pie un movimiento político de clase, ciertamente reformista de izquierda, pero con una base potencial de masas indudable, que podría haber jugado un papel muy relevante a la izquierda al kirchnerismo, con un promisorio potencial de desarrollo.
Los dirigentes de la CTA frustraron esta interesante experiencia, a la que denominaron Constituyente Social, y la marginaron políticamente a favor de proyectos políticos nacionalistas (Proyecto Sur) y socialdemócratas de derecha (Frente Amplio Progresista).
La CTA de Micheli-De Gennaro ha degenerado en una organización sectaria que combina el ultraizquierdismo estridente típico de los grupos de izquierda con el oportunismo más inimaginable y, en rigor, quedó reducida a un solo sindicato de relevancia, los estatales de ATE, al que ni siquiera controla completamente.
El otro sector de la CTA, la oficialista de Yasky, como reacción, aparece muy adaptado a la dirección kirchnerista. No obstante, este sector sostiene posiciones políticas que conectan mejor con la base kirchnerista y los trabajadores en general. Pese a ser una central minoritaria dentro del movimiento sindical, agrupa a un universo de sectores y ramas más amplio que el ala de Micheli. En la escisión mantuvo casi todos los sectores industriales y privados de la vieja CTA: neumáticos, Subterráneo, aerolíneas, metalúrgicos de Villa Constitución, núcleos de ferroviarios, etc., aparte de su gremio central, el docente (la CTERA), donde el activismo de izquierda tiene un peso importante.
Perspectivas sindicales
La enorme dispersión del movimiento sindical plantea dificultades para propiciar políticas de unidad en el seno de la clase, pero tarde o temprano, cuando el viento de la lucha de clases vuelva a arreciar con fuerza, la necesidad de estrechar filas comenzará a abrirse paso.
De lo que se trata en esta etapa es de ayudar a formar corrientes antiburocráticas en el seno de las organizaciones gremiales y combatir la división entre trabajadores kirchneristas y antikirchneristas. También existen experiencias interesantes a considerar, como la del sindicato del Subterráneo (la AGTSyP), que barrió al viejo sindicato hiperburocratizado (UTA) y tiene el apoyo de la inmensa mayoría de los trabajadores.
En el marco de una caída de la actividad económica en un entorno altamente inflacionario, los intentos de establecer un techo salarial que sea visto como injusto por la mayoría de los trabajadores provocará un gran malestar y fermento en las empresas y en la base de los sindicatos. Pero, incluso en esa circunstancia la mayoría de los trabajadores no pasará a la oposición política al gobierno –como imaginan Moyano, Micheli y la mayoría de la izquierda sectaria– que basan su política en ubicar al gobierno como el enemigo. Es más probable que tiendan a surgir sectores de delegados y comisiones internas que enfrenten estas políticas en oposición a sus dirigentes sindicales y que exijan un cambio en la actitud del gobierno sin romper con él. El gobierno acumuló un gran apoyo social en la clase trabajadora que no va a diluirse rápidamente. De ahí que esta oposición sindical honesta por la base enfrentará un proceso contradictorio que podría empalmar en determinada etapa con la cristalización de un ala izquierda clara en el movimiento kirchnerista.
La ofensiva reaccionaria de la primavera
Los meses de septiembre a diciembre fueron el escenario elegido por las fuerzas reaccionarias para poner en práctica un plan minucioso de desestabilización, para acelerar la caída del gobierno. Ya en el mes de agosto Clarín y demás medios de derecha se lanzaron a una campaña infame de mentiras y calumnias, explotando las debilidades de la política gubernamental, para enloquecer y movilizar a la clase media con las consignas demagógicas clásicas: “independencia” de la justicia, autoritarismo, corrupción, inseguridad, inflación, no al control de cambios, etc. La idea era ganar la calle, como en el conflicto del campo en 2008, para acorralar al gobierno.
Un elemento capital en toda esta campaña capitaneada por el grupo Clarín, era bloquear la plena aplicación de la Ley de Medios, que afecta al corazón de sus negocios y al control de la información y al monopolio ideológico de masas, presionando al límite al gobierno y a los jueces. Pero el asunto no se reducía a una lucha de Clarín contra el gobierno por ese objetivo, sino que los sectores dominantes de la burguesía, con Clarín a la cabeza, utilizaron la lucha contra la Ley de Medios como banderín de enganche para desestabilizar al gobierno.
Dentro de esta campaña se destacan los cacelorazos y movilizaciones reaccionarias del 13 de septiembre y del 8 de noviembre –este último sacó a las calles del país a más de medio millón de personas, la mitad en la Capital Federal– la campaña histérica contra la presidenta Cristina con insultos y descalificaciones, o la manipulación y utilización del conflicto surgido en las fuerzas de la Prefectura y la Gendarmería sobre sueldos mal liquidados. En todos ellos se demostró la participación de personeros del PRO, de la UCR, y de la derecha peronista. A esto se añadieron el secuestro durante 24 horas de Alfonso Severo, simpatizante kirchnerista y testigo en el juicio que se sigue contra la cúpula del sindicato ferroviario por el asesinato del militante del PO, Mariano Ferreyra; cortes sorpresivos de luz de gran amplitud, y el oscuro episodio de la retención durante tres meses de la Fragata Libertad en Ghana, África, ante el reclamo judicial de fondos buitres por el 7% de la deuda externa impaga perteneciente a los especuladores que se negaron a participar en la quita de la deuda en 2005 y que el gobierno argentino no reconoce. Sólo unas semanas más tarde, un juez federal norteamericano, Thomas Griesa, fallaba a favor de estos mismos fondos buitres ordenando al gobierno argentino que atendiera sus reclamos con prioridad sobre los acreedores que aceptaron la quita del año 2005.
En paralelo, Clarín y la oposición de derecha movieron sus peones y pusieron en juego a la burocracia sindical opositora. Como resultado, todos los sectores sindicales opositores (peronismo de derecha, moyanismo, CTA de Micheli y, lamentablemente, activistas de izquierda) se unificaron en la acción.
Moyano y Micheli apoyaron los cacelorazos y movilizaciones reaccionarias del 13 de septiembre y del 8 de noviembre. El 10 de octubre la CTA de Micheli lanzó un paro general que tuvo un impacto limitado a sectores de empleados estatales, completado con una movilización a Plaza de Mayo apoyada por la CGT de Moyano, con 30.000 personas, la mitad afiliados al sindicato de camioneros.
A esto le siguió el paro general del 20 de noviembre, mejor preparado y organizado, y que fue convocado por todas las fuerzas sindicales opositoras. Este último sí paralizó gran parte de la actividad productiva, pero no por la libre adhesión de los trabajadores, sino por los cientos de cortes de ruta –que el gobierno no reprimió– y que impidieron materialmente el acceso a las grandes ciudades y polígonos industriales durante toda la mañana, lo que exageró el impacto real de un paro digitado burocráticamente desde arriba sin apenas participación de las bases, y sin una sola movilización de masas.
La “valentía” de Moyano, Micheli y Barrionuevo se asentaba en el aliento que les dieron las patronales, sus medios de comunicación, la pequeña burguesía reaccionaria y el arco parlamentario a la derecha del kirchnerismo (desde Macri hasta Proyecto Sur, con el aplauso de la “izquierda” sectaria).
En realidad, utilizaron reclamos legítimos de la clase trabajadora, aunque menores –centralmente, el rechazo al impuesto a las ganancias a los asalariados que sólo afecta al 20% de los trabajadores; y el reclamo de la jubilación con el 82% del salario móvil– para maniobras políticas no confesadas que iban contra los intereses de la misma, en alianza con sectores patronales y políticos reaccionarios. Por eso, desde la Corriente Socialista Militante hicimos una denuncia vigorosa de estos paros y movilizaciones, y los rechazamos de plano.
No decimos que no haya que luchar contra aspectos de la política del gobierno nacional; por supuesto que sí. Pero la lucha debe ser convocada de manera honesta, deslindando de las maniobras políticas de la oposición de derecha, y tratando de sumar y unir a la mayor cantidad posible de trabajadores,  y no dividiéndolos entre kirchneristas y antikirchneristas,  como lo plantearon desde el principio Micheli y Moyano. Pero lo más llamativo de todo es que en ninguna de estas movilizaciones depositaron un solo reclamo en la patronal privada. Este solo dato desnuda las intenciones de esta gente.
La última acción del año del sindicalismo opositor fue la marcha a Plaza de Mayo en Buenos Aires el 19 de diciembre, que tenía el objetivo de llevar a 200.000 trabajadores. Pero fracasaron en esto, pese al derroche de medios que emplearon, y los propios convocantes reconocieron la presencia de 50.000 personas.
Lo más escandaloso de todo es que estos paros y movilizaciones fueron apoyados públicamente por los terratenientes de la Sociedad Rural, la patronal agropecuaria de Federación Agraria, partidos de derecha como la UCR y el PRO, hasta el punto que algunos políticos de la UCR y el FAP fueron invitados a participar desde el escenario. ¡Y la izquierda partidaria e “independiente” justificó orgullosamente su presencia y el agitar de sus banderas en estos actos reaccionarios como aplicación de una táctica genuina de “frente único”! Como en la mitología griega, los dioses primero enloquecen a quienes desean destruir.
En su desesperación, días antes, Micheli hizo un llamado agónico desvergonzado a la clase media porteña reaccionaria para que participara en la marcha. Pero este llamado, reproducido ampliamente por los medios burgueses, no encontró eco en un sector que rápidamente entró en desmoralización tras recibir varios golpes que socavaron su confianza en sí misma. Estos fueron: la impresionante movilización popular de apoyo al gobierno del domingo 9 de diciembre que colmó la Plaza de Mayo y sus alrededores con más de 200.000 personas, el fallo en primera instancia de un juez federal que reconocía la constitucionalidad de la Ley de Medios, la orden del Tribunal internacional del Mar que ordenaba al gobierno de Ghana la liberación inmediata de la Fragata Libertad, y la decisión de la Corte de Justicia de EEUU de dejar sin efecto la orden del Juez Griesa de abonar la deuda en litigio a los fondos buitres.
La derecha y el sindicalismo opositor
La oposición política no tiene una alternativa a los problemas de los trabajadores y demás sectores populares explotados. Tampoco los dirigentes sindicales opositores. Moyano y Micheli sólo hacen exigencias al Estado: hay que derogar el impuesto a las ganancias sobre los asalariados, hay que subir las jubilaciones hasta el 82% móvil, hay que bajar el IVA de los alimentos. Muy bien ¿Y de dónde saldrá el dinero para esto? Nada responden. Ni siquiera defienden aumentar los impuestos a los ricos. Esto demuestra que son unos demagogos y carecen de un programa alternativo. La verdad es que trabajan para otros y para sus intereses burocráticos particulares.
Todos los que convocaron el paro del 20 de noviembre y la movilización del 19 de diciembre tienen en su agenda la caída del gobierno, cada uno por sus intereses propios. Los reclamos sólo son una excusa. Para el sector de la izquierda que apoyó el paro, el gobierno de Cristina es un gobierno enemigo, tan malvado como Macri o Menem. Su meta es un nuevo Argentinazo que, mágicamente, los pondrá al frente del pueblo movilizado. Los dirigentes de la CTA de Micheli desean la caída del gobierno por sus intereses burocráticos particulares con la mente puesta en un gobierno FAP-UCR, claramente patronal y a la derecha del kirchnerismo, que les dé por fin el status legal que los equipare en derechos a la burocracia de la CGT ¿Qué quiere Moyano? Un gobierno débil (preferiblemente de la derecha peronista) sin la base de apoyo popular y militante del kirchnerismo, para condicionarlo y así preservar sus intereses de aparato, y con tropa propia en diputados, gobernadores, etc. Barrionuevo y Venegas, vinculados más directamente a la burguesía, quieren un gobierno del PRO o de la derecha peronista. Sin las pretensiones políticas de Moyano, sólo quieren asegurarse sus negocios empresariales y mantener su mano firme sobre el movimiento obrero.
No dejarse ganar la calle, impulsar la movilización popular
La actuación del gobierno de Cristina Fernández durante los tres meses precedentes fue completamente irresponsable. Su negativa a convocar movilizaciones populares para enfrentar el desafío de la reacción, le entregó la calle a ésta, inflando desproporcionadamente su influencia real en la sociedad. El ambiente generado por las movilizaciones reaccionarias fue aprovechado por los jueces corruptos de la Cámara Civil y Comercial Nº1 de la Capital Federal para prorrogar el 6 de diciembre la orden cautelar que impide la plena aplicación de la Ley de Medios hasta que un fallo firme avale la constitucionalidad plena de la ley. Aunque se consiguió posteriormente un fallo en primera instancia de un juez federal a favor de la constitucionalidad de la ley, esto deberá ser confirmado todavía por un tribunal superior, seguramente la Corte Suprema de Justicia.
Afortunadamente, la movilización popular del 9 de diciembre puso las cosas en su sitio, y junto al fracaso de las movilizaciones sindicales opositoras que no hicieron mella en la mayoría de los trabajadores, revelaron la verdadera correlación de fuerzas de clase, y es que el gobierno de Cristina sigue contando con el apoyo mayoritario de los trabajadores y demás sectores populares, y de la juventud.
Un último intento reaccionario desestabilizador fue puesto en práctica los días 20 y 21 de diciembre, para tratar de recrear los saqueos masivos a supermercados en la etapa de hiperinflación de 1989 y en las jornadas del Argentinazo en diciembre del 2001. Decenas de supermercados fueron asaltados por sectores lumpenizados de las villas miseria en diferentes zonas del país (fundamentalmente en Rosario, Bariloche, y zona norte del Gran Buenos Aires) con gran profusión mediática, con el resultado de 4 muertos, con la idea lunática de reproducir la caída del expresidente De la Rúa. Bastó la denuncia firme del gobierno de que todo fue armado por la oposición –sobre todo después de revelarse de que una parte de los detenidos en los desmanes pertenecían al sindicato de camioneros de Moyano– para que estos saqueos cesaran por completo.
Lo que se necesita es impulsar la movilización popular y sostenerla en el tiempo, cuya iniciativa debe partir de las organizaciones de base del kirchnerismo. De lo que se trata es de recuperar la calle y escindir de la oposición de derecha a las capas bajas de la pequeña burguesía y a los trabajadores políticamente más atrasados. Al mismo tiempo, hay que romper las ilusiones en el "capitalismo nacional", abandonar cualquier medida conciliadora con los grandes empresarios que solo contribuyen a debilitar al gobierno y a crear dudas y vacilaciones en la base del movimiento, y dar un giro decidido hacia la izquierda profundizando las medidas que ya se han tomado
Nuestra posición hacia el gobierno kirchnerista
La viabilidad de una corriente socialista revolucionaria se mide por su capacidad para mantener el pulso sobre el movimiento de masas y de interpretar de manera correcta general el ambiente y el sentir mayoritario de la clase. Esto se concreta formulando las posiciones y las consignas que en cada momento mejor conectan con el sector más activo y representativo de los trabajadores y de la juventud, y les ofrece una perspectiva de avance. Eso es lo que permite a una corriente que se precie de revolucionaria avanzar o replegarse en el mismo sentido de las masas y junto a ellas, y no a la distancia y en sentidos opuestos, como acontece con los grupos sectarios. Tarde o temprano, esta línea política correcta es lo que garantiza a esa corriente encontrar un camino hacia las masas. De nada sirve un gran aparato y miles de militantes si en los momentos decisivos de la coyuntura la línea política se muestra equivocada o falsa, invalidada por los acontecimientos o por el sentir de las masas mismas.

Ciertamente, el gobierno kirchnerista no es socialista, ni lo pretende. Ha impulsado medidas muy progresistas, otras insuficientes, y algunas francamente regresivas que atienden los intereses empresariales. Pero si la burguesía lo ataca no es por los puntos débiles de su política, sino por los puntos fuertes a favor de los trabajadores y del pueblo en general. Ahora bien, si cae este gobierno ¿qué alternativa hay? ¿Vendría un gobierno más progresista o más reaccionario? Sin una alternativa de izquierda enraizada en las masas, la caída del gobierno conduciría inmediatamente a una alternativa de derecha. No es necesario ser kirchnerista para darse cuenta de que constituye un aventurerismo criminal empujar para derribar al gobierno y entregarle el poder a nuestros enemigos directos de clase, como plantea insensatamente gran parte de la izquierda. Basta mirar la política del intendente Macri en la Capital Federal para entrever lo que significaría un gobierno de la derecha: demolición de las políticas públicas de salud, educación, entrega y saqueo empresarial e imperialista, represión policial, espionaje, racismo, etc. Esta es la verdadera alternativa política que preparan Moyano, Micheli, Barrionuevo y Venegas.
Por eso, la Corriente Socialista Militante apoya todas las medidas progresistas del gobierno y se posiciona firmemente contra esta arremetida de la derecha, combatiendo junto al resto del campo obrero y popular en la misma trinchera frente a la reacción.
¿”Capitalismo nacional”? No. Socialismo, Sí
El capitalismo se basa en la explotación de la mayoría por una minoría que vive del trabajo ajeno. Y la realidad es que, pese a los avances habidos, la economía argentina es más dependiente que nunca del mercado mundial y la crisis económica internacional está teniendo efectos. Por eso estamos obligados a advertir que si la crisis se acentúa, el margen de maniobra del gobierno se reducirá y deberá enfrentar el dilema de avanzar sobre los privilegios, ganancias y derechos de propiedad de los grandes empresarios y monopolios, o acometer políticas de ajuste contra el pueblo trabajador.
También debemos señalar que hasta las medidas más avanzadas del gobierno encuentran limitaciones en su desarrollo y aplicación dentro del capitalismo, al estar constreñidas, torpedeadas, y expuestas al boicot por los intereses empresarios y la acción de los sectores reaccionarios del aparato del Estado.
Por eso toma urgencia la necesidad de construir una alternativa socialista revolucionaria en el seno del movimiento obrero y popular, principalmente dentro del movimiento kirchnerista en diálogo directo y activo con sus bases, explicando pacientemente y oponiendo de manera fraternal ideas, programa y alternativas frente a los intentos imposibles de la dirigencia oficialista de recrear un capitalismo “nacional” y “serio”.
Hoy por hoy, no hay alternativa al movimiento de masas por afuera del kirchnerismo. Y esto no es sólo mérito suyo, es también en parte el resultado de las nefastas políticas de la izquierda, de Proyecto Sur y de la vieja dirección de la CTA que, al mimetizarse con la oposición de derecha, contribuyeron a convertir al kirchnerismo en el único baluarte existente que ven las amplias masas para enfrentar la amenaza de la reacción.
El carácter dialéctico, contradictorio, del kirchnerismo, tiene un costado que ofrece posibilidades a una tendencia marxista que no tenga miedo de reconocer la realidad tal cual es. Y es que, al contener intereses de clase irreconciliables en su seno, el kirchnerismo ofrece un punto de apoyo para la intervención y participación de los marxistas en su interior.
En la etapa a la que ahora ingresamos, estas contradicciones van a manifestarse con mayor fuerza y nitidez y, en determinado momento, provocarán crisis y conflictos, polarizando el movimiento entre un ala izquierda y un ala derecha, como sucede siempre en los movimientos de masas en momentos de aguda crisis política y social.
La tarea más apremiante es, por lo tanto, fortalecer y desarrollar una corriente socialista revolucionaria que defienda de la manera más consecuente una alternativa superadora del capitalismo, y que empalme en determinado momento con ese ala izquierda futura del movimiento, para construir una alternativa socialista de masas que barra con todas las lacras de este sistema. Sumate a nuestra lucha.
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A continuación reproduzco una breve nota que me fuera solicitada por los compañeros/camaradas/amigos de la ALAI, la Agencia Latinoamericana de Información con sede en Ecuador y que tan brillante tarea vienen realizando desde hace largos años para difundir las truculentas realidades del capitalismo contemporáneo, sobre todo en América Latina. El artículo es sumamente polémico, fiel a mi más absoluta convicción de que la izquierda, máxime en un momento de crisis general del capitalismo, tiene que someter todo a debate. Sin antropofagias (tan comunes, lamentablemente) pero también sin complacencias. Ojalá sea un insumo útil para discutir con altura el ¿Qué Hacer? de la hora actual en la Argentina, país en el cual la izquierda (marxista y no-marxista) no ha logrado asumir el protagonismo que debería tener en una coyuntura como la actual.



Argentina: Dilemas de la izquierda marxista  *

Atilio A. Boron

ALAI AMLATINA, 19/05/2012.
Al igual que Hamlet, la izquierda argentina se pasea incansablemente por los confines de la oposición preguntándose las razones por las cuales no logra constituirse como una efectiva alternativa de gobierno. Pero esta imagen es, en realidad, engañosa, porque no hay un errante príncipe Hamlet, sino dos. El primero –que representa a una minoría dentro de la izquierda– se interroga angustiosamente acerca del significado e impacto de los cambios experimentados en fechas recientes por el capitalismo argentino una de cuyas muchas consecuencias ha sido la fragmentación y desorganización del universo popular y su subordinación a las políticas clientelares desarrolladas desde el Estado. Esto, además, tuvo lugar en un período como el que se abriera luego de la crisis de la Convertibilidad y en el cual se registraron muy elevadas tasas de crecimiento económico las que, sin embargo, no lograron regresar los indicadores de la pobreza a los niveles existentes al período anterior a la crisis. Hubo una mejoría, sin duda, en relación al punto más candente de la crisis (finales del 2001 y buena parte del 2002), en la cual los indicadores de pobreza y desigualdad se dispararon hasta niveles sin precedentes en la historia nacional, cercanos a los que caracterizan al África Subsahariana. Pero si bien la recomposición capitalista gestionada primero por el gobierno de Eduardo Duhalde y su Ministro de Economía Roberto Lavagna y continuada luego, en parte con el mismo ministro, en la primera mitad del mandato de Néstor Kirchner, pudo garantizar una rápida recuperación del crecimiento económico los resultados en materia de redistribución de ingresos fueron, en el mejor de los casos, modestos.

A diez años de iniciado ese proceso la pobreza, sigue afectando, según cálculos de diversas fuentes (gobiernos provinciales administrados por el kirchnerismo, consultoras privadas, la Universidad Católica Argentina, etcétera) aproximadamente a la cuarta parte de la población argentina. Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), intervenido por el gobierno nacional y carente por completo de credibilidad, anuncian en cambio, una proporción de personas viviendo debajo de la línea de la pobreza inferior al diez por ciento, dato éste que no es tomado seriamente siquiera por los sindicatos afines al kirchnerismo a la hora de negociar sus convenios colectivos con las distintas patronales.

La paradoja que atribula a este primer Hamlet de la izquierda es que bajo estas condiciones, habiéndose demostrado la incapacidad de la economía capitalista de redistribuir aún en un contexto de elevado crecimiento económico durante más de ocho años, las capas y sectores populares no consideran a la izquierda como una alternativa de gobierno capaz de construir una sociedad mejor.

El otro Hamlet, representativo de una opinión mayoritaria en el seno de la izquierda, gusta vestirse con los atuendos del Dr. Pangloss y pensar, como el personaje incurablemente optimista de Voltaire, que tarde o temprano la "verdad de la revolución" madurará en el seno del proletariado y que no hay nada que cambiar. La propia irrelevancia política y su falta de gravitación electoral y social así como las complejas mediaciones de la coyuntura no hacen mella en su fe en la victoria final. Para esta concepción sectaria, la tragedia de una izquierda ausente nada tiene que ver con las renovadas capacidades de desarticulación de la protesta social exhibida por el capitalismo contemporáneo, su eficacia para co-optar liderazgos contestatarios, el poderío de su industria cultural para manipular conciencias amén de las debilidades de sus propuestas, sus formas autoritarias de organización, lo arcaico de sus discursos hacia la sociedad o su desconexión con las urgencias sociales de nuestro tiempo. "Autocrítica" es una palabra que no existe en el diccionario de los fundamentalistas de izquierda; "rectificar" es otro verbo desconocido en su lenguaje. En su versión más rudimentaria esta actitud reposa sobre un axioma indiscutible: si la revolución no se consumó fue porque una cierta dirigencia de izquierda traicionó al mandato popular.

Fragmentación

Estas dos posturas se encuentran, en distintas proporciones, en todas las fuerzas y organizaciones de izquierda, sin excepción. Fiel a la tradición peronista, la praxis gubernamental del kirchnerismo acentuó la fragmentación de la izquierda. En realidad, no sólo de ésta: también dividió a la Central de Trabajadores Argentinos en un ala pro-K y otra profundamente anti-K. Lo mismo hizo con la organización de las pequeñas y medianas empresas y hasta con la más importante central empresaria, la Unión Industrial Argentina. Partidos centenarios como el radicalismo y el socialismo, así como importantes agrupaciones estudiantiles universitarias, no escaparon a esta lógica de “división primero y fagocitación después” que ha caracterizado al peronismo desde sus inicios.

En el campo de la izquierda esta escisión promovida por un poder cuya voracidad es inagotable no hizo sino profundizar su debilidad. Un sector de ella, principalmente el Partido Comunista (PC), transita por el estrecho y peligroso sendero del “apoyo crítico” al gobierno de Cristina Fernández a partir del reconocimiento del carácter progresista de algunas políticas, como el masivo enjuiciamiento a los genocidas; reorientación latinoamericanista de la política exterior; algunas medidas de política social como la “asignación universal por hijo”, extensión de los beneficios jubilatorios, estatización de los fondos privados de pensión, ley de medios, matrimonio igualitario y más recientemente, re-nacionalización parcial de YPF vía expropiación de las acciones de Repsol. Pero junto con estas iniciativas hay otras, de signo claramente reaccionario, como la aprobación de cuatro -no una sino cuatro- leyes antiterroristas entre 2007 y 2011 a pedido de “la embajada”; y otras de carácter regresivo como el apoyo a la megaminería a cielo abierto, la sojización del agro, la extranjerización de la economía, la complicidad con el gigantesco proceso de vaciamiento experimentado por YPF a manos de Repsol, el mantenimiento de algunas vigas maestras del modelo neoliberal establecido por la dictadura cívico-militar (como, por ejemplo, la “Ley de entidades financieras” que consagra la primacía del capital financiero y la renta especulativa), la impotencia reguladora del Estado y la escandalosa regresividad tributaria que caracteriza a la economía argentina. Esta volátil y contradictoria combinación hace que algunas fuerzas políticas, no sólo el PC, piensen que hay “un gobierno en disputa” y que hay que aprovechar las fisuras e inconsistencias del gobierno de Cristina Fernández para avanzar en una agenda de radicalización de las transformaciones en curso. Es una apuesta riesgosa y la probabilidad de un desenlace exitoso es incierta, si bien no pocas veces la historia adopta cursos inesperados que toman por sorpresa aún a los actores más prevenidos. Es por eso que esta tesis del “gobierno en disputa” sigue concitando adeptos en muchas fuerzas políticas y espacios del progresismo argentino, sobre todo cuando se comprueba que, al menos en términos electorales, las alternativas más probables de reemplazo al kirchnerismo serían portadoras de un retroceso considerable en casi todos los frentes, comenzando por los derechos humanos y terminando por la gestión macroeconómica.

Renuentes a cualquier clase de “apoyo táctico o crítico” son otras organizaciones de izquierda, de inspiración trotskista, como el Partido Obrero (PO) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), que proponen una política de oposición intransigente y radical al kirchnerismo. No es de extrañar esta actitud cuando lo mismo proponen para gobiernos como los de Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y Hugo Chávez en Venezuela, amén de tener una actitud sumamente crítica para con la propia Revolución Cubana. El fundamento de esta política maximalista es la repulsa que emana del reconocimiento de los rasgos más conservadores del kirchnerismo (señalados en el párrafo anterior) acompañada de un simétrico desconocimiento de que, a pesar del mantenimiento de importantes niveles de pobreza y exclusión social, la situación de las capas más postergadas y explotadas de la población ha experimentado una relativa mejoría a partir de los horrores de finales del 2001 y comienzos del 2002, y que los logros del oficialismo no son tan sólo un “relato” sino que tienen una cierta encarnadura en el terreno prosaico pero crucial de la economía popular. Y esto no sólo surge del examen de algunos datos objetivos sino que, más importante aún, tiene su fundamento en la percepción y la sensación que manifiestan sectores mayoritarios de las clases trabajadoras. De lo contrario no se comprende cómo la fórmula de la “izquierda dura”, que unificó al PO y al PTS obtuvo en las últimas elecciones presidenciales poco más del 2 por ciento de la votación popular contra el 54 por ciento del cristinismo. La conciencia alienada de la clase trabajadora no alcanza para explicar tamaña diferencia. Sin duda que hay algo más.

Esta dispersión de la izquierda marxista afecta también a otros espacios del progresismo, atravesado por similares contradicciones. Con el agravante que por su gran labilidad ideológica son fuerzas fácilmente co-optables por el kirchnerismo. El Partido Humanista y sectores importantes del Nuevo Encuentro, por ejemplo, se aproximaron tanto en sus políticas de alianzas con el cristinismo que sin darse cuenta terminaron instalados al interior del Frente para la Victoria de la presidenta Cristina Fernández. Esto revela, nuevamente, la gran dificultad que representa el peronismo como fenómeno de masas y como heredero de la más radical experiencia populista de que se tenga noticias en América Latina, causante en la segunda mitad de la década de los cuarentas, de la mayor redistribución de ingresos en cualquier país de la región hasta el triunfo de la Revolución Cubana. Es por eso que el peronismo en sus sucesivas encarnaciones: el populismo keynesiano del primer Perón, el ultraneoliberalismo de Menem y el kirchnerismo neodesarrollista, es un Júpiter político que atrae a su campo gravitacional cualquier fuerza que, seducida por su retórica tan desafiante como inconsecuente o por sus componentes más reformistas, intente acompañar sus políticas con la secreta esperanza de conducirlas por una ruta ajena al itinerario trazado por el capital. Pero si el peligro para quienes piensan en sostener “alianzas tácticas” con tan poderoso aliado es su desaparición, fundido en el magma de un populismo en permanente reconversión y en donde los elementos de derecha adquieren cada vez mayor fuerza, el riesgo para quienes deciden enfrentarlo radicalmente como si fuera un gobierno de derecha más -como si Cristina fuera Calderón o Chinchilla- y mantenerse lejos de su campo gravitacional es quedar reducidos a una expresión eternamente condenada a ser una secta testimonial, de irreprochable radicalismo pero privada por completo de toda relevancia práctica lo cual, hay que decirlo, suscita problemas para nada insignificantes de responsabilidad política que no podemos analizar aquí.

Como puede colegirse de lo anterior, no hay una solución sencilla para el enigma que representa el peronismo en la política argentina: un proyecto burgués, sin dudas, porque la misma Cristina ha dicho una y mil veces que lo que anhela es instalar en la Argentina un “capitalismo serio”, pero dotado de una envidiable base popular que ha mantenido su lealtad al peronismo durante sesenta y siete años, desde las lejanas jornadas fundacionales del 17 de Octubre de 1945. No es lo mismo, para la izquierda, posicionarse frente a Piñera, Calderón, Santos o Chinchilla, que hacerlo frente a Cristina o, salvando algunas diferencias, frente a Dilma en Brasil. De ahí la enorme dificultad de la izquierda marxista para hacer política, para pasar de sus más que justificadas denuncias –éticas, económicas, políticas- a la construcción de una alternativa de masas orientada hacia la superación histórica del capitalismo.

* Este breve texto re-elabora algunas de las ideas contenidas en el capítulo 7 de nuestro Tras el Búho de MinervaMercado contra democracia en el capitalismo de fin de siglo  (Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2000) El libro puede descargarse íntegramente desde nuestro blog: www.atilioboron.com.ar

[Este texto es parte de la revista “América Latina en Movimiento”, No 475, correspondiente a mayo de 2012 y que trata sobre "América Latina: Las izquierdas en las transiciones políticas” disponible en http://alainet.org/publica/475.phtml ]

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8 comentarios:

Nando Bonatto dijo...
Estimado Atilio, es cierto que el " desarrollismo social" por ponerle un nombre que se expresa en el peronismo no basta para poner fin al modelo economico hiperconcentrado y extranjerizado que se forjo en Argentina durante la dictadura y que se afianzo en los noventa, pero si es cierto que el gobierno mantiene una agenda propia con respecto al poder factico, el del dia a dia ,que toma decisiones en materia de precios, empleo, produccion, ese poder que a duras penas aguanta los condicionamientos del gobierno.
Eso es cierto con esto no basta y todo el esquema parece atado con alambre, pero tambien es cierto que la extrema debilidad de la izquierda, su mezquindad y dogmatismo, su sectarismo extremo y su burocratismo no puede ser atribuido al Kirchnerismo ,sino a sostener posiciones solo entendibles a la luz de intereses puntuales, casi como de mantenimiento de "quintitas"
en algunos casos como en el PCR o el PST actuaron directamente de la mano de la reaccion mas negra y no merecen ni consideracion.
Con el mundo socialista implosionado,¿ que se pretende que se levante la dictadura del proletariado?
Si miro el 2001 ,si recuerdo la decada del noventa me parece que hemos dado pasos enormes y negarlos en nombre de purismos me parece de ciegos.
Atilio A. Boron dijo...
Hola Nando, no hay que negar lo que se ha avanzado desde el 2001. La izquierda tiene muchas asignaturas pendientes, no todas debidas al kirchnerismo. Ninguna fracción levanta hoy la tesis de la dictadura del proletariado, pero, ¡ojo!, ningún país cambia a fondo si es que no se neutraliza la respuesta de los sectores del establishment. Y sería ingenuo suponer que eso se puede hacer sin una cierta dosis de coerción, por lo menos para contrarrestar la respuesta de la reacción.
Nando Bonatto dijo...
Estimado Atilio, por supuesto que el tema da para largo, pero en mi blog, expresion de un ciudadano de a pie,
he meditado alrededor de esto

http://poesiayramosgenerales.blogspot.com.ar/2012/05/desarrolismo-social-las-pelotas.html

Uso, n lenguaje un tanto florido en cuanto a adjetivaciones a ciertas izquierdas a las que he pertenecido
no se sienta Ud aludido porque al leerlo y lo hago desde hace rato, caigo en cuenta que no es portador de dogmatismos "religiosos"
F. dijo...
Atilio, me gustó mucho este artículo, me parece que es muy interesante para pensar qué posición tener frente al kirchnerismo y los problemas que tiene la izquierda hoy en nuestro país.

Yo creo que la izquierda no-kirchnerista debería tener una posición de respeto para organizaciones como el PC, que por ejemplo se manifestó claramente en contra de la ley antiterrorista. Me molesta la actitud sectaria que mantienen algunos (como el PO y el PTS) frente a todo lo que consideran "reformista", "centrista", etc. Estos partidos están constantemente delimitándose de todo. Tienen miedo de coincidir con alguien. Si ven que alguien dice lo mismo que ellos, enseguida escriben algo marcando las diferencias. Yo creo que cuando aparecen planteos kirchneristas como las críticas a la Ley antiterrorista de Carta Abierta, del PC o de las organizaciones de derechos humanos, lo que hay que hacer es confluir con ellos. No decir: "Ah, se oponen a esto, pero apoyan todo lo demás...". Un graffiti del Mayo francés era: "Pensar juntos no. Empujar juntos sí". Habría que avanzar en eso, pero claramente desde el Frente de Izquierda (FIT) no se puede hacer. Por ese lado, yo diría que la vía está cerrada.

Por otra parte, creo que tendríamos que pensar qué es lo que se puede hacer con el peronismo. Hay gente que dice que la identidad peronista, en Argentina, es ya inevitable, algo que no se puede modificar, algo a lo que la izquierda tiene que adaptarse. Digamos, es el planteo de la izquierda peronista en los '60 y '70, con Cooke que decía que el peronismo es la forma que asume la lucha de clases en nuestro país. Sea esto cierto o no (para mí en los '90 y en el 2001 hubo un quiebre fundamental en la identidad peronista, tanto que no sé si podemos hablar de continuidad), habría que pensar la posibilidad de que el peronismo (de centroizquierda, como La Cámpora) se radicalice, por ejemplo, después de 2015 (dependiendo de lo que pase). Es algo que habría que analizar, yo opino dos cosas: por un lado, me parece que la identidad peronista puede radicalizarse mucho más que como está hoy en día, me parece que da para más; pero por el otro, creo que un problema de estas organizaciones es su verticalismo, el concebirse simplemente como la defensa de Cristina y nada más, el no tener iniciativa propia, el pensar que todo tiene que ser decidido desde arriba. Me parece que eso es un error tremendo, pero que, si estas organizaciones rompieran con eso (aunque no sé qué tan posible es) se abriría un camino para una mayor radicalización.

Por último, Atilio, si bien no entra dentro de la "izquierda marxista", ¿dónde ubicarías Proyecto Sur?

Saludos.
Manu dijo...
Don Atilio Boron, entiendo que, debido principalmente a la falta de influencia y participaciòn real de la izquierda argentina en la polìtica (tanto a la hora de instalar problemàticas como de que sus propuestas sean tomadas en cuenta)pero tambièn al "giro a la izquierda" (o, cuanto menos, a poner la equidad social en el eje de la discusiòn, como elemento medular a la hora de programar la polìtica pùblica)de Latinoamèrica, la izquierda debería priorizar la pragmática por sobre todas las cosas.
Tomemos en cuenta la posición de un neomarxista o marxista que no hace la vista gorda en cuanto a los avances de Justicia Social del kirchnerismo (un marxista realista):
La defensa que se podría hacer desde aquí a su posición actual en el terreno político argentino, es que la intransigencia de los partidos de la izquierda "más radical" ayudó, "sirvió" justamente a ese corrimiento a la izquierda y que, de aggiornarse o integrarse al modelo, la tensión ausente sería un motivo para el estancamiento del gobierno en tal sentido.
Tomo esta idea como potencialmente cierta. Ahora: ¿es suficiente el rol (presunto) enunciado? ; ¿No sería posible una izquierda más participativa y, por lo tanto, capaz de convertirse en una alternativa política en caso de pervertirse el modelo? y, en el peor de los casos, ¿Cuán real es la influencia ejercida por esta izquierda en ese movimiento hacia la equidad?.
En este contexto, a mi criterio la izquierda debería empezar por reconocer al kirchnerismo como actor transformador (independientemente del potencial), como movimiento ubicado muy a la izquierda de la media argentina y, principalmente, como partícipe del mismo cambio, entendiendo que el enemigo es la falta de radicalización de ese gobierno (que lo podran tildar de tibio) pero no el gobierno en sí (resulta fundamental tomar en cuenta, para esto, la tranformación "tiempista" que desarrolla el gobierno: está claro que los grandes cambios han sido llevados a cabo con cierta periodicidad, tomando en cuenta el momento que se cree necesario para ello pero yendo siempre en un mismo sentido (salvo raras excepciones como la ley antiterrorista mencionada)). Y aquí reside el pragmatismo que entiendo fundamental para revitalizar el pobre papel de la izquierda: si no se admiten los cambios realizados como así también lo utópico que resultaban esos cambios previamente, cualquier posición que se tome va a resultar cuanto menos oportunista para el observador.
Así las cosas, según mi punto de vista una realmente transformadora y participativa izquierda (en el contexto Actual) debería seguir corriendo al gobierno mediante las sanas críticas, pero también buscar un trabajo conjunto capaz de definir políticas (y los medios para lograrlas) prácticas para profundizar la justicia social, con objetivos precisos que le muestren a la sociedad que es realmente el objetivo de la izquierda trabajar en ese sentido y, a la vez, que muestre (o deje en evidencia) la inclinación (o la falta de importancia) que el gobierno kirchnerista le da a la equidad.
Propondría políticas con fines prácticos, con fechas claras y objetivos precisos que, repito, aunquesea le den la posibilidad de criticar a una izquierda anémica, o, en el mejor de los casos, de rectificarse y encontrar en el trabajo transformador conjunto (aunque con posiciones divergentes) un medio eficaz en un contexto diferente.
Un saludo grande y, de manera ilustrativa, un fragmento de una canción

Y, mientras tanto, los santos
de causas perdidas discuten verdades,
armados con su piolet se confunden de enemigo.
Mientras, en la calle,
un rumor de alas batiendo exige su voz,
una voz diferente.
Meciendo en la red utopías
pregunta y disiente.
Guillo dijo...
Estimado, ver comentario en http://eldiablosellama.wordpress.com/2012/06/04/boron-y-ese-oscuro-objeto-del-deseo-de-ser-kirchnerista/ , ya que acá no entra por la cantidad de espacios.
Saludos!
Lucas dijo...
Atilio: ¿A qué se debe la omisión de Libres del Sur en el análisis de la izquierda argentina? Siendo que este movimiento representa una parte de la izquierda nacional, tiene una banca en diputados y forma parte del FAP, que se consolidó como segunda fuerza a nivel nacional, muy por encima de la izquierda tradicional y de las fuerzas de izquierda de "apoyo crítico" por sí solas.
Anónimo dijo...
Hola que tal saludos a todos, acabo de leer el articulo "La izquierda y el Kirchnerismo" y quiero decir una cosa: conocer no es entender: ¿Como puede decirse alguien Marxista sin tomar el principio básico de Marx de estar constantemente inmerso en la praxis?, por favor para esto oo digo por que evidentemente quien esscribio esto no conoce la realidad de la Argentina, es correcto la apreciacion de las conductas inmaduras de la izquierda, pero ¿el kirchnerismo no es tan malo? tamaño derrotismo! que vulgar insulto! La izquierda no puede hablar con desconocimiento no se puede ensalzar procesos por que son medios progres, eso es un acto de irresponsabilidad imperdonable, y no perdono este articulo, de izquierda no tiene nada. A conocer y entender antes de intentar contar por que salen incongruencias como esta. Saludos
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Cristina Fernandez repasó los logros del kirchnerismo 
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13-12-14 / 21:55
La mandataria dijo que el kirchnerismo "ha comenzado a construir la noción de igualdad en Argentina”

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó hoy que “este proyecto político, desde 2003 con errores y aciertos, ha comenzado a construir la noción de igualdad en Argentina”, al pronunciar su discurso desde Casa de Gobierno tras el acto por los 31 años de democracia ininterrumpida que se realizó en Plaza de Mayo hasta que cerca de las 19 la lluvia interrumpió el festival artístico. 

Desde el Salón de las Mujeres del Bicentenario de Casa de Gobierno en un mensaje transmitido en cadena nacional, la Presidenta señaló que desde la asunción del presidente Néstor Kirchner “comenzamos a construir el concepto de igualdad social, económico, político y de género, que llena de contenido a la libertad y eso le da el verdadero sentido a la democracia”, lo que generó uno de los pasajes más aplaudidos de la jornada. 

Cristina exhortó también a los argentinos a “vivir todos los días con amor y alegría” porque “hay un amor que une todo, que se torna colectivo, y con ese amor a la Patria, el pueblo es invencible y la nación Argentina será libre, digna y soberana” y manifestó que con ese “amor a la patria”, el país logrará “autonomía política, igualdad social e independencia económica” y cerró su discurso deseando un “feliz cumpleaños a la democracia”.

A su vez destacó que el gobierno que encabeza tiene "su proyecto exhibido, con resultados, y no apela a una foto y el marketing", dado que "el país es más que una foto y elegir un color", en referencia a las propuestas de la oposición y destacó "la recuperación de YPF, de Aerolíneas Argentinas y el plan de vacunación más importante que tuvo la historia", entre otros logros en el marco de los últimos 11 años de gobierno, al señalar que "este proyecto no fue coser y cantar".

En ese sentido, sostuvo hoy que no le alcanzarían "dos cadenas nacionales para enumerar todas las obras" de su gobierno y expresó su deseo de que todos los partidos políticos "explicitaran sus proyectos" hacia el futuro.

"Nuestro proyecto está explicitado", dijo la mandataria, y citó como ejemplos la aprobación de los Códigos Civil y Comercial y el Procesal Penal, la ley de matrimonio igualitario, la asignación universal por hijo, los planes ProgresarProcrear Conectar Igualdad, y obras de infraestructura como AtuchaYacyretá, caminos y redes de electricidad, entre otros.

No obstante, Cristina subrayó que uno de los logros más importantes de las gestiones kirchneristas es haber logrado "la participación de la juventud en la política".

Asimismo, subrayó que las candidaturas "son algo más que bonitas palabras" y dejó en claro que se necesitan "hombres y mujeres identificados con proyectos colectivos", al tiempo que pidió: "nadie me nomine a nada".
"Una cosa es la campaña, la fotito" y otras "hacer las cosas y que te reconozca la ciudadanía", añadió.
Durante su discurso, la Presidenta subrayó que "antes venían con armas y cañones, ahora vienen con las armas de la economía o el mercado" y destacó que "hay una línea de conducción en toda la historia argentina que nos hace ver que siempre hay dos proyectos país".
Asimismo, la jefa de Estado reiteró el pedido a los opositores que “expliquen” sus proyectos y consideró que “a lo largo de los 200 años de historia hubo dos proyectos de país y esto no es sectarismo, sino saber de historia”.
"Los buitres están perdiendo algunas plumas", dijo Cristina al referirse a la situación planteada con los fondos buitre que se dirime en los tribunales de Nueva York y sostener la postura argentina.
Tras finalizar su discurso, la Presidenta salió al escenario principal de la Plaza de Mayo para saludar a los miles de manifestantes que aguardaban después de la lluvia para escuchar su mensaje en el marco de la celebración de la Democracia y del Día de los Derechos Humanos.  
Fuente: Telam

LOGROS Y CUENTAS PENDIENTES DEL KIRCHNERISMOPDFImprimirE-mail
El reconocido filósofo, lúcido pensador de la realidad política argentina, se refirió en esta entrevista a los temas que el gobierno puso sobre el tapete y que desvelan a la oposición: los Derechos Humanos, la Ley de Medios, la Asignación Universal por Hijo, la estatización de las jubilaciones. Marxista convencido, no le ahorró críticas, sin embargo, a la izquierda dogmática del país y dejó fijada su polémica posición frente a la militancia de los años setenta.
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León Rozitchner

Por Tomás Forster
A través de los relatos de su abuelo rabino llegado a fines del siglo XIX, en las iniciáticas caminatas por el centro porteño, en la única afiliación partidaria al Club Infantil Socialista, en su particular vivencia durante los años del primer peronismo, en el arribo incierto a la París de la posguerra para estudiar en La Sorbona, y luego en la vuelta a estas pampas de la mano de la insoslayable experiencia de la revista Contorno, León Rozitchner encontraría los cimientos de su pensamiento y de su propia identidad.

Hombre de izquierda, abierto a múltiples influencias y referente de la articulación entre marxismo y psicoanálisis freudiano, Rozitchner rechaza las posturas congeladas que vociferan categorías anquilosadas y se ubica como un intelectual punzante con el que se puede seguramente disentir, pero jamás atribuirle posiciones oportunistas o autocomplacientes. Respaldado en sus cualidades de encendido y fértil polemista, pero, al mismo tiempo, poseedor de un inusitado espíritu reflexivo, este filósofo supera con holgura las ocho décadas pero no pierde las mañas. Y, como un reflejo de su vitalidad extraordinaria,  analiza con vehemencia y pasión el actual proceso político.

Partiendo del elogio mesurado a varias de las medidas impulsadas por ambos gobiernos kirchneristas, el autor de Las Malvinas: de la guerra sucia a la guerra limpia y Perón: entre la sangre y el tiempo, se muestra escéptico frente a las nuevas formas de militancia que propició el oficialismo y afirma que “el peligro de caer nuevamente en manos de la derecha pasa por no apoyarse decididamente en las bases”. A su vez, como profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, sienta su posición sobre el conflicto educativo y cuestiona a Ernesto Laclau.

–¿Cómo analiza la irrupción del kirch-nerismo?
 

–Al kirchnerismo hay que situarlo evidentemente en la derrota del pueblo argentino que viene desde el apoyo que le dio al golpe militar, a la Guerra de Malvinas y a Menem. Esto constituye un derrotero que marca un fracaso político monumental. Todavía estamos en la dificultad que conlleva salir de esa destrucción. Entonces, ¿sobre qué fondo el kirchnerismo puede hacer una política de transformación? Con los desechos de la derrota del campo popular, bienvenida sea la aparición de este gobierno. En ese sentido, se abre tenuemente una posibilidad distinta que es fundamental pensarla a partir del campo de la política de Derechos Humanos. Cuando Kirchner hizo bajar el cuadro de Videla al jefe del Ejército, la Argentina sintió un respiro de liberación. Algo cambió en la subjetividad de cada uno de nosotros, dicho de otra forma, nos sacamos el terror de adentro.

–¿Qué escenario habilitó aquel acto?   

–Se inauguró un escenario con otra subjetividad en lucha frente a la subjetividad derrotada, mezquina, que dejó el proceso militar y el neoliberalismo. Igualmente, hay que decir que habilitó, pero también cerró. Porque la idea de transversalidad política se dio siempre por arriba y nunca por abajo. Tendría que haber cambiado eso apoyado en una nueva construcción de poder popular. El peligro de caer nuevamente en manos de la derecha pasa por no apoyarse decididamente en las bases.

–¿Con la movilización por la Ley de Medios y el matrimonio igualitario, no se evidencia una mayor participación política de la sociedad civil para lograr medidas inclusivas que en muchos casos se traduce en algún tipo de militancia?

–La ley de matrimonio igualitario era importante promulgarla, porque era un reclamo de buena parte de la sociedad, pero me parece que es una medida que no va a conmover profundamente la conciencia aterrorizada de la gente que es necesario enfrentar y suscitar para movilizar a sujetos políticos. Sí es un dato interesante la derrota que sufrió la Iglesia con Bergoglio a la cabeza, que se tuvo que mandar a guardar. Y la Ley de Medios hasta que no se efectivice no puedo analizarla en profundidad y me trae más dudas que otra cosa. ¿Quién va a tener los medios? ¿Cómo hacés para que una comuna tenga un medio sabiendo que sin guita es muy difícil sostenerlo? Indudablemente, el debate que se está dando es muy interesante, pero me trae dudas lo que vaya a suceder cuando se ponga en vigencia. No obstante, la ley en sí la conozco y me parece adecuada. No es que uno se deshaga en críticas anticipadamente, sino que hay que poner el acento en cómo se va a llevar a cabo. Porque me podrá gustar o no el programa 6-7-8, pero no me gustaría una televisión 6-7-8. Tiene que haber una pluralidad de alternativas y, principalmente, tiene que quedar en claro que los que no tienen la palabra tienen que tomarla y no que suceda que otros hablen por ellos. 

–¿Qué otros logros valora del proceso vigente y cuáles son las cuestiones pendientes?

–El haber recuperado las jubilaciones  era elemental, porque el capitalismo financiero se había llevado hasta los ahorros de los trabajadores. Pero, por ejemplo, lo que está pasando con la medicina no se ha encarado. Las prepagas hacen lo que quieren, todo se tercerizó. En las cosas de la vida cotidiana, y con esto me refiero a los precios de los alimentos, la salud, y la calidad educativa, no veo que estemos avanzando. Todas las cosas positivas que realizó este gobierno pueden quedar truncas si no se desarrolla un apoyo popular a través de medidas que apunten directamente a las mayorías postergadas.

–¿No coincide con los que sostienen que el kirchnerismo habilitó el retorno del debate político y generó una nueva mística militante?

–Tiene que surgir una militancia que rompa con aquella militancia setentista que llevó al fracaso al campo popular. Hay formas nuevas y grupos que no están incluidos en los lugares tradicionales y que están militando de otros modos. Pero eso no está integrado porque es como si hubiera un corte entre lo abajo-abajo y lo abajo creado por el arriba. Faltan más medidas que interpelen no por la palabra, sino por los hechos, incorporando concretamente a los excluidos.

–¿La Asignación Universal por Hijo no es una decisión que busca revertir la situación de los postergados?

–Es muy positiva, pero la inflación se la come. Es una medida tomada de arriba hacia abajo, pasiva, que no exige una presencia activa de los sectores populares. Y no por decir esto uno se convierte en antikirchnerista ni mucho menos.

–¿Teniendo en cuenta la importancia de la estructura del PJ en el armado kirchnerista, el oficialismo puede integrar y representar a los sectores no peronistas de cara a las próximas elecciones?

–No puedo afirmar nada de acá a un año, porque pueden pasar muchas cosas que cambien lo que está pasando. Lo que en este momento se percibe es un clima de creciente apoyo hacia el gobierno y una oposición que está perseguida y no sabe qué hacer para encontrar el punto que la unifique frente a la iniciativa  constante que muestra el oficialismo. La relación de la sociedad con el  gobierno se revitalizó, pero siguen faltando los pilares sólidos que hagan más resistente a este proceso. Uno lo que pide, finalmente, es que este gobierno profundice realmente sus políticas.   

–¿Cómo ve a la oposición de centroizquierda que lidera Proyecto Sur?

–Tengo simpatía por Pino Solanas. Pero su encono feroz contra los Kirchner no le resulta en lo más mínimo. Verlo en el programa de Grondona, riéndose, la verdad que me revolvió el estómago. Es lógico que Pino utilice los medios masivos para divulgar su mirada, pero no que se sonría ni festeje los chistes de sus peores ejemplares. No es contradictorio enlazarse con ciertas fuerzas que está movilizando el kirchnerismo. Es un error político tomar al oficialismo como principal adversario. A Sabbatella sí lo veo en esa senda, dentro de lo que puede y sin tener el alcance nacional que tiene la figura de Pino. Lo veo como un tipo que está luchando.

–¿En qué difieren y que tienen en común las movilizaciones de los estudiantes secundarios y los universitarios?

–La izquierda universitaria siempre desplazó las energías hacia fuera de la universidad, sobre un campo que no le correspondía, porque sacaba a la gente del ámbito universitario perdiendo su propia base de afirmación para hacer algo que les quedaba grande. Hoy, los pibes están haciendo su primera gran experiencia después de muchos años, luego de la lucha contra la Ley de Educación Superior que impulsaba el menemismo. El discurso de la izquierda dogmática ya no corre, es absolutamente ineficaz. Aun definiéndome como marxista, no estoy de acuerdo porque ese es un marxismo vulgar, puramente economicista. Achican todos los problemas. Las agrupaciones universitarias están en un lenguaje meramente partidista y no incluyen al actor estudiantil en su conjunto. En cambio, a los chicos del secundario, con toda su inexperiencia a cuestas, los veo más conscientes del lugar del estudiantado. Por algo son los que vienen impulsando esta ola de movilizaciones y tomas. Pero en la facultad veo indiferencia, y rechazo hacia las prácticas de buena parte de las agrupaciones dominantes y desinterés teórico por los problemas políticos y sociales. Obviamente que los docentes también tenemos que hacernos cargo de esa situación.    

–¿Es posible pensar en una nueva cultura política de izquierda en el momento político que vive Latinoamérica?

–Van surgiendo formas atípicas y alternativas a las que imponen los centros del sistema, sobre todo en los países cuya cultura aborigen fue sojuzgada por el imperialismo cristiano, pero aún sigue siendo un actor con mucho peso en la actualidad. Bolivia, Ecuador, un poco Venezuela, son reflejo de eso. La izquierda perdió el rumbo cuando se olvidó el problema de nación. Ahí perdió el sentido del materialismo histórico, porque si hay algo que define la pertenencia de un ser humano a un colectivo es el espacio terrestre que ocupa como propio. Ellos se manejan todavía con categorías de derecha, como si el nacionalismo fuera algo simplemente etéreo y no tuviera nada que ver con su verificación en la terrenalidad que lo sostiene. No hay internacionalismo que no provenga de un lugar nacional. Vos no podés sostener una idea internacional si no tenés una base firme nacional de apoyo. Esta izquierda actual, poblada de sectas, sufre un idealismo absurdo.

–¿El concepto de populismo es un significante vacío en constante litigio, como asegura Ernesto Laclau, o es una categoría irrecuperable?

–Laclau es un fenómeno llamativo. Cae parado como el intelectual que le baja línea al gobierno pero no lo podés tomar en serio. El libro sobre el populismo (La razón populista) se basa en descripciones de momentos históricos a los que llama populismo, porque están caracterizados por fuerzas mayoritarias que acompañan un liderazgo fuerte. ¿Con eso hacés una teoría? No me interesa Laclau, que puede ser explicado como en el campo del espectáculo en el que aparecen Tinelli o Mirtha Legrand. El populismo se convirtió en una categoría despectiva, difícilmente recuperable. Al definir a las experiencias actuales latinoamericanas como populistas me parece que se las limita y quedan congeladas en sus posibilidades de desarrollo.

–¿Con qué intelectuales le interesa polemizar e intercambiar posturas?

–Y a esta altura… sólo con mis amigos. Con Horacio González, Eduardo Grüner, Ricardo Abduca, Alejandro Horowicz  y algunos amigos jóvenes que tengo –Cristian Sucksdorf, Diego Sztulwark–, con los que encontré una perspectiva de la realidad mucho más inteligente y libre. Me interesa la gente conmovible, con la que se puede discutir y que esté dispuesta a la charla de buena leche. Los inconmovibles, en general apóstoles de la derecha patética, allá ellos.

http://tiempo.elargentino.com - 260910
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EN TODA NUESTRA AMÉRICA SUCEDE LO MISMO...


lunes, 8 de octubre de 2012


COLOMBIA: Los Atropellos de la Gran Minería en los gobiernos de Uribe y Santos


17/09/2010

Pésima la auditoría
Miren lo que dice Contraloría. Voy a leer textualmente: "Ingeominas no ha realizado desde el 2004, cuando asumió sus funciones de Autoridad Minera delegada una evaluación sistemática y pormenorizada del contenido contractual de cada uno de los contratos clasificados como de Gran Minería, así como de los proyectos de interés nacional PIN". No ha hecho una revisión sistemática de cada uno de los contratos, entre otras cosas para saber si se renegocian, o si no se renegocias, en qué términos, etc. Y agrega: "Lo cual dio lugar a incumplimientos de cláusulas contractuales y términos de ley, así como deficiencias en la constitución de pólizas y amparos, situación que a la fecha no se ha subsanado a pesar de las observaciones de la CGR". Este es un cargo de una gravedad inaudita. Lo que está diciendo es que Ingeominas no conoce de verdad los contratos que se supone está auditando y en ese sentido los auditados tienen la posibilidad de hacer lo que les convenga. Y continúa: "Ingeominas como autoridad minera no ha efectuado un estudio de carga laboral que permita contra al servicio minero, y en especial a la Subdirección de Fiscalización y Ordenamiento Minero, SFOM, con el número adecuado y los perfiles requeridos de sus profesionales para desempeñar a cabalidad y suficiencia las labores de seguimiento, control y fiscalización de los contratos de gran minería, así como de los denominados proyectos PIN", lo que implica que "un contratista o un funcionario deba atender varios contratos a la vez". Esto es bien prosaico. El número de funcionarios que tiene Ingeominas para hacer la vigilancia es demasiado pequeño frente al número de contratos, contratos bien complejos, redactados además para que nadie los entienda. Con franqueza debo decir que estos abogados de minas son expertos en redactar contratos que nadie entienda para que cada párrafo se vuelva una discusión y una interpretación y un lío. Ingeominas, según entiendo, cuenta con algo así como con doce funcionarios para cumplir la tarea, una locura. No es posible hacerla con rigor y con seriedad, y es la plata de la nación.
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