jueves, 30 de noviembre de 2023

Zambita pa' Don Alberto y Don Javier (Con un claro posicionamiento) de Francisco Alvero, EL JUGLAR DE LA LIBERTAD

"EL PELUCA Y LA MILICA

2 GORILAS HACIENDO ESTRAGOS   

TUMBA Y CARCEL DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO


 CANTATA POPULAR, Siniestro cuento neoliberal

 NEO LIBERA  LITO  y LA MATRIX  R E C A R G A D A 

 Ascenso al poder,  descenso a los infiernos  







 1RA PARTE 

de la TRILOGIA LIBERAL

 ANTI POPULAR: 

  "LA REPUTISIMA  SANTISIMA     TRINIDAD DEL MERCADO":   

 En el nombre del fraude, del fisco   

  y los esclavos unidos, ok.  


1. Ajuste, deuda e inflación.

2. Saqueo, mentira y represión.    


3. Desinformación, mafia y corrupción.  







 Con la MUSICA de ZAMBITA PA DON ROSENDO

Zambita pa' Don Alberto y Don Javier
(Con un claro posicionamiento) 

 De   Francisco Alvero

EL JUGLAR de la libertad

   (del FRENTE CULTURAL VICENTE ZITO LEMA.)  


  


RECITADO:
"El pueblo delega su poder,
Solo institucionalmente
  para que lo ejerzan sabiamente.
Pero si el cajón está podrido
¿de qué sirve cambiar una manzana?
Ya se,  las cartas ya están echadas
Pero aun asi, queda mucho por hacer.
Hasta la toma del poder.

Un mamerto se fue...
 Y un desquiciado peluca viene.
Pero si no cumple como debe
Se lo haremos saber.

Espectativas no se puede tener
La burguesia una solucion nunca puede ser
Si contra el pueblo usar su motosierra piensa
No se lo permitiremos siquiera ingentar

Desde el primer dia en pie de alerta
otra cosa no podemos hacer 
Mientras tanto organizarnos
Luchar y cantar

Zambita pa' Don Alberto y Don Javier
(Mamerto y peluca pa' los gomias)
De La Rua y Menem recargados.
Estamos re cagados.
Pero no bajaremos los brazos
Porque ya los tenemos en alto.

I
Zambita pa' Don Alberto, 
Pa' Don Alberto y Pa' Don Javier
Para un claro razonamiento,
Que nos permita sobreponer.
Al igual que ayer, dictadores,
Y demagogos, hoy, otra vez.

Firme posicionamiento,
de mi campo popular.
Pa' decirle muy fuerte y claro 
30 mil veces no pasarán!
Che, peluca, Che villarruel
30 mil veces no pasarán!

Por siempre hermanados debemos estar
En un mismo puño para derrotar 
A la runfla neoliberal
que "libertaria" se hace llamar.

II
 Es cierto que han regresado,
Con el voto popular.
Engañados o no engañados,
los han votado, clarito esta,
Pues, mi pueblo está fastidado
y desangrando no puede más.

De la mano de la casta,
La que decian odiar.
Llegaron a la presidencia
parece cuento, pero es verdad.
Si no salimos pronto al ruedo
Nos incendiamos, es la verdad.


Hay una razón, porque canto estos versos! 
Abrazando al pueblo por su dignidad
Lejos ya del divisionismo,
y del conformismo, aun mucho más.
Pronto ya un posicionamiento,
De resistencia, ni un paso atrás.


Los piqueteros ya tienen decidido marchar en contra del Gobierno de Milei


La respuesta a las amenazas del Presidente  

Belliboni dijo que “Milei le tiene miedo a las movilizaciones" y adelantó que habrá muchas marchas

El referente piquetero explicó por AM750 que van a convocar a unidad amplia de resistencia a las políticas de extrema derecha y aseguró que ya hay fecha para la primera movilización.

El líder de Unidad Piquetera, Eduardo Belliboni, salió al cruce del presidente Javier Milei, luego de que en su primer acto público amenazara a quienes hagan protestas en las calles. En diálogo con la AM750, Belliboni aseguró que desde el sector que representa van a hacer un llamado amplio a la unidad para resistir a las políticas de ajuste.

En concreto, sobre la amenaza de Javier Milei, comenzó señalando que “la huelga está garantizada". "(Milei) dice algo ilegal, no hay ningún motivo para que una persona que protesta se le saque el beneficio”, remarcó.

“Esto es como si una persona que tiene una pensión por discapacidad, y ha ocurrido hace poco, que se manifestaron los prestadores, se les saque el beneficio porque eso no funciona bien”, ejemplificó.

Para Belliboni, esta postura es una muestra clara de que buscan “estar de los dos lados del mostrador” y, así, “asumir la suma del poder político”. “Él le tiene miedo a las movilizaciones porque van a ser muchas”, aseguró.

No vamos a ser solamente nosotros. Van a haber muchas, entonces quiere usar una amenaza a un sector que, como el Estado es el que les paga ese beneficio, vendría a ser el patrón que funciona como el empresario que dice que no se puede hacer huelga”, añadió.

Y, sobre este tema, finalizó: “Anuncia un ajuste brutal y amenaza a los que se van a movilizar. Esto va a terminar mal si ese es su concepto de cómo gobernar. El Gobierno no puede amenazas por cadena nacional. No les va bien”.

Unidad y primera marcha

En este contexto, Belliboni aseguró que van a hacer un llamado amplio de unidad para resistir a las políticas de ajuste y adelantó que ya hay una fecha estimativa para la primera gran movilización en la gestión de La Libertad Avanza.

“Vamos a tener todo lo que a Milei le preocupa, que es la protesta. Vamos a tener un problema con un Gobierno que no entiende que las protestas son una relación natural que tiene el pueblo con el Estado. Va a haber una manifestación en la lucha de clases”, precisó sobre este tema.

Luego, agregó: “Vamos a usar toda esta semana para intentar ampliar la unidad. Vamos a reunirnos con la UTEP. Ya hay sectores del movimiento obrero que se han manifestado. Pusimos proa a una manifestación muy importante el 20 de diciembre”.

La fecha no es casual. Un 20 de diciembre, pero 22 años atrás, comenzaron las grandes movilizaciones en contra del Gobierno de Fernando De la Rúa, quien hizo un plan de ajuste similar al que ahora propone Javier Milei y con el apoyo de las mismas personas.

“Aquí se intenta volver a la idea de paz de los cementerios, con paz en las calles y hambre en los barrios. Cuando hay hambre en los barrios, hay movilizaciones en las calles. Tienen que ver como enfrentan el problema y no cómo nos acusan de chorros para justificar”, comentó.

Por eso, dijo: “Vamos a llamar a la más amplia unidad para enfrentar estas políticas que perjudican a los trabajadores. No vamos a aceptar que haya un retroceso social que ha anunciado tan suelto de cuerpo cuando lo que pasa con eso es que hay mucha gente a la que le va muy mal”.

“¿Otra vez nos ajustamos el cinturón? ¿Otra vez el cuento de la luz al final de túnel? Ya conocemos todo eso. Al final del camino hay un saqueo del país, un desastre económico”, concluyó. 


La hora de la resistencia

El arribo electoral de la extrema derecha a la casa de gobierno corona y retroalimenta una crisis con pocos antecedentes en nuestro país. Milei y su fuerza política tratarán de aplicar un brutal ajuste a lxs trabajadorxs, con una megadevaluación, tarifazos, deterioro de jubilaciones y salarios. Además, intentarán llevar a cabo reformas estructurales pro-mercado. Lxs trabajadorxs y el pueblo enfrentan el desafío de defender derechos históricos. Los fachos y sus planes de quita de derechos no deben hacer pie, ni contar con un solo minuto de tregua. La necesidad de enfrentarlos de manera organizada se ubica como tarea de primer orden.

 

Algunos números para un primer análisis: una institucionalidad en descomposición

El ultraderchista Javier Milei logró la presidencia en el ballotage de este 19 de noviembre imponiéndose en 21 de las 24 jurisdicciones del país. El candidato de “La Libertad Avanza” obtuvo un 55,7% de los votos (14.476.462), ante un 44,3% de Sergio Massa (11.516.142), según el escrutinio provisorio. La diferencia fue de más de 11%. La participación electoral, similar a la de la primera vuelta (aunque con unos 760.000 votantes menos) fue del 76,3%; unos 26.863.000 electores, aproximadamente. La concurrencia fue levemente más baja que las últimas tres elecciones presidenciales, que superaron por poco el 80% (2015 y 2019) o rozaron dicha presencia (2011). Los votos blancos y nulos fueron alrededor de 850.000 (algo más del 3%). En Pcia. de Bs. As., el triunfo del oficialismo fue solo por un punto, menos de 160.000 votos. La diferencia total a favor del candidato de extrema derecha ronda los 2.960.000 electores, quedando de relieve la elección en Córdoba (74% a 26% para Milei, con 1.100.000 de votos de diferencia para el candidato derechista), Mendoza (71% a 29%, sumándole más de 460.000 de diferencia), Santa Fe (63% a 37%, con una diferencia de más de medio millón de votos).

El arribo a la Casa Rosada de una fórmula que tratará de aplicar un programa de privatizaciones y pérdida de derechos, de ataque abierto a conquistas sociales y democráticas, del movimiento de mujeres, disidencias, pueblos originarios y de la clase trabajadora, expresa una crisis institucional con pocos antecedentes. Se enlaza con un escenario en el cual las figuras presidencial y vicepresidencial han pasado a ser eso: figuras borradas de escena hace meses, y el ministro de economía-candidato en retirada, era quien venía ejerciendo el cargo de hecho. Las reconfiguraciones en el parlamento están a la orden del día: Juntos por el Cambio, dividido; la UCR y el PRO, repartidos; la Coalición Cívica, por fuera del nuevo oficialismo. En términos legislativos, tanto la fuerza de gobierno entrante como la saliente carecerán de quorum propio para tratar y aprobar leyes sin aliarse con uno o más bloques, dejando un interrogante sobre la gobernabilidad y la posibilidad concreta de avanzar con el programa de ajuste prometido por los “liberfachos”.

El retroceso del peronismo se ha plasmado en su derrota en todo el país excepto Santiago del Estero, Formosa y gran parte del Conurbano bonaerense. Milei, que había obtenido un segundo lugar en la 1era vuelta, logró captar la inmensa mayoría de votos de JxC y Schiaretti-Randazzo. En general, ha primado un “voto castigo” hacia el oficialismo, capitalizado por una opción que emergió por derecha y que logra alzarse con el descontento popular surgido frente a las políticas de ajuste; un aval electoral que tratará de ser usado para aplicar un ajuste incluso mayor. La particular situación muestra a un candidato de extrema derecha con escasa estructura, nula preparación y un inestable equilibrio arribando a la Casa Rosada tras un meteórico ascenso. Se trata de la expresión de un conjunto de factores que muestran la descomposición capitalista y exceden lo local y lo pintoresco: son fracciones de la burguesía buscando una respuesta reaccionaria a una crisis sistémica, al igual que lo hicieron con Trump, con Bolsonaro o las extremas derechas europeas. Son expresiones de la decadencia de un sistema, que exhibe lo peor de sí y lo alterna con la impotencia de las experiencias reformistas o socialdemócratas para capear el temporal.

 

Los padres de la criatura

¿Fueron la izquierda o el voto en blanco quienes allanaron la llegada de un ultraliberal y admirador de la dictadura a la Rosada? Los errores desde la izquierda para mostrarse como una opción de masas merecen ser analizados autocríticamente. El apego a las reglas impuestas por el institucionalismo, las disputas de aparato, el consignismo que no desarrolla una crítica y contrapropuesta al sistema son prácticas que limitan la llegada de las ideas de izquierda y que deben ser superadas. Pero la izquierda no fue la que gobernó durante décadas, administrando lo existente, convalidando el endeudamiento, incrementando las cifras de pobreza. No fue la izquierda la que postuló un gobierno “de unidad nacional” con Morales, Larreta, el empresariado y la burocracia sindical mafiosa. La responsabilidad que le cabe a la dirección del peronismo en el surgimiento y ascenso de una expresión de extrema derecha es insoslayable por cualquier análisis serio.

Desde finales de abril, cuando la propia CFK sostenía su exclusión en la pelea por una posible candidatura ante el revés judicial recibido, el oficialismo no hizo más que alentar la polarización con Milei para limar la fuerza de Juntos por el Cambio, por entonces perfilado como ganador seguro. En su discurso en el Teatro Argentino de La Plata, la vicepresidenta hizo lo posible para subir al ring al candidato ultraliberal. En la posibilidad de “inflar” a un esperpento como Milei a expensas de JxC radicaba otra de las “jugadas tácticas magistrales” para llegar con chances a la elección. Desde esa línea de intervención, las notas para polemizar en medios oficialistas, hasta cómo le prestaron estructura para el armado de listas muchos intendentes peronistas, el ascenso de Milei no fue solo apalancado por gorilas, sectores del empresariado, grupúsculos de defensores de genocidas, de inversionistas de bolsa o medios como La Nación+, sino por el propio oficialismo.

 

Una fábrica de resentimiento e impotencia

En términos económicos, el peronismo continuó lo actuado por el macrismo y contribuyó a consolidar la precarización y la atomización de la clase trabajadora, los salarios de pobreza, la devaluación y la transferencia escandalosa al empresariado. Sin cuestionar el agronegocio ni la matriz extractivista; el envenenamiento y el saqueo de bienes comunes, tampoco se frenó la brutal transferencia de recursos al gran empresariado. Por el contrario, reprimió, encarceló a miembros de pueblos originarios que luchan por la restitución de sus territorios y a quienes luchan contra el extractivismo.

Un rol clave en ese avance reaccionario lo jugó el abandono deliberado del aparato del peronismo de las movilizaciones callejeras: la calle dejó de ser lugar de expresión de fuerza y de disputa para el oficialismo; la movilización, temida incluso para gestionar apoyos o dar respuestas, como cuando la propia CFK fue hostigada e intentaron asesinarla. La campaña electoral de UP entronizó a un candidato como Massa, asiduo visitante de la embajada yanqui, abanderado de la “moderación y el pragmatismo” y supuesto sepulturero de “la grieta”. Se apostó a la denuncia de Milei como el fascista que es, pero no a enfrentarlo ganando las calles: mientras se apeló a la “micromilitancia” como herramienta central, se dejó terreno libre para que la derecha se pasee por el espacio público; mientras los “libertarios” aliados a Macri y Bullrich realizaban un acto callejero en Córdoba, el peronismo cerraba su campaña en un colegio universitario en CABA y vetaba que la CGT desfilara en apoyo a Massa. La campaña que señalaba los peligros reales de Milei logró aglutinar apoyos que no implicaron una adhesión a Massa –y ni siquiera al gobierno- pero se centró en la transmisión de temor y colaboró con la mencionada desmovilización.

En una elección en la que hubo millones de votos a la fórmula oficialista nutridos por la saludable repugnancia a Milei y el intento de cerrarle el paso por esa vía -votos que no pueden asimilarse al peronismo- como contrapartida, millones de trabajadorxs dieron su voto al candidato reaccionario como expresión de hartazgo, sin suscribir necesariamente el programa regresivo que éste exhibió. Para evitar lecturas mecánicas, que abundaron en las primeras horas: ni el 44% de la población es peronista, ni el 56% es neofascista. Con muchxs compañerxs y luchadorxs que definieron como último recurso táctico votar a Massa como “mal menor” ante el arribo de Milei-Macri, venimos compartiendo luchas y nos seguiremos encontrando en las calles. Con ellxs y con las masas en general, hemos intentado dar el debate siendo honestxs y sin ambigüedades, pese a marchar a contracorriente de amplios sectores del activismo, defendiendo el voto en blanco o la no participación. Hemos sostenido que, ante la crisis de un régimen político en descomposición, creemos que la apuesta de los pueblos debe ser a la rebelión contra dicho régimen y no la participación en él, con la certeza de que en las calles gana el pueblo.

 

Ni un minuto de tregua a la derecha

Más allá de la bronca y la incertidumbre que genera el arribo de una expresión de extrema derecha a la Casa Rosada, entendemos que el camino es más que nunca la lucha. Señalamos los peligros que entraña este fenómeno: creemos necesario no subestimarlo ni sobreestimarlo. Ante quienes pregonan abiertamente y sin disimulos que vienen a aplicar la confiscación del salario, la quita de derechos, las privatizaciones y prometen el despliegue represivo para poder llevarlo a cabo, apostamos a la memoria histórica de lucha de nuestro pueblo, a las reservas de combatividad y a la disposición a defender derechos consagrados. La democracia que nos merecemos no es, desde ya, la que está dominada por impudicia de los banqueros, la del desparpajo de los influencers antiderechos, la de la impunidad de los yuppies de doble apellido fabricados en la UCA o la Universidad Austral, la de los candidatos ignorantes y terraplanistas. Pero tampoco es esta democracia derrotada, maltrecha, vaciada, que deja sin cenar cada día a millones de pibes en el país de las vacas y el trigo. Que ese germen reaccionario hoy encaramado al Estado no haga pie y brote, depende de nuestra capacidad de lucha. De superar a las burocracias, a quienes nueva y tempranamente predican la resignación y el “dejar gobernar” al nuevo presidente para respetar la “soberanía de las urnas”.

El camino sigue siendo la rebelión. Es urgente poner en pie asambleas en los lugares de trabajo, estudio y territorios. La no-delegación de la lucha, el no respeto a una institucionalidad vacía y copada por arribistas que vienen solo a intentar la liquidación de derechos. Desarrollar la acción directa. Y sobre todo, organizarse: participar sindical, social y políticamente. La mayor unidad de acción para defender el empleo y las conquistas del movimiento de mujeres y disidencias; para actuar si pretenden liberar genocidas; para impedir las privatizaciones y remate del patrimonio común; la contaminación y la ofensiva contra los pueblos originarios que defienden su territorio; para exigir de una vez por todas la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda externa. Para pasar de la resistencia a la discusión de un gobierno de lxs trabajadorxs. 

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