martes, 1 de febrero de 2022

Nro. 2 PROLOGO “Cada 11 de Septiembre tiene su 11 de Marzo…" POEMA CANCION De la Pequeña Cantata Popular DE LAS GRANDES ALAMEDAS ALLENDE EL GOLPE... ALLENDE LAS TRISTEZAS... DE LA DICTADURA NEOLIBERAL PINOCHETISTA De Francisco Alvero EL JUGLAR DE LA LIBERTAD Desde Argentina, para el hermano pueblo trasandino, Abrazamos su esperanza genuina y renovada, en su flamante presidente electo El "Salvador" de su gente, El "Salvador" del Chile del Siglo veintiuno. "Allende" el golpe, "Allende" el neoliberalismo", Allende" las mentiras repetidas... Allende ayer, hoy y siempre... GABRIEL BORIC, PRESIDENTE!!!

 










 


  • Desde Argentina, para el hermano pueblo trasandino, Abrazamos su esperanza genuina y renovada, en su flamante presidente electo   El "Salvador" de su gente, El "Salvador" del Chile del Siglo veintiuno. "Allende" el golpe,  "Allende" el neoliberalismo", Allende" las mentiras repetidas... Allende ayer, hoy y siempre..GABRIEL BORIC, PRESIDENTE!!!


Nro. 2


PROLOGO:


De la  Pequeña Cantata Popular

"DE LAS GRANDES ALAMEDAS"

 

 De Francisco Alvero EL JUGLAR  

DE LA LIBERTAD 



“Cada 11 de Septiembre tiene su 11 de Marzo…" 

POEMA SINFONICO

 

 De Francisco Alvero EL JUGLAR  DE LA LIBERTAD 


 

“En Chile, a partir del 20 22,

podemos decir que  el 11 de Marzo 

Es la fecha opuesta al 11 de Septiembre.

En tiempos de Salvador Allende, 

el compañero presidente,  

El 11 de Marzo, del 73... 

para el pueblo argentino representó 

una esperanza de liberación.

Después de una larga lucha y mucha historia vivida,

Contradicciones aparte.

Fue la victoria ante dieciocho años 

de proscripción  antiperonista

Una masiva movilización, principalmente juvenil

Abre paso en las urnas a una primavera camporista


Hoy,  un 11 de Marzo, a casi cincuenta años, 

se cumple aquel augurio 

Del amado compañero presidente,  

tan amado como odiado, tristemente

Cincuenta años después, es algo, 

hoy, más que evidente,

“Solo el pueblo salva al pueblo” 

de la catástrofe permanente

Llamada de mil formas, 

Capitalismo salvaje siempre.


Porque del pueblo nacen sus líderes, 

Como sus sueños, sus luchas y utopías

 Y su sangre innegociable que nos recuerda, 

noche a noche, día a día,

Que más temprano que tarde, 

Se abrirán las grandes alamedas

Por donde… La dignidad tan ansiada…

Se abra paso sin barreras.


Y más temprano que tarde... (Nunca es tarde!) 

Se van abriendo las alamedas

Porque el pueblo unido con ansias avanza por ellas…

Dispuesto a construir una sociedad mejor, sin explotación

Cincuenta años después, es tiempo de empezar otra vez.

Porque cada 11 de Septiembre, tiene su 11 de Marzo!!!”



 


Chile. Se cierra el ciclo del pinochetismo: Gabriel Boric es el nuevo presidente

Resumen cl. 19 de diciembre de 2021.

Finalmente se impuso el candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, ante su oponente de ultraderecha pinochetista, José Antonio Kast pese a que este último quedó en primer lugar en la pasada primera vuelta de las elecciones. Con ello se le da un portazo a la continuidad del gobierno de derecha en el país.

Con el 83,03% de los votos escrutados, Gabriel Boric obtiene el 55,52%. El presidente electo se ha ido instalando en el sentido común de la política chilena, logrando concitar el apoyo de la ex Concertación y la izquierda hasta el Partido Comunista, todo ello gracias a una definición de políticas que citan permanentemente el consenso de los noventa, prueba de esto es la conformación de un equipo político con muchos nombres proveniente de esa corriente y que muy probablemente tendrá representantes en el gabinete.

Debemos decir que el proyecto de Apruebo Dignidad ha intentado presentarse como socialdemócrata, pero en realidad apunta a construir políticas socialiberales, es decir, un Estado que actúe como un potente regulador del mercado y proteja las libertades civiles. Es muy improbable que se le asigne a la entidad estatal un poder generador de acciones económicas de consuno con la empresa privada o por sí mismo, como sí existe en propuestas socialdemócratas europeas. Con ello el vínculo con el bacheletismo es más profundo que solo un apoyo comunicacional, se prevé un diálogo importante con esa postura.

Por otra parte, todo ello se verá enfrentado con un Congreso muy empatado en ambas cámaras que hará muy importante la negociación y el acercamiento a sectores de derecha más cercanos al liberalismo. Ante eso, un expectante movimiento social y popular puede salir prontamente a la calle, convocado por una crisis social y económica que no tienen visos de ser superada en lo inmediato; respecto a ello será esencial una agenda social que atienda en primerísimo lugar las demandas más sentidas del pueblo de Chile: derechos sociales garantizados y ayuda económica.

El proceso constituyente se ve reforzado por el gobierno y, seguramente, verá agilizado su proceso, puesto que en septiembre se debe votar el plebiscito de salida, si la constitución es aprobada será un importante punto a favor del proceso, por lo tanto, la administración Boric pondrá muchas fichas al proceso constituyente y su finalización en forma y fondo, toda vez que el resultado también le acomodará al proyecto progresista que gobernará desde marzo.

Finalmente, la pregunta es si Boric tomará el cambio constitucional para llamar a nuevas elecciones y consolidar de inmediato el cambio de régimen político. Eso permitirá destrabar el Congreso y viabilizar las transformaciones necesarias para Chile. Ese desafío es una gran interrogante.


Chile. El legado patriótico de Salvador Allende

Por Hugo Alcayaga Brisso. Resumen Latinoamericano, 10 de septiembre de 2020.

Retomar los sueños de las mayorías que quedaron inconclusos por el derrocamiento y muerte del presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, es hoy la gran tarea nacional: son anhelos por una democracia real, igualdad, justicia social y derechos ciudadanos que no pueden ser contenidos indefinidamente por los dueños del dinero que aprovechando los privilegios que les dejó la dictadura mantienen en pie un modelo neoliberal que explota a millones de hombres y mujeres vulnerables.

Cuando el presidente constitucional cayó abatido en La Moneda por la conjura militar-empresarial sostenida por el imperio yanqui, hace 45 años, se detuvo un inédito proceso histórico que contaba con la entusiasta adhesión masiva del pueblo y era observado con admiración en el mundo entero. En su lugar se instaló una cruenta dictadura que secuestró, torturó y asesinó a miles de compatriotas junto con demoler un sistema republicano que hasta ahora no ha sido restituido.

Allende siempre dijo que el objetivo de su gobierno era un socialismo adecuado a las características socioeconómicas, políticas y culturales del país. Por eso impulsó un programa de cambios revolucionarios destinado al desarrollo y dignidad de todos, en un intento de hacer de Chile la primera nación llamada a forjar una transición a una sociedad socialista construida de acuerdo a un proyecto democrático pluralista y libertario.

Ese programa empezó a desplegarse en medio de la hostilidad del gran empresariado tocado en sus intereses y la derecha política desplazada por la ciudadanía. El ambiente enrarecido se convirtió pronto en una feroz conspiración – desabastecimiento, mercado negro, atentados, sabotajes – tras la cual estaban los golpistas armados y civiles solapados dependientes de la Casa Blanca que veía cómo un pequeño país sudamericano escapaba de sus dominios.

La nacionalización del cobre fue el principal logro alcanzado por el pueblo (11 de julio de 1971, Día de la Dignidad Nacional). Era un paso gigantesco para la independencia económica de Chile y significaba una potente señal de soberanía frente a las grandes compañías norteamericanas que se habían apoderado del metal rojo. Con ello, se obtenían los recursos necesarios para los indispensables avances sociales que constituían la prioridad del gobierno popular.

Actuando con absoluto respeto a una Constitución burguesa, se avanzó en la estatización de los bancos y en la profundización de la Reforma Agraria, al tiempo que se intervinieron diversas industrias y se creó el área de propiedad social. Paralelamente se dio paso a la redistribución de la renta nacional en beneficio de la masa trabajadora, una de las medidas que urgían en busca de la equidad demandada por décadas.

La clase trabajadora fue pilar fundamental en el gobierno de Allende, que en su primer gabinete ministerial incluyó a cuatro obreros. En su intervención en la ONU en diciembre de 1972 el mandatario chileno dijo: “El progresivo papel de dirección que asumen los trabajadores en el cambio de la estructura de poder, la recuperación nacional de las riquezas básicas, la liberación de nuestra patria de la subordinación a las potencias extranjeras, son la culminación de un largo proceso histórico”.

El paso violento, a sangre y fuego – sin “transición” – desde un régimen democrático, justo, igualitario y de derechos sociales, hacia otro antagónico, excluyente, de sello capitalista, marcado por la concentración de la riqueza por unos pocos, la corrupción y la impunidad, ha sido la experiencia mas traumática de la sociedad chilena a lo largo de su historia. Ha pasado mucho tiempo pero hoy siguen faltando unidad y resolución para romper el cerco antipopular y abrir espacios a un Chile distinto a partir de una nueva Constitución elaborada por una Asamblea Constituyente, lejos de la dictadura mercantil que controla al país y su gente empobrecida.

Con el ejemplo de Allende en la memoria – su trayectoria, su afán incansable por las clases postergadas, sus esfuerzos unitarios, su coraje y consecuencia – es hora de comenzar a estructurar un sólido movimiento alternativo de base popular. Allí se impone la participación prioritaria de las organizaciones de trabajadores, fuerzas sociales, pobladores, estudiantes, mujeres y la nueva generación de políticos jóvenes de manos limpias que aparecen generando expectativas.

El legado patriótico de Allende está enraizado profundamente en quienes comprendieron la magnitud de su mensaje en beneficio del pueblo. Su nombre se proyecta hasta estos días asociado a los cambios radicales abortados por la felonía y la traición, y sus conceptos revolucionarios constituyen un desafío para iniciar la reconstrucción de una democracia plena, por cuya defensa el presidente heroico entregó su vida.

«11 de septiembre de regreso a las calles»

Compartimos el siguiente comunicado en conmemoración activa a esta herida abierta hace 47 años


Chile. A 48 años del golpe militar, la estrella de Allende sigue brillando

Resumen Latinoamericano, 10 de septiembre de 2021.

El pensamiento político y humano de Salvador Allende continúa vigente en el pueblo de América Latina y el mundo, que lucha por una sociedad más justa y equitativa.

Salvador Allende es una de las personalidades más importantes y recordadas de la historia de Chile. Fue electo como presidente de ese país en 1970 para cumplir su mandato hasta 1976, sin embargo el 11 de septiembre de 1973, Augusto Pinochet -en complicidad con los Estados Unidos- lideró un golpe cívico-militar contra su Gobierno. Esa mañana, el presidente Allende murió en el palacio de La Moneda defendiendo «el mandato del pueblo», como dijera en sus últimas palabras.

Semblanza de un líder

Salvador Allende nació el 26 de junio de 1908, en el seno de una familia de clase media de Valparaíso. De niño viajó por el país a causa de las actividades laborales de su padre, un abogado que ocupó varios cargos políticos en Chile.

En 1924 ingresó a estudiar Medicina a la Universidad de Chile. Llevado por su profunda vocación social, en 1929 integró el grupo político universitario «Avance», siendo un importante referente estudiantil. A los 25 años se convirtió en el primer secretario regional del Partido Socialista de Chile.

Al obtener su título de médico cirujano, Salvador se dedicó a la medicina social, dejando como legado diversos trabajos sobre salud pública. Antes de cumplir los 30 años, fue electo Diputado por Valparaíso y Quillota.

Bajo el Gobierno del presidente chileno Pedro Aguirre Cerda, ejerció como ministro de Salud. En 1945, fue electo Senador, llegando a presidir la Cámara alta del Congreso.

En 1951, junto a comunistas, radicales doctrinarios y la izquierda socialista, participó en la fundación del Frente Nacional del Pueblo (FRENAP), alianza calificada como una «conciencia en marcha». Un año después se postuló por primera vez para presidir el país.

Foto: MemoriaChilena

Luego de tres intentos, el 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende fue elegido presidente de Chile, apoyado por la histórica coalición de partidos de izquierda llamada «Unidad Popular».

La historia la hacen los pueblos

Ese hecho marcó al país y a la sociedad chilena, transformándose hasta el día de hoy, para muchos de los seguidores de su legado, en el día más alegre de la historia de la nación. Sin embargo, su triunfo signiricaría también el inicio de una persecusión política que no sólo acabó con el mandato del pueblo, sino también dañó profundamente a varias generaciones, hasta el día de hoy.

Su convicción de que el socialismo podía construirse sobre la base de las tradiciones democráticas, en lo que se definiría como la vía chilena al socialismo, promovió importantes reformas políticas, económicas y sociales que transformaron al país, como la nacionalización de la gran minería del cobre y la profundización de la reforma agraria.

Foto: MemoriaChilena

Por primera vez, el pueblo tenía en sus manos su propio destino. La igualdad de oportunidades y derechos eran una realidad palpable y la vida digna y justa estaba siendo garantizada por Allende.

Durante la Unidad Popular la cultura chilena floreció profundamente en referentes políticos y artísticos como el cantautor Víctor Jara (asesinado por la dictadura el 16 de septiembre de 1973) o el poeta Nobel de Literatura 1971, Pablo Neruda, quien falleció el 23 de septiembre, asediado por una enfermedad que se aceleró por la tristeza del golpe de Estado, doce días antes de su muerte. 

Su discurso y sus medidas revolucionarias eran abiertamente opuestas al orden establecido por Estados Unidos en la región y afectaban a los intereses de la oligarquía y de los sectores de la derecha del país, quienes iniciaron  una campaña de desestabilización económica contra el Gobierno.

Salvador Allende junto a su amigo Pablo Neruda (foto: MemoriaChilena)

Estados Unidos y Pinochet

El imperio norteamericano utilizó todos los recursos disponibles para poner fin a la Unidad Popular de Allende. El país norteño promovió y financió a la oposición chilena que, a su vez, impulsó acciones como paros de transporte, escasez inducida de alimentos y huelgas generales.

En el informe “Actividades de la CIA en Chile”, se puede leer: «La CIA también suministró ayuda a grupos militantes de extrema derecha para debilitar al Presidente y generar una atmósfera de tensión».

El 11 de septiembre de 1970, las fuerzas armadas chilenas, bajo el comando del entonces comandante en jefe del ejército, Augusto Pinochet Ugarte, y con ayuda de los Estados Unidos, llevaron a cabo un golpe cívico-militar contra el gobierno de Salvador Allende.

La violencia generada la mañana de ese martes fue tan agresiva que, prácticamente, dejó sentado lo que serían los próximos años para Chile: un país sometido a una de las dictaduras más cruentas de América Latina.

Ese 11 de septiembre, el palacio de Gobierno, llamado «La Moneda», fue bombardeado por aviones y tanquetas, quedando absolutamente destruído y cuya posterior reconstrucción tardó años.

El presidente Salvador Allende se encontraba en su interior. Pese a los intentos de sus familiares y de su círculo amistoso y político más cercano para llevarlo a un lugar seguro, el mandatario no quiso abandonar su lugar. Asimismo, rechazó el ofrecimiento de Pinochet de «rendirse» y abordar un avión fuera del país. (grabaciones posteriores delatarían las verdaderas intenciones del militar, quien pretendía derribar la aeronave en pleno vuelo).

«Yo no voy a renunciar. Pagaré con mi vida la lealtad del pueblo» dijo en sus últimas palabras, registradas para siempre en un discurso histórico transmitido por la Radio Magalles. https://www.youtube.com/embed/3uNGNmU1X4A

Parapetado en La Moneda, se montó al hombro el fusil que le regalase meses atrás su amigo Fidel Castro. Murió arma en mano, combatiendo a los militares que traicionaron a la Patria.

Su fellcimiento aún está ceñido por las dudas. El suicidio acometido con su propio fusil al verse rodeado por los golpistas, es la teoría que más cobra fuerza, sin embargo existen versiones que indicarían que fue asesinado en su despacho presidencial mientras repelía los ataques.

El fin de su Gobierno significó la instauración de la dictadura de Pinochet, que duró 17 años y dejó más de 3.000 detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, además de otros miles de torturados, exiliados y exonerados.

Foto: MemoriaChilena

Hasta el día de hoy, el pueblo chileno rinde homenaje año a año a su vida, su obra, su legado y sus enseñanzas, bandera de lucha de las causas populares. Muchos artistas tanto nacionales como internacionales, le han dedicado sentidos homenajes, recordándolo en sus creaciones.

Algunos de ellos son el poeta Mario Benedetti con «Hombre de la paz», el trovador cubano Silvio Rodríguez, «Santiago de Chile» o el cantautor venezolano Alí Primera con «Canción para los valientes». 

«Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición».

Cinco frases para recordar a Salvador Allende

1. “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”.

2. “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.

3. “Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

4. “Algún día América tendrá una voz de continente, una voz de pueblo unido. Una voz que será respetada y oída; porque será la voz de pueblos dueños de su propio destino”.

5. “Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás de que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada”.
 



 

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