lunes, 22 de junio de 2015

Qué lejos que está aquel tiempo Y sin embargo qué cerca" de FRANCISCO ALVERO, EL JUGLAR DEL AMOR Y LA LIBERTAD




"Qué lejos que está aquel tiempo,
 y sin embargo qué cerca!!!

De Francisco Alvero, 
EL JUGLAR 
DEL AMOR Y LA LIBERTAD.


Qué lejos que está aquel tiempo
Y, sin embargo, qué cerca
cuando el gorila vivía
temblando atrás de la puerta!


Cuando se ponía el pecho
por amor a aquellos sueños
que nos siguen desvelando
y nos siguen convocando!

Tanto camino vivido
tantos cumpas han caído
sigue pasando lo mismo
apenas si fue un respiro

Queremos que ya comprendas
somos gajos de esa historia
Como pueblos de esta tierra
que no quieren mas promesas

La década del setenta
de secuestros y proezas
La lleva grabada a fuego
en la memoria mi pueblo

Habran cambiado de caras
mas siguen siendo verdugos
Los dueños de todas las cosas
como los nombrara Walsh

 La historia siempre es la misma
sabores y sinsabores
traiciones y delatores
heroicos sueños de amor

Los ríos de nuestra tierra
son nuestras venas abiertas
latiendo siempre despiertas
latiendo siempre sedientas

Hay que dar vuelta la taba
y dar vuelta la tortilla
para que las cosas cambien
en América latina!


Con la sarten por el mando
hay que cambiar el destino
no demos ya tantas vueltas
hay que tomarla mi amigo

Estos versos me salieron
como homenaje a mi tierra
cantores y luchadores
de la América morena!

Y por eso es que lo canto

y por eso es que lo grito
tan solo como lo siento
como lo pienso, lo digo!
Si no nos unimos todos
nos mata el capitalismo!


"Nosotros creemos que hay sugestivos motivos por los cuales se quiere dividir al país en peronistas y antiperonistas. Con el mismo derecho, nosotros señalamos que la división que debe hacerse no es así, sino entre quienes están consecuentemente con la lucha del pueblo y quienes están con la entrega. Yo no soy antiperonista, siento un gran afecto por muchos compañeros peronistas, convivo con ellos y lucho con ellos. Y a su vez en perspectiva pretendo esa unidad combativa con los compañeros peronistas, con las fuerzas de izquierda y revolucionarias. Eso no está aquí, pero sí en la CGT de Córdoba y creemos que en el plano político en general, por eso no nos detenemos en el 11 de marzo, porque la historia está más allá de esa fecha y se construirá con todos los que hemos luchado juntos, peronistas y no peronistas, radicales, marxistas, cristianos, ateos, comunistas, se construirá de esta manera como se está construyendo en Latinoamérica, pero no con alianzas que evidentemente le dan un carácter espurio a ese programa."

Agustín Tosco














John William Cooke (1964)


Apuntes para la militancia



Escrito: En 1964.
Digitalización: Por Diego Burd, 2004

PROPÓSITOS

Contar con una información adecuada no es sólo un derecho que la masa peronista se ha ganado en sufridos años de lucha, sino también condición esencial para cumplir su misión histórica de liberar nuestra patria de la explotación nacional e internacional. Sin embargo, desde las estructuras dirigentes del movimiento únicamente le llegan trivialidades que nada agregan salvo confusión.
Las funciones inexcusables es extender y ahondar ese conocimiento directo, elaborar críticamente datos de la realidad contemporánea y presentar conclusiones que aclaren su sentido, extraer y generalizar las enseñanzas que deja la acción colectiva, tareas sin las cuales no se perfeccionan las formas organizativas y de combate.
Es en la organización revolucionaria que se opera ese enriquecimiento recíproco, al cual contribuyen los cuadros directivos con las síntesis esclarecedoras que orientan a las masas obreras.
El peronismo lo necesita con urgencia, como punto de partida para replantear sus inoperantes líneas políticas.
Para saber cuales son nuestras fallas y llegar a sus causas hay que tener una visión global de la Argentina, de las fuerzas que chocan en su seno, de las características que revisten esos conflictos. U dentro de ese marco histórico, examinar el significado del peronismo, con qué tendencias sociales e irreductiblemente antagónico, qué políticas lo condenarán a frustrarse y cuáles sirven al objetivo de realizarnos como destino nacional.
Por no plantearse correctamente todo esto, las burocracias siempre rectifican los aciertos y reinciden en los errores. La indigencia teórica arrastra a los desastres estratégicos.
Lo primero que procuramos demostrar en la brevedad de este informe es que la teoría política no es una ciencia enigmática cuya jerarquía cabalística manejan unos pocos iniciados, sino un instrumento de las masas para desatar la tremenda potencia contenida en ellas. No les llega como un conjunto de mandamientos dictados desde las alturas, sino por un proceso de su propia conciencia hacia la comprensión del mundo que han de transformar.
John William Cooke – Diciembre de 1964



Capítulo I

Malestar en las bases
Seguros de nuestra propia fuerza y razón, durante la tiranía militar, aun en sus períodos más sombríos, la reconquista del poder nos parecía próxima e inexorable. A nueve años del golpe imperialista (de 1955) ese optimismo ingenuo ha cedido su lugar a otra actitud más realistas y reflexiva, aunque siempre poseída del optimismo.
El origen del descontento no es por lo tanto la violencia del régimen, son las sospechas sobre la aptitud del Movimiento para doblegarlo. Los presos, los torturados, los muertos, las innumerables jornadas de combate, testimonian nuestro coraje ante la adversidad: también despiertan interrogantes sobre si no estaremos malogrando tanto sacrificio.
Hay muchos de nuestros compañeros que relegan esas inquietantes intuiciones, resistiéndose a admitir el deterioro de las viejas certidumbres. Otros se tranquilizan oponiendo la convicción de que, pese a todos los obstáculos, a la larga el pueblo vencerá. Pero este fatalismo optimista no es más que otra forma de autoengaño: nuestros compromisos son con esta época, sin que podamos excusarnos transfiriéndolos a generaciones que actuarán en un impreciso futuro.
La historia no es nítida ni lineal n simple, la Argentina de hoy es un ejemplo de sus complicaciones y ambigüedades. La presencia del peronismo impide que las clases dominantes gocen tranquilamente de sus privilegios usurpados: es por sí misma, la prueba de la decrepitud del régimen, de su ineficacia para resolver los problemas del país (nota: aunque habría que considerar sus formas de prolongación y reciclamiento para mantenerse).
La inquietud prevaleciente responde a la impresión de que nuestros objetivos finales se hallan en una brumosa lejanía que nuestros esfuerzos cotidianos no parecen acortar. Dicho de otra manera: entre los anhelos de tomar el poder y los episodios de nuestra lucha, no se ve la relación de una estrategia que avance hacia los objetivos últimos. Se organiza lo táctico, pero sin integrarlo en una política que, por arduo que sea el camino que señale, presente la revolución como factible, como meta hacia la cual marchamos. No más que eso necesitan las masas, pero no con menos se conformarán.
Lo importante es destacar que allí está el origen de ese temor a no encontrar respuestas revolucionarias a los desafíos contemporáneos.
Las clases gobernantes no pueden ya aspirar a nada más que al mantenimiento del equilibrio, salvo las fluctuaciones secundarias entre fases de máxima tensión y fases de relativa calma social, permanecerán en la situación óptima mientras esta paridad no se rompa. El peronismo, como agrupación mayoritaria, necesita alterarla. Mientras no encuentre la política que lleve a conseguirlo, prorroga la vigencia del régimen y simultáneamente se debilita internamente.
Tiene ante si una opción entre dos líneas de conducta. Puede mantener la actual, confiando en que de alguna manera imprevista llegará al poder y se iniciará así el milenio peronista, concepción burocrática. O puede plantear la cuestión a la inversa: comprender que el futuro del Movimiento no está en acertar una tómbola sino en movilizar al pueblo en una política revolucionaria. La casualidad que nos regale el gobierno y nos garantice el futuro no se dará. Lo que sí podemos hacer es encarar los cambios internos de fondo que nos pongan en condiciones de aspirar al poder.
La crisis del Régimen y la crisis del Movimiento Peronista
Todos coincidían en que la causa originaria de la crisis fe el gobierno peronista. El que las penurias justamente comenzaran con la restauración de 1955 no pasa según ellos de mera casualidad. También es “casualidad” que después de nueve años de una política que es la antítesis de la que habría provocado la crisis, ésta sigue a toda marcha. Pero desde todas las tribunas se nos suministra una explicación que absuelve nuevamente al régimen con irrefutable rigor lógico: lo que impide sacar al país del pantano son las maquinaciones de una formidable asociación ilícita, que integran Perón, Fidel Castro, “los que sueñan con un retorno imposible” y Mao Tse Tung, además de una caterva de agentes del “comunismo internacional” que nadie ha visto nunca, pero que se nos dice que está por todas partes haciendo maldades a full time.
Sobre la caracterización de la crisis hay una amplia variedad de versiones: es crisis moral, o crisis de la cultura, o crisis del desarrollo, o crisis de jerarquías, etc.... Cada uno de sus exponentes toma por epicentro del fenómeno, aquel aspecto que se ofrece a su ángel de la muerte ronda a la Argentina. Ven el fin de sus privilegios como si fuese e fin de la comunidad: confunden el no-ser burgués con el no-ser de la Nación.
Por nuestras virtudes hemos podido agudizar las contradicciones internas de los sectores gobernantes, impedir muchos de sus abusos, evitar la institucionalización del despojo y el semicoloniaje. Por nuestras carencias no hemos logrado impedir que el régimen siga manteniendo intacta la superioridad en fuerza material que le permite subsistir, oscilando entre la dictadura desnuda y la dictadura encubierta tras las formas rituales de la democracia minoritaria. A su propia anarquía e incoherencia hemos opuesto nuestras propias indecisiones, nuestra invertebración teórica y operativa.
El pueblo se niega a aceptar el viejo juego político en que sólo participaba por procuración, y por medio del Movimiento ha hecho imposible el reestablecimiento de ese anacronismo, salvo como aparato desprovisto de todo vestigio de representatividad. No ha logrado en cambio, dotar a esa vocación de poder de una práctica eficaz. La resistencia no es suficiente: sin contraataque no hay victoria.
El Movimiento exige una política en que se conjuguen las ideas, la práctica y la organización revolucionaria, en que la búsqueda de los objetivos finales se armonice y complemente con las variantes tácticas y operativas capaces de dar respuesta a cada coyuntura.
Cada vez que se nos cierran los caminos de la semilegalidad, la burocracia declara la guerra. Pero nada más. Esta que librada a la espontaneidad de sacrificados activistas que oponen una violencia inorgánica, inconexa e insuficiente, al potencial y a la técnica siempre en aumento de los órganos represivos oligárquicos imperialistas. Esta vacancia de conducción dura hasta que viene un nuevo período de soluciones negociadas. Entonces, los que estuvieron en la retaguardia durante el combate, pasan a ser la vanguardia en los trámites de la tregua y capitalizan la abnegación de las bases en la mesa de arena de los acuerdismos.
En el escenario político del país, la diferencia entre los partidos tradicionales y el peronismo es neta, tajante, evidente por si misma. Esto explica que nos proscriban, no pertenecemos al mismo sistema. Pero las estructuras del movimiento no reflejan esa contradicción irresoluble, sino que ésta reaparece internamente. Tenemos por un lado el peronismo rebelde, amenazante para los privilegios, y por otra parte, aparatos de dirección en los que predomina una visión burguesa, reformista, burocrática, en luhar de la visión revolucionaria que corresponde a la realidad objetiva del papel que cumple el peronismo en la vida nacional (nota: en la vida partidaria, el pejotismo liberal ocupó el lugar contra el peronismo revolucionario).


Capítulo II

El orden de la oligarquía liberal

    “¿Cuál es la fuerza que impulsa ese progreso? Señores, ¡es el capital inglés!"
    -  
Bartolomé Mitre
La recolonización de 1955 permitió a la minoría explotadora ocupar económica y políticamente el país, pero no culturalmente. Antes una cosa implicaba a la otra, ahora no.
La fórmula había funcionado durante un siglo a partir de la derrota nacional de Caseros. Allí se liquido el pleito entre las dos corrientes que chocaban desde los días de Mayo: la del puerto de Buenos Aires, cosmopolita, librecambista, vehículo de ideas e intereses que convenían a Europa y trataba de imponer al resto del país; y otra, nacionalista popular, que veía al país en su conjunto y como parte de la unidad latinoamericana. Antimorenistas y morenistas, dictatoriales y americanistas, unitarios y federales, fueron fases de ese enfrentamiento. Una vez que Argentina quedó incorporada como satélite de la primera potencia capitalista de mediados del siglo XIX (Inglaterra) y se unificaba en la política de la oligarquía portuaria los antagonismos se denominaban separatistas bonaerenses y hombres de Paraná: crudos y cocidos, chupandines y pandilleros, liberales y autonomistas, cívicos y radicales.
Desde la Independencia, los intereses foráneos tenían su aliado natural en la burguesía comercial de Buenos Aires, dispuesta a enriquecerse como intermediaria de un comercio sin restricciones en Europa. Su primera víctima fue Mariano Moreno, cuya visión americanista chocó con el centralismo unitario que subordinaba el país a la política bonaerense, a ellos se debe el rechazo de los diputados orientales que llevaban a la Asamblea del año XIII las instrucciones de Artigas sobre la organización confederal. Sólo desacatándose pudo realizar San Martín la campaña de Chile y Perú, pero el pago fue dejarlo abandonado a su propia suerte en suelo peruano, del cual pasó al exilio voluntario y definitivo.
Fue contra los devaneos monárquicos de ese grupo que los gauchos impusieron el principio republicano en el año 20, fue contra la Constitución aristocratizante de su agente conspicuo –Rivadavia- que se alzaron seis años después los caudllos federales. Dignos antecesores de la oligarquía contemporánea, en 1815 sancionaron la Ley de Vagancia para terminar con la protesta de los gauchos hambreados por la política de los exportadores de carne. En la Constituyente de 1826 los rivadavianos proponían una cláusula prohibiendo el voto de los domésticos, soldados de línea, peones, jornaleros, en una palabra, a la chusma que había hecho la Independencia. Dorrego a quien luego harían asesinar por Lavalle ridiculizó los argumentos de esa minoría reaccionaria. La de hoy, aplica al mismo principio proscriptivo aunque no tiene la valentía de sostenerlo com doctrina.
Fue ese unitarismo el que concedió a Inglaterra la franquicia para que sus barcos navegasen nuestros ríos, a cambio del derecho espectral de que los barcos que no teníamos navegasen por el Támesis, el mismo escandaloso unitarismo que dio toda la tierra pública como garantía para contraer el empréstito con Bering Brother’s, el que entregó las minas de Famatina a un consorcio europeo del cual Rivadavia estaba a sueldo, el que creó el Banco de Descuentos dando el control a los comerciantes ingleses.
La época de Rosas fue un compromiso entre Buenos Aires y el interior, unidos en una política defensiva contra el colonialismo anglofrancés y las fuerzas que secundaban sus planes para desintegrarnos. Buenos Aires retiene las ganancias del puerto, pero encabeza la lucha contra el extranjero. La Ley de Aduanas protegía a la industria artesanal, el coraje criollo, la soberanía acechada.
Rosas, caudillo de la conjunción de fuerzas populares que terminó con el unitarismo, era la cabeza de los ganaderos bonaerenses, y formaba con sus amigos y parientes el sector más dinámico de la economía, integrado como industria de tipo capitalista e independiente del sistema comercial de Inglaterra: cría de ganado, saladeros, flota de barcos para transportar los productos a diversos mercados. Cuando esas circunstancias cambiaron, la política proteccionista del Restaurador ya no contóicon el apoyo de los estancieros, que se unieron a la coalición organizada por Inglaterra y dirigida por el imperio esclavista de Brasil.
En 1852 el país necesitaba superar el equilibrio precario del período rosista e integrarse como nación moderna, constituyendo una unidad económica con el territorio nacional como mercado interno único y el puerto de Buenos Aires, puesto al servicio común como base para un desarrollo capitalista autónomo. Ocurrió todo lo contrario.
La burguesía comercial portuaria afirmó su control al haberse constituido también como burguesía terrateniente. Los hombres de la Federación poco pudieron contra sus maquinaciones, especialmente cuando Urquiza hipotecó su caudillaje para salvar sus vacas, y la “barbarie” del interior fue aniquilada para asegurar la hegemonía de esa oligarquía ganadero-comercial.
La Argentina se incorporó al proceso económico mundial, pero como mercado complementario del capitalismo inglés. La manufactura importada terminó de aniquilar nuestras industrias embrionarias. Los ferrocarriles dibujaron una nueva geografía donde el intercambio interregional desaparece, se expande el mercado comprador de artículos ingleses y nacen “las provincias pobres”, las compañías extranjeras, los grandes terratenientes y la burguesía que participaba del negocio importador y exportador, engordan a medida que la riqueza del interior cae en los toboganes que la deposita en los puertos para ser transferida a las islas británicas. Los ríos que el paisanaje había cerrado con cadenas para atajar a las flotas invasoras, pasan a ser vías internacionales por prescripción constitucional: no la prosperidad sino la miseria navegarán por ellos.
Zona marginal del centro capitalista inglés, también debíamos ser dependencia ideológica y política. Es que el imperialismo es tanto un hecho técnico-económico como cultural. El lugar de operaciones aisladas de intrecambio, establece una relación permanente que no se agota en cada transacción, los capitales colocados en la semicolonia deben rendir frutos durante muchos años. Es preciso entonces evitar toda inseguridad en los reintegros y pagos de intereses. Debe procurarse que crezca la economía agraria para que sus productos fluyan a la metrópoli, y que no surjan industrias que desequilibren la “división internacional del trabajo”.
El imperio necesita contar con gobiernos estables, ordenados, buenos pagadores e inmunes al extravío nacionalista. Para eso no hace falta recurrir a la presión directa o a los groseros despliegues de potencia armamentista. La penetración financiera produce el encumbramiento de una oligarquía nativa cuyo destino estaba ligado al del “gran país amigo”.
Las expediciones punitivas de Mitre y Sarmiento ahogaron en hierro y fuego las protestas del pueblo, la cabeza de Chacho Peñalosa, exhibida en la Plaza de Olta, simboliza a la oligarquía mucho mejor que los mármoles y bronces con que ella se ha idealizado.
La dependencia económica aseguró la esclavitud mental. La semicolonia quedó unificada en el culto idolátrico de las ideas –símbolo del liberalismo- y cuanto se le oponía fue sentenciado y ejecutado en trámite sumario.
La lucha política era entre minorías. La montonera había sido una forma de política elemental en la que se participaba directamente. El hombre de nuestro campo tomaba la lanza y arrancaba detrás del caudillo: iba a pelear contra los españoles o al grito de “Federación o Muerte” (que según se ha demostrado, significaba “República o Muerte”) contra los proyectos monárquicos centralistas de la aristocracia porteña o contra el chancho inglés o francés que rondaba nuestras aguas, en último caso para entreverarse en peleas de menor significación.
El enriquecimiento de la región pampeana significó, como contrapartida, el estancamiento del interior. El libre cambio tuvo un primer efecto negativo: la producción artesanal de las provincias interiores no pudo resistir a la afluencia de manufacturas extranjeras.
Durante la época de Rosas no se había contraído empréstitos con el extranjero, pero a medida que la Argentina aumenta sus exportaciones, y por ende su solvencia como deudor, se recurre al crédito externo con tal exageración que el país se va hipotecando hasta límites increíbles. Sarmiento se vale del empréstito para terminar la guerra con el Paraguay y “pacificar” nuestro interior; otros empréstitos se piden para obras que no se construyen, para planes que nunca se inician, a veces sin buscar pretexto plausible. Después se van pidiendo empréstitos para pagar los servicios de empréstitos anteriores. Sólo de 1863 a 1873 los ingleses prestan a la Argentina 15 millones de libras esterlinas.
En estos idílicos tiempos, que tanto añoran los conservadores, el país sufría inmediatamente los efectos de cualquier contracción en los países industrializados. Estos eran periódicamente sacudidos por la crisis que llegaban aquí con violencia multiplicada al reducir la demanda de nuestras exportaciones y simultáneamente el precio que se nos pagaban por ellas. Además, justo cuando nuestro país entraba en crisis, Gran Bretaña drenaba nuestras reservas de oro agravando la situación. Sin embargo, las clases dirigentes ponían todo su empeño en mantener el crédito internacional de la Nación a toda costa. Un presidente diría que “es necesario economizar sobre el hombre y la sed de los argentinos”.
Yrigoyen y sus enemigos
Fue Yrigoyen quien, orientándose como pudo, infligió serias derrotas al aparato que asfixiaba al país. El Yrigoyenismo fue un movimiento de masas que expresaba la tendencia al crecimiento del país, frenado por la alianza de la aristocracia latifundista y el imperio británico.
En el gobierno tuvo entre otros méritos, el de cumplir con su promesa de no enajenar ninguna parte de la riqueza pública ni ceder el domino del Estado sobre ella. En un asunto clave como el ferroviario su acción fue fecunda y demostró una comprensión cabal cuando, al vetar la ley del Congreso que traspasaba las líneas del Estado a una empresa mixta, afirmo en el Mensaje: “el servicio público de la naturaleza del que nos ocupa ha de considerarse principalmente como Instrumento de Gobierno con fines de fomento y progreso para las regiones que sirve”. El apoyo a YPF, la tentativa de crear un Banco del Estado y un Banco Agrícola, la compra de barcos, etc.., son otras tantas pruebas de su orientación nacionalista.
Su política internacional fue digna, altiva, independiente y retomó el sentido latinoamericanista que poseían los hombres de la Independencia y que se perdió a mediados de siglo pasado.
Es bueno insistir sobre el manto de plomo que recubría la cultura del país. Las voces solitarias de aquí y allá querían agregar un aporte renovador, estaban fuera (o se las dejaba rápidamente) de los medios de difusión capaces de amplificarlas hasta influir en la conciencia política nacional. La transición a concepciones políticas más adelantadas y claras que producirse dentro del radicalismo, cosa que no ocurrió. Fuera de él, en las fuerzas organizativas, había un páramo ideológico.
El Partido Conservador, representante de la oligarquía terrateniente, no se resignó a la pérdida del gobierno ocasionada por la aplicación del sufragio libre. Mientras esperaba la hora de recuperar el poder por la violencia, su táctica consistió en unir todas las fuerzas posibles bajo el lema negativo de hacer antirradicalismo (luego, cuando contó con aliados en el propio radicalismo, su bandera sería el “aniitigoyenismo”).
El aliado más consecuente que siempre tuvieron los conservadores fue el Partido Socialista, que no sólo los acompañó en las maniobras concretas contra el radicalismo, sino que también lo haría contra el peronismo.
Buenos Aires, puerto de factoría que servía a la intermediación importadora-exportadora, centro burocrático al que convergían los inmigrantes y los criollos desplazados por el latifundio, era la única realidad que veían –incompleta y erróneamente, además- los socialistas. Por el resto del país sentían el mismo desprecio que los “civilizadores” mitristas y rivadavianos.
La gran mayoría de los explotados estaba en el campo: eran los peones de la estancia, los obrajeros, los hijos de la tierra convertidos en mano de obra miserable.
La Argentina quedaba seccionada en una porción industrial y en otra que no lo era, cuyos respectivos asalariados se incomunicaban entre sí y perseguían objetivos contrapuestos. Era una estrategia que podía deparar algunas mejoras a sectores reducidos del proletariado (creando nuevos motivos de desunión interclasista) pero le vedaba la lucha política para avanzar en conjunto como clase. Los obreros industriales, sin peso en el cuadro global de la economía subdesarrollada, no podían ser factor de transformaciones revolucionarias si actuaban de espaldas al resto de los perjudicados por el sistema oligárquico imperialista. A cambio de la fantasía de buscar una liberación exclusiva, para ellos solos, en medio de la Argentina desangrada, rompían el frente capaz de obtener una liberación real y abdicaban del papel que les correspondía dentro de ese frente como clase revolucionaria.
En suma, no les quedaba más que “el sindicalismo puro”, la lucha economista por mejoras inmediatas, aunque debilitados por renunciar a la solidaridad de los otros grupos de intereses comunes, y votar por los socialistas, con lo que terminarían de suicidarse. Como el Partido Socialista era enemigo de la industrialización, la clase proletaria no crecería, y como también era librecambista y enemigo de lo que llamaba las “industrias artificiales”, cuando éstas desapareciesen, los obreros sin trabajo aumentarían la oferta de mano de obra y bajarían los salarios. Limitándose a una política meramente encaminada a las mejoras salariales en la industria, éstas servirían, por una parte, para aumentar la diferencia entre las remuneraciones de la ciudad y del campo, característica de los países subdesarrollados, al mismo tiempo, servirían de pretexto para el aumento de costos de producción y, sin proteccionismo, las industrias quedarían en peores condiciones ante la competencia extranjera.
Con estas menciones basta para apreciar que si el Partido Socialista nos ha negado siempre hasta “la leche de la clemencia”, no es por oportunismo ni por improvisación, sino por una vocación rectilínea –desde la cuna hasta la tumba-. La oligarquía copiando instituciones liberales y el Dr. Justo remedando enfoques socialistas llegaban siempre a las mismas conclusiones y compartían los mismos prejuicios. Por ejemplo, al peón de cambo y al obrajero que los oligarcas explotaban y denigraban, el Dr. Justo los crucificaba teóricamente negándoles toda capacidad política. Su discípulo, el Dr. Repetto, explica que era imposible hacerles comprender razones “porque se trata de gente muy ignorante, envilecida en una vida casi salvaje”.
Mencionamos las modalidades que los hacen indistinguibles del conservadorismo, destacaremos algo que acredita a los socialistas como caso político único. Es el partido socialista del mundo colonial y semicolonial que nunca fue antiimperialista, ni siquiera doctrinariamente. Más aún: es el único partido socialista del Mundo que ha defendido expresamente al imperialismo. Hasta los más viscosos amarillismos social-demócratas de Europa, beneficiarios y cómplices de la política colonial de sus burguesías, al menos en teoría han condenado al imperialismo. En la Argentina tenemos un fenómenos mundial: un partido socialista proimperialista en la teoría y en la práctica.
Los designios de Estados Unidos de imponer su hegemonía en todo el continente no constituían ningún secreto: sus hombres de Estado lo venían proclamando desde hacía un siglo y había muchos hechos probatorios en exceso, la oposición a los proyectos de Bolívar para la unificación continental, la destrucción de nuestro Puerto Soledad en las Malvinas, el robo a México de más de la mitad de su territorio, las depredaciones en Nicaragua, la incursión naval contra Paraguay, erean algunos ejemplos. Pero cuando la intervención yanqui en Cuba, a principios del siglo XX, Juan B. Justo observó: “Apenas libres del gobierno español, los cubanos riñeron entre sí hasta que ido un general norteamericano a poner y mantener la paz a esos hombres de otras lenguas y otras razas. Dudemos pués de nuestra civilización”. Dudemos más bien de los socialistas cipayos, porque hasta los obrajeros analfabetos del Dr. Repetto saben que cuando los cubanos tenían ganada la guerra de la Independencia, en 1898, los norteamericanos, mediante una provocación, tomaron parte en la contienda y se constituyeron en usufructuarios del sacrificio de los isleños que venían guerreando desde hacía treinta años, firmaron un tratado de paz con España sin dar intervención a los cubanos, y se apoderaron de las Filipinas, Guam, Puerto Rico, etc. En Cuba nombraron un gobernador militar y sólo lo retiraron cuando se les dio la base de Guantánamo (que todavía ocupan) y se les reconoció el derecho de intervenir militarmente. Cada vez que había protestas por el fraude con que se elegía a un presidente amanuense de los yanquis, estos mandaban fuerzas amparados en esa concesión.
Únicamente los socialistas argentinos se les podía ocurrir echarle la culpa a los cubanos de esas intervenciones imperialistas que sufrieron todas las naciones que estaban en el radio geopolítico de Estados Unidos.
Cuando decía “dudemos de nuestra civilización”, se trataba de una ironía justista: quería decir que estaba seguro de nuestra barbarie. Como la civilización y el progreso sólo pueden llegar del extranjero, también aplaudieron la maniobra yanqui que quitó una provincia a Colombia y creó la república artificial de Panamá. Pensaban, como los yanquis, que nuestro continente sería un emporio de civilización si no estuviese poblado por latinoamericanos.
Lenin, explicando la desviación reformista de los movimientos europeos que recibían su cuota del producto colonialista, dijo que “el partido obrero-burgués es inevitable en todos los países imperialistas”, ha mencionado asimismo que “en todos los países en los que existe el modo de producción capitalista hay un socialismo que expresa la ideología de las clases que han de ser sustituidas por la burguesía”. En esta segunda categoría estaría el Partido Socialista de nuestro país sin describirlo totalmente. La Argentina, siempre al día con las modas del Viejo Mundo, quiso darse el lujo de tener un partido obrero-oligárquico-proimperialista, una creación de la fantaciencia política. Desde que se acriollaron los inmigrantes, nunca más consiguieron reclutar a un proletario. Cuando en la Casa del Pueblo ven acercarse a un grupo de obreros, cierran las puertas y piden custodia policial.
En 1930 la situación se tornó mucho peor, los efectos de la crisis se sentían fuertemente y la reacción afilaba sus cuchillos. Como después pudo verse, el curso de la economía en todo el mundo no admitía ninguna salida de la depresión. Había que capearla lo mejor posible. Pero la maquinaria de la oligarquía le permitía exagerar las fallas del gobierno, atribuirle la culpa de procesos que eran inevitables y marcarlo como responsable del descontento popular.
El Partido Socialista, infaltable en las grandes infamias contra el país, dio una batalla parlamentaria contra la ley de nacionalización del petróleo y lo mismo de su desprendimiento, el Partido Socialista Independiente, se sumó al escándalo callejero, arrastrando a los bobalicones de la pequeña buguesía portuaria, que creían que aquellos tribunos municipales eran la última palabra en materia de progresismo y audacia de pensamiento.
Entre otras lindezas, el diario La Nación emitió este juicio sintético: “No se recuerda ninguna época de fanatismo y corrupción como esta”. Y La Prensa: “Nunca antes en la Argentina, un gobierno quiso mostrarse y se mostró más prepotente, omnisciente, ni llegó a dejar mayor constancia de su incapacidad de actuar, respetar y ser respetado. Por su parte el Partido Comunista no aportaba nada al esclarecimiento de las cosas, por el contrario, definió al gobierno de Yrigoyen como “reaccionario” y “fascistizante”.
El clásico frente antipopular, perfectamente sincronizado, sacó a relucir sus grandes palabras y los militares de cabeza hueva hicieron de verdugos.
La Década Infame
“Recién entonces comprendimos qué punto de nuestras oligarquía estaba divorciada de la vida nacional
y pudimos medir la amplitud y la perfección con que dominaba los nudos estratégicos de la vida de relación”

- Scalabrini Ortiz
En la dictadura que sustituyó a Yrigoyen pugnaban dos corrientes de pensamiento. Los amigos más próximos del general Uriburu profesaban un vago nacionalismo fascista, cuyo expositor principal había sido Leopoldo Lugones, por entonces en una de las etapas más reaccionarias de su vida atormentada y contradictoria. Se identificaba a la patria con su aristocracia, frente a la chusma que venía a ser lo espúreo y extranjero. Era la “hora de la espada”. La dictadura clasista y los grupos conservadores planteaban su contradicción de siempre: invocaban las ideas de la democracia liberal pero en los hechos tenían que violar para impedir el retorno del partido derrocado, sobre todo cuando la elección de abril de 1931 demostró que los radicales seguían siendo mayoría.
Después del a guerra 1914-18, la posición de Gran Bretaña como primera potencia financiera había cedido ante los Estados Unidos, que emerge como primer país acreedor del mundo. En la Argentina eso se reflejó en un avance norteamericano, tanto en el monto de sus inversiones como en su participación en nuestro comercio exterior. El país se convirtió en zona de fricción entre ambos imperialismos. Los norteamericanos invertían en algunos sectores de la industria y tenían sus ojos puestos en los yacimientos petrolíferos, buscaban el desarrollo de la vialidad para ampliar el mercado de sus exportaciones: automóviles, petróleo, caucho, etc. Los ingleses defendían el sistema de transportes estructurado en torno a los ferrocarriles y al suministro de carbón. La crisis del año 30, dio transitoriamente el triunfo a los ingleses.
Las inversiones directas norteamericanas habían pasado de 40 millones de dólares en 1913 a 330 millones de dólares en 1929, en 1940 representaban 360 millones: el 14% de las inversiones extranjeras contra el 61% que poseían los ingleses.
Con la primera guerra había terminado el período de auge del sistema capitalista universal. La crisis iniciada en 1929 no fue más que un efecto retardado de ese resquebrajamiento cuyos problemas habían quedado irresueltos. En la Argentina el impacto fue tremendo, como consecuencia de la indefensión que nos creaba el sistema agroexportador. Las condiciones de nuestro progreso –demanda creciente de productos agropecuarios, fertilizad de la zona pampeana, arribo de capitales y de inmigración- provenían de afuera, al margen de una acción consciente impulsada por factores internos. Ese desarrollo espontáneo ya estaba agotado para entonces, pues el aumento de la producción ya no podía hacerse mediante la incorporación de nuevas tierras aptas para el proceso productivo. La crisis trajo un estancamiento en la demanda mundial de nuestras carnes y cereales, y el valor de las exportaciones argentinas se redujo, de golpe, en un 50%.
Los países industrializados abandonaron los métodos del liberalismo y establecieron una serie de medidas para contrarrestar los efectos de la depresión. Simultáneamente, se invirtió la corriente mundial de capitales: en lugar de afluir a los países dedicados a la producción primaria, retiraron gran parte de las inversiones y cesaron sus préstamos. Para hacer frente a los déficit de sus cuentas internacionales, los países como Argentina no tenían otro recurso que apelar a sus reservas de oro y divisas y, cuando éstas se agotaron, a diversas medidas de regulación económica.
La conferencia de Ottawa, en que Gran Bretaña había establecido sus dominios un sistema de “preferencias” que cerraba las puertas a la penetración comercial americana, puso a nuestra oligarquía en el trance de perder el mercado británico de carnes. Empavorecida mandó una delegación a Londres, encabezada por el vicepresidente de la República, que firma el pacto Roca-Runciman y somete a nuestra economía a dictados ingleses. Gran Bretaña no se comprometía a nada importante. En cambio se le otorgaba el control de nuestro mercado de carnes y distribuir el 85% de su exportación, asegurándose además que el transporte se realizase en sus buques.
La clase dirigente entregó al extranjero todo cuanto éste exigió, desde el manejo de la moneda y el crédito hasta el monopolio de los transportes. El principal instrumento de dominación fue el Banco Central, cuya ley preparo Otto Niemeyer, vicepresidente del Banco de Inglaterra, y fue adoptada y puesta en ejecución por los doctores Pinedo y Prebisch. La misión nombrada por Justo para proyectar las reformas financieras del país era, con leves modificaciones, la misma que antes había nombrado el gobierno de Uriburu. La componían Alberto Hueyo, E. Uriburu, Federico Pinedo, Raúl Prebisch, R. Berger, R. Kilcher, L. Lewin, y Robert W. Roberts, representantes de la banca Baring Brothers, Morgan y Leng, Roberts y Cía., que eran acreedores del gobierno. Extranjeros eran los ferrocarriles, los teléfonos, el gas, los frigoríficos trustificados que controlaban la exportación de carnes, las empresas de comercialización de las cosechas, los tranvías, ómnibus y subterráneos.
Para dar una ídea del aniyrigoyenismo, Alvear había festejado la caída de Yrigoyen.
Los socialistas aprovecharon los años de abstención radical para conquistar una numerosa bancada parlamentaria, luego reducida a representaciones de la Capital Federal. Ostanteron el mérito de no complicarse en ninguno de los escandalosos negociados de la época, pero silenciaron el escándalo total de nuestro encadenamiento a Gran Bretaña y de los avances del imperialismo yanqui. Al fijar posición en el debate parlamentario sobre el pacto Roca-Runciman, el diputado Nicolás Repetto aclaró: “Desde luego, nuestro voto no implicará un reproche a la gestión diplomática realizada en Londres por el doctor Julio A. Roca. Manifestamos y lo hemos hecho públicamente, nuestra adhesión por la forma tan discreta, por la perseverancia realmente ejemplar y por la alta dignidad que nuestra representación ha sabido mantener en todo momento en el ejercicio de su elevado mandato”.
Su oposición se limitó a lo episódico y marginal, sin calar en ninguno de los temas fundamentales que afligían a la Nación. Eran la oposición ideal para el régimen: moderada, enemiga del desorden, cultora de todos los mitos proimperialistas. Su minúscula astucia de jacobinos parroquiales consistía en equiparar a radicales y conservadores en salvaguardia del orden cuando se temía que los radicales intentasen perturbarlo.
Los radicales siempre reprocharon a los socialistas el haberse aprovechado de su abstención para obtener representaciones y legalizar el fraude de los conservadores. En defensa de esa actitud, Repetto dijo hace nos años cosas muy graciosas: relata que, vetada la candidatura Alvear-Güemes en 1931, Lisandro de la Torre vacilaba en presentarse como candidato de la fórmula con el propio Repetto, pero éste en vano aventó sus escrúpulos, y termina diciendo: “Los hechos ocurrieron en la forma supuesta por mí, y en la elección presidencial siguiente, los radicales triunfaron con su candidato, el Dr. Roberto Ortiz” (La Razón 24/10/61). No menciona que Ortiz fue electo por los conservadores y radicales antipersonalistas mediante un fraude cometido contra el candidato de la UCR, Alvear. Con el criterio de Repetto, en la elección de 1931 no hubo proscripción radical, puesto que el general Agustín P. Justo era también radical antipersonalista (Ortiz fue uno de sus ministros).
Desde luego, ahora los radicales prefieren no hablar de esos episodios, desde que hace años son ellos los que usufructúan la proscripción del partido mayoritario (nota: el peronismo había sido proscrito desde 1955) y eso les ha convertido en gobierno. Cuando aluden al tema se enredan en explicaciones más retorcidas aún que las habituales. Uno de los que ha abordado intrépidamente es el Dr. Ricardo Balbín, y como era de esperar, desapareció toda confusión. Su diáfana oratoria dejó establecido que las situaciones no eran idénticas. “Los radicales mantuvieron su entereza moral en la abstención, sin prestarse con sus votos a pactos ni a la confusión de la República. Los proscritos deben tener espíritu demócrata y no ser aventureros del poder” (La Razón, 06/08/61).


Capítulo III

La brisa de la historia
La política de neutralidad del gobierno militar rompía la unidad continental que Estados Unidos buscaba para su política de guerra (Segunda Guerra Mundial). El Departamento de Estado apeló a todos los recursos para forzarlo a cambiar de línea o provocar su derrocamiento: retiro de los embajadores latinoamericanos, inglés y norteamericano, congelamiento de nuestras reservas de oro en Estados Unidos, prohibición a sus barcos de tocar puertos argentinos, restricción de sus exportaciones con destino a nuestro país, etc. Recién en 1945, cuando la suerte del conflicto mundial estaba decidida, la Argentina rompió relaciones con el Eje, pero sin unirse al rebaño de las restantes repúblicas americanas conducidas por los yanquis.
Los partidos, la prensa y los intelectuales, movidos por el imperialismo, apoyaban al empajador yanqui Spruille Braden, quien actuaba públicamente en la vida política argentina, fogoneando la renuncia y detención de Perón.
Pero los trabajadores ya no consintieron esa nueva vergüenza: todo el país quedó paralizado por una huelga general y las multitudes marchan hacia Plaza de Mayo donde exigen la libertad de Perón y su vuelta al poder.
Scalabrini Ortiz ha dejado una inolvidable descripción de esas jornadas. De ahí extraemos algunos párrafos que captan su vivencia: “Un pujante palpitar sacudía la entrada de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados en un mismo grito y en la misma fe, iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que asomaba, aglutinados por una misma verdad que una sola palabra traducía: Perón.
El milagro aritmético
La oligarquía había temblado ante la invasión de los descamisados. Las explicaciones autotranquilizadoras le devolvieron la calma que se transformó en euforia cuando, de inmediato, el gobierno convocó a elecciones para cuatro meses más tarde: allí obtendría el triunfo que se le acababa de escapar de las manos y castigaría la escoria responsable del fracaso.
El Régimen al que había referido Yrigoyen se había reconstituido, esta vez el radicalismo como participante principal. El acercamiento de los partidos respondió, como hemos visto, a una serie de motivos: el belicismo los llevó a desarrollar actividades conjuntas, y desde junio de 1943 habían desaparecido las causas del antagonismo –fraude, lucha por el gobierno- y todo contribuía a unirlos, incluso la desgracia común. Ante la ola desconocida que traía un candidato “de afuera”, no perteneciente al selecto club democrático-representativo, se constituyó la Unión Democrática.
Mirada desde el ángulo tradicional, la Unión Democrática era una aplanadora: estaban todos los partidos que tenía el país, es decir, todos los votos. Los analistas procedían con criterio realista y admitían que de ese inmenso montón de sufragios había que descontar unos puñaditos de gente votaría al candidato “imposible” algunos obreros sin conciencia que se habían dejado engañar por el demagogo, los sectorcitos que seguirían a los radicales de la Junta Renovadora, los totalitarios, claro está, y por fin ciertos elementos de la población, como ser vagos, ladronzuelos, punguistas, borrachos, malevos.... En suma, una ínfima minoría de estúpidos y antisociales, y por consiguiente, lo único que tenía interés era el escrutinio de las listas de diputados para ver como estaría compuesto el Parlamento que acompañaría al gobierno de Tamborín-Mosca.
Para mayor garantía, el imperialismo yanqui no dejaba de ayudar a sus amigos. Poco antes, la Junta de Exiliados Políticos Argentinos se había dirigido a las Naciones Unidas pidiendo la solidaridad del continente contra nuestro gobierno, en un documento que llevaba la firma de los partidos Socialistas, Demócrata Progresista, Radical, Demócrata Nacional (conservador) y Comunista. Braden había dejado la embajada, ascendido al cargo de Subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos y desde allí trataba de obtener el asentimiento para los que desde aquí pedían “la intervención militar en la Argentina”. En noviembre de 1945, el canciller uruguayo, Rodríguez Larreta, le da estado diplomático a la tesis y emite la Doctrina de Intervención Multilateral, propiciando la intervención colectiva del hemisferio para restablecer la democracia en nuestro país, recibiendo la respuesta que merecía de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores.
Faltando pocos días para las elecciones, el Departamento de Estado norteamericano publicó el Libro Azul, donde se repetían las habituales acusaciones y se daban “pruebas” de que Perón y sus colaboradores eran agentes nazis, nuestro gobierno las desmintió con el Libro Azul y Blanco, haciendo enérgicas consideraciones sobre la intromisión norteamericana en los asuntos internos de la Argentina.
No hay necesidad de explicar como fue que perdieron todos los partidos, con toda la prensa y el dinero, con las omnipotentes embajadas de las democracias victoriosas, con los estudiantes, profesionales e intelectuales, con los caudillos grandes y chicos de todo el país.
Ese golpe fue cruel para todos ellos. Muy especialmente para el radicalismo, que de ser una inmensa mayoría, se encontró ante la sorpresa de que no podía ganar ni con el aporte de todos los partidos juntos. Sus frases seguían siendo las mismas, los propósitos que venían enunciando no habían cambiado, ni tampoco la comunicación inmaterial con las masas de Alem, Yrigoyen y Alvear. Sin embargo ese pueblo que durante trece años de fraude había querido votarlos, ahora que tenían la oportunidad de hacerlo en comicios libres, les volvía la espalda para seguir a un recién llegado.
Ellos se veían a sí mismos de una manera: la imagen era falsa y el pueblo los contemplaba tal eran.
La UCR, como todo partido “serio”, excluyó de su léxico la palabra “imperialismo” justo cuando el hombre de la calle estaba adquiriendo conciencia de su peligrosidad.
El caso que venimos analizando deja una primera lección: no hay que encerrarse en cuevas ideológicas porque afuera pueden estar sucediendo cosas importantes y uno enterarse demasiado tarde o no enterarse nunca.
El Partido Comunista, que se autotitulaba “vanguardia del proletariado”, se desempeñó como vanguardia de la oligarquía. De lo que se han valido los antiliberales reaccionarios para desacreditar al marxismo que parecería conducir sistemáticamente a las mismas posiciones que el liberalismo. Lo cual es falso. Primero, porque el marxismo no es una doctrina que de respuesta automáticamente a cada situación, es un método para conocer la realidad social y guiar las actividades tendientes a cambiarla, según como se lo utilice se llegará o no a interpretaciones y a líneas de acción concretas. Y segundo, porque lo que ha caracterizado siempre al PC Argentino es, precisamente, el no aplicar la teoría que invocan.
Tienen una concepción del país que proviene, en parte, de asimilarlo a modelos históricos que no se adecuan a nuestro casi y, en parte, de la mitología mitrista. Y una política consistente en adaptarse mecánicamente a la política de la URSS. El marxismo sirve para justificar literalmente esa suma de irrealidades.
Así, de la táctica de los “frentes populares” cuando se firmó en 1939 el pacto ruso-germano, a defender la neutrailidad y denunciar como sirvientes del imperialismo a los que intentaban meternos en la guerra. Pero cuando la URSS fue arrastrada a la contienda de los “imperialismos” pasaron a ser “democracias”, los neutralistas fueron declarados “nazis” y los cipayos pasaron a ser la esperanza de la Patria, no abandonaron el frentismo, que es su técnica permanente, pero ya no se buscó el “frente nacional antiguerrero” sino otro para incorporar a nuestro país en el frente único de los pueblos en guerra con el “nazifascismo”.
Era un nazifascismo tan raro que había levantado la intervención de las universidades, dado legalidad al Partido Comunista después de 15 años de proscripción, permitía la libertad de prensa más desenfrenada, y celebró las elecciones más limpias de toda nuestra historia, como lo reconocieron los partidos opositores.
Ningún integrante de la Unión Democrática creyó que pudiera triunfar el coronel Perón. El 17 de octubre había sido un misterio “policial”: el 23 de febrero (elecciones) fue un misterio aritmético.
Algunos dijeron después, para prestigiarse como zahoríes, que se la vieron venir: no es cierto, eso estaba fuera de toda lógica que ellos pudieran desarrollar. Por lo general, hasta el día de hoy siguen sin enterarse de lo que pasó. En el subconsciente les baila la hipótesis de que cosa de magia negra.
1945-1965: Citación nacional y actuación revolucionaria de las masas
En el año 1945, los bárbaros invadieron el reducto de la democracia para esquistos, distorsionaron todas las relaciones sociales, desmontaron los cómodos engranajes del comercio ultramarino y para colmo, se mofaron de las estatuas y cenotafios con que la oligarquía gusta perpetuarse en el mármol y en el bronce.
El 17 de octubre era algo tan nuevo, que rápidamente lo redujeron a su verdadero valor: era una especie de congregación de papanatas, delincuentes o como decían los cultos de la izquierda oficial, lumpen proletariado, arriados por la policía en una especie de carnaval siniestro. Lógicamente el 24 de febrero, cuando se reunieron todos los partidos políticos, los que tenían todos los votos, el candidato imposible como llamaban a Perón, no tenía otra perspectiva que la de conseguir algunos votos de esos elementos marginados.
La verdad es que los dueños de todos los votos perdieron, en lugar de unos pocos sufragios de la canallas, la canlla sacó más sufragios que todos los partidos juntos desde la izquierda a la derecha.
Inmediatamente los teóricos buscaron explicación y lo plantearon como un episodio de la lucha de nazis y antinazis dentro de su característica habitual de trasladar a escala nacional los problemas universales. Pero por detrás de todas esas explicaciones, en el fondo del subconsciente les baila la hipótesis de que había sido cuestión de magia negra.
Pero en todo esto había algo más que mala fe, había la incapacidad de la clase dirigente argentina para comprender un fenómeno que no cabía dentro de las formas conceptuales del liberalismo tradicional
Ese ostracismo de las clases dirigentes debió haber sido definitivo. Solamente duró 10 años, y sobre el perjurio de algunas espadas se restableció el régimen y resolvió aplicar sus tesis. Los juristas de almas heladas inventaban decretos de desnazificación y crearon maravillas de la juricidad como el 4161 famoso, mientras los intelectuales inventaban teorías que iban, desde la tesis de que constituíamos una acumulación multitudinaria de abribocas encandilados por métodos de propaganda totalitaria hasta la distinción sociológica entre masa y pueblo, la masa como algo informe, innoble, indiferenciada; y el pueblo, para decir una palabra, constituido por gente que votaba al radicalismo, a los conservadores o a los socialistas. Hasta monseñor Plaza, el conocido clérigo financista del Banco Popular, anunció que la epidemia de poliomelitis que padecían los niños argentinos era el castigo de Dios por el extravía del peronismo.
Nosotros dijimos: soberanía política, independencia económica y justicia social. Pero si para esos objetivos aplicamos métodos que eran adecuados a una realidad de hace 20 años, la inoperancia de los métodos desvirtúa y desmiente la fidelidad a los objetivos. Esa manera burocrática de conseguir las cosas, no es ortodoxia peronista, es apenas oficialismo peronista. Una teoría política que refiere a una realidad debe cambiar con esa realidad. Le reprochábamos casualmente a la ideología liberal que las ideas eran universales y tanto valían para EEUU, África o Francia, y que tanto valían en la época ascendente de la burguesía como en la época de la expansión imperialista sobre las zonas subdesarrolladas de la tierra y lo que nosotros negamos en 1945, lo que negamos de toda esa superestructura ideológica implantada sobre una triste realidad del país, así como negamos los mitos de la historiografía mitrista y a los presupuestos de la Constitución de 1853, de la misma manera, para ser fieles con esa negativa y toda Revolución, debe ser primero rechazo si después quiere ser afirmación, fieles a esa negativa debemos también cuestionar dentro de nuestro bagaje ideológico todo aquello ya perimido por el tiempo, por los hechos y por el fluir de la historia nacional e internacional.
Moreno, Dorrego o Rosas... han merecido nuestra admiración y nos sentimos identificados con ellos en cuanto a defensores de la soberanía, en cuanto a actores de la lucha independentista, a nadie se le ocurriría, sin embargo, ir a repetir el plan de ninguno de ellos, pero en ese tiempo histórico presente de las revoluciones de los pueblos y los levantamientos de los continentes, tanto da estar atrasados 20 años como estarlo 100 o 140.
Nosotros postulamos la defensa y la continuidad de la tradición, el pensamiento conservador es partidario del tradicionalismo, es decir, de la fijación de categorías que alguna vez fueron, la época de la montonera no era para ellos la dinámica de las luchas de las masas argentinas en sus etapas de ascenso, sino que es el reflejo, la época de oro para una utópica restauración del fijismo de la estancia rosista.
Por eso, en el año 45, a pesar de la crítica que hizo el nacionalismo de derecha al régimen liberal y la historiografía mitrista, pronto nuestros caminos nos separaron, porque donde ellos todavía soñaban con la vuelta a la tierra, y se veían caudillos de gauchos sometidos a la elite de la aristocracia de la que formaban parte, nosotros veíamos el gaucho de carne y hueso transformado en cabecita negra, obrero y que buscaba conducción sindical, orientación para sus luchas, conquistas políticas, líderes de las masas.
Hay miles y miles de hombres que sólo conocieron la derrota, pero lo que no conocieron fue el deshonor.
En el año 1945 Perón planteó perfectamente el problema nacional, acá hay una frase clave y que él de una manera o de otra la ha repetido siempre: “Cien años de explotación interna e internacional han creado un fuerte sentimiento libertario en el espíritu de las masas populares”.
La izquierda inclusive no la entendió. Posiblemente si Perón en vez de decir frase tan sencilla hubiese dicho: La dialéctica de la lucha de clases internas, en relación con la liberación de los pueblos semicoloniales en la época de la expansión financiera del imperialismo, se conjuga en una unidad dialéctica dentro de las coordenadas de la economía y de la historia mundial. Si lo hubiese dicho así, de esa forma, la izquierda tal vez lo hubiese reconocido como un hombre genial.
La lucha de clases estaba agudizada pero el régimen peronista seguía planteando el problema del país, como si todavía existiese el frente policlasista antiimperialista del año 1945, con Perón como Gral en Jefe, y ese frente ya estaba desintegrado. La parte marginal de ciertos sectores de la burguesía media y alta se fueron retirando rápidamente, de la pequeña burguesía, algunos movilizados por el problema religioso, otros por diversos factores coyunturales, expuestos como están a los factores propagandísticos de la burguesía, rápidamente abandonaron este frente popular, y entonces, así se explica no solamente la caída del peronismo, sino la forma en que cayó, porque la única fuerza real con que contaba el peronismo a esa altura de los acontecimientos era la clase obrera.
No es insólito que esto ocurra, lo insólito es que si bien el general Lucero es lógico que creyera en la palabra de honor de sus camaradas, qué diablos tenía que depender de la fuerza de la clase trabajadora de la palabra de honor de ningún militar, si la única fuerza real con que contaba eran sus propios puño y su propia fuerza. Y aunque el peronismo no era un régimen del proletariado, tampoco era la dictadura de la burguesía.
Sin embargo había donde pudo haberse planteado todo eso, eso era el partido, pero lo que ocurre es que también el partido y la administración y gran parte del sindicalismo sufrieron un proceso de burocratización, y ahí donde debía haber sido el campo de desarrollo ideológico se transformó en una esclerotizada estructura burocrática donde cualquier recomendado por el mismo podía ir de gerente de una empresa, como interventor del partido. Se identificaron las tareas administrativas con las tareas políticas y lógicamente en estos casos se produce una cierta degeneración: cualquier burócrata firma un decreto y cree que ha contribuido a la grandeza de la nación, dice tres palabras de obsecuentes y cree que es artífice del triunfo peronista, murmura una arenga patriótica y cree que la República le está en deuda. El mal proceso de selección determinó que ante esa coyuntura a que me estoy refiriendo, el salto cualitativo no podía ser tomado como medida técnica, debía haber sido tomado desde el punto de vista de la media política.
Se produce por consecuencia un enfrentamiento con una tremenda coalición interna e internacional, en la que el peronismo actuaba como si contase, como en el caso de un general que creyese que tiene determinadas divisiones que están en el campo adversario y no en el campo de él, y todos los lamentos póstumos sobre las milicias obreras, para mí son simples especulaciones fantasiosas. Porque no se puede armar la clase trabajadora para que defiende a su régimen y al otro día decirle: Bueno m’hijo, devuelva las armas y vaya a producir plusvalía para el patrón.
La milicia obrera y la defensa del régimen implicaba los cambios sociales, cuando se quiso formar ya era tarde, porque el régimen se vio entre la contradicción de que el paso de su respaldo militar a un respaldo compartido por la clase obrera armada, hubiese significado perder ese aparato militar, y en ese desajuste hubiese caído irreversiblemente.
El régimen fue vendido el 16 de julio, porque casualmente Perón proclamó que era el presidente de todos los argentinos, en ese momento no era más el presidente de la clase obrera, nadie más lo reconocía. Entonces, siguió pidiendo la pacificación como la había pedido en el ’52, creyendo que le acababan de dar el último golpe a la contrarrevolucionario, y lo que acababan de dar el primero, un golpe prematuro de una coalición de fuerzas que seguía inconmovible.
(...) Se podría seguir todo el tiempo con esta clase de cosas. El senador Fassi dice que la URSS es fascista y que el régimen de Fidel Castro es imperialista, y podría acumular así disparates constantemente.
Es un problema mucho más serio, eso no depende de Illia ni de Onganía ni de nadie. Depende de determinadas estructuras que no pueden permitir el acceso del peronismo, y que cuando lo permitan será porque el peronismo no será la expresión política de los trabajadores.
Todo lo demás pertenece al mundo de la magia, al mundo del milagrerismo, en el fondo se reduce a lo siguiente: Que se arme un bochinche y pase no se sabe qué y como consecuencia de eso aparezcamos no sé como en el gobierno sin darse cuenta de que el hecho que yo diga que el régimen está en crisis, en descomposición, no significa que el régimen cae, porque sólo no va a caer, hay que voltearlo, porque una situación histórica así puede durar cualquier cantidad de años.
Cualquiera que hayan sido los factores que hayan intervenido, que en todas partes no fueron lo mimo, el hecho concreto es que en el momento, para lo que yo llamo una alta conducción burocrática, plantearse el problema de su mito, lo que había que plantear llenándolo de su verdadero significado y no como hacen con Perón, que es como Sócrates, que le dan la interpretación que quieren, entonces todos proclaman una adhesión abstracta que parece que es la más obsecuente y el máximo de fidelidad y la verdad es que es la mayor falta de respeto.
En el fondo todo radica en lo mismo, como en el año 1945 el pueblo y las fuerzas armadas marcharon juntos en una etapa de la historia, una vez que se despejen los malentendidos que siembran los malvados, nos volveremos a juntar -¡nunca más nos volveremos a juntar!- En primer lugar porque en 1945 eso de pueblo y ejército fue una verdad a medias. Al fin y al cabo el 9 de octubre a Perón lo echó el Ejército. Lo que pasa es que como en aquel entonces el balance, el equilibrio de fuerzas internas de las FFAA era muy parejo, la irrupción del movimiento de masas fue suficiente para volcar de nuevo la balanza a favor de Perón. Pero ese ejército ya lo perdimos. Porque ese nos acompañaba en el industrialismo, en la lucha antiimperialista, en una serie de cosas, pero no en el contenido social ni en el avance social que representaba, no el la subversión de las jerarquías. Por eso que mientras unos se levantaron contra el peronismo en septiembre, otros pelearon con bastante desgano y esto corresponde sí a un estado de espíritu, a un estado de conciencia, pero siquiera esos estaban formados en un cierto repertorio mínimo de ideas nacionalistas.
Por otra parte, cuando nos disolvamos como peronistas, si es que nos disolvemos como peronismo, es porque otra fuerza representará el papel revolucionario que representa en este momento al peronismo.
La revolución social entonces no es un orden ideal fijado porque nosotros lo consideramos que es el que preferimos con respecto a otro, es una necesidad técnica, como necesidad económica y como necesidad del país para realizarse como integridad nacional, es una tarea nacional postergada, exige ese pre-requisito de la revolución social, así que cuando nosotros decimos el régimen burgués no da más, estamos diciendo no una preferencia, porque aunque el régimen burgués fuera capaz de desarrollarse yo igual estaría en contra, pero al mismo tiempo eso no quitaría que pudiese el país recorrer etapas dentro de él, pero ahora lo que yo opine o no opine no tiene importancia, lo que tiene importancia es si los análisis son correctos y si los análisis tal como yo los he planteado son exactos, entonces hay que replantearse una nueva visión del país, una correspondencia entre las luchas del pueblo que son sacrificadas, que son abnegadas y que ya vienen desde hace 10 años, y una estrategia de poder. A nadie se le pide que nos ponga en el poder mañana ni pasado.
Se les pide que nos encaminemos al poder, que no nos encaminemos a la disgregación, que no nos encaminemos a la esterilidad histórica. Lógicamente como yo hago estas críticas, comprendo que puedan hacer otras, pero siempre desde la lucha. La primera condición para criticar el combate, es estar en el combate.
Estamos en un equilibrio: el régimen que no tiene fuerza para institucionalizarse pero sí para mantenerse mientras el peronismo y la masa popular y otras fuerzas tiene suficiente potencia para no dejarse institucionalizar, pero no para cambiarlo. ¿Quién tiene que romper ese equilibrio? Nosotros; a la burguesía con durar le basta.





CUALQUIER SEMEJANZA CON LA REALIDAD POLÍTICA ACTUAL, NO ES PURA COINCIDENCIA...







Dialogo entre Rene Salamanca y John William Cooke


"ME CAGO EN PERON." JOHN WILLIAM COOKE



 «Cooke y René Salamanca están en la calle 27 de Abril, en la casa de los mecánicos (en algún momento de 1959), y ahí tienen un diálogo trascendente. Salamanca dice a Cooke:

–Mirá, Gordo, el problema es éste: los obreros son peronistas, pero el peronismo no es obrero. Cooke responde:

–Si el peronismo fuera obrero como los obreros son peronistas, la revolución la haríamos mañana mismo.

–Y sí, claro –dice Salamanca–. Tenemos que conducir a la clase obrera al encuentro con su propia ideología. Que no es el peronismo.

–Estás equivocado –dice Cooke–. Eso es ponerse afuera de los obreros. Eso es hacer vanguardismo ideológico, Salamanca. Recordá el brillante consejo de Lenin: hay que partir del estado de conciencia de las masas. ¿Está claro, no? La identidad política de los obreros argentinos es el peronismo. No estar ahí, es estar afuera, es quedarse afuera.

Salamanca, muy firme, dice: –Bueno, compañero. Entonces nosotros estamos afuera. Afuera del peronismo y sobre todo afuera de la conducción de Perón.

Cooke, irónico, sonríe. Tiene algo sorpresivo para decirle a Salamanca. Antes, lo agrede un poco. Siempre con estima, con respeto, pero no deja de decirle lo que duele de los tipos como Salamanca, de la izquierda obrera argentina. A los cordobeses combativos.

–No hay caso entre ustedes y Perón, ¿eh? Cómo les jode, che. “Bonapartista.” “Nacionalista burgués.” A veces, “fascista”. Pero todo lo que le dicen, también “populista” y algo más que seguramente olvido, son distintas formas de decir lo mismo, Salamanca. Que Perón no representa los verdaderos intereses de la clase obrera. Que la clase obrera argentina tiene un líder y una ideología burgueses. Bueno, mirá, escúchame bien. –Y aquí dijo su frase sorpresiva. La frase más inesperada de la noche. Ahí, en la calle 27 de Abril, la calle de los mecánicos.

Dijo Cooke: -Yo me cago en Perón.

Salamanca responde: –Nosotros también nos cagamos en Perón. Parece que estamos más de acuerdo de lo que creíamos.

–No –dice Cooke–, no estamos de acuerdo. Porque ustedes se cagan en Perón de una manera y yo y los peronistas como yo de otra. Porque, para ustedes, compañero, cagarse en Perón es quedarse afuera. Afuera de Perón y de la identidad política del proletariado. Mientras que para nosotros, cagarnos en Perón es rechazar la obsecuencia y la adulonería de los burócratas del peronismo


Para nosotros, Salamanca, para mí y para los peronistas como yo, para los peronistas revolucionarios, cagarnos en Perón es creer y saber que el peronismo es más que Perón. Que Perón es el líder de los trabajadores argentinos, pero que nosotros, los militantes de la izquierda peronista, tenemos que hacer del peronismo un movimiento revolucionario. De extrema izquierda. Y tenemos que hacerlo le guste o no a Perón.Porque si lo hacemos, compañero, a Perón le va a gustar. Porque Perón es un estratega y un estratega trabaja con la realidad. Una realidad que, más allá de sus convicciones que son muy difíciles de conocer, Perón va a tener que aceptar. Porque Perón, Salamanca, ya no se pertenece. Quiero decir: lo que no le pertenece es el sentido político último que tiene en nuestra historia. Porque Perón va a tener que aceptar lo que realmente es, lo que el pueblo hizo de él: el líder de la revolución nacional y social en la Argentina. Esa es, entonces, compañero, en suma, mi manera de cagarme en Perón»...



























Documentos de Montoneros


Documento 1978 desclasificado Dto Estado USA  |  
Comunicado sobre toma de La Calera, 09/70 | El mandato político de Fernando Abal Medina
Acta de unidad FAR-Montoneros, 12/10/73  |  Apoyar, defender y controlar, 25/05/73   |  Perón enfrenta a la conspiración, 14/07/73
La traición anida en las sombras, 24/07/73  |  Documento de Rodolfo Walsh a la Conducción Nacional de Montoneros, 11/76
Parte de guerra del copamiento del Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa, 06/10/75
Bases para la Alianza Constituyente de una Nueva Argentina, México, 1982 | 
Ruptura de Galimberti y Gelman, 22/02/79
Sobre la deserción de cinco militantes del partido y cuatro milicianos en el exterior, 10/03/79
Formación de la Mesa Promotora del PMA, 09/07/79  |  La resistencia peronista, Guadalupe Rojo (pdf)
Reportaje a Carlos Olmedo y respuesta del ERP (pdf)  |  Polémica: Una respuesta al documento del ERP (pdf)
Laura Lenci - Justicia, política y violencia. Análisis de los cuerpos normativos montoneros 1972-1975 (pdf)

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Entrevista a Roberto Perdía, Página|12 - 21/04/13

 



Montoneros: el brazo armado del peronismo
[Comunicado sobre toma de La Calera, setiembre de 1970]

Compañeros: los hombres y mujeres que componemos los Montoneros, brazo armado del movimiento peronista, hemos asestado un golpe a la oligarquía gorila, ocupando militarmente la localidad de La Calera y recuperando armas y dinero, que serán destinados a la lucha por construir una Nación Libre, Justa y Soberana.

Lo hemos hecho para demostrar nuestra solidaridad combativa con el Pueblo Peronista, que ha ganado la calle, que pelea desde las fabricas, en defensa de legitimas aspiraciones y derechos y como repudio ala farsa gobernante de turno. Los Montoneros prevenimos al Pueblo de córdoba contra las maniobras de los gorilas que dentro y fuera del gobierno quieren embarcarnos en un nuevo fraude electoral, en el que no podamos votar por Peron acompañados de algunos tránsfugas de siempre, que se dicen dirigentes peronistas y que repudian la resistencia armada del pueblo y que quieren elecciones porque saben entonces que el queso será más grande. El Pueblo debe unirse, sin partidismos sectarios, en torno a las banderas intransigentes de la resistencia, buscando prepararse, organizarse, armarse y que sepan los traidores, los vendidos, los torturadores, los enemigos de la clase obrera, que el Pueblo ya no recibirá solamente los golpes, porque ahora esta dispuesto a devolverlos y golpear donde duela.
Solo peleando conseguiremos recuperar lo nuestro. Los Montoneros llamamos a la resistencia armada por una Patria Libre, Justa y Soberana.

Con Peron en la Patria.
PERON O MUERTE
MONTONEROS


El mandato político de Fernando Abal Medina
[En Militancia Política para la Liberación Nº 13]
El 7 de Septiembre de 1970 en William Morris, Pcia de Buenos Aires, morían en combate Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus. Desde entonces, la militancia reconoce al 7 de septiembre como el Día del Montonero

Cuando un revolucionario ha caído a poco de comenzar su lucha, cuando un hombre ha muerto a los 22 años de edad, hay una sola forma correcta de valorar su aporte concreto a la guerra popular. A partir de las acciones realizadas y de las instancias organizativas promovidas, rescatar lo esencial de su proyecto político. En el caso de Fernando Abal Medina, esto no sólo es perfectamente posible, sino que, los rasgos esenciales de su concepción revolucionaria tienen una absoluta vigencia, como necesidad para la Argentina de hoy.

Fernando Abal Medina, era un claro y típico exponente de un militante revolucionario en un país semi-colonial. Su antidogmatismo, su heterodoxia ideológica, fruto de las distintas vertientes de su formación política, lo hacían naturalmente abierto a la comprensión de las formas específicas que los caminos de la liberación planteaban a los argentinos al fin de la década del 60. Su formación nacionalista le habla permitido la comprensión del pasado argentino y el rescate de una línea histórica de resistencia nacional representada por las montoneras del siglo XIX.
También eran claras en él la influencia de John William Cooke, al remarcar la potencialidad revolucionaria del peronismo, y de Juan García Elorrio, con el aporte del cristianismo camilista, forma de acceder al vasto mundo guevariano.
De esta amalgama ideológica, fraguada en el contacto con los sectores revolucionarios del peronismo — donde no hay que olvidar en aquel momento a la CGT A.— y sus naturales condiciones de jefe, va perfilándose el» futuro conductor de Montoneros. Para una correcta caracterización del mismo, debemos señalar como rasgos distintivos de su personalidad, su audacia sin límites y su voluntarismo ascendrado, que lo llevan a plantearse como posibles, acciones hasta entonces calificadas como utópicas.

Avanzando en el análisis, a partir de esta caracterización personal de Abal, podemos entonces preguntarnos cual era su proyecto político y que es lo que sobrevive del mismo, como necesidad de asunción expresa para la adopción de una clara línea por parte del campo revolucionario del Peronismo.
Nota de "Denuncia" Nº 10, órgano de Movimiento Antiimperialista por el Socialismo, México, 1 de junio 1978.  r
Debemos ubicarnos en el momento político en que se da la participación activa de Fernando Abal Medina. Son los momentos de mayor vacío político consecuencia del onganiato. La combatividad popular se encuentra totalmente adormecida. La burocracia sindical, con el claro proyecto de participacionismo, hace cola en las antesalas de la casa de gobierno de la mano de San Sebastián, para entregarse en brazos de la llamada revolución argentina. Perón, aislado en Madrid, no tiene juego político, y las bases peronistas, el pueblo trabajador no encuentra forma de expresión. El peronismo se encuentra acampado a la sombra de su Líder, y nada ni nadie parece encontrar el camino que revitalice las posibilidades revolucionarias.
Desde ya, que pequeños sectores del campo revolucionario, se plantean cumplir ese rol protagonice, sin que sus proyectos alcancen para transformar la realidad. La C.G.T.A. con Ongaro a la cabeza, en tanto enmarca su acción dentro del campo limitado del sindicalismo, limita su accionar a una labor de concientización. Las F.A.P., tras su experiencia de foco rural, se replantea su metodología de lucha, sin que su concreto operar altere la siesta colonial que vive la Argentina. Posteriormente al Cordobazo, esa impensable eclosión popular, demostró el grado de combatividad latente de las masas. Ese tremendo golpe espontaneísta a las estructuras del Sistema, constituyó sin lugar a dudas, una apelación a la conciencia de los revolucionarios argentinos de colocarse a la altura de las exigencias y al nivel de nuestro pueblo.
Fernando Abal Medina aceptó el desafío. Entre la posibilidad que ofrecía el Movimiento Peronista en su realidad institucional —de integrarse a la política de conjunto, acompañando el proyecto de la burocracia— o plantear un proyecto alternativo revolucionario, el de Perón y las bases, el del peronismo real, Fernando Abal Medina opta por este último. Poco le importó que no se ajustara al metro patrón de la ortodoxia de los mediocres, que fuera calificado de descolgado o acusado de quedar al margen del Movimiento. Así nace Montoneros. De ahí surge el ajusticiamiento de Aramburu, de allí parte La Calera.
Detengámonos un momento en el Aramburazo, en su implicancia política coyuntural, apartándonos de su enorme significación, de reivindicación popular, de acto de justicia histórica. Implicó, la transformación más radical del curso natural de los acontecimientos políticos. Fue patear el tablero, transformar la realidad en la mas pura acepción revolucionaria, a partir de una clara voluntad de incidir sobre la misma de una lucida percepción de los hechos que producían una inmediata identificación popular, que los reconocían como parte de su lucha, y de una profunda fe, en el grado de conciencia de las masas peronistas y de la correspondencia entre ese pueblo y su Líder.-

Ese es en esencia el proyecto político de Fernando Abal Medina, que obligadamente debemos rescatar. Sus pautas esenciales, podemos sintetizarlas en:
Colchones - “Cuando Perón vuelve a la Argentina les ofrece a los montoneros el Ministerio de Bienestar Social y ellos no aceptan. De haberlo hecho, nos hubiéramos salvado de López Rega. Pero Firmenich le responde: ‘No levantamos las armas para andar repartiendo colchones’.” [Fernando Amato, autor de Setentistas. De La Plata a la Casa Rosada.]
1.— Asunción de la guerra popular
2.— Adopción de la lucha armada como la metodología que hace viable esa guerra popular, mediante formas organizativas superiores.
3.— Absoluta intransigencia con el Sistema.
4.— Incansable voluntad de transformar la realidad.
5.— Identificación de la burocracia, como formando ' parte del campo contrarrevolucionario.
6— Entronque efectivo en las luchas del pueblo
7.— Confianza ilimitada en la potencialidad revolucionaria de la clase trabajadora peronista
8.— Caracterización del General Perón, como conductor estratégico.
9.— Correcta evaluación sobre los amplios márgenes de posibilitantes de actuación dentro del Movimiento Peronista.
10.— Decisión de luchar hasta el costo de la propia vida

Esto es lo importante. Si Fernando no veía claro si correspondía definirse como brazo armado, foco irradiador de conciencia, u organización revolucionaria de masas. Eso hace mas a la discusión teórica posterior, que a la puesta en marcha de un proyecto político auténticamente peronista, auténticamente revolucionario.

En buena hora, los precursores, los militantes heroicos, dieron preeminencia al momento práctico, antes que a la caracterización teórica. Es lo que distingue un hecho revolucionario, de una intelectualización revolucionaria. A nuestro país, le sobran lectores de la realidad . El mandato transformador de Fernando, es una exigencia ineludible.

[Imagen: Portada de Evita Montonera Nº 1. órgano oficial de Montoneros


Montoneros, una historia. Documental

12 de octubre de 1973 - Acta de unidad de FAR y Montoneros
FAR Y MONTONEROS SE FUSIONAN

1) ¿QUE ERAN LAS FAR?
Reportaje a las FAR - Fuerzas Armadas Revolucionarias

FAR: con el fusil del Che

En la calle se les conoce por "los de Garín", una operación militar matemática que les permitió controlar una población dé 30.000 habitantes durante casi una hora; en los círculos clandestinos se les conoce como "los hombres del Che", porque estaban preparados para sumarse a la guerrilla de Bolivia; ellos, después de considerar varios nombres, deci­dieron levantarse en armas bajo una firma que ya está haciendo historia: Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
 Entrevista a Roberto Perdía por Jorge Halperín
Un dato para la Policía Federal: les va a dar trabajo descubrir detrás de este joven delgado y apacible, bien vestido, que tiene la corrección de un atento empleado de banco, al combatiente y dirigente nacional de las FAR que me habla de su organización en una confitería, una de las mil confiterías de ,Buenos Aires.

"Sí, nosotros nacimos como grupo que se proponía incorporarse a la guerrilla del Che. Conocimos el proyecto con cierta antelación y nos preparamos para incorporarnos. Nuestro grupo era entonces pequeño, compuesto por gente que venía de la izquierda tradicional, algún peronista y mucha gente nueva, sin antecedentes políticos. Éramos conocidos, amigos, compañeros de luchas políticas y nos unía una idea servir en lo que pudiéramos en la columna del Comandante Che Guevara. No nos habíamos planteado una línea política independiente, delegábamos todo lo que se refiera al desarrollo integral de una organización, como es lógico, a la figura del Che.

Una organización: por hacer

Pero cae el Che ya no podemos pensar así, ya no podemos, delegar nada en nadie, sino que.- tenemos que hacer un esfuerzo por concebirnos como una organización que se plantee la totalidad de las variantes que requiere la lucha revolucionaria.

Siendo conscientes, por supuesto, de que no éramos los únicos consi­deramos que, en una primera etapa, lo más conveniente, y prudente era desarrollarnos como grupo, consolidar una organización que tuviera cierta solidez, cierta homogeneidad, que pudiera además, producir hechos y entonces iniciar una política de apertura.

Sigue un período desde la muerte del Che a mediados de 1969 un año de transición en la Argentina y también para nosotros, en que nuestro trabajo apunta fundamentalmente á la consolidación organizativa y a la definición de nuestra estrategia.
Nosotros que habíamos arrancado de la concepción del foco guerri­llero rural, nunca subestimamos la lucha urbana, pero entonces no le dábamos la importancia que le damos actualmente. No obstante, si la guerrilla urbana habría sido siempre una preocupación en nosotros, no habíamos conseguido articular bien dentro de una estrategia. Fue recién el año pasado cuando nosotros incorporamos la lucha urbana como ele­mento fundamental de nuestra estrategia y pasamos a actuar en consecuencia.
"Copias de los escritos que hoy publicamos han circulado de mano en mano entre la militancia montonera este último año. Así comenzó a quebrarse el silencio con que la OPM intentó cubrir esta manifestación de pensamiento crítico surgido en su seno. Esta actitud de pretender acallar las opiniones que se alzaban contra la política insensata, ha sido una constante burocrática que se acentuó a medida que la situación general de la OPM empeoraba. Pero, ni aún colocándonos en la óptica sectaria de quienes ocultaron estos documentos se entiende por qué para los censores merecieron igual tratamiento la "Carta a los amigos", o la nota sobre la muerte de Paco Urondo."

Así comienza una recopilación (1979) de escritos de Rodolfo Walsh (distintas reflexiones, críticas y aportes, la carta a su hija Vicky y una nota sobre la muerte de Urondo) que publicó un sector disidente de la conducción de Montoneros (Juan Gelman y Rodolfo Galimberti, entre otros) contrariando la censura "oficial" (sic).  
Nuestra anterior estrategia, como es lógico, se reflejaba en todo lo que hacíamos: los planes de instrucción militar, apuntaban fundamental­mente a la guerrilla rural; los planes de formación de cuadros tendían a su preservación o sea, formábamos la gente y la cuidábamos para la lucha superior que era la guerrilla rural; la política de recursos la tras­ladábamos para un momento más cercano a la instalación del foco. Y todo así.

Fuimos haciendo nuestra experiencia, y bueno, un poco la realidad nacional nos llevó a ir 'completando' nuestro planteo estratégico que visto desde hoy hacia atrás, consideramos, efectivamente, que era parcial!, incompleto, insuficiente.

Una nueva etapa
Nosotros ya habíamos empezado a discutir el problema de la importan­cia de la lucha urbana y estábamos en eso cuando en la Argentina sobre­viene el "Cordobazo" que, por supuesto, nos impacta a nosotros, como impacta a todos y produce realmente un cimbronazo que confirma un poco todas estas cosas.

A partir de ahí iniciamos toda una nueva etapa. Intentamos definirnos, siempre dentro de una característica, quizás aprendida de los Tupamaros, que escribimos poco, realmente. Siempre nosotros decimos que nuestra práctica esta un poco más allá de nuestra teoría.

Ahora estamos haciendo un esfuerzo por nivelar esta cuestión. Haciendo un 'balance organizativo nos planteamos que la construcción de organi­zaciones de este tipo suponía el desarrollo simultáneo o lo más simul­táneo posible de varias áreas de trabajo.
Dentro de nuestra terminología los llamamos los principios básicos de la construcción organizativa y que serían: 1) lo que llamamos la continuidad y progresividad operacional, 2) clarificación estratégica, 3) capacitación técnica, entendido por técnica militar y por otro lado: 4) la técnica organizativa o sea todo lo referente a la infraestructura organi­zativa, a niveles de seguridad, de crecimiento, de reclutamiento.

Nuestra historia es un poco una historia de avances a saltos en cada una de estas áreas. Hemos tenido etapas en que priorizamos la capaci­tación técnica, pero producíamos un salto en la técnica en desmedro de las otras áreas. A lo estrictamente estratégico y político, es recién ahora que le estamos dando la debida importancia aunque, por supuesto, como le decía, siempre lo discutimos. Llegó un momento en que creíamos tener un grado de capacitación téc­nica bastante adecuado, pensamos que teníamos un buen nivel operacio­nal. Iniciamos las operaciones -una serie de operaciones que no se sabe que las hicimos nosotros porque todavía no firmábamos como organiza­ción- y comprobamos que la gente se comportó bien, que revelaba una gran combatividad y que habíamos alcanzado la capacidad para plani­ficar y ejecutar operaciones complejas y, puede decirse, "presentamos en público". Y tenía que ser una buena presentación.

La idea de Garín

Así surge la idea de tomar Garín. La acción no era una locura porque ya habíamos 'hecho" como le digo, otras operaciones con una movilización importante de gente, teníamos una buena experiencia acumulada en ese sentido.

Siempre nos había gustado mucho la toma de Pando por los Tupa­maros, tanto es así que cuando decidimos planear la acción la llamábamos "Pandito", aunque, después, lógicamente, le dimos otro nombre.

Nosotros queríamos –y queremos,.- desarrollar un tipo de acciones que combine diversos aspectos: expropiatorios, que siempre deben estar presentes porque a nuestro juicio son esenciales para el desarrollo orga­nizativo y la demostración de eficiencia frente a una acción de este tipo: una acción que revelara lo más claramente posible la eficacia de un método de lucha.

Los factores políticos no fueron determinantes en Garín. Se tomó por estas consideraciones que le decía, por razones predominantemente mili­tares. Aunque, claro, si hubiera habido factores políticos negativos no lo hubiéramos hecho. Pero, por el contrario, Garín está cerca de una zona donde está produciéndose un importante desarrollo industrial: la Ford está muy cerca y una serie de fábricas como Alba, una fábrica importante de pinturas. Todo este desarrollo se ha producido a partir de la apertura de la ruta panamericana que llega justo hasta Garín, a unos 35 kilómetros de Buenos Aires.

El Descamisado Nº 22, 16 de octubre de 1973. Acta de unidad FAR-Montoneros.  
Nosotros, entonces, hicimos un estudio y llegamos a la conclusión de­ que ese era un lugar bueno. Montamos, por supuesto, un plan de observación. Teníamos la idea de la acción pero -y esto es importante- que­ríamos verificar si era posible su concreción en la práctica. Se le decía a todos los compañeros que iban a ver el lugar que nos dieran sincera­mente su opinión; que la acción no era un imperativo de nadie, que si era posible se haría y había que hacerla bien. La suma de las opiniones personales nos fue dando como resultado que la acción era posible: todo el mundo la veía.

Un pueblo en sus manos

Y se hizo. Y creemos que, verdaderamente, salió bien. Ocupamos el pueblo que tiene unos 30.000 habitantes, durante 50 minutos; tomamos el destacamento policial, el banco, la oficina de teléfonos (que fueron cortados); se ocupó un aparato de radio-teléfono que había en una casa particular; se controló la estación ferroviaria que tiene comunicación independiente ,aunque no se llegó a tomar porque no hubo necesidad; se controlaron los dos accesos principales, desviando el tránsito: no se permitía salir a nadie, lo que se permitía era entrar después de un­ control por parte nuestra (en un auto venía un agente de policía, lo hicimos bajar y lo retuvimos hasta que terminó la operación). Nos incau­tamos de tres millones y medio de pesos, armamentos, uniformes poli­ciales y otra serie de elementos útiles.

La acción impresionó, creemos, por la sincronización con que fue hecha, los medios técnicos empleados y realmente conmovió a la opinión y a los ­medios represivos.

Un problema por delante
Ahora a partir de esto, nosotros presentimos que entramos en una etapa en la que nos vamos a enfrentar con un gran problema, el problema al que se .enfrentan todas las organizaciones que llegan a un grado de desarrollo: el de la vinculación de la organización con las armas. Nos planteamos en términos serios esta tarea, no tanto de la vinculación con las masas, que nosotros pensamos que, de alguna manera, se logra con las mismas acciones, sino de cómo se van incorporando las masas (el famoso problema de las correas de transmisión) cada vez más al proceso de la lucha revolucionaria. Y pensamos que para lograr la incorporación de las masas a la lucha es necesario hacer un trabajo político-militar.

Ahora usted me preguntaba cómo veíamos el problema del peronismo dentro de este contexto. Nosotros consideramos que el peronismo juega un papel decisivo en la lucha revolucionaria en la Argentina. Nosotros actualmente tenemos el problema del Peronismo en el primer plano de nuestras discusiones porque a partir de las relaciones con los compañeros de las FAP provienen del peronismo". El hecho de que personalmente más profundidad el asunto.

Nosotros nos resistimos, en primer lugar, a que se nos ubique políticamente diciendo: "ustedes provienen de la izquierda y los compañeros de las FAP provienen del peronismo". El hecho de que, personalmente algunos militantes de nuestra organización hayan hecho su experiencia política anterior en la izquierda no impide que nosotros asumamos el peronismo como la experiencia revolucionaria de mayor nivel que se ha registrado en la Argentina, a nivel de masas, por supuesto.

El Peronista Nº 5, 21 de mayo 1974. Clic para descargar.  
Pensamos que el peronismo es la expresión política de la gran mayoría de la clase obrera y que una política revolucionaria debe partir de esa premisa. Pensamos que el peronismo no es un movimiento agotado; en decadencia, que haya caducado; por el contrario: pensamos que tiene vigencia, que perdura, que desde adentro del peronismo surgen fuerzas revolucionarias tan importantes como son las FAP. Y, por lo tanto, creemos que hay que partir de esa premisa y desarrollar todos los conte­nidos más revolucionarios del peronismo.

Algo en estudio

¿Que nos incorporemos o no al Movimiento Peronista? Bueno, esto es un problema que estamos discutiendo y sobre él ya no podría hablar en nombre de todas las FAR, porque las FAR tienen una estructura nacional y la Dirección Nacional tiene en proceso de discusión todo este problema del peronismo.

Pensamos que hemos avanzado mucho en la consideración del problema y no sé si llegaremos a considerarnos alguna vez parte del Movimiento Peronista. En las últimas discusiones con los compañeros de las FAP, ellos nos dicen que sí se consideran parte del Movimiento Peronista y que lo consideran un movimiento de liberación nacional. Nosotros no estamos convencidos de esto, pero vuelvo a decir que estas son consi­deraciones que no tienen nivel de decisión oficial de las F AR.

En cuanto a nuestra condición de marxistas-leninistas quiero decirle que nos consideramos marxistas-leninistas en el sentido de que utilizamos el marxismo-leninismo como método para el examen de una realidad pero no lo utilizamos como una "camiseta" política.

Relación con los demás

Este proceso armado que se ha abierto en la Argentina es muy joven, podríamos decir, y las relaciones entre las diferentes organizaciones revolucionarias no se han consolidado suficientemente todavía. Anterior­mente ha habido, a nivel de grupos políticos revolucionarios, miles de intentos de confluencia. Lo que diferencia a estos intentos de aquéllos, es que aquéllos se hacían sobre la, mesa de las discusiones teóricas y aquí toda la experiencia nuestra revela que nosotros hemos ido participando en un proceso con las otras organizaciones a nivel de la práctica y de la acción.
La disolución oficial del Movimiento Montonero

El 20 de diciembre de 1983 llegaron a Ezeiza desde su exilio los ex gobernadores Ricardo Obregón Cano y Oscar Bidegain. Por orden judicial se dispuso la detención del primero por una presunta causa de desacato, mientras que su acompañante Bidegain, se dirigía a un hotel para efectuar una conferencia de prensa.

Allí leyó una declaración firmada Mario Firmenich, Roberto Perdía, Ricardo Obregón Cano Fernando Vaca Narvaja y él mismo, donde anunciaban la disolución del Movimiento Montonero, la recreación del Partido Auténtico y el desconocimiento de María Estela Martínez de Perón como jefa del justicialismo.


Acompañaban a Bidegain el ex gobernador de Mendoza Alberto Martínez Baca y Dante Gullo como dirigente de la Juventud Peronista. En conversaciones con los periodistas el último de los nombrados admitió que el sector que representaba coincidía con aspectos programáticos del Movimiento Intransigencia y Movilización que lideraba Leónidas Saadi, quien luego asumiría como senador por la provincia de Catamarca.
Nosotros bautizamos a toda una etapa, con los compañeros de la FAP, la '''etapa de los bolsones", porque era "toma armas", "dame armas"; "toma esto", "dame aquello", o sea toda una gran primera etapa de relaciones que está signada por este tipo de colaboración concreta de los grupos revolucionarios que no se preguntan mucho "¿qué pensás de esto? ¿qué pensás de aquello?", porque esas cosas están realmente muy, pero muy en segundo plano.

Lo que "todos sabíamos era, que estábamos por la lucha armada, que apuntábamos bien y que lo demás se daría como consecuencia del mismo desarrollo de la lucha. Ahora, después sí, creado un clima muy bueno, en fin, uno ya empieza a discutir, pero es a otro nivel. Por allí peleamos, discutimos fuerte, pero hay una identidad básica entre todos los que tenemos las armas en la mano.

Nosotros con los que tenemos unas relaciones más estrechas es con los compañeros de las FAP. Con los compañeros de las FAL también tenemos relaciones pero, por algún motivo que todavía no hemos deter­minado bien, no son tan intensas como las otras.

A nivel continente

Lo mismo pensamos en el plano latinoamericano. A nosotros se nos planteaba la disyuntiva de hierro entre estrategias continentales o estrategias nacionales. Por supuesto que en la época del Che, estaba claro. Nosotros tuvimos oportunidad de discutir este problema nuevamente, cuando la reaparición del Inti. Tuvimos, conversaciones con el ELN. Y no estábamos de acuerdo con el planteo de estrategia continental que hacían los compañeros bolivianos que consistía, esencialmente, o por lo menos así lo recibíamos nosotros, en considerara la guerrilla 'boliviana como la vanguardia de la lucha revolucionaria en esta zona del continente, con una jefatura única, y a las que todas las organizaciones nacionales "tenían que dar su aporte para que una vez que se constituyera ese núcleo del ejército popular, desprendiera sus ramas por los distintos países.

A nuestro juicio el proceso era inverso. Es decir no nos cabe ninguna duda del proceso de continentalización de la lucha, es demasiado obvio decir que en Latinoamérica son más las cosas que nos unen -empezando por el enemigo- que las que nos separan.

Tenemos los mismos fines, utilizamos los mismos métodos, tenemos una historia común; son muy pocas las cosas que nos separan, pero hay particularidades nacionales que no se pueden abolir por decreto.

Esto de las particularidades nacionales lo discutimos alguna vez con compañeros revolucionarios de otros países y los foquistas más ortodoxos no nos tomaban en cuenta. Porque parecía corno si nosotros planteábamos lo de las particularidades argentinas para concluir en que aquí no había condiciones para la lucha revolucionaria y era todo lo contrario, creíamos que la Argentina tiene algunas particularidades a favor y no en contra de Ia lucha revolucionaria. Fundamentalmente por su clase obrera, que no es inexperta, sin organización, sino que tiene una gran experiencia de lucha, un grado de organización bastante importante, sindical, que de acuerdo no es suficiente, pero que en otros lados ni eso existe. Y que ha producido hechos importantes y que tiene un nivel de conciencia que también es importante.

Revista El Descamisado Nº 4, 12 de junio 1973. 
De lleno en la lucha

Y ahora hemos entrado en este período franco de lucha armada. Porque por un lado en la Argentina se han asimilado mucho las experiencias internacionales y nacionales y ya en el país no cabe duda de que cualquier individuo o organización que se plantee seriamente una perspectiva revolucionaria tiene que pensar en la lucha armada.

Esto ya estaba claro desde 1962 cuando los peronistas ganaron con Andrés Framini la gobernación de Buenos Aires y no le dieron posesión. ­Desde entonces quedó claro que no había salida electoral.

Antes se podía divagar más o menos sobre el punto, pero no después de aquella demostración concreta. El punto máximo fue el derrocamiento de lIIia, la famosa Revolución Argentina. Porque Onganía barre con todo, con la Constitución, con la Universidad, con todo. Onganía tiene esa, virtud, digamos así, es un enemigo fenomenal, porque frente a ese régimen, ¿qué alternativa queda que no sea la armada?

Hoy leía en el diario las declaraciones de Paladino y de Balbín y hacen unos malabarismos increíbles para no decir que hay que agarrar las armas. Porque hoy hasta los Radicales del Pueblo tendrían que decir que hay que agarrar las armas. Y Paladino sigue haciendo "llamados a la reflexión" al gobierno, pero ¿hasta cuándo van a estar haciendo esos llamados?
Y está el hecho capital del "Cordobazo", todo lo que ocurre en la Argentina entre los meses de mayo y setiembre de 1969. No sólo en Córdoba, en Rosario, en Tucumán, en Corrientes, en fin. Eso despierta a todo el mundo.

Nosotros en esa época estábamos en discusión con una gente que había inventado la teoría de la europeización de la Argentina, de la aristo­cratización de la clase obrera, que Onganía estaba encausando las cosas y no sé que más y después del "'Cordobazo" ¡nos quedamos sin interlocutores! ¡No aparecieron más! Incluso se hablaba de la pasividad de la clase obrera por aquella época y nosotros decíamos que esa pasividad escondía un elemento positivo: su resistencia a integrarse al régimen.

Y el "Cordobazo" mostró que esa pasividad era aparente.

Las razones del optimismo

Esta conclusión de que la salida electoral está cerrada ha prendido lo suficiente en la clase obrera como para hacerla receptiva a la salida armada. No quiero decirle con esto que esté totalmente claro. Si estu­viera totalmente claro ya las masas estarían haciendo la revolución, pero hay un grado considerable de receptividad a la lucha armada.

Nosotros nos hemos movido siempre con aquella síntesis genial del Che de la "necesidad del cambio y la posibilidad del cambio". Las masas hoy reclaman un cambio y no un cambio cualquiera, un cambio con orien­tación porque no por casualidad la gente, los peronistas, se ponen con­tentos cuando gana Allende en Chile, porque es una masa que tiene un sentido antioligárquico y antiimperialista que no puede desconocerse. No quiero decirle con esto que tengan todavía claro el problema del socia­lismo y del comunismo, eso es otra cosa.

Argentina, además, está jaqueada, el cono sur es un volcán: es Uruguay, es Bolivia, ahora es Chile. Toda la, etapa que alguna vez se llamó de reflujo, ha cambiado de signo; ahora se puede hablar del flujo revolu­cionario en toda esta zona y de un flujo a un nivel más organizado, con la experiencia asimilada. Nosotros somos muy optimistas sobre el futuro de la lucha en la Argentina".

América Latina en Armas, Ediciones M.A., Buenos Aires, Enero de 1971
Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar

2) ACTA DE UNIDAD FAR-MONTONEROS
Visto:
Que en el día de hoy, con la recuperación de la presidencia por el General Perón, se cumple un objetivo crucial en la historia de nuestro Movimiento, alcanzado después de 18 años de cruenta lucha;

Que este objetivo es alcanzado por el Movimiento en el marco de un agudo deterioro de nuestra economía, con un cuadro de desocupación masiva y profundización de las condiciones que causan nuestra dependencia;

Que el momento político se caracteriza por una creciente ofensiva del imperialismo yanki tendiente a sofocar nuestro proceso de Liberación para perpetuar la dominación y la explotación de nuestro pueblo; ofensiva que, en la salvaje represión al hermano pueblo chileno, muestra una vez más la determinación imperialista para aplicar cualquier medio de defensa de sus intereses;

Que el enemigo imperialista no está sólo más allá de nuestras fronteras, sino que también se expresa a través de fuerzas económicas, políticas y militares internas de nuestro país, que están interesadas en el debilitamiento de las fuerzas populares y en la destrucción del Movimiento Peronista en particular;

Que dentro de nuestro propio Movimiento, hay ciertos sectores dirigentes que actúan en estrecha alianza con las fuerzas imperialistas y oligárquicas de la antipatria;

Y considerando:

Que nuestras organizaciones son producto del desarrollo y profundización de las luchas del Movimiento y del crecimiento y maduración de la consciencia de la clase trabajadora y el pueblo peronista que nos llevó a adoptar nuevas formas de organización y lucha para enfrentar al imperialismo y a la oligarquía;

Que bajo el rigor de la dictadura militar, el Movimiento Peronista se vio obligado a apelar a todas las formas de lucha posibles: la acción armada, las explosiones insurreccionales, las huelgas y movilizaciones y la lucha electoral;

Que en cada una de estas expresiones de las aspiraciones de un pueblo por su dignidad, derechos y reivindicaciones, nuestras organizaciones estuvieron presentes alistándose en las primeras líneas de combate, como lo testimonian todos nuestros compañeros encarcelados, torturados y muertos;
Revista Todo es Historia 1996 - Montoneros durante el proceso militar (pdf 10 Mb,  
Que no sólo contribuimos con nuestras armas y nuestras vidas a la victoria popular, sino que también trabajamos activamente en la construcción de las fuerzas populares, en la consolidación y desarrollo doctrinario, político y organizativo de la clase trabajadora y el pueblo peronista;

Que al cumplirse hoy la máxima aspiración de 18 años de lucha, el Movimiento Peronista termina una de sus batallas más heroicas y difíciles, iniciando una nueva batalla en esta larga guerra de liberación, tan dura y compleja como la anterior, y que para continuar con este proceso, el General Perón ha llamado a la unidad del Movimiento en torno de su conducción, para alcanzar por todos los medios posibles los objetivos de unidad, reconstrucción y liberación del pueblo argentino;

Que para que esa unidad se haga realidad, el General Perón ha convocado a reorganizar e institucionalizar al Movimiento, lo que significa dotarlo de estructuras democráticas y representativas de la clase trabajadora y el pueblo peronista, depurándolo de traidores y oportunistas;

Que esa unidad del Movimiento es el eje necesario para lograr la unidad del pueblo argentino en un Frente de Liberación Nacional capaz de enfrentar al imperialismo en la etapa que se inicia. Por todo ello:

LAS ORGANIZACIONES FAR Y MONTONEROS RESUELVEN:

1°) A partir de la fecha ambas organizaciones se fusionan pasando a constituir una sola y quedando unificadas definitivamente todas sus estructuras y mandos;

2°) La organización resultante de la fusión se denominará MONTONEROS, desapareciendo la denominación FAR a partir de la firma de la presente acta;

3°) La unidad de nuestras organizaciones está orientada a contribuir al proceso de reorganización y democratización del Movimiento Peronista a que nos ha convocado el General Perón para lograr la participación orgánica de la clase trabajadora en su conducción, única garantía de que la unidad del pueblo argentino en el Frente de Liberación bajo la dirección del Movimiento Peronista, haga efectivos los objetivos de Liberación Nacional y Justicia Social, hacia la construcción del Socialismo Nacional y la unidad latinoamericana.

Libres o muertos, ¡ jamás esclavos !
¡Perón o muerte! ¡Viva la Patria!
Fuerzas Armadas Revolucionarias - Montoneros

Apoyar, defender y controlar

Comunicado del 24-05-73 de FAR y MONTONEROS ante la asunción a la primera magistratura del Dr. Héctor Cámpora.

18 años de antipueblo. Concluye uno de los períodos negros de la historia de nuestro país, durante los cuales los argentinos debimos sufrir proscripciones, el desconocimiento de la voluntad de las mayorías, la entrega del patrimonio nacional, la explotación de los trabajadores, el empobrecimiento de los pequeños y medianos productores mientras se enriquecían los monopolios imperialistas y las oligarquías nativas, persecuciones, cárceles, secuestros, torturas y asesinatos de quienes se alzaron contra el régimen; Fusilamientos criminales como los de junio de 1956 y los de Trelew.
Comienza una nueva etapa en la lucha por la Liberación Nacional y Social de nuestra Patria. Esta nueva etapa que comienza el 25 de mayo, es producto de las luchas del Pueblo, encabezadas por su expresión mayoritaria: el Movimiento Peronista, conducido por el General Perón cuyas manifestaciones fueron la resistencia, las huelgas y planes de lucha, los cordobazos y demás alzamientos populares, el permanente accionar de sus organizaciones político-militares.

Gobierno y Poder: la historia de nuestra Patria nos demuestra que no es suficiente ser mayoría, q ue no es suficiente ganar las elecciones, que tampoco lo es llegar al Gobierno; porque las mayorías cuando no están organizadas y aramadas pueden ser desconocidas por los dueños del poder económico y militar. Por ello, el objetivo de nuestro Movimiento es la conquista de ese poder.

La construcción del poder popular es un proceso iniciado hace 18 años, en el cual llegar al gobierno es un paso que facilita, en tanto sepamos darlo, el desarrollo de ese proceso cuya culminación será alcanzada con la toma del poder económico y militar. Con el triunfo electoral hemos ganado una batalla pero la guerra aún no ha terminado.

Organización y Movilización: La única garantía para que el Pueblo bajo la Conducción del General Perón tome el poder total, la constituye su organización y movilización para el apoyo, la defensa y el control del Gobierno en función de lograr el cumplimiento de los objetivosde liberación como etapa de transición hacia la construcción del Socialismo Nacional. Debemos lograr en esta etapa de Gobierno Popular el reconocimiento de estructuras que hagan efectiva la participación de las masas en la resolución de los problemas nacionales, provinciales y municipales.

Por todo esto nuestras organizaciones resuelven: apoyar al Gobierno encabezado por el compañero en el cumplimiento del Programa de Liberación votado masivamente el 11 de marzo y cuyos primeros actos deben ser:

1)- Liberación, mediante la anmistía y el indulto, de todos los combatientes y presos políticos.

2)- Eliminación de la camarilla militar.

3)- Recuperación de todos los resortes básicos de la economía nacional, actualmente en manos de los monopolios.

4)- Asegurar la plena ocupación para los trabajadores, y salarios que, por lo menos recuperen el valor existente en 1955.

Defender al Gobierno constituido por las luchas populares contra los ataques de los enemigos externos e internos.

Controlar el cumplimiento de la voluntad popular ante las posibles defecciones de los traidores.

Participar con el conjunto del Movimiento en las tareas de organización y movilización popular, en las fábricas, barrios, escuelas y universidades.

Asumir la directiva del General Perón de permanecer en estado de alerta manteniendo y desarrollando las formas organizativas que nos permitan continuar la lucha en todos los terrenos hasta la toma del Poder.

Con el conjunto del Movimiento, continuar la formación del Ejército Peronista, único instrumento capaz de lograr la obtención de una Argentina Libre, Justa y Soberana, una Patria Socialista.

Libres o muertos, jamás esclavos
Perón o muerte. Viva la Patria

FAR y MONTONEROS"APOYAR, DEFENDER Y CONTROLAR"

Comunicado del 24-05-73 de FAR y MONTONEROS ante la asunción a la primera magistratura del Dr. Héctor Cámpora.

18 años de antipueblo. Concluye uno de los períodos negros de la historia de nuestro país, durante los cuales los argentinos debimos sufrir proscripciones, el desconocimiento de la voluntad de las mayorías, la entrega del patrimonio nacional, la explotación de los trabajadores, el empobrecimiento de los pequeños y medianos productores mientras se enriquecían los monopolios imperialistas y las oligarquías nativas, persecuciones, cárceles, secuestros, torturas y asesinatos de quienes se alzaron contra el régimen; Fusilamientos criminales como los de junio de 1956 y los de Trelew.

Comienza una nueva etapa en la lucha por la Liberación Nacional y Social de nuestra Patria. Esta nueva etapa que comienza el 25 de mayo, es producto de las luchas del Pueblo, encabezadas por su expresión mayoritaria: el Movimiento Peronista, conducido por el General Perón cuyas manifestaciones fueron la resistencia, las huelgas y planes de lucha, los cordobazos y demás alzamientos populares, el permanente accionar de sus organizaciones político-militares.

Gobierno y Poder: la historia de nuestra Patria nos demuestra que no es suficiente ser mayoría, q ue no es suficiente ganar las elecciones, que tampoco lo es llegar al Gobierno; porque las mayorías cuando no están organizadas y aramadas pueden ser desconocidas por los dueños del poder económico y militar. Por ello, el objetivo de nuestro Movimiento es la conquista de ese poder.

La construcción del poder popular es un proceso iniciado hace 18 años, en el cual llegar al gobierno es un paso que facilita, en tanto sepamos darlo, el desarrollo de ese proceso cuya culminación será alcanzada con la toma del poder económico y militar. Con el triunfo electoral hemos ganado una batalla pero la guerra aún no ha terminado.

Organización y Movilización: La única garantía para que el Pueblo bajo la Conducción del General Perón tome el poder total, la constituye su organización y movilización para el apoyo, la defensa y el control del Gobierno en función de lograr el cumplimiento de los objetivosde liberación como etapa de transición hacia la construcción del Socialismo Nacional. Debemos lograr en esta etapa de Gobierno Popular el reconocimiento de estructuras que hagan efectiva la participación de las masas en la resolución de los problemas nacionales, provinciales y municipales.

Por todo esto nuestras organizaciones resuelven: apoyar al Gobierno encabezado por el compañero en el cumplimiento del Programa de Liberación votado masivamente el 11 de marzo y cuyos primeros actos deben ser:
Algunos documentos desclasificados del National Security Archive (en español)
 Reporte sobre la situación subversiva, junio 1977
 El GOA es prisionero de la Inteligencia del Ejército 18/08/80
 Entrevista, detención y tortura, 04/10/76
 Tuercas y tornillos de la represión gubernamental al terrorismo-subversión, 07/08/79
1)- Liberación, mediante la anmistía y el indulto, de todos los combatientes y presos políticos.

2)- Eliminación de la camarilla militar.

3)- Recuperación de todos los resortes básicos de la economía nacional, actualmente en manos de los monopolios.

4)- Asegurar la plena ocupación para los trabajadores, y salarios que, por lo menos recuperen el valor existente en 1955.

Defender al Gobierno constituido por las luchas populares contra los ataques de los enemigos externos e internos.

Controlar el cumplimiento de la voluntad popular ante las posibles defecciones de los traidores.

Participar con el conjunto del Movimiento en las tareas de organización y movilización popular, en las fábricas, barrios, escuelas y universidades.

Asumir la directiva del General Perón de permanecer en estado de alerta manteniendo y desarrollando las formas organizativas que nos permitan continuar la lucha en todos los terrenos hasta la toma del Poder.

Con el conjunto del Movimiento, continuar la formación del Ejército Peronista, único instrumento capaz de lograr la obtención de una Argentina Libre, Justa y Soberana, una Patria Socialista.

Libres o muertos, jamás esclavos
Perón o muerte. Viva la Patria
FAR y MONTONEROS

Perón enfrenta a la conspiración

DECLARACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES ARMADAS PERONISTAS

Ante el proceso que culmina con la renuncia del compañero Cámpora, las organizaciones FAR y MONTONEROS manifestamos que:

1.— El acceso a la presidencia de nuestro Conductor, el General Perón, es un hecho por el cual el Movimiento Peronista viene luchando hace dieciocho años. Por otra parte, el compañero Cámpora asumió la presidencia como una forma de lograr ese objetivo, tal como lo explica el propio general Perón: "el doctor Cámpora con mucha resistencia, aceptó el cargo, haciéndome presente que si él llegaba a ser Presidente de la República, a través de esta elección plantearía de inmediato la inconstitucionalidad de la proscripción, renunciaría y sometería al Congreso, como lo ha hecho, la decisión de esta instancia para que el pueblo pudiera elegir, fehaciente y genuinamente al candidato que fuera de su elección".
2.—Pero el acceso del General Perón a la presidencia en estas circunstancias, se da con el objetivo de poner freno a una conspiración gorila impulsada por el Imperialismo a través de un puñado de traidores del Movimiento Peronista.

3.— La estrategia que el General Perón venía desarrollando era la que se sintetizaba en la consigna: "Cámpora al Gobierno, Perón al Poder", la que señalaba que el General Perón era el Conductor del Movimiento Peronista y el compañero Cámpora, el Presidente de los argentinos.

4.—Esta estrategia se vino desarrollando desde el enfrentamiento con la Dictadura Militar, durante la cual la consigna enarbolada por el Movimiento Peronista: "Elecciones con Perón en la Patria y como Candidato", expresaba la reivindicación popular de que el Líder pudiera regresar a su Patria para conducir el proceso de liberación.
Gustavo Rearte

Gustavo Rearte fue uno de los fundadores de la primera JotaPé en la Resistencia Peronista, junto con John William Cooke estableció los puentes del peronismo con la Revolución Cubana, con Fidel y el Che, participó en la toma del frigorífico Lisandro de la Torre y escribió el documento deHuerta Grande que marcó un hito en la historia del movimiento obrero.

Rearte empezó como obrero en la fábrica SIAM, después en Jabón Federal y llegó a ser secretario general del Sindicato de Jaboneros y Perfumeros. Después del ‘55 participó en los primeros grupos de peronistas que se manifestaban contra el gobierno militar y organizó la primera JotaPé, junto a sus hermanos Alberto y Miguel, Felipe Vallese, Héctor Spina, Carlos Caride, Jorge Rulli y Cacho El Kadri, entre otros.

La Revolución Cubana, Fidel y el Che también impactaron en su pensamiento. Junto con Cooke fueron el puente entre Perón y Fidel. Rearte incluso fue el enlace para preparar dos viajes de Perón a Cuba, que finalmente no se realizaron.

Rearte estuvo entre la dirigencia combativa que organizó la toma del frigorífico Lisandro de la Torre para evitar su privatización. Tras la represión fue preso y en el peronismo combativo fue creciendo la idea de que solamente quedaba la lucha armada como opción, así comienzan las experiencias guerrilleras de Uturunco y luego Taco Ralo en Tucumán.

   LECTURAS RECOMENDADAS

 
Gustavo Rearte; La tarea principal (pdf)
 
Entrevista a su hija en 2006 (pdf) Eduardo Gurucharri, Gustavo Rearte (pdf) En memoria de Gustavo Rearte (pdf)
5.—Esto mismo se expresó durante la campaña del "LUCHE Y VUELVE" realizada para crear las condiciones que permitieran el regreso de nuestro Líder, y que se coronó con la gloriosa jornada del 17 de noviembre, en la cual, a pesar del feroz aparato represivo montado por la Dictadura se hizo realidad la presencia del General Perón en la Argentina.

6..— Ante la oposición de la Dictadura y para permitir que se desarrollara el proceso electoral, pero también para ubicarse en una posición que le permitiera controlar todo el proceso de paso del gobierno al poder, el general Perón renunció a su legítima candidatura proponiendo en su lugar a su delegado personal, el compañero Cámpora.

7.—Allí nació como síntesis de todo este proceso la consigna propuesta por la Juventud, "Cámpora al Gobierno, Perón al Poder",que fue impulsada por todos los sectores del Movimiento leales a sus objetivos revolucionarios.

8.—Todo este proceso fue constantemente perturbado y saboteado por los agentes del Imperialismo infiltrados en el Movimiento. Estos agentes son aquellos que negociaban las luchas populares con la dictadura militar, los que se opusieron al regreso del general Perón. Los que trataron de impedir la movilización del 17 de noviembre, los que enfrentaron la candidatura del compañero Cámpora en el congreso del 15 de diciembre bajo la consigna de "Estar contra Perón para salvar a Perón", los que se negaron a participar de la campaña electoral, y finalmente los que balearon al pueblo peronista en Ezeiza el 20 de junio, intentando derrocar al gobierno popular.

9.— Estos conspiradores, agentes del Imperialismo son:

- El Ministro de Bienestar Social, José López Rega que fue el responsable de la Comisión Organizadora del acto del 20 de Junio; el que puso la estructura de su Ministerio (transportes, alimentos, dinero y armas), al servicio de los matones a sueldo que tiraron contra el pueblo impidiendo el contacto de éste con Perón; el mismo que valiéndose de maniobras logró ubicar a su yerno, el desconocido diputado Lastiri, en el cargo de Presidente Provisional, desplazando a quien le correspondía legalmente ocupar ese lugar, el senador Diaz Bialet.

- El Secretario General de la C.G.T.,José Rucci, quien puso sus matones al servicio de la masacre de Ezeiza, y pretendió movilizar a los trabajadores contra el gobierno popular con la excusa de hacerlo por Perón, consiguiendo solamente que tres ómnibus dieran vueltas repetidas veces alrededor de la casa del General.
- Junto a estos actúan otros personajes que son simples instrumentos al servicio de la conspiración, como Osinde, Iñiguez, Brito Lima, Norma Kennedy, Frenkel, etc...

10.—Ante esta situación el general Perón se ha visto obligado a reasumir en su persona las funciones de Jefe del Movimiento Peronista y Presidente de los argentinos, a pesar de que: "en estos 45 días se han hecho cosas en el país que están a la vista de todos y califican a cualquier gobierno como de excelente ejecución" (Gral. Perón 13-7-73).

El general Perón cambia su estrategia porque ésta es la única garantía de continuidad del gobierno popular y del proceso de reconstrucción y liberación nacional. Dijo el 13-7-73: "...pero cualquiera fuera el designio que ha de plantearse para el futuro inmediato de la República, yo seguiré siendo un soldado a su servicio, en el cual empeñaré no solamente el honor, sino también mi vida".

11.— Es imprescindible que el General Perón retome estas funciones inmediatamente dado que la presencia de Lastiri como Presidente Provisional supone la continuación de la conspiración pro-imperialista y significa concretamente la vuelta del régimen derrotado el 11 de marzo.

7 de septiembre de 1973 - Homenaje a Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus en el Día del Combatiente Montonero
12.— Para ello es necesario que el General Perón sea designado por el Congreso como Presidente Provisional, mediante la modificación de la Ley de Acefalía, hasta que se produzca su consagración en el próximo acto electoral.

13.— De no asumir el Gobierno inmediatamente el General Perón, se va a producir una situación de desgobierno y vacío de poder que haría posible una agresión sangrienta del Imperialismo contra la clase trabajadora y el pueblo peronista, como ha ocurrido el 20 de junio pasado y como se ha dado recientemente en Chile y Uruguay.

14.— Ante ello es necesario profundizar la organización y movilización popular en los barrios, unidades básicas, fábricas, sindicatos, escuelas y facultades, para mantener en estado de discusión y alerta al pueblo peronista para defenderse de toda agresión, con los medios que estén a su alcance, enfrentar la maniobra continuista de los conspiradores e impedir que se sabotee la asunción del mando por parte del Líder y Conductor de nuestro Movimiento.

15.—Sólo esta organización y movilización de la clase trabajadora y el pueblo peronista permitirá que sean alcanzados los objetivos revolucionarios del Movimiento. Y que este pueblo que ha luchado con éxito contra una dictadura sangrienta como la derrotada el 11 de marzo también enfrente y derrote a la camarilla de conspiradores aventureros, agentes del Imperialismo y burócratas traidores, y a sus pandillas de asesinos a sueldo.

Nuestras organizaciones, FAR Y MONTONEROS, como parte de ese pueblo comprometen todos sus esfuerzos y todos sus medios en función de esta lucha del conjunto del Movimiento Peronista contra estos traidores apátridas verdaderos infiltrados de la CÍA.

16.— Es un deber patriótico para todos los argentinos, peronistas o no, civiles y militares, que se pronunciaron por la liberación y contra la dependencia y por la justicia social contra la explotación, estrechar filas junto al General Perón luchando por la bandera de "Perón Presidente" para la reconstrucción y la Liberación Nacional.

Por una Patria Libre, Justa y Soberana, en el marco del Socialismo Nacional

Libres o Muertos, Jamás Esclavos
Perón o Muerte, Viva la Patria

FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS
MONTONEROS
14 de Julio 1973

COMUNICADO

MONTONEROS
COLUMNA JOSÉ SABINO NAVARRO

PERÓN PRESIDENTE

Reportaje a las FAR, Revista Militancia Nº 3, 28/06/73. Clic para descargar.
"Debemos temer más a los enemigos de adentro que a los de afuera, a la oligarquía enquistada en nuestras propias filas". Evita.

"Soló les pido: cuiden al general, no lo dejen solo, porque la traición anida en la sombra y a veces se esconde tras una sonrisa o una mano tendida". Evita.

LA TRAICIÓN ANIDA EN LA SOMBRA

Cuando el 11 de marzo vencimos a la dictadura de los monopolios que durante años nos habla explotado, perseguido, torturado, encarcelado, sabíamos que dentro del Movimiento estaban los BURÓCRATAS Y TRAIDORES que habían boicoteado nuestras luchas, negociado nuestras victorias, burlado nuestras esperanzas, robado nuestras rebeldías y traficado la sangre de miles de trabajadores y militantes que hicieron posible esa victoria.

Y sabíamos que no se resignarían a este triunfo del pueblo si no que tratarían por todos los medios de enancarse al triunfo popular que no era de ellos, para cambiarle el sentido, torcerle el rumbo y el contenido dado por las bases. Y no nos podíamos equivocar, porque el papel de esa burocracia traidora y oportunista —en estos 18 años de resistencia— fue siempre la de actuar como infiltrados del régimen en el movimiento para desvirtuar su esencia revolucionaria y frenar su decidida marcha hacia la Revolución Nacional y Social postergada.

Lo sabíamos porque ELLOS REPRESENTAN OTROS INTERESES QUE NO SON LOS DE LA CLASE OBRERA Y EL PUEBLO PERONISTA. Lo sabíamos porque hace tiempo ya, el Gral. Perón nos había dicho que "LA EMANCIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES SERA OBRA DE LOS TRABAJADORES MISMOS" y ellos representan los intereses de clase de la burguesía monopolista aliada al imperialismo.

PLANIFICAN LA BURLA
Y así, cuando el 25 de mayo ratificábamos nuestro triunfo en las calles, esos burócratas y traidores —en sus lujosos despachos— comenzaban a tramar la contrarrevolución aliados con nuestros enemigos de todos estos años de lucha donde no faltaban los grandes patrones explotadores ni los militares torturadores. Ellos servían al "Gran Acuerdo Nacional" del dictador Lanusse y resolvieron -desconociendo el sentir y los anhelos de la clase obrera y el pueblo peronista— tratar de imponer disfrazado, desde arriba, desde los aparatos sin base, de los sindicatos manejados con matones y de los resortes de poder que permanecieron en manos del continuismo.
Secuestro de los BornPERON VIVE

Comunicado Nº 2

Referente al secuestro y juicio de directivos de Bunge y Born

En las cárceles del Pueblo la Organización Montoneros está procediendo al interrogatorio de los hermanos Born.

Estos dos exponentes del imperialismo y la oligarquía en la Argentina han sido puestos bajo la justicia popular a los efectos de que devuelvan al Pueblo parte de lo que han saqueado al país durante tantos años y luego de que este gobierno pasara por alto las maniobras de acaparamiento, evasión de impuestos y explotación a los trabajadores de sus fábricas, que están llevando adelante en la actualidad.

Efectivamente, la firma Bunge y Born, por información que nos consta y confirmaciones de los directivos detenidos, mantuvo en estos últimos meses con el gobierno una negociación tendiente a que las irregularidades encontradas en los manejos de la empresa fueran tapadas y se evadieran así las represalias legales.

En la vinculación al gobierno y acuerdo con el mismo a tenido participación el ministro Otero; como se recordará éste había sido empleado de la empresa Centenera, que forma parte del grupo Bunge y Born. (...)

La historia de Bunge y Born es la historia de la explotación de nuestro pueblo, de maniobras monopólicas, de un poder económico al servicio de la dependencia, del desabastecimiento y el acaparamiento denunciado por el Gral. Perón el 12 de junio, y hoy de una vinculación confesada con el gobierno, que no deja dudas a qué intereses responde.

Es por eso que hoy llamamos al Pueblo a la resistencia, porque este gobierno no es peronista, porque en vez de Justicia Social hay salarios cada vez más deteriorados, junto con represión y asesinato de dirigentes peronistas y populares, porque en vez de la Independencia Económica que cacareaban con una política que pretenden ser engañosa hay una entrega cada vez mayor a los centros de poder imperialista, porque la soberanía política no existe cuando el ministro Vignes se reúne en EE.UU con Kisinger para que éste le diga cómo hay que reprimir y "eliminar el terrorismo en el país".

Bunge y born, la burocracia vandorista, López Rega e Isabel, forman parte de una misma política, la sojuzgación del Pueblo al servicio del Imperialismo.

PERON O MUERTE

VIVA LA PATRIA

HASTA LA VICTORIA MI GENERAL

MONTONEROS

Publicado en Evita Montonera [Diciembre de 1974]
LOS EJECUTORES

Cumpliendo esos oscuros designios, se metieron como cuñas en el gobierno popular, en las figuras del magnate internacional GELBARD, del agente de la CÍA y "mago" LÓPEZ REGA, del patrón OTERO, del torturador OSINDE, del viejo delator VILLALON y los traidores de siempre, BRITO LIMA, NORMA KENNEDY, RUCCI, MIGUEL, CALACE, RÚBEO, VÁRELA, ROSALES, CALVAN y otros nombres que ni la clase obrera ni el pueblo desconocen.

A espaldas del pueblo firmaron el famoso "PACTO SOCIAL" que, nuevamente, cargaba sobre los hombros de los trabajadores, los 18 años de devastación económica y robo descarado de nuestra riqueza y esfuerzo. Comerciaron con los monopolios nuestra DESMOVILIZACIÓN, creyendo que nos podían engañar. Impidieron nuestro encuentro con el líder y el encuentro del líder con el pueblo, en los tristes sucesos de la MASACRE DE EZEIZA, donde mataron y torturaron a auténticos peronistas. Lanzaron su ataque contra los compañeros Cámpora, Righi, Puig, y los gobiernos provinciales más leales al sentir de las bases, y ASUSTADOS Y TEMEROSOS por la conciencia del pueblo peronista y el avance de las movilizaciones populares que ponen en peligro sus feudos, urden UN GOLPE PALACIEGO y no dudan en UTILIZAR, en USAR un viejo anhelo de nuestros 18 años de lucha que tantas veces ellos mismos sabotearon: PERÓN PRESIDENTE.

LOS BURÓCRATAS SE EQUIVOCAN

SE EQUIVOCAN. Porque como ha dicho el Gral. Perón: "SI HAY ALGO EN EL PAÍS QUE EL IMPERIALISMO NO PODRA COPAR JAMAS ES SU PUEBLO, Y DENTRO DE EL, A SU CLASE TRABAJADORA QUE TIENE UN SENTIDO CLARO DE LA DEFENSA DE SUS CONVENIENCIAS"

Y SE EQUIVOCAN. Porque como ha dicho el Gral. Perón: "SI EL MOVIMIENTO SE MANTIENE PURO EN SUS BASES ES PORQUE ESTA CONFORMADO POR EL PUEBLO, AUNQUE ALGUNOS DIRIGENTES SE PUDRIERAN AL INFLUJO DEL DINERO, DE LAS PREBENDAS, DE LOS APETITOS ELECTORALES Y DE LAS DESMEDIDAS AMBICIONES".

Y SE EQUIVOCAN. Porque el compañero Cámpora, demostrando ser leal a su pueblo, renuncia para posibilitar así, la llegada del Gral. Perón a la presidencia de la Nación y el Gral. Perón rechaza el golpe palaciego de tipo fascista para someterse al veredicto del pueblo de la patria.

Y SE EQUIVOCAN. Porque las bases peronistas, sus organizaciones populares y revolucionarias y el Gral. Perón no pueden a esta altura de la entrega —aceptar o consentir, ni siquiera pasivamente— las salidas que signifiquen mantener el régimen, refaccionarlo o disfrazar su esencia.

Porque las bases —clase obrera y pueblo peronista— no retroceden ni un tranco de lo transitado en estos 18 años de lucha para hacer realidad la PATRIA JUSTA, LIBRE Y SOBERANA: LA PATRIA SOCIALISTA. Porque las organizaciones populares y revolucionarias no dejarán de convocar y organizar a la clase obrera y al Pueblo independientemente de la burocracia y el régimen, mientras vamos construyendo el ejército del pueblo como garantía del proceso iniciado. Porque PERÓN —y esto es lo que no entienden los burócratas— DEJARÍA DE SER PERÓN, EL LÍDER QUE HACE LO QUE EL PUEBLO QUIERE y ellos no conocen ni a Perón ni a su pueblo, porque siempre fueron los dirigentes ricos que jamás quisieron defender a los trabajadores pobres.

POR TODO ESTO PROCLAMAMOS PERÓN PRESIDENTE Y CONVOCAMOS A LA ORGANIZACIÓN DE LA CLASE OBRERA Y EL PUEBLO

PORQUE CON PERÓN PRESIDENTE Y LAS BASES ORGANIZADAS, haremos realidad el deseo de nuestro líder: "Los que se quieran ir del Peronismo para servir los intereses de la dictadura que lo hagan pero abiertamente y no simulando correr con la camiseta peronista que no tienen derecho a usar para TRAICIONAR a la Clase Trabajadora".

PORQUE CON PERÓN PRESIDENTE Y LAS BASES ORGANIZADAS, habrá gobierno popular sin burocracia, cumpliendo así los objetivos de los trabajadores de barrer a los traidores amparados siempre por los gobiernos de turno del gorilaje, por el matonaje a sueldo y el dinero usufructuado de nuestro sudor y bronca.

PORQUE CON PERÓN PRESIDENTE Y LAS BASES ORGANIZADAS, se acabará GELBARD, y su política monopolista, disfrazada de un falso nacionalismo, que reparte los sacrificios para nosotros y las ganancias para los explotadores: la burguesía industrial-pro-monopolista.

COMPAÑEROS:
Hace unos meses decíamos que estábamos ante la posibilidad concreta de instaurar un gobierno popular, pero que solo se garantizaría en su carácter, con la presencia activa de las masas y de todo el pueblo, de la clase obrera y el Gral. Perón. Y que por lo tanto la lucha proseguía. Y la lucha prosigue. DEBEMOS DAR EL PASO SIGUIENTE, ORGANIZANDONOS DESDE ABAJO PARA LLEVAR A LA PRESIDENCIA DE LA NACIÓN AL GRAL PERÓN, A TRAVÉS DE LAS MOVILIZACIONES, para echar a los traidores y burócrata-tas, para hacer realidad el proyecto de liberación.

COMPAÑEROS:
En estos momentos históricos SOLO UN HOMBRE puede acompañar al Gral. Perón en la fórmula presidencial. Es aquel que ha permitido vivir este momento histórico: EL COMPAÑERO HÉCTOR CAMPORA.

POR TODO ESTO CONVOCAMOS A ORGANIZARNOS E IMPULSAR DESDE LAS BASES, DESDE LAS FABRICAS, LOS BARRIOS, LA UNIVERSIDAD, LA CONSIGNA PERÓN PRESIDENTE.

POR TODO ESTO CONVOCAMOS A LEVANTAR LOS PROGRAMAS OBREROS DE HUERTA GRANDE, LA FALDA Y 1° DE MAYO.

POR TODO ESTO CONVOCAMOS A LA DEFENSA DE TODOS LOS REPRESENTANTES LEALES AL PUEBLO Y A PERÓN A LA VEZ QUE EXIGIMOS LA PROFUNDIZACION DEL PROCESO.

Sabemos que la guerra es larga y que solo llegaremos al poder con la organización de la clase obrera, politicamente independiente de los burócratas sindicales y políticos, y de los sectores burgueses del movimiento, desarrollando las ORGANIZACIONES POLÍTICO-MILITARES, hasta construir el Ejército del Pueblo.

PERÓN O MUERTE
VIVA LA PATRIA

MONTONEROS Columna JOSÉ SABINO NAVARRO
Rosario, 24 de julio de 1973.
[En "Militancia Peronista para la Liberación" Nº 8, Fuente: www.cedema.org]

Documento de Rodolfo Walsh a la Conducción Nacional de Montoneros

Por Rodolfo Walsh

NR: El presente documento fue redactado por Rodolfo Walsh, como oficial de inteligencia de Montoneros, entre fines de 1976 y principios de 1977.

Para una mayor comprensión, se recomienda tomar en cuenta el contexto represivo en el cual fue presentado como propuesta, que hubiese salvado miles de vidas, aunque las condiciones para tal repliegue no eran las mismas si se hubiese puesto en práctica dos años antes.

a. Asunto: observaciones sobre el documento del Consejo del 11/11/76
23 de noviembre de 1976
De: Base AS-P A: 82

Estas observaciones son complementarias de las formuladas en nuestro punto Ideologismo y Política del 3/1/76.

Respecto de las críticas que allí formulamos, buena parte de ellas coinciden parcialmente con las rectificaciones del Consejo, y en ese sentido entendemos que el documento es un avance significativo para el conjunto.

Sin embargo pensamos que las rectificaciones son sólo parcifiles, porque no corresponden a una autocrítica profunda sobre los errores que nos condujeron a la actual situación, sino que tienden a corregirlos de facto ante la evidencia del mal resultado obtenido. Con este método el acierto o el error son azarosos y empíricos. A nuestro juicio lo principal son las razones políticas. Si son correctas, en apenas tres años un puñado de muchachos crecen hasta conducir una organización gigantesca y poderosa. Si son incorrectas, esa misma organización se desinfla y puede desaparecer.

Este ejemplo está tomado de nuestra propia historia y creemos que este momento de desánimo debe tenerse en cuenta. Si corregimos nuestros errores volveremos a convertirnos en una alternativa de poder. Por lo tanto son falsas todas las visiones alarmistas sobre si tenemos tiempo o no. Tenemos todo el tiempo necesario, si lo sabemos usar.


Fotos secuestradas después de la dictadura que demuestra como algunos militantes eran vigilados por los servicios de inteligencia. Las fotos pertenecen a la Comisión Provincial por la Memoria.
1. Definiciones políticas

En nuestro país es el Movimiento el que genera la Vanguardia, y no a la inversa, como en los ejemplos clásicos del marxismo. Por eso, si la vanguardia niega al movimiento, desconoce su propia historia y asienta las bases para cualquier desviación. Esa es la nota distintiva de la lucha de la liberación en nuestro país, que debemos tener siempre presente. La vanguardia -Montoneros- generada por el Movimiento -el peronismo- debe conducirlo hacia su transformación en el curso de la lucha por el poder y el socialismo. Esos son los elementos básicos a los que debemos atenernos, lo que existe en la realidad y no en los libros. Montoneros y el movimiento peronista, al que aspira conducir.

Si eso no se tiene en cuenta, la literatura china o vietnamita no nos sirve, porque tiende a confundir nuestra lucha social con una guerra colonial, en la que la organización en Movimiento, Frente, Partido y Ejército tiene sentido porque se presupone la unidad del pueblo detrás de su conducción y contra el invasor extranjero. Nosotros en cambio tenemos que empezar por ganar la representación de nuestro pueblo a partir de los elementos con que contamos.

Hasta el 24 de marzo del 76 planteábamos correctamente la lucha interna por la conducción del peronismo. Después del 24 de marzo del 76, cuando las condiciones eran inmejorables para esa lucha, desistimos de ella y en vez de hacer política, de hablar con todo el mundo, en todos los niveles en nombre del peronismo, decidimos que las armas principales del enfrentamiento eran militares y dedicamos nuestra atención a profundizar acuerdos ideológicos con la ultraizquierda.

Las rectificaciones del Consejo apuntan a esta problemática, pero la insistencia en la creación del Movimiento Montonero con sus ramas nos parece indicar una insuficiente comprensión. Nuestras formas organizativas deben ser la organización o el Partido Montonero -que incluye a todo lo que genéricamente llamamos fuerza propia- y el Movimiento Peronista. Eso es lo que existe y a partir de ahí debemos construir. De otro modo invertimos enormes esfuerzos poniendo todo el Partido a la tarea de inventar el Movimiento Montonero, que no tendrá existencia real.

En esa idea de que podemos inventar una forma organizativa y una identidad características del enfrentamiento en nuestro país, queremos generar las condiciones para que sea distinto y entonces podamos aplicar las fórmulas clásicas de otros países. Y nos parece tiempo perdido tratar de convertir este enfrentamiento social en una guerra nacional.

2. Militarismo

El documento del Consejo critica el militarismo, pero en términos militaristas. Todo el documento es como una clase de estrategia sobre la mesa de arena y nuestra realidad no tiene nada que ver con ese enfoque. Para hacer política, hay que empezar por pensar en términos políticos, y expresados con sencillez y claridad.

3. Triunfalismo

A pesar de los golpes recibidos y de las rectificaciones del documento, seguimos triunfales. Decidimos el fracaso total de los planes del enemigo y seguimos subestimándolo. Esto es muy grave y pensamos que en el fondo obedece a la incomprensión sobre nuestra propia historia. Trataremos de ejemplificarlo: al no reflexionar sobre las causas de nuestro crecimiento espectacular y nuestra representatividad popular en los años que van de 1970 a 1974-75, llegamos a pensar que no obedece a que actuamos correctamente, y con propuestas comprendidas y aceptadas por el pueblo, sino a que nosotros somos geniales, y si somos geniales es accesorio que acertemos o nos equivoquemos. Todo lo que hagamos estará bien. Esto lo notamos en documentos como el último Montonero de 1975 y en la persistente ausencia de autocrítica.
4. Desmedida ambición de poder

Todo lo hacemos y lo pensamos a lo grande. Nuestra lucha es una guerra. Nuestra propaganda tiene que llegar a cuatro millones. Aunque criticamos el militarismo, todo el documento parece la receta para que un Ejército rompa el cerco de otro y luego lo derrote. Hay que ser más modesto. Nosotros tenemos que resistir junto con el pueblo a la dictadura. Necesitamos mucha propaganda. Tenemos que irnos organizando en la lucha sin delirios de grandeza y pensando en plazos largos. Ésta es la síntesis de nuestras apreciaciones generales. Ahora pasamos a nuestras observaciones punto por punto.

1.2. 1. Situación frente al enemigo

No es cierto que haya fracasado el aperturismo. Ejemplos: el PC no participa en los conflictos, mientras negocia con el gobierno a través del Partido Intransigente y les paga viajes a Lázara y García Costa para que vayan al Congreso de la Internacional Socialista a defender a Videla; la UCR no rompe a pesar de todos los agravios, incluidos Solari Irigoyen y Amaya; la reacción de la Iglesia es tibia comparada con todo lo que han hecho y con los episcopados de Chile y Brasil, donde por mucho menos se enfrentan abiertamente con las dictaduras.

1. 2.2. De las fuerzas populares
No es cierta la desaparición casi total de la izquierda no peronista, armada o no armada. Estos son bandazos que nos alarman. Hace unos meses el proyecto de vanguardia pasaba por el debate ideológico en la OLA, ahora no existen más. Existen y actúan. El ERP pinta (más que nosotros). edita regularmente sus revistas, que llegan a las fábricas puntualmente a pesar de todos los golpes que sufrieron, toman un canal de televisión, tienen una radio clandestina, operan en el litoral. Hacen operaciones militares. El PC, los distintos partidos socialistas, también existen. Que sean una bosta es otra cosa. Con ese criterio nosotros tampoco existimos.

1.3.1. Situación internacional

Hay un notable exceso de optimismo. Al enemigo la situación internacional lo mejora. Consigue créditos para su objetivo inmediato de refinanciar la deuda y mantiene excelente relación con el bloque soviético que con su importancia los salva en el sector externo. La exposición soviética en Buenos Aires muestra que no se trata de coletazos de la relación con Gelbard, sino de una política que se mantiene con el actual gobierno.

1.3.2. Situación militar de nuestras fuerzas

Sugerimos repensar la especialización militar. Al cambiar nuestra hipótesis de guerra ¿no deberíamos también cambiar la metodología de construcción de nuestro Ejército? Tememos que al producirse situaciones insurreccionales, de seguir con la división actual, los oficiales políticos no sepan su nivel de violencia, o los oficiales militares no sepan sobre qué blanco operar. No sabemos si la solución es alguna nueva forma de integralidad, o la subordinación de la estructura militar a la política o alguna otra que no se nos ocurre. Pero vemos que aquí hay un problema grueso.

2. 1.1. La estrategia del enemigo. Espacio

No es cierto que haya "ausencia de identificación de nuestras fuerzas". Con la delación, el enemigo superó esa "debilidad congénita" del cerco. Al ser falso esto, es falso que el espacio principal sea el político. Es el militar, y éste es el gran triunfo que el enemigo consiguió sobre nosotros.

Esta línea de error sigue. Para nosotros el retorno a las masas es el retorno al espacio donde están las masas; en vez de librar el combate en la conciencia de la gente lo libramos en el espacio físico, lo cual es un error, coherente con el ideológico.

Al no corregir el ideologismo, no convocamos políticamente. Así, nuestra respuesta de volver a los barrios es elemental y peligrosísima. Nos van a golpear más duro todavía.

2.1.2. Tiempo

La contradicción entre guerra corta y naturaleza social del enfrentamiento valdría si se tratara de un enfrentamiento contra el conjunto del pueblo, pero lamentablemente lo que hay es una lucha militar contra nosotros.

Tenemos que ser más autocríticos y realistas. Por supuesto que hay lucha de clases; siempre la hubo y la seguirá habiendo. Pero uno de los grandes éxitos del enemigo fue estar en guerra con nosotros y no con el conjunto del pueblo. Y esto en buena medida por errores nuestros, que nos auto aislamos con el ideologismo y nuestra falta de propuestas políticas para la gente real.

2.1.3. Armas

Nuestras armas también son violatorias de las convenciones internacionales. Ellos se autoaislan, pero nosotros también, y en ese trueque ganan ellos, porque nosotros teníamos con qué impedirlo y ellos no. Es un cambio de peón por alfil; ellos ya estaban aislados y consiguieron aislarnos a nosotros, planteando una lucha de aparatos, que nosotros no podemos bancar.

Nos parece espléndido que finalmente se comprenda la importancia de la censura de prensa.

No es cierto que no tengan armas políticas. Hacen toda clase de esfuerzos para no enajenarse a los partidos y a la burocracia sindical y logran resultados. La burocracia los ayuda a pasar la prueba de la OIT. Osella Muñoz y Vanoli se niegan a declarar por los derechos humanos en Estados Unidos. Los gremialistas los felicitan por la libertad de Pita.

Los radicales tienen varios embajadores, y un íntimo de Balbín (Ricardo Jofre, número 2 de Mor Roig en el plan político) es ahora número 2 de Villareal en la Secretaría de la Presidencia, a través de la cual hay un dialogo muy amplio y muy inteligente. Ellos hablan con todos, los que nosotros dejamos de lado para imos a discutir con el ERP y el PC. Además no es cierto que no hayan establecido el cerco político. Lo que pasa es que lo establecieron con armas principalmente militares, por el terror, pero también secundariamente con armas políticas, que las tienen y las manejan muy bien. En todo este análisis vemos el triunfalismo que criticamos. Los subestimamos mucho, y esto está mal porque nos equivocamos.
2.2. 1. Nuestra estrategia. Espacio
Parte de guerraBuenos Aires, 2 de julio de 1976

A nuestro pueblo

En la mañana del día de la fecha, el pelotón de combate "Sergio Puigross" del Ejército Montonero, aprovechando una falla en el dispositivo de vigilancia y control de la Superintendencia de Seguridad Federal (ex Coordinación Federal), colocó en su sede central un artefacto explosivo. Cumplida su misión, los compañeros se retiraron sin novedades y, posteriormente, tal como estaba planificado, el artefacto detonó a las 13.20 en el comedor de esa dependencia. Los medios de información del Ejército Montonero estiman en 85 el número de bajas causadas al enemigo, de los cuales 25 son muertos. No se descarta el que esta cifra pueda llegar a ser superior. Los daños causados al edificio son importantes, estimándose que la capacidad operativa de este centro represivo quedó seriamente afectada por un lapso de tres meses. Este hecho de guerra demuestra - como lo demostraron en su momento, las ejecuciones de los torturadores Villar y Cardozo - que no puede haber lugar seguro para los que responden a la resistencia de los trabajadores con el secuestro, el asesinato y la tortura.

Viva la patria. Hasta la victoria final

MONTONEROS
Es mecanicista no explicar las razones del mecanismo en el salto cualitativo. Acá el problema es político y el lenguaje militarista no sirve. Es un grave error olvidar que ésta es una lucha política y que para la construcción organizativa las operaciones militares deben servirnos ante todo para hacer política, y no para construir un ejército cuando todavía no tenemos ganada la representatividad de nuestro pueblo. Lo que nosotros tenemos es una lucha de clases, con niveles crecientes de violencia, que debemos masificar, no es una guerra todavía. Además, siguen los bandazos, porque ahora que descubrimos que las contradicciones en el seno de la clase obrera no son antagónicas, parece que nos olvidamos que igual son contradicciones y nos olvidamos de nuestras definiciones de la necesidad de damos una política para los sectores más dinámicos y de mayor nivel de conciencia. Es como si no pudiéramos tener dos ideas en la cabeza al mismo tiempo: si hay contradicciones, las consideramos antagónicas, cuando nos damos cuenta que no son antagónicas, nos olvidamos de que existen. Esto es reaccionario: anular con una opinión hechos de la realidad.

2.2.3. Armas

Comunicado de Montoneros tras el atentado a LambruschiniLa concepción del repliegue al espacio seguro nos parece por varias razones errónea. Por militarista, al concebir la política como movimiento militar. Por ideologista, al aplicar conceptos de otras realidades trasplantados mecánicamente, incurriendo en los mismos errores que antes le criticábamos al ERP. Y fundamentalmente porque debido a nuestra ausencia de propuesta y a la confusión de nuestra identidad y de la identidad del pueblo, las masas no son un espacio seguro para nosotros. Lo perdimos por nuestro error.

2.3.1. Relaciones de fuerza. Económico

La contradicción con nuestra base social, derivada del aparatismo, no es porque gastamos más que lo que producimos, sino por nuestros errores políticos. Ahí está el aparatismo. Es querer imponer nuestros esquemas a la realidad. Negamos el Movimiento Peronista y el Movimiento Montonero no existe. Entonces ¿dónde nos vamos a refugiar cuando el enemigo aprieta? El error no está en que los compañeros son unos cómodos o vagos y por eso se refugian en el aparato, sino en que nuestra política ideologista e irreal hace imposible una buena relación con el pueblo. Si no corregimos eso, todo seguirá igual aunque la gente trate de irse a vivir a otro lado.

2.3.2. En la política nacional

Volante clasificado por los servicios de inteligencia. (Foto de la Comisión Provincial por la Memoria)
Es una barbaridad hablar del "fracaso total del plan" del gobierno. Se puede hablar de fracaso parcial o de éxito parcial, pero como lo plantea el documento es nuestro famoso exitismo. Ya vimos cómo los partidos y la Iglesia no rompen ni endurecen demasiado la relación con el gobierno. Y las luchas de las masas todavía no son tantas ni tan duras, aunque lo serán, con nosotros o sin nosotros.

2.3.3. Internacional

Ya dijimos que no los vemos aislados a ellos. Sobre derechos humanos, queremos agregar que es cierto que han perdido muchos puntos, pero esto forma parte de una política del imperialismo, que aprieta con dos pinzas: la económica y la de los derechos humanos, para mejor someter a nuestros países. Los mandan a matar y después aprietan. Además, ahora van a institucionalizar los derechos humanos, creando comisiones dirigidas por ellos, para regular las denuncias como mejor les convenga.

2..3.4. Militar

De nuevo el militarismo, aun para criticar al militarismo. Ese esquema no ayuda a pensar. y falta una auto crítica en serio, porque nosotros dijimos en 1974, cuando murió Perón, que queríamos el golpe para evitar la fractura del pueblo, y en 1975 que las armas principales del enfrentamiento serian las militares. Hay que ir a fondo, porque si no, no sirve. También esta el documento de la regional Baires después del golpe, diciendo que era el último desafío de la historia.

Es falso que no tengan reservas tácticas y que necesiten des aferrar tropas de una zona para llevarlas a otra. Nos están dando muy duro y sólo empeñan una parte mínima de sus fuerzas. Les sobran reservas tácticas. Este es un error gravísimo. Nos corresponde a nosotros esta crítica porque evidentemente no informamos bien cuál era la situación. Pero hay que corregir esa apreciación.

2.3.5. Síntesis

Ellos avanzaron en lo militar y también en lo político. Nosotros retrocedemos en ambos campos. y esto porque sin política no era posible avanzar. Hay que admitirlo así aunque duela.

2.4.1. Con las actuales estrategias

Nos parece perfecto. Y vemos que en ese punto se admiten de lleno, las cosas que en otros puntos sólo se admiten de refilón. Peronismo como la única forma de expresión conocida por el pueblo, entre otras.

3.1.1.a. Espacio político. Propias fuerzas

Nos parece uno de los aciertos fundamentales del documento plantear la resistencia masiva como propuesta principal de la etapa, pero no estamos de acuerdo en volcar esfuerzos en crear el inexistente Movimiento Montonero, en vez de invitar a esa resistencia al existente Partido Peronista, que en el transcurso de esa lucha irá cambiando y encontrando nuevas formas organizativas en su práctica y no en nuestra cabeza. No hay que crear estructuras al pedo. Los Montoneros conducen al peronismo. Eso es suficiente.

Para las fuerzas enemigas la pretensión de hacerlas penetrar en el espacio político militar nos parece una manera militarista de decir que nos convendría que se pelearan con todo el pueblo. Y para eso lo fundamental no es que ellos penetren sino que nosotros estemos con el pueblo. Para eso, la clave es política. De otro modo seguimos en el ideologismo: si penetran, se convierten en ejército de ocupación, y entonces sí, podemos aplicar los conceptos vietnamitas. Hay que pensar en términos nuestros.

La personalización de la política nos parece peligrosa. Primero porque creemos que para el pueblo existen los muchachos, los montoneros, antes que Firmenich. Segundo, porque si a él le pasa algo, es un desastre.

3.3. 1. Armas

No es cierto que ellos no tengan iniciativa táctica con las masas. Ahora cuando rastrillan, pintan las casas y dan la vacuna, que es lo que hacíamos nosotros en otra época.

3.3.3. Organizativas

La autonomía tiene que estar en todo nivel y no en los oficiales, porque así el cambio es mínimo. Si las cantadas fueran por debilidades ideológicas, lo mejor sería bajar la cortina, porque la ideología se modifica en medio siglo. Es por falta de confianza en un proyecto, debido a los graves errores políticos cometidos. Por eso se puede corregir y no vamos a ser derrotados.

b. Asunto: Aporte a la discusión del informe del Consejo
13 de diciembre de 1976
De: J S-I
A: J D-I

Se hace referencia a los ítems numerados del informe. En aquellos que se saltean debe interpretarse que no han surgido aportes de interés. Algunas de las cuestiones que se plantean han surgido también en el ámbito de oficiales subordinados.

1.2.2. Situación de las fuerzas populares

Los elementos que se señalan no están numerados en orden de importancia. Debe empezarse por la situación de las masas, que es de retirada para la clase obrera, derrota para las capas medias y desbande en sectores intelectuales y profesionales.

Dentro de ese cuadro solamente sectores del peronismo sindical -Luz y Fuerza y Portuarios- han conseguido frenar el avance enemigo librando conflictos que terminaron en empate. La posibilidad de tal resultado está dada en ambos casos por la naturaleza crítica de la producción, que es permanente en el caso de los servicios eléctricos y estacional en el servicio portuario (próxima exportación de cosechas). En el caso de Luz y Fuerza debe computarse además la permanencia de una organización reivindicativa de calidad superior.

Los conflictos mecánicos y metalúrgicos carecen en cambio de esa perspectiva por no afectar producciones críticas en la coyuntura recesiva y deben terminar en derrotas a pesar de una superior calidad combativa de los cuadros.

Esto vuelve a poner sobre el tapete la primacía de la infraestructura básica de servicios y de los sectores obreros ligados a ella. Priorizar la industria textil o la administración pública como línea sindical me parece un error; en el primer caso porque al subconsumo recesivo debe corresponder a un achicamiento de la industria, y la lucha se da entonces en terreno elegido por el enemigo; del mismo modo librar batalla en la administración -salvo sectores metalúrgicos- es allanar el campo a la ola de despidos que reclama un sector del régimen.

Se insiste, en suma, en la posición ya conocida de este sector del D-I, a saber: que mientras dure el actual proceso de retirada de la clase trabajadora sólo podrá dar combate en sectores críticos delimitados, que son la producción de energía, la exportación de cereales y carnes, la producción y transporte de combustible, las telecomunicaciones, el sistema bancario y el sistema de computación de datos.

1.4. Situación militar

La descripción de la situación militar del enemigo es correcta, pero la nuestra es incompleta y en algunos pasajes inexacta. Por ejemplo cuando afirma que "nuestro Ejército dio un salto cualitativo" (pág. 5, línea 1) para reconocer enseguida que "no hemos correspondido al salto de calidad dado por el enemigo" (pág. 5, línea 6). Igualmente cuando dice que "hemos aumentado la movilidad" (pág. 5). En lectura del ámbito subordinado este pasaje ha dejado la impresión de que soslaya la real gravedad de nuestra situación militar y omite datos importantes para su comprensión, por ejemplo porcentajes de pérdidas, territorios evacuados, etc. En consecuencia, ha suscitado desconfianza y malestar. 2.2. Nuestra estrategia en el espacio
El punto principal de la autocrítica es, como dice el informe, "la insuficiencia de nuestra política de poder para las masas" y efectivamente ella se refleja, ante todo, en nuestra actitud frente al peronismo.

Mi opinión, compartida por el ámbito subordinado, es que se ha hecho un pronunciamiento prematuro sobre el agotamiento del peronismo y que de ese pronunciamiento derivaron decisiones de importancia capital que hoy están sometidas a prueba.

Plana mayor del Partido Montonero vistiendo uniforme militar. La imagen corresponde a la revista Evita Montonera Nº 25, de agosto de 1979. Puede descargar la colección de Evita Montonera en Ruinas Digitales
El punto crítico a partir del cual se decretó el agotamiento del peronismo fueron las movilizaciones obreras de julio del 75 contra el "Rodrigazo". Allí pareció efectivamente que la clase obrera, al combatir contra un gobierno peronista, firmaba el acta de defunción del movimiento peronista. Este análisis omitía dos cosas: una, que sectores de vanguardia de la clase obrera estaban dispuestos a rebozar (sic) el peronismo siempre y cuando se diera una dirección de avance contra un gobierno vacilante como el de Isabel Martínez, pero que dentro de esa misma dinámica la clase trabajadora en conjunto, incluyendo las vanguardias, iba a retroceder hacia el peronismo cuando la marea se invirtiese por la presencia militar; otra, el peso efectivo que en tales movilizaciones tuvo la burocracia sindical peronista.

Cabe suponer que las masas están condenadas al uso del sentido común. Forzadas a replegarse ante la irrupción militar, se están replegando hacia el peronismo que nosotros dimos por agotado y la dirección del peronismo se ha visto subrayada por el gorilismo del gobierno. En suma, las masas no se repliegan hacia el vacío, sino al terreno malo pero conocido, hacia relaciones que dominan, hacia prácticas comunes, en definitiva hacia su propia historia, su propia cultura y su propia psi:ología, o sea los componentes de su identidad social y política. Suponer, como a veces hacemos, que las masas pueden replegarse hacia el montonerismo, es negar la esencia del repliegue, que consiste en desplazarse de posiciones más expuestas hacia posiciones menos expuestas; y es merecer el calificativo de idealismo que a veces nos aplican hombres del pueblo. En síntesis, creo que el Partido debió, y aún debe replegarse él mismo hacia el peronismo y que la propuesta inversa no es una verdadera propuesta para las masas en esta etapa, aunque pueda llegar a serlo en otra, pero en ese caso ya no se trataría de un repliegue sino de un avance.

Otra línea de análisis que concurrió para decretar el agotamiento del peronismo es la que, también a priori, ha resuelto que en la Argentina asistimos a la "crisis definitiva del capitalismo". Afirmaciones desmesuradas de este tipo proceden, a mi juicio, de una falta de formación histórica. El capitalismo en decenas de países ha sobrevivido a crisis más graves que la actual crisis argentina. Para dar un solo ejemplo, "la crisis definitiva" del capitalismo en Alemania debió enunciarse por primera vez en 1848, y aunque generaciones de revolucionarios reiteraron ese anuncio durante un siglo y cuarto, no se concretó ni siquiera en el período terrible -para los capitalistas- de 1919 a 1923, ni impidió que Alemania hoy sea el modelo de capitalismo.

Naturalmente si nosotros pensamos que la crisis del capitalismo es definitiva, no nos queda otra propuesta política que no sea el socialismo más o menos inmediato, acolchado en un período de transición, y esa propuesta contribuye a relegar el peronismo al museo. Todos desearíamos que fuera sí, pero en la práctica sucede que nuestra teoría ha galopado kilómetros delante de la realidad. Cuando eso ocurre, la vanguardia corre el riesgo de convertirse en patrulla perdida.

Creo que estos son los ejes de nuestra equivocada estrategia, y que en cambio son secundarias o derivadas las contradicciones masas-aparato, interior-Buenos Aires, etc., ya que la resolución de las mismas es materia de ejecución, mientras que los ejes políticos que planteamos son materia de concepción.

Aún esas antinomias, si se toman como subordinantes y no como subordinadas" encierran peligros considerables, y el mayor de ellos es omitir la singularidad de la configuración geográfica, histórica y social argentina, que es su núcleo urbano de 12 millones de habitantes y 60% de la población obrera, de la que necesariamente -a mi juicio- debe brotar también la singularidad de nuestro proceso revolucionario. Hecho que por ahora apuntamos sin perjuicio de intentar desarrollarlo por separado.

3.1.1. Objetivos políticos para la fuerza propia

Los objetivos políticos que a mi juicio deberíamos perseguir, surgen de lo que se acaba de expresar y no coinciden con lo que sustenta el documento. Más precisamente, no creo en la factibilidad de construir el Movimiento Montonero a partir del peronismo en este momento ni creo que ese Movimiento vaya a ser otra cosa que una estructura más del partido Montonero.

Entiendo que Montoneros debe seguir la dirección de retirada marcada por el pueblo, que es hacia el peronismo, y que la única propuesta aglutinante que podemos formular a las masas es la resistencia popular, cuya vanguardia en la clase trabajadora debe ser nuevamente la resistencia peronista, que Montoneros tiene méritos históricos para encabezar. Esta sí me parece una propuesta inteligible y aglutinante para las masas porque se funda en su experiencia concreta y en su percepción de la actual relación de fuerzas.

Los genocidas en sus dorados años de plomoEsto no significa que el Partido vaya a renunciar a sus objetivos estratégicos, su propuesta intermedia de Movimiento Montonero, su propuesta final de poder socialista, su programa de largo plazo, en suma; significa poner la correcta distancia entre esos objetivos lejanos y la dura realidad actual, que no permite a las masas ni siquiera pensar el poder, sino resistir para sobrevivir.

3.2. [Sic]

Coincidiendo con el grueso de lo que afirma de aquí en adelante, creo que de esas afirmaciones surge la necesidad de ser aún más radicales en las medidas que se proponen, y que, interpolando las reflexiones anteriores, yo formularía así:

a. reconocer que las OPM han sufrido en 1976 una derrota militar que amenaza convertirse en exterminio, lo que privaría al pueblo no sólo de toda perspectiva de poder socialista sino de toda posibilidad de defensa inmediata ante la agresión de las clases dominantes.

b. Definir la etapa como retirada en el aspecto estratégico y como resistencia en el aspecto táctico, sin fijarles límites temporales. Definir el conjunto del pueblo y en particular el pueblo peronista como terreno donde debe verificarse la retirada.

c. Definir el Peronismo y la clase trabajadora como sujeto principal de la resistencia, y a la resistencia Montonera como parte de la resistencia popular.

d. Retirar del territorio nacional a la Conducción Estratégica y a las figuras "históricas" que, independientemente de sus actuales niveles o funciones, son tanto para el enemigo, como para el pueblo, la encarnación de Montoneros, de Juventud Peronista o del Peronismo Auténtico, para quitar al enemigo la posibilidad de infligirnos derrotas decisivas al capturados o matarlos.

e. Mantener la actual estructura de Partido, asignando a la Conducción Estratégica en el exilio la función de conducir la retirada y a la conducción táctica que permanezca en el país la función de conducir la resistencia.

f. Definir la seguridad individual y colectiva como criterio dominante en la resistencia y elegir la CT con arreglo a ese criterio, flexibilizando los criterios de nivel y acentuando los criterios de compartimentación, desconocimiento por el enemigo y resultados obtenidos hasta ahora en la preservación de las estructuras confiadas a su mando.

g. Ligar la resistencia en forma absoluta a la política de masas, privilegiando en primer término las estructuras militares defensivas (documentación, información, comunicaciones) y las estructuras políticas, ofensivas (propaganda, agitación, prensa clandestina y descentralizada en lo interno, prensa internacional).

c. Asunto: Aporte a una hipótesis de resistencia
2 de enero de 1977
De: J S-1
A: J D-1, S-2, S-3, S-4

1. Naturaleza del aporte

Este trabajo se eleva para su discusión en el ámbito partidario. Es el complemento del "Aporte a la discusión del documento del Consejo" y al "Curso de la guerra enero-julio de 1977 según la hipótesis enemiga". Recoge elementos de discusión surgidos en el ámbito propio y en el subordinado.

II. Consideraciones generales sobre la guerra y la resistencia

Se parte de la hipótesis de que la guerra en la forma en que la hemos planteado en 1975-76 está perdida en el plano militar (ver "Curso.. .") y que la derrota militar se corresponde en el plano político con el repliegue de las masas, que no asumen ]a guerra porque no vislumbran posibilidades de triunfo en la actual estrategia montanera (ver "Aporte a la discusión... ").

2. Posibilidad de la resistencia

El fin de la guerra no significa la desaparición de formas significativas de lucha, salvo que previamente se haya producido el exterminio de la vanguardia, conforme a la hipótesis enemiga, para enero-junio 1977. Si tal exterminio puede evitarse, será posible y hasta cierto punto (sic) conducir esas formas significativas de lucha configurando una etapa de resistencia capaz de prolongarse largo tiempo. Un centenar de oficiales, dispersos en el territorio, sin otro lazo orgánico que la unidad de doctrina, es suficiente para sostener la resistencia si se cuenta con recursos adecuados en dinero, documentación, propaganda y explosivos. Al analizar esta hipótesis el enemigo habría llegado a la conclusión de que puede tardar hasta dos años en liquidar la resistencia de estos "grupos chicos" si las circunstancias políticas le resultan favorables. (C-2)

3. Objetivos de la resistencia

Lo que diferencia a la guerra de la resistencia es la respuesta a la pregunta sobre el poder. La guerra pone en la orden del día la conservación del poder que se dispone a la toma del poder que se carece (sic).

La resistencia cuestiona los efectos inmediatos del orden social, incluso por la violencia, pero al interrogarse por el poder, responde negativamente porque no está en condiciones de apostar por él. El punto principal en su orden del día es la preservación de las fuerzas populares hasta que aparezca una nueva posibilidad de apostar al poder.

La obtención de ese objetivo de supervivencia esta ligada a la des aceleración del enfrentamiento militar y a la aceleración del enfrentamiento político a partir del ingreso en el mismo de fuerzas actualmente espectadoras.

En un momento como éste la guerra ata convulsivamente a las fuerzas sociales y políticas del disentimiento, sin que ella misma ofrezca posibilidades de triunfo en sus propios términos o sea en términos militares. Al librarla recogemos sólo sus desventajas. Desatar las fuerzas abrumadoramente mayoritarias de la oposición, y aun las del desacuerdo en las filas enemigas, es imposible mientras persiste un estado de guerra que tiende a volverse unilateral y ejemplificador al revés: 10 bajas propias por cada baja enemiga.

Ese objetivo se vuelve posible, en cambio, si el bando perdedor utiliza el "privilegio de la defensa", que consiste en no dar batalla en ese terreno, sustraerse como blanco masivo al accionar enemigo, reclamar por la paz y aunque no lo consiga, demostrar que la responsabilidad de la guerra recae en el enemigo. En este punto aparece la posibilidad y la legitimación de la resistencia; forma de guerra diluida que, sin fijarse plazos, puede arraigar en el pueblo si le propone formas de acción que estén a su alcance y aparezcan ligadas a su propia supervivencia.

La preservación de las fuerzas populares, incluida su vanguardia y la liberación de las fuerzas sociales y políticas del desacuerdo a través de una perspectiva de paz, tiende en última instancia a impedir que el enemigo pueda convertir el triunfo militar en victoria política integral, modelando un tipo de sociedad estable fundado en la explotación. III. Transición de la guerra a la resistencia

El tránsito de la guerra a la resistencia, que debe asumirse como un retroceso cualitativo cuya alternativa es el exterminio, implica maniobras de gran complejidad, cuyos espacios políticos, organizativos y militares se tratarán de esbozar con el desparejo nivel de procesamiento que permiten el tiempo disponible y las limitaciones personales, que incluyen un déficit de información interna.

1. La maniobra política

1.1. El ofrecimiento de paz

El pasaje a la resistencia debe ser precedido de un ofrecimiento de paz, que al mismo tiempo que reafirme los principios justos de la lucha liberadora, reconozca la derrota militar. Ese ofrecimiento debe girar alrededor de dos puntos mínimos:

1. Reconocimiento por ambas partes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y vigencia de sus principios bajo el control internacional.

2. Reconocimiento por ambas partes de que el futuro del país debe resolverse por vías democráticas.

El primer punto implica por parte del gobierno militar el cese de fusilamientos ilegales y torturas, la publicación de la nómina de detenidos, la vigencia del recurso de Hábeas Corpus y el restablecimiento de la opción para abandonar el país para los detenidos no procesados.

Para Montoneros implica el cese de toda acción militar antipersonal, y el uso de las armas solamente en defensa de la vida o la libertad.

1.1.1. Perspectiva del ofrecimiento de paz

La primera reacción del enemigo ante el ofrecimiento de paz será, seguramente, ignorarlo, pero no ocurrirá lo mismo con los partidos políticos, la Iglesia, capas medias, profesionales y empresarios y la opinión internacional. Si la propuesta es enérgicamente publicitada bajo el lema "La paz es posible en 48 horas", el gobierno militar puede verse obligado a responder formulando las condiciones inaceptables de rigor: (rendición incondicional. etc.), que serán rechazadas en tanto no se cumpla con el punto 1 de la propuesta, etc.

Entretanto Montoneros cumplirá unilateralmente una tregua limitada (de 30 a 60 días) durante la cual denunciará cada muerte que produzca el enemigo como una demostración de que es él quien lleva adelante la guerra.

1.2. Llamamiento a la resistencia

Ignorado o rechazado el ofrecimiento de paz, Montoneros se dirigirá al pueblo mediante un documento con los siguientes puntos:

a. Durante siete años Montoneros ha encabezado la lucha del pueblo a un costo terrible de vidas, sufrimiento y heroísmo.

b. Reiteradamente Montoneros ha ofrecido la paz a las FFAA como lo demuestran el Operativo Dorrego, las relaciones sostenidas con los generales Carcagno, Anaya y Dalla Tea, las conversaciones con el almirante Massera y las negociaciones con el general Harguindeguy tras la detención de Roberto Quieto.

c. La paz ha sido de nuevo rechazada por las FFAA a pesar de que las condiciones de Montoneros eran mínimas: vigencia de los derechos humanos y de la voluntad popular.

d. Ello demuestra que las FFAA no persiguen solamente el exterminio de Montoneros sino’ la esclavización del pueblo y la supresión de toda forma política democrática.

e. En consecuencia, Montoneros convoca a la resistencia popular y explica en qué consiste.

2. El cambio organizativo

La organización para la resistencia difiere en aspectos sustanciales de la organización para la guerra. Esta última es centralizada, homogeneizada a través del funcionamiento partidario y dependiente de un aparato especializado. La organización de la resistencia se basa en grupos reducidos e independientes cuyo nexo principal es la unidad por la doctrina (a expensas de la unidad funcional) y que en función de una gran autonomía táctica rescata hasta cierto punto la "inteligencia" del cuadro individual.

2.1. Conducción estratégica y conducción táctica

La conducción estratégica es el Partido y conduce la retirada desde posiciones que no están expuestas al azar del combate. La conducción táctica dirige la resistencia como maniobra principal en el terreno (ver "Aporte a la discusión...").

2.2. Disolución de estructuras penetradas

Las estructuras penetradas (conocidas) por el enemigo deben disolverse obedeciendo al criterio de que una estructura tiene un plazo fijo de extinción (Ver "Curso de la guerra").
Juicio revolucionario
DE : CONSEJO REGIONAL (C. R.).
A: OFICIALES Y ASPIRANTES.
Fecha : 3 de septiembre de 1975
Objeto: Resolución.

JUICIO REVOLUCIONARIO A: FERNANDO HAYMAL

Dada la situación que vive esta Regional luego del último golpe represivo, y vistas las condiciones generales en la Organización debe desarrollar sus práctica, la Conducción Regional decide de común acuerdo con las respectivas conducciones de columnas realizar un juicio sumario a Fernando Haymal sin presencia del acusado y tomando como testimonio los hechos ocurridos, una confesión escrita por él mismo y testimonios escritos con los compañeros que actualmente en prisión a raíz de las declaraciones del acusado.

La decisión de realizar el juicio sin la presencia física del acusado se basa en el hecho de las dificultades técnicas que tiene la organización para hacer comparecer al mismo al juicio, y porque de los hechos y de los testimonios se extraen conclusiones claras y definidas a cerca del tipo de delito cometido por el acusado.

1.- CARGOS:

A Fernando Haymal se lo acusa de traidor y delator por los siguientes cargos:

a) Haber delatado la casa donde vivía un compañero de la Organización.
b) Haber delatado un local de funcionamiento donde se había construido un depósito en cuya construcción el acusado había participado. Por razones de seguridad aquí no informamos que ámbito de la Organización funcionaba en ese local.
c) Haber causado con su delación la detención de más de 10 compañeros.
d) Haber causado con su delación la muerte del compañero Marcos Osatinsky.
e) Haber causado con su delación la caída de diversos medios materiales de la Organización como dinero, armas, municiones, explosivos, casa, coches, elementos de propaganda, etc.
f) Haber causado con su delación el pase a la clandestinidad de varios compañeros.
g) Haber causado con su delación un triunfo político-militar del enemigo

2.- ELEMENTOS ATENUANTES:

a) Haber realizado las declaraciones en el ámbito policial
b) Que hubieron 96 horas entre la última vez que el acusado concurrió a un control organizativo y el momento en que realiza las declaraciones .

3.- ELEMENTOS AGRAVANTES:

a) Ser consiente de la la importancia de los datos que entregaba al enemigo ya que le constaba que la casa que entregaba era un lugar de vivienda de un compañero donde además se solían hacer reuniones y conocía perfectamente cual era el ámbito organizativo que funcionaba en el local, que era lo que se hacia en el mismo momento y cuales eran tambiÈn los compañeros que concurrían permanentemente a ese lugar.
b) Haber tenido una reunión de su ámbito poco tiempo antes de su caída donde se planteó especialmente el caso que podrían caer los compañeros que formaban parte del mismo y se impartieron instrucciones sobre proceder ante el enemigo.
c) No haber ocultado su información ni siquiera 24 horas , ya que fue detenido de acuerdo a su propio testimonio el martes 5 de agosto a las 23 horas , y la policía ya estaba allanando una de las casas que Èl declaró a las 22 horas del día miÈrcoles.

4.- CONSIDERACIONES:

El Tribunal Revolucionario considera como hechos ciertos y probados los siete cargos a que se le hacen al acusado, lo que se deriva de los hechos objetivos ocurridos, el testimonio de los compañeros detenidos a partir de esos hechos y el testimonio escrito por el propio acusado. Con respecto a los elementos atenuantes que tendría el acusado, este Tribunal considera que no son válidos.

Por estas razones, más las ya apuntadas anteriormente, este Tribunal considera que habiendo incurrido el acusado Fernando Haymal en los delitos de delación y traición debe ser condenado a ser pasado por las armas en el lugar y momento en que se lo encuentre.

5.- CONCLUSIÓN:

Este Tribunal consiente de que se dicta una sentencia de esta responsabilidad y gravedad para sancionar delitos de este tipo, aclara que considera un grave error de liberalismo ideológico, el no haberlo hecho en los casos que se presentaron anteriormente.

A pesar de ser consiente de que el proceso de construcción de la Organización va determinando el tipo de resoluciones que se pueden tomar sobre sus miembros, afirma que cualquiera sea la etapa de desarrollo en que se encuentre la Organización, es valido y necesario combatir severamente todos aquellos elementos que conspiren contra su construcción y existencia, en tanto esto sea tambiÈn conspirar contra el desarrollo del proceso revolucionario en nuestro país.

Es decir, en tanto estas conductas disolventes sean objetivamente similares a las que realiza el enemigo con el fin de abortar el proceso de liberación.

Finalmente una última observación: Hay en todo este proceso un hecho original, y es la situación de que es la primera vez que el enemigo libera a un preso que hizo declaraciones que lo comprometían. Desconocemos las razones de esta conducta, puede ser que el enemigo haya querido utilizarlo de otra manera. Igualmente es un elemento a tener en cuenta para analizar los mÈtodos de las fuerzas represivas en el futuro.

Córdoba, 26 de agosto de 1975.

En el día de la fecha, a las 18.00 hs. fue ubicado Fernando Haymal, alias Valdés, el cual fue introducido en un coche y ejecutado en el acto, en cumplimiento de la sentencia dictada por el Tribunal Revolucionario el 26 de agosto de 1975.

Córdoba, 2 de septiembre de 1975.
2.3. Reubicación de los cuadros

La reubicación de los cuadros en la etapa inicial de la resistencia obedece al principio de que la obligación central del cuadro penetrado es zafar de la penetración.

La reubicación del cuadro penetrado es requisito de su incorporación a la resistencia y sólo debe considerársela efectiva cuando disponga de vivienda cerrada en una zona donde es desconocido, documentación aceptable y cobertura de trabajo.

El lugar de la reubicación debe ser elegido individualmente para mantener la compartimentación, dentro de zonas prefijadas por la CT del Área para mantener la posibilidad de políticas zonales de resistencia.

2.4. Reducción de estructuras zonales

La reubicación de cuadros debe ir acompañada de la reubicación de las estructuras zonales. La conducción zonal puede quedar reducida a tres miembros; el responsable zonal (oficial mayor), un secretario político y un secretario militar (oficiales primeros).

El módulo de tres se reproduce hacia abajo a nivel de partido y de pueblo o barrio. La reducción numérica debe ir acompañada de una reducción en el funcionamiento con un máximo de una reunión mensual por ámbito a nivel de pelotón y una reunión trimestral a nivel de conducción de zona.

Los cuadros "regenerados" tras un período de reubicación se incorporarán localmente a la resistencia por métodos de reunión preestablecidos.

Ninguna estructura llevará constancia escrita de su funcionamiento, presupuesto, etc. y se fijan topes individuales y colectivos de descompartimentación que al ser superados impliquen la disolución del ámbito, la reubicación de los cuadros y su posterior regeneración.

2.5. Reducción del Área Federal

Las secretarías del Área pueden reducirse a tres: Secretaría General (incluye Prensa), Internacional y Conducción Táctica. Las dos primeras funcionarán en el extranjero.

Los servicios del Área se disolverán y su personal y recursos se distribuirán en las resistencias zonales.

La excepción es el servicio de documentación, que debe considerarse prioritario, ya que de él dependen la re ubicación de los cuadros penetrados y la regeneración constante de la resistencia. Por lo tanto debe reforzarse allí donde existe, crearse en las zonas en que no existe, y organizar un servicio central de documentación en el extranjero.

El servicio de finanzas debe asegurar la autonomía táctica de las zonas de resistencia distribuyendo los recursos con gran anticipación y por períodos prolongados (mínimo de seis meses). El esfuerzo prioritario debe ponerse en la re ubicación de los cuadros.

La prensa debe descentralizarse a nivel de pelotón de resistencia, conservando a nivel de la conducción táctica "El Montonero" y a nivel de Secretaría General la Agencia Clandestina y eventualmente un órgano doctrinario editado en el extranjero.

El Departamento de Producción debe reestructurarse en función de la resistencia abandonando la fabricación de armas de guerra y fabricando y enseñando a fabricar explosivos, caños caseros y bombas incendiarias.

3. Los métodos de acción

Las líneas de acción de la resistencia son conocidas por el Partido y por el pueblo. Están admirablemente teorizadas en la "Correspondencia Perón-Cooke", a la que nos remitimos.

La línea militar de la resistencia se sintetiza en los siguientes principios: Ninguna acción militar que no esté ligada en forma directa e inconfundible con un interés inmediato de las masas.

Ninguna acción militar indiscriminada que impida hacer política en el seno del enemigo o nos quite la bandera fundamental de los Derechos Humanos.

Énfasis sobre el ataque a la estructura productiva y abandono del terror individual que "desorganiza más a las propias fuerzas que a las del enemigo" (Lenin). El atentado antipersonal debe ser un recurso excepcional resuelto en juicio, cuya comprensión popular exige un despliegue de propaganda muy superior al esfuerzo del atentado mismo.

Énfasis sobre "los millares de pequeñas victorias" más que sobre las operaciones espectaculares en que se fundamentan las grandes represalias.

Propaganda infatigable por medios artesanales: Si las armas de la guerra que hemos perdido eran el FAL y la Energa, las armas de la resistencia que debemos librar son el mimeógrafo y el caño .

d. Asunto: Curso de la guerra en enero-junio 1977 según la hipótesis enemiga
2 de enero de 1977
De: J 8-1
A: J D-2, 8-3, 8-4

1. Origen

Este trabajo ha sido redactado por el J-S previa discusión con sus dos oficiales, desaparecidos en diciembre. Se funda en información disponible tanto en el Sector como en el Departamento.

2. Situación militar a fines de 1976

La situación militar en diciembre de 1976 coincide, en términos generales, con las previsiones que hizo el Sector el 12 de abril en un papel titulado "Aporte a la hipótesis de guerra y al plan nacional de operaciones", y está reflejada en el mapa nª 3 de ese aporte.

Durante 1976 el enemigo cumplió todos los objetivos de la Fase 2 de su plan de operaciones y pasó a la Fase 3 con varios meses de anticipación sobre lo que él mismo preveía.

Las correcciones que habría que hacer al mapa 3 son pocas y todas favorables al enemigo. Córdoba ha dejado de existir incluso como foco aislado. El enemigo irrumpió en Zona Paraná rompiendo la continuidad del eje Rosario-La Plata; Zona Norte y La Plata están sometidas a un cerco creciente.

En definitiva el enemigo ha resuelto en 1976 el aspecto territorial de su guerra y encara en 1977 la liquidación del aparato partidario.

3. Objetivo de la fase 3, enero-junio 1977

El plan de operaciones enemigo en este período apunta a los siguientes objetivos:

a) Destrucción de las Conducciones Nacionales del Partido (CN y Secretaría Nacional).

b) Destrucción de los aparatos federales de finanzas, documentación, información y logística.

c) Impedir la regeneración de las conducciones zonales de Norte y La Plata y reducción de sus secretarias zonales.

d) Eventual destrucción de los secretariados zonales de Buenos Aires y Rosario. El sector estima que el enemigo cuenta con suficiente Inteligencia acumulada sobre la fuerza propia como para alcanzar sus objetivos en proporciones que oscilan entre el 60 y el 90%, sin que deba descartarse un acortamiento del plazo que analiza. 4. Descripción de la Inteligencia enemiga

El rasgo principal de la Inteligencia enemiga es el análisis estructural. Lo determinante es el conocimiento de nuestra estructura en sus aspectos político, ideológico, organizativo espacial, temporal y relacional. partiendo del supuesto de que conociendo los objetivos que persigue el adversario, virtudes y debilidades de sus cuadros, cadena de mandos, asentamiento zonal, funcionamiento y comunicación, se sabe lo necesario para destruirlo si se cuenta con superioridad de fuego y movimiento.

Dentro de esta concepción, la tortura, la delación y la formación de agentes conversos deben calificarse como procedimientos o técnicas de búsqueda, y no confundirse con el método principal. La cita cantada y la casa que cae son "accidentes lógicos" que derivan naturalmente del análisis estructural y en progresión geométrica con la Inteligencia acumulada. (Inconcluso)

e. Asunto: Cuadro de situación del enemigo militar a comienzos de 1977
5 de enero de 1977
De: D-I
A:SMH

1. Durante 1976 el enemigo cumplió todos los objetivos de la Fase 2 de su Plan de Operaciones, pasó a la Fase 3 y se apresta en 1977 a realizar la Fase 4, que denomina de exterminio.

2. En el último trimestre de 1976 el número de muertos en el campo popular osciló entre 200 y 300 por mes.

3. Tras el aniquilamiento de la conducción del ERP en julio, el enemigo concentró su esfuerzo en Montoneros. A partir de fines de septiembre logró la destrucción de su Secretaría Política Nacional, conducciones zonales, de La Plata y Norte, y muerte de un miembro de la CN. Asestó fuertes golpes a las conducciones zonales de Sur, Oeste, Capital y estructuras de Prensa e Informaciones de AF. En el mismo período se produjo la caída de numerosos oficiales, aspirantes y soldados. La Inteligencia enemiga ha avanzado hacia un tipo de análisis estructural que le permitirá en grado creciente la búsqueda de estructuras prioritarias de conducción o del aparato federal. El conocimiento de la propia estructura le permite la selectividad de los blancos y el volumen de caídas y confesiones obtenidas por tortura facilita una renovación constante del ciclo de Inteligencia.

5. [Sic] El presupuesto de guerra, superior a los mil millones de dólares anuales, es el más alto de la historia. La PPBA ha sido reequipada, mejorando notablemente en movilidad y armamento. La PF ha dado un salto cualitativo en su sistema. de comunicaciones con la incorporación del sistema DIGICOM.

6. El enemigo no experimenta carencia de personal y no ha necesitado apelar a reservas tácticas o estratégicas. Los planes de reclutamiento de PF se cumplen con anticipación.

7. La propaganda militar enemiga dispone de todos los medios de difusión, que utiliza para pregonar el aislamiento de la guerrilla y su próximo aniquilamiento, y para ocultar el fusilamiento de rehenes disfrazado como enfrentamiento.

8. La moral de combate enemiga se ve realzada por la certidumbre general de que el triunfo, sobre la guerrilla está próximo.

9. La evaluación sintética de esos elementos; es que la situación militar enemiga es la mejor desde que en febrero de 1975 las FFAA asumieron la conducción directa de las operaciones. La aparición de contradicciones entre ellos gira sobre políticas a seguir después de la derrota de la guerrilla, que sigue siendo el factor unificador.

10. Curso probable de acción enemiga, enero, junio 1977

* El enemigo iniciará sin dificultades la Fase 4 de su Plan de Operaciones, lo que en términos generales significa una intensificación global de su ofensiva con vistas al triunfo antes de junio.

* En relación con la propia fuerza, el plan de operaciones del enemigo apunta a la destrucción de las Construcciones Nacionales del Partido, aparatos federales de Finanzas, Informaciones, Logística y Documentación, y conducciones zonales del Area Sur y Rosario.

Esta estimación del Departamento de Información no coincide enteramente con el panorama militar del último documento del Consejo ni con la estimación de CN, que llega a través de SN, según la cual la ofensiva enemiga estaría llegando a su fin.

Reflexiones sobre la situación partidaria

El objeto de este trabajo es presentar algunos puntos de vista, no suficientemente sistematizados, sobre la etapa que vive nuestro Partido. Probablemente aparecerán en ellos algunas divergencias o por lo menos algunas dudas sobre la línea política militar, e incluso sobre el método de análisis que la sustenta. Situarlas por escrito no debe entenderse como una forma de cuestionamiento, sino de diálogo interno.

Los métodos de análisis:

La línea del Partido y los documentos que la expresan en los últimos 18 meses revelan, a mi juicio, una fuerte influencia del pensamiento maoísta en el aspecto político y de la doctrina de Clausewitz en el aspecto militar. Obviamente no se trata de cuestionar la utilidad de instrumentos que reposan en las experiencias fundamentales, sino de verlos como productos históricos. De esa visión surge la necesidad del propio producto histórico.

Establecida esta necesidad aparece lo que a mi juicio es la principal falencia del "pensamiento montonero", que es un déficit de historicidad.

Ese déficit no estaba en la mente de los compañeros que para darle un nombre a la organización acudieron a la historia argentina (y latinoamericana) que va de 1815 a 1870. Esa visión inicial, sin embargo, se agotó en sí misma. En los actuales documentos montoneros apenas figuran referencias de historia argentina anteriores a 1945, ni siquiera a los propios caudillos montoneros.

Creo que en ese vacío histórico subyacen las "leyes" de la toma del poder en la Argentina y que esa determinación es más fuerte que las que surgen de cualquier otro producto histórico, ya que es la determinación espacial y temporal concreta que nos corresponde a nosotros. Hay dos fallas del pensamiento de izquierda en las que re cae, a mi juicio, el pensamiento montonero cuando analiza su problema central. que es la toma del poder. Una, privilegia las lecciones de la historia en que la clase obrera toma el poder y desdeña aquellas otras en que el poder es tomado por la aristocracia, por la burguesía. Ni Marx ni Lenin procedieron así. Ambos dieron a la toma del poder por otras clases un carácter ejemplar. La segunda falla deriva de la pri$era, y remite al punto de partida, a saber, la historicidad de nuestro pensamiento. Puesto que las lecciones de historia en que la clase obrera toma el poder se dan solamente a partir de 1917 Y solamente en otros países, ése es el nivel cero donde empieza nuestro análisis. Un oficial montonero conoce, en general. como Lenin y Trotsky se adueñan de San Petersburgo en 1917, pero ignora como Martín Rodríguez y Rosas se apoderan de Buenos Aires en 1821.

La toma del poder en la Argentina debería ser, sin embargo, nuestro principal tema de estudio, como lo fue de aquellas clases y de aquellos hombres que efectivamente lo tomaron. Perón desconocía a Marx y Lenin, pero conocía muy bien a Irigoyen, Roca y Rosas, cada uno de los cuales estudió a fondo a sus predecesores.

Rodolfo Walsh
Oficial de Inteligencia - Montoneros,
Buenos Aires, 23 de noviembre de 1976 a 2 de enero de 1977
Fuente: Equipo de investigaciones Rodolfo Walsh - www.rodolfowalsh.org


Copamiento del Regimiento 29 de Infantería de Monte, Formosa

PARTE DE GUERRA

Formosa, 6 de octubre de 1975

El día 5 de octubre nuestra Organización lleva a cabo la acción militar más importante realizada en nuestra patria para lograr su definitiva Liberación Nacional y social. La misma consistía en la ocupación militar de la ciudad de Formosa, con centro en el Regimiento 29 de Infantería de Monte, a los efectos de recuperar armamento y mejorar el pertrechamiento del Ejército Popular.


[Parte de guerra original Clic para ampliar]
Esta acción militar se montó sobre la Sección de Combate "Fred Mario Ernst" compuesto por los Grupos de Combate "Carlos Tuda" y "Zulema Willimer" que operaron simultánea y sincronizadamente con mando único y centralizado.

1.- Los Grupos, compuestos por siete Pelotones de Combate, tenían como objetivo la reducción de las cuatro Compañías, el retén, la Guardia del Cuartel y el Casino de Suboficiales.

En todos estos puestos hubo resistencia y luego del enfrentamiento fueron finalmente reducidos salvo en la Guardia. En este puesto lograron escapar un conjunto de efectivos militares que armaron una base de fuego logrando con esto hostigar a nuestra fuerza, fundamentalmente los Pelotones afectados a esa tarea.

Es en este enfrentamiento donde nuestra fuerza tiene todas sus bajas. Debido a ello fue necesario adelantar la retirada, lográndose concretar el objetivo de recuperación sólo parcialmente, apropiándose aproximadamente cincuenta fusiles automáticos que pasan a manos de las fuerzas militares del Pueblo.

En este enfrentamiento perdemos once compañeros entre muertos y heridos siendo todos finalmente fusilados. A su vez el enemigo sufre unas cuarenta bajas todas por no acatar las intimaciones de rendición que les impartía nuestra fuerza.

2.- El Grupo "Zulema Willimer", compuesto de tres Pelotones cumplió la función de garantizar la retirada de la fuerza de asalto al Cuartel.

Para ello :

inmovilizan a la Gendarmería y Policía Provincial,

copan un avión Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas y copan el Aeropuerto Internacional de El Pucú.

inmovilización de la policía y Gendarmería se hace con un Pelotón que establece una base de fuego sobre la única ruta de acceso a la ciudad.

Al tomar contacto con el enemigo hay enfrentamiento, el enemigo se retira con bajas no precisadas y nuestra fuerza, sin sufrir bajas consigue cumplir con éxito esta parte de la Operación.

1973 - Quieto y Firmenich firman el acuerdo de fusión de
FAR y Montoneros
El Pelotón de copamiento del Aeropuerto encuentra resistencia por parte de la Policía Provincial y Gendarmería que presentaron combate y fueron derrotados posteriormente, los policías restantes y los gendarmes que se encontraban en el Aeropuerto se rinden.

A partir de ese momento el control del mismo fue total. Las bajas enemigas son cinco, nosotros no tuvimos ninguna.

El Pelotón de copamiento del avión logra su objetivo sin incoveniente, controlándose a la tripulación y al pasaje. A estos últimos se les permite descender posteriormente, salvo a un miembro de la marina que se deja como rehén.

3.- El Grupo "Carlos Tuda" formado por tres Pelotones tenía como objetivo copar un campo en las inmediaciones de Rafaela, señalizar la pista y preparar la defensa y absorción hacia distintos puntos del país de las fuerzas y pertrechos que se retiraron de Formosa. Todos estos pasos se cumplen exitosamente, tanto el descenso del avión como la defensa de los compañeros que retornaban en el avión su absorción posterior.

Con esta acción nuestra Organización comienza a desarrollar un Ejército regular que junto al conjunto del accionar militar y paramilitar que ya se ha efectuado y que se seguirá haciendo, perfilan ya claramente las sólidas bases de un Ejército que nutriéndose del Pueblo, se irá desarrollando progresivamente como una de las fuerzas decisivas que permitirán la toma del poder del Pueblo en la Patria. Hemos demostrado nuevamente, a pesar del éxito sólo parcial de la Operación y de las bajas sufridas, la debilidad enemiga.

No hay lugar del país, ni siquiera sus cuarteles más alejados, donde las fuerzas militares de la reacción puedan sentirse seguras. Su debilidad lo muestra esta operación. El enemigo ha elegido la guerra para seguir dominando al Pueblo; el Pueblo seguirá construyendo su ejército y los derrotará.

Fuente: Evita Montonera Nro 8, octubre 1975


Bases para la Alianza Constituyente de una Nueva Argentina*
Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero

AL PUEBLO DE LA NACION ARGENTINA

La historia nacional argentina esta signada por una intermitente guerra civil a veces encubierta y a veces violentamente desembozada. Este enfrentamiento aun inconcluso se inicio en los albores mismos de la independencia en 1810; su persistencia a lo largo de ya mas de 170 años a pesar de las profundas transformaciones económicas, sociales y políticas acaecidas en el país, mas aun, la continuidad de los mismos apellidos, como los Mitre, los Paz y los Martinez de Hoz, contra los mismos enemigos, como los montoneros; la reiteración de las mismas falsas opciones como civilización o barbarie, solo puede explicarse por la esencia misma de esta lucha ya casi bicentenaria. Se trata del enfrentamiento entre las fuerzas que pretenden el pseudo progreso del país a partir del capital imperialista venido desde el exterior, y las fuerzas que pretenden el desarrollo de las fuerzas productivas nacionales expandiendo el mercado interno. Por eso es que con las abismales diferencias que separan a la formación social de hoy, de aquella de hace 170 años, los dos polos de este enfrentamiento aun inconcluso mantienen sus mismos nombres: pueblo y oligarquía.

El ocaso del imperialismo británico implica el agotamiento del país constituido a partir de 1853. Ya las insurrecciones radicales habían obligado a la concesión de la ley Saenz Peña, lo que evidencio que el modelo económico liberal antinacional y antipopular no podían funcionar con el modelo liberal en lo político: Las mayorías populares ganaban cualquier elección votando una filosofía económica antagónica con la oligárquica. Pero fue el peronismo quien presenta seriamente un proyecto alternativo al plantearse la constitución de una Nueva Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana. Plasmó el nuevo proyecto nacional en una nueva Ley Fundamental con la reforma constitucional de 1949. La incorporación de la clase obrera y todos los sectores populares marginados al proyecto nacional de la revolución justicialista se institucionalizó constitucionalmente con los Derechos del Trabajador, de la Familia, de la Ancianidad y de la Educación y la Cultura; a ello le agregó "la función social de la propiedad, el capital y la actividad económica", consagrando además la propiedad estatal de los recursos naturales, el monopolio estatal del comercio exterior, de los servicios públicos y de cualquier otra "actividad en salvaguardia de los intereses generales". El peronismo planteó constituir un nuevo país que lograra su efectiva independencia respecto de los centros imperialistas, para lo cual ofreció una alianza a toda la nación, entendiendo por tal a la totalidad de los argentinos. La oligarquía quedo comprendida dentro de la propuesta, no así los capitales imperialistas que imponían la independencia; solo que ahora la oligarquía debía conformase con ser un socio menor, políticamente minoritario y económicamente subordinado a la alianza de la burguesía industrial nacional y la clase trabajadora, bajo un Estado económicamente monopolista y hegemónico. La experiencia histórica nos ha demostrado, con graves perjuicios para el pueblo, que la unidad nacional no puede ser de todos los argentinos, no puede incluir a la oligarquía.
 Desde 1955, cuando el contragolpe de la oligarquía derrocó al gobierno peronista, el país vive en inestabilidad política y sin ley constitucional. En efecto, la autodenominada "Revolución Libertadora", como la autodenominada "Revolución Argentina" y el presente autotitulado "Proceso de Reorganización Nacional", han ocupado el poder durante 16 años con estatutos provisionales a los cuales se subordina la Constitución, quedando de hecho anulada. A ello debemos sumarle que el tirano Aramburu anuló por un bando militar la Constitución de 1949, que la dictadura de Lanusse modificó por decreto la Constitución de 1853, etc. La última Ley Fundamental con vigencia constitucional es la de 1949; pero el hecho de que no rija desde 1955 sumado a la inestabilidad política y a 16 años de dictaduras militares, 7 años de gobiernos civiles surgidos de elecciones proscriptivas y apenas 3 años de gobierno civil surgido de elecciones libres en un total de 26 años, demuestra que en la actualidad los argentinos no tenemos una nación orgánicamente constituida.

Esta situación se origina en que en los últimos 40 años el país estuvo y aun está, sometido a una tenaz lucha entre tres agrupamientos sociales, cada unos de ellos con su propio proyecto y en defensa de sus intereses y del capital que considera de su propiedad. Tenemos por un lado las clases dominantes, es decir, la alianza oligarquico-imperialista, que componen las dos caras de la moneda de la dependencia: la oligarquía nativa como clase dominante no podría existir sin el sostén del capital imperialista extranjero, pero este no podría penetrar en el país sin una clase nativa vendepatria que le abriera las puertas; esta es la esencia del neocolonialismo. El entrelazamiento político y económico de la oligarquía y el imperialismo nos da por resultado los grupos económicos oligárquicos, al margen de las empresas de puro capital extranjero. Ese gran capital tiene su propio proyecto de país, subordinado a los planes de división internacional del trabajo que elaboran los grandes capitales multinacionales en su propio beneficio.

Tenemos por otro lado la mayoría del pueblo argentino, que son los trabajadores asalariados, los desocupados, marginados y trabajadores por cuanta propia. Ellos son los dueños de la fuerza del trabajo y no es ocioso recordar que el trabajo existió antes de que existiera el capital, forma sencilla de ver que el capital no es mas que el fruto del trabajo acumulado durante generaciones. Cuando la fuerza política de los trabajadores expresada en el peronismo, a partir de 1945, impuso su presencia y sus derechos, los trabajadores dejaron de ser solamente propietarios de su fuerza laboral y comenzaron a acumular su propio capital bajo la forma de propiedad estatal; la gran diferencia entre el capital de los empresarios privados y el capital de los trabajadores de propiedad estatal es que este ultimo siempre coincide con la soberanía nacional. Es precisamente en la década del gobierno periodista que se acumula una enorme, raquitismo y poderoso capital el estado en los sectores claves de la economía.

Por ultimo, tenemos al tercer agrupamiento social constituido por el empresariado nacional, como genéricamente se lo denomina, y que abarca al pequeño y mediano capital agropecuario, industrial, comercial y financiero. Si bien estos sectores son previos al peronismo, no cabe ninguna duda que su gran expansión, sobre todo la de los industriales, se la deben a la política económica del peronismo, pese a que nunca lucharon políticamente a favor del mismo y en mas de una ocasión lucharon en su contra.
 
La lucha entre estos tres agrupamientos sociales se desarrolla alrededor de un eje determinante, que es el antagonismo absoluto entre el pueblo, o sea, los trabajadores asalariados, y la oligarquía. La lucha gira en torno a la propiedad del capital estatal, que es de los trabajadores aunque al servicio de toda la nación. Los trabajadores son políticamente nacionalizadores y sus intereses en el gobierno significan aumentar la acumulación del capital en el Estado defendiendo al mismo tiempo la soberanía nacional. En cambio la oligarquía es políticamente vendepatria por eso sus intereses en el gobierno significan privatizar las empresas del Estado. ¿Quién compra las empresas estatales que privatizan las dictaduras militares?: los capitales oligarquicos-imperialistas. Asi se demuestra como bajo el argumento técnico de combatir la inflación, la oligarquía le roba a mano armada (armada de fusiles, tanques, aviones y submarinos) a los trabajadores, un capital que es propiedad de ellos y fruto de la acumulación de su trabajo durante generaciones.

La fuerza económica, social y política de estos tres agrupamientos en lucha de ninguna manera es igual. La alianza oligarquica-imperialista posee un gran capital altamente concentrado en su propiedad; es una minoría social insignificante que aun contando a todos aquellos que pudiera arrastrar detrás de sus objetivos con diversas formas de compromisos, sobornos y engaños apenas supera el 15% en una contienda electoral libre: su presencia en el poder durante largos años desde 1930 hasta el presente solo ha sido posible mediante el manipuleo de las fuerzas armadas de la nación a su servicio exclusivo, instaurando dictaduras militares cada vez más criminales. El empresariado nacional posee un capital pequeño y mediano de escasa composición orgánica y muy baja concentración; su fuerza social, incluyendo a sectores de las capas medias que sin ser empresarios se mueven con sus pautas sociales y políticas, escasamente llega al 25%, razón por la cual su presencia hegemónica en el gobierno solo se hace posible por medio de regímenes aparentemente democráticos pero surgidos en la práctica de la proscripción política de la fuerza popular mayoritaria, o sea, el peronismo. El pueblo, con la clase trabajadora, como su columna vertebral y vanguardia social en las luchas, posee la más formidable fuerza económica, base de toda la producción, que es la fuerza del trabajo; a ello se suma su efectiva propiedad sobre el capital estatal puesto al servicio de toda la sociedad, que es un capital enorme y poderoso a la vez que es diversificado y dedicado en gran parte a los sectores claves de la economía. Si hoy ese capital se ve disminuido por las llamadas privatizaciones practicadas por la dictadura oligárquica, debe quedar claro que se trata de un robo que será debidamente reparado cuando el Estado recupere su propiedad sobre las empresas en un futuro no muy lejano. La fuerza social del pueblo es mayoría absoluta dentro de la nación, ya que constituye el 60% y su fuerza política se deriva de que la inmensa mayoría del pueblo posee una identidad política unificadora, como es el peronismo, o sea que el pueblo tiene la fuerza política de la democracia por su propia naturaleza mayoritaria. Su desalojo del gobierno o su proscripción se ha debido simplemente a la imposición tiránica de la fuerza de las armas en manos de la minoría.

¿Cómo juega el tercero en discordia en esta lucha?. El comportamiento del empresariado nacional durante por lo menos los últimos 40 años ha sido ambivalente y cambiante y puede decirse que es su comportamiento el que ha venido desequilibrando la balanza según se alió al pueblo constituyendo una alianza frentista nacional y popular, la correlación se volvió totalmente desfavorable para la alianza oligarquico-imperialista y entonces tuvimos gobiernos populares defensores del capital estatal y de la industria nacional. Pero como no se aniquilaba a la oligarquía , al tiempo el gobierno se enterraba en una crisis económica; en ese momento el empresariado nacional rompía la alianza por considerar que se reducían sus márgenes de utilidades, creyendo que en ese acuerdo con los grupos económicos oligárquicos contra los trabajadores tendría un futuro provechoso. Cuando esto sucedió tuvimos gobiernos de dictaduras militares.
Parte de guerra
1 de agosto de 1978

El día 31 de Julio a las 23 hs el Pelotón de Combate especial "EVA PERON" procedió a colocar una carga explosiva (de fabricación Montonera) en Barrio Norte, zona oligárquica donde vive el Asesino y Torturador Vicealmirante Armando Lambruschini, Jefe del Estado Mayor y futuro Comandante en Jefe de la Armada, por consecuencia Jefe del mayor centro represivo en la Argentina, la Escuela de Mecánica de la Armada.

Unas horas antes la cúpula militar había estado en el Congreso proclamando que la "subversión" había sido aniquilada y que ahora el proceso de "Reorganización Nacional" entraba en una nueva etapa con presidente "civil". Todas estas no son más que mentiras porque el pueblo sabe que aunque se saque el uniforme todos los crímenes cometidos por la Dictadura que conduce no se olvidan.

El explosivo que detonó a la 1,40 en el mencionado barrio produjo la destrucción de la casa del asesino Lambruschini, la muerte de uno de sus custodios y graves heridas a otro. Lamentablemente también murió la hija y una anciana, víctimas inocentes de esta guerra declarada por la dictadura y heróicamente enfrentada por nuestro pueblo.

Una vez más el Ejército Montonero demuestra que no hay barco, avión, lancha, cama o pared donde los enemigos del pueblo puedan esconderse. Las Armas Montoneras siempre los alcanzan.

Los milicos se preguntan cómo ésto es posible.
La respuesta es sencilla: Cuando una minoría basándose en el poder de sus armas intenta dominar a un pueblo y le declara la guerra, todo el pueblo es su enemigo. Entonces no pueden evitar estar rodeados: sus choferes, sus servicios domésticos, los almaceneros, el empleado, el colimba, el obrero de una fábrica.... " SON LOS OJOS DEL EJERCITO MONTONERO".

Esta y no otra es la razón por la cual el EJERCITO MONTONERO ha llegado y seguirá llegando a los principales reductos del enemigo. EN NINGUN LUGAR ESTARAN SEGUROS PORQUE NADIE PUEDE ESCONDERSE DEL PUEBLO. Y es el pueblo quién los denuncia.

"LAS ARMAS MONTONERAS ATACAN LA DICTADURA DE VIDELA"

Ejército Montonero

¡Venceremos!
Sin embargo, esa alianza antipopular y antinacional, solo es un engaño habilidoso de la oligarquía a expensas de la ingenuidad del empresariado nacional. Al poco tiempo se rompe, porque la política oligárquica no consiste simplemente en "controlar los excesos sindicales" o "combatir la corrupción o la subversión", sino que consiste en destruir el mercado interno, reduciéndolo drásticamente, privilegiando un mercado de artículos suntuarios para los sectores de altos ingresos, favoreciendo las importaciones de todo tipo y promoviendo las exportaciones que convienen al capital de sus grupos económicos y a los intereses de sus socios imperialistas en el mercado mundial. El gran capital de los grupos económicos oligárquicos tiene la tendencia natural de aumentar su poder por medio de la mayor concentración del capital en sus manos y esto lo realiza tanto por la privatización de las empresas estatales como por la quiebra del capital de los empresarios nacionales, llevando a la quiebra la pequeña y mediana industria y desalojando de sus tierras a los pequeños y medianos productores agrarios. Cuando esta alianza se rompe y el sector de los empresarios nacionales retorna a la alianza con el pueblo, la crisis política resquebraja la aparente dureza del poder de las dictaduras militares.
Esta historia se viene repitiendo cíclicamente desde los orígenes del peronismo hasta hoy, solo que el saldo que va dejando a traves de la inestabilidad política, la ausencia de continuidad en planes de desarrollo económico y social de largo plazo, el periódico y cada vez más cruento derramamiento de sangre, etc., es un saldo negativo para la nacion como tal, de estancamiento primero, de retroceso en la actualidad y, de seguir así la historia durante los próximos veinte años, tendremos al final la desintegración nacional, inclusive territorialmente. Debemos tener la más clara consciencia que es este y no otro el final en caso de mantenerse indefinidamente el enfrentamiento entre estos tres agrupamientos sociales sin que nadie se imponga definitivamente.

¿Cabe plantearse acaso la supresión de la lucha sin suprimir a ninguno de los tres capitales involucrados en ella?. Eso seria supuestamente la unidad nacional sin distinciones de ninguna especie. Hemos oído muchas veces ese canto de sirena. Ya hemos visto que allí estuvo el error esencial del pacto constituyente de 1949. La oligarquía, cuando se ve perdida, negocia cualquier cosa con tal de que la otra parte se comprometa a no expropiarle el capital; posteriormente, con la fuerza de ese mismo capital hostiga con el desabastecimiento t reduce las exportaciones; al final, suprime por una proclama militar firmada por un tirano la totalidad de la Constitución. Volvieron a repetir esa táctica en 1973, retirándose solamente para preparar una contraofensiva más sangrienta.

La única manera de resolver definitivamente esta lucha desintegradora por lo desangrante es la alianza de dos con el fin de hacer desaparecer definitivamente al tercero. Obviamente la alianza del pueblo con la oligarquía en contra del empresariado nacional es absurda. La alianza del empresariado nacional con la oligarquía, además de antinacional y antidemocrática es inconducente según lo ha demostrado ya la historia. La razón de ello es que en esa alianza va a buscar un aumento en la tasa de explotación de la mano de obra, pero obviamente no le interesa la destrucción total de esos mismos trabajadores que son mano de obra y mercado consumidor. En cambio la oligarquía utiliza la alianza con los empresarios nacionales al solo efecto de reunir la fuerza suficiente para derrocar a los gobiernos populares, pero luego se quita la careta y demuestra que sus intenciones son obtener un país de no más de 15 millones de habitantes, o sea que debe destruir al pueblo expulsando de la sociedad y del país a nada menos que 13 millones de habitantes. Un proyecto semejante no deja lugar, naturalmente, para la existencia del empresariado nacional; pero ha sido siempre la heroica resistencia obrera y popular la que ha detenido el avance de las ofensivas oligárquicas. La única alianza natural, en la que convergen los intereses económicos a largo plazo es la del pueblo con el empresariado nacional con el fin de aniquilar a la oligarquía, con lo cual se deja sin base social de sustentación a los capitales extranjeros capitalistas.

¿Por qué no ha ocurrido eso hasta ahora si ya esa alianza se hizo en mas de una ocasión?. Por lo mismo que ya hemos dicho: hasta ahora nunca se realizo una Alianza Constituyente entre el pueblo y el empresariado nacional con el fin de construir una Nueva Argentina SIN OLIGARQUIA.

Habitualmente los empresarios nacionales le tienen miedo a una alianza en la que avance seriamente un plan de nacionalizaciones porque suponen que esa "violación de la propiedad privada" puede después descargarse sobre ellos mismos. Nosotros creemos que en la medida que no se expliciten debidamente las intenciones programáticas de todos los eventuales participantes de una alianza es natural que todos desconfíen de las intenciones ulteriores de todos. De acuerdo con el decir popular "cuentas claras conservan la amistad".

Proponer la eliminación definitiva del agrupamiento social oligárquico-imperialista constituye indudablemente una revolución, cuyo carácter es simultáneamente nacional y social. No se puede realizar una revolución en nuestro con la ingenuidad infantil de proponer alianzas tácticas con la mal disimulada intención de enfrentar posteriormente al aliado. No creemos en el engaño como base de la política en el marco de un país culturalmente maduro. Creemos si en la negociación capaz de armonizar intereses comunes, capaz de poner limites y garantías para la defensa de los intereses y de los legítimos derechos de cada uno; creemos en la alianza estratégica sobre la base de un pacto de mutua conveniencia, tanto por satisfacer la mayor parte de las aspiraciones sectoriales como por garantizar el logro de todas las aspiraciones comunes al conjunto. Todo ello debe realizarse partiendo de la autentica aceptación de la democracia, cuyo problema básico no ha sido el cacareado problema de la supuesta falta de respeto por las minorías, verdadero cinismo de los vendepatrias, sino el respeto a las mayorías, quienes tiene el derecho sagrado de gobernar partiendo del principio de que el único soberano en una República es el pueblo mismo.

Por eso es que proponemos una ALIANZA CONSTITUYENTE para una NUEVA ARGENTINA SOCIALMENTE JUSTA ECONOMICAMENTE LIBRE Y POLITICAMENTE SOBERANA, MILITARMENTE EN PAZ E INTERNACIONALMENTE SOLIDARIA.

Pensar un país sin oligarquía y sin dependencia del imperialismo implica elaborar y pactar un Proyecto Nacional de largo alcance. No se trata en primera instancia de convocar a elcciones para una Convención Constituyente que le haga reformas a la Ley Fundamental preexistente. Se trata de pactar un proyecto socioeconómico para la realización de los intereses de las fuerzas constituyentes de la Nación. La superestructura jurídico-politica nace de y obedece al proyecto social y económico para la salvaguarda de los derechos y garantías pactados y para la mayor eficiencia posible en la administración. Por eso hoy, al presentar nuestra proposición para las BASES de la ALIANZA CONSTITUYENTE, lo hacemos poniendo especial énfasis en los aspectos económicos y sociales. Si el frente nacional y popular acuerda un pacto sobre la armonización de los respectivos intereses económicos, no nos será difícil acordar luego las instituciones políticas partiendo del principio de la Soberanía Popular en un régimen republicano, representativo y federal con pluralismo político y democracia social. Por el contrario, de nada nos valdrá acordar simplemente en la defensa de la democracia en abstracto si al día siguiente de que caiga la dictadura se inicia una nueva guerra civil para imponer proyectos económicos diferentes o para burlar la voluntad de las mayorías populares; la oligarquía contragolpeara una vez más.
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Un Proyecto Nacional de desarrollo economico-social, en el mundo actual, carece de sentido como proyecto autárquico; presupone por lo tanto una previsión sobre su inserción internacional. Aquí una vez mas lo determinante es buscar con quienes tenemos intereses económicos y sociales comunes. En el Cono Sur enfrentamos proyectos reaccionarios esencialmente idénticos, basados en la doctrina de seguridad nacional para imponer en lo económico a la escuela de Chicago, teoría económica al servicio del gran capital financiero internacional. Además afrontamos el mismo problema en cuanto a la estrechez de nuestros respectivos mercados internos, problema mucho más grave en algunos de nuestros vecinos, y tenemos en común la proximidad geográfica con recursos naturales que, en el conjunto del Cono Sur, son complementarios. En América Latina compartimos con nuestros pueblos hermanos los anhelos de integración fundados en razones histórico-culturales y en innegables ventajas económicas que redundarían en mayor capacidad de decisión política soberana en el concierto internacional para el siglo venidero; un mercado común latinoamericano es el mínimo al que debemos aspirar y por el que debemos luchar. En el conjunto del Tercer Mundo compartimos la necesidad del desarrollo, de romper él deteriore de los términos de intercambio y de resolver definitivamente el gravísimo problema de la dependencia financiera; no es impensable entonces que en el marco del Movimiento de Piases No Alineados y del dialogo Norte-Sur resolvamos nuestra propia deuda externa derivando su pago renegociado hacia un fondo común de desarrollo para el tercer mundo.

Basamos nuestra proposición programática para una ALIANZA CONSTITUYENTE DE LA NUEVA ARGENTINA en la interpretación histórica de nuestro desarrollo económico porque entendemos que de allí surge la comprensión cabal de nuestros problemas y consecuentemente su solución. De todas maneras, es bien posible que no exista coincidencia plena al respecto entre las diversas expresiones sociales y políticas del frente nacional y popular. No es lo determinante. Lo básico, lo efectivamente constituyente de un Proyecto Nacional es pactar el futuro.
El oprobioso estado de miseria, injusticia y destrucción nacional a que nos ha conducido la tiranía oligárquico-militar nos exige imperiosamente una solución definitiva. La constitución del Frente Nacional y Popular con un Proyecto Nacional definido y una estrategia de conquista del poder clara basada en la movilización popular activa es un deber histórico que nadie puede rehuir. Al presentar estas Bases de ninguna forma lo hacemos con criterio dogmático ni pretendiendo poseer verdades reveladas. Son bases mínimas suficientes para acordar un pacto histórico y materializar sólidamente la ALIANZA CONSTITUYENTE. La dirigimos, en primer lugar, a las bases sociales del pueblo y del empresariado nacional por cuanto allí reside la soberanía sobre todas las cosas; en segundo lugar las dirigimos a las organizaciones gremiales y partidos políticos ya que son quienes deberían actuar en calidad de representantes de aquellas bases sociales. No se nos escapa que existe en la Argentina de hoy una crisis de representatividad. Si los actuales dirigentes gremiales y políticos obran consecuentemente en la defensa de los intereses presentes y futuros de sus bases sociales harán más fácil la resolución de todos los dramas actuales. En caso contrario, nos consta la existencia de un segundo nivel de dirigentes en todos los organismos gremiales y políticos y no dudamos de la capacidad de expresión y presión desde las bases soberanas; ello conducirá de todas maneras, aunque por caminos más largos y tal vez más penosos, a un mismo final de unidad nacional antioligárquica y antiimperialista.

Enfrentamos dramáticamente la opción de LIBERACION O DEPENDENCIA del mismo modo en que para el conjunto latinoamericano se hace dirá la sentencia del General Perón de que "el año 2000 nos encontrara unidos o dominados". Si no somos capaces de imponer la LIBERACION, ese año 2000 encontrara a nuestra región destruida y quizás desintegrada. Ninguna sociedad se ha suicidado en la historia. El pueblo y la nación argentina serán por cierto la excepción. Por eso es que luchamos sin limites de heroísmo sabiendo que lo que dijera la compañera Eva Peron, "la patria dejara de ser colonia o la bandera flameara sobre sus ruinas", solo habrá de concluir con la LIBERACION NACIONAL Y SOCIAL.

México, 12 de enero de 1982
Mario Eduardo Firmenich
Secretario General
Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero
*Introducción
Fuente: Revista Vencer, México, 1982

Ruptura de Galimberti y Gelman con la Dirección de Montoneros
22 de febrero de 1979

Nosotros, militantes del Movimiento, Partido y Ejército Montonero, decididos a rescatar el contenido revolucionario que alimentó la lucha del Peronismo Montonero hasta hoy, hemos resuelto renunciar a nuestra condición de miembros del Partido, a nuestro grado en el ejército y a nuestros cargos en el Movimiento Peronista Montonero, convencidos de que la pertenencia a estas estructuras se ha convertido en un obstáculo para continuar, eficazmente, en nuestra lucha contra la dictadura y por la liberación del Pueblo Argentino.

Frente a las perspectivas que existen de modificación de la situación argentina, ante el fracaso evidente de la dictadura, resulta imprescindible resolver positivamente la crisis que afecta a nuestras fuerzas.
Serias razones nos impulsan a tomar esta meditada decisión:

El prolongado alejamiento de la Conducción Nacional del Partido del territorio argentino, y, en consecuencia, de las condiciones reales en que se desarrolla la Resistencia Argentina, sumado a la falta del ejercicio efectivo de la conducción de las fuerzas que luchan en el país, ha agravado viejas desviaciones nunca corregidas del todo, a la vez que ha favorecido la aparición de nuevas deformaciones.

Sin la pretensión de enunciarlas todas señalaremos las más graves:

Resurgimiento del militarismo de cuño foquista que impregna todas las manifestaciones de la vida política de las estructuras a las que renunciamos. Militarismo que, por otra parte, intenta apropiarse indebidamente de todas las acciones de Resistencia Armada que lleva a cabo el conjunto del Pueblo.
 Reafirmación de la concepción elitista del partido de cuadros, que ha generado un progresivo aislamiento de las masas y de sus organismos reivindicativos naturales.
La reiterada aplicación de prácticas conspirativas de los cuadros del partido en el seno de los organismos de conducción del M.P.M., destinadas a tratar de garantizar la hegemonía del partido aun a costa de sabotear el avance organizativo del conjunto.

El sectarismo maniático que pretende negar toda representatividad en el campo popular a quien no esté bajo el control estricto del partido, con consecuencias nefastas para todos los intentos de desarrollar la organización revolucionaria de la clase obrera.

La definitiva burocratización de todos los niveles de la conducción del partido, cuya máxima expresión es la ausencia absoluta de democracia interna, que yugula todos los intentos de reflexión crítica, calificándola de defección o traición, enmarcando la falta de respuesta política con un triunfalismo irresponsable que no convence a nadie.

Frente a tanto desacierto se levanta la rica realidad que ofrece la lucha de las masas encabezadas por la clase obrera con el heroico concurso de los militantes del Peronismo Montonero, que ya no están más dispuestos a ser sacrificados por una política "putchista" y aventurera que persigue únicamente mejorar las condiciones de una negociación ya entablada, y que resulta inaceptable para la dignidad de la Resistencia Argentina.
Que quede claro: renunciamos a estructuras que son un freno para alcanzar los objetivos que justificaron su creación pero no renunciamos al Peronismo Montonero, ni a las banderas tras las cuales hemos recorrido los últimos diez años de vida política argentina: las bandera de la soberanía política, la independencia económica y la justicia social que jalonan el camino a recorrer para construir el socialismo en nuestra Patria.

Afirmamos que el fracaso evidente de la Dictadura podrá ser convertido en una victoria popular definitiva e irreversible, únicamente a través de la articulación de todas las formas de la Resistencia Popular, con la contribución del Peronismo Montonero cuyo espacio de masas debe ser convocado y organizado democráticamente como tendencia dentro del Movimiento Peronista en cuya unidad debe trabajar consecuentemente.

Queremos señalar también que mientras haya Dictadura habrá Resistencia Armada Popular, con la participación del Peronismo Montonero y que el heroísmo que se ha socializado al mismo tiempo que el sacrificio, es patrimonio del conjunto del Pueblo y nadie tiene derecho ni fuerza para negociar lo que no le pertenece ni controla.

Finalmente, llamamos a los compañeros del M.P.M. y a los compañeros honestos del Partido a discutir democráticamente en torno a estas cuestiones que todos conocen pero de las cuales pocos hablan, recordando que la Historia también sabrá juzgar los silencios.

Firman, por los compañeros del Peronismo Montonero

Rodolfo Galimberti / Juan Gelman

Sobre la deserción de cinco militantes del Partido y cuatro milicianos en el exterior 
Resolución Nro: 045/79
Fecha: 10 de marzo de 1979

Objeto: Sobre la deserción de cinco militantes del Partido y cuatro milicianos en el exterior.

Visto:

Que, durante los días 14 y 15 de febrero próximo pasado, abandonaron sus tareas habituales y desaparecieron de sus domicilios, citas y controles partidarios en el exterior del país, el Capitán Rodolfo Galimberti, el Teniente 1ro Pablo Fernández Long, el Teniente Roberto Mauriño, el Teniente Juan Gelman, la sub-teniente Julieta Bullrich (esposa de Galimberti), y que conjuntamente con ellos, también lo hicieron los milicianos afectados voluntariamente a tareas partidarias: Miguel Fernández Long (hermano del ya nombrado), su esposa Di Fiorio, Victoria Elena Vaccaro (esposa de Pablo Fernández Long) y Claudia Genoud (esposa de Roberto Mauriño).

Que estos hechos fueron acompañados de una serie de indicios, proporcionados por los mismos protagonistas, que tendían a señalar que aquéllos estaban desconectados entre sí y eran motivados por problemas de seguridad o por la ejecución de planes de carácter reservado en función de su retorno al país.
Mesa Promotora del Peronismo Montonero Auténtico (1979)


29/05/79, constitución de la Mesa Promotora del Peronismo Montonero Auténtico, Prensa Popular Nº 3, enero de 1981.  
Que en el diario "Le Monde" de Francia, con fecha de 25 de febrero, se publicó una declaración política atribuída a Galimberti y Gelman, sin que haya sido desmentida por los mismos, enla que manifiestan la renuncia a una serie de críticas al Partido, sus organismos de conducción y a los planes partidarios y políticas en desarrollo.

Que posteriormente a estos hechos los nombrados están efectuando una campaña de denuncias y rumores, particularmente a cargo de Juan Gelman, en el sentido de que nuestro Partido los habría amenazado en el exterior.Que simultáneamente con el abandono de sus tareas y domicilios por parte de los nombrados, son hurtados de la vivienda de un compañero del Movimiento Peronista Montonero, fondos destinados a cubrir diferentes presupuestos del MPM. En esa vivienda vivían Pablo Fernández Long y su esposa hasta que desaparecen del mismo el día del hurto.

Que en similares circunstancias son sustraídos fondos del Partido que estaban a cargo de Roberto Mauriño, su esposa y Miguel Fernández Long.

Que todas las personas mencionadas en el primer párrafo no han hecho saber en ningún caso y por ningún conducto orgánico su decisión de renuncia publicitada en Francia y que tampoco han reintegrado el dinero que tenían en su poder destinado a diferentes tareas en curso, ni los materiales políticos, de servicios y de seguridad que se hallaban circunstancialmente en su poder. Agregando a las sustracciones mencionadas los presupuestos que Galimberti, Pablo Fernández Long y sus esposas habían recibido para viajar a instalarse en la Argentina, el total de lo hurtado asciende a U$S 68.750.

Y Considerando:
Que el hecho que hizo detonar esta maniobra conspirativa fue la orden impartida para el regreso al país, en función de los planes de la contraofensiva popular, de Galimberti y su esposa, Pablo Fernández Long y su esposa, hecho que se produjo el 10 de febrero próximo pasado.

Que el lanzamiento de la contraofensiva fue aprobado por unanimidad en la reunión del Consejo Nacional del Partido, reuniendo en octubre próximo pasado, publicitado suscintamente en el Organo partidario 
Evita Montonera Nro 23 y ratificado plenamente en la reunión de la Conducción Nacional del Partido del último mes de enero.

Que era conocida y compartida, por todas las personas involucradas en estos hechos, la concepción del Partido en el sentido que la Resistencia Popular puso fin a la ofensiva oligárquico-imperialista y la consecuente necesidad del lanzamiento de la contraofensiva popular.
Que todos los miembros del Partido protagonistsa de estos hechos habían discutido orgánicamente y acordado que la contraofensiva es una maniobra de características ofensivas, en la que se debe mantener la integralidad de la lucha y cuyo eje principal de desarrollo es la movilización de los trabajadores y la reconquista del poder sindical, siendo la resistencia de los trabajadores el espacio político propio, principal del peronismo montonero, representatividad ganada con el acierto político y heroísmo consecuente con que nuestro Partido inició e impulsó la resistencia a la actual dictadura, habiéndonos constituido en el único sector político nacional que promovió, apoyó con su entrega generosa de sangre y reinvidica con absoluta claridad la masificación y el triunfo de la resistencia sindical y popular. Que es en este espacio político político, que legíticamente representamos, en donde desarrollamos nuestro Partido como expresión orgánica de los trabajadores en el seno del movimiento popular. Ninguno de los nombrados había puesto reparo alguno a la política del Partido que sostiene que la reinvidicación de la resistencia de los trabajadores y la lucha por reconquistar el poder sindical se constituyen en el punto sobre el cual se forjará la reunificación, transformación y trascendencia del peronismo.

Que a los fines del lanzamiento de la contraofensiva popular de carácter masivo e integral, basada en la naturaleza y realidad de la resistencia que ha triunfado, concebida como el avance desde la resistencia al poder al poder sindical, Galimberti y Pablo Fernández Long, junto a sus esposas habían recibido la directiva de retornar al país en forma inmediata e iniciar las tareas correspondientes para su aproximación, sin haber manifestado ni diferencias políticas ni objeciones de carácter personal a esta resolución. Toda vez que plantearon mayores explicitaciones sobre las modalidades y características de la maniobra en general y de sus misiones en particular, concluyeron las discusiones orgánicas con efusivas expresiones de adhesión y confianza en la contraofensiva popular.

Que del mismo modo que el Partido puso su esfuerzo humano, político y material para el lanzamiento y desarrollo del Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero, ahora, en concordancia política con las resoluciones del Consejo Superior impartió directivas para que tres de sus militantes integrantes del Consejo Superior del Movimiento se sumaran la tarea de desarrollar las políticas y construcción organizativa del MPM dentro del país, debiendo agregarse a los viajes inmediatos mencionados en el considerando anterior, la instalación definitiva de Juan Gelman en pocos meses más.

Que el abandono, sin previa comunicación, de las diferentes tareas a las que se hallaban afectados implica que todos los involucrados mencionados en estos sucesos han desertado como militantes del Partido Montonero.

Que esta decisión constituye un sabotaje conciente y premeditado a los planes de contraofensiva en marcha, constituyendo un elemento de objetiva coincidencia con la necesidad que tiene el enemigo de hacer fracasar la contraofensiva popular.
Que esta sospechosa coincidencia con los intereses y objetivos de la dictadura militar, también se manifiestan en el hecho que esta política oportunista pretende la división entre el Partido Montonero y el Movimiento Peronista, e inclusive dentro del mismo Partido; esta división ha sido un objetivo permanente del enemigo, quien ha fracasado reiteradamente ante la sólida conciencia, existente en el peronismo montonero, de que todos unidos triunfaremos. Asimismo esta conspiración coincide con los intereses enemigos al crear las condiciones para que la dictadura militar con sus propios agentes, con mercenarios contratados o eventuales colaboraciones que pudiera recibir, intente asesinar a miembros del Partido Montonero o del Movimiento Peronista Montonero en el exterior bajo la excusa justificatoria de enfrentamientos internos. La cobardía de los desertores no ha llegado a comprender que las víctimas de una maniobra enemiga de esta naturaleza serían, en primer lugar, ellos mismos.
Que esta objetiva oposición a la política de contraofensiva popular es una muestra concreta de castración y oportunismo político. El drama argentino en la actualidad se origina en la desesperada intención oligárquico-imperialista de aniquilar a la clase trabajadora argentina, a su vanguardia, nuestro Partido Montonero y a su sólida unidad política con el conjunto del Pueblo expresada históricamente en el peronismo. Lo intentan con el genocidio represivo, con la total marginación económica, política y sindical y con un programa deliberado de desmantelamiento industrial y destrucción del país. Es por esto que la verdadera disyuntiva actual para todo el pueblo y para el propio empresariado nacional consiste en apoyar exclusivamente uno de los términos de la opción: PODER SINDICAL O DESTRUCCION NACIONAL.
En este contexto histórico, cuando además la resistencia ha logrado debilitar a la dictadura, mientras los trabajadores y el pueblo argentino no tienen más remedio que avanzar en su lucha, pasando de la resistencia a la contraofensiva como única alternativa de superviviencia, un pequeño grupo de aventureros, en cambio, puede pretender, en base al oportunismo político, negociar con el enemigo el sacrificio del conjunto, en beneficio de intereses personales o de círculo.

La imposibilidad de plantear sin tapujos esta política oportunista en el seno de un Partido que ha estado, está y estará dispuesto al máximo sacrificio por la clase trabajadora, por el pueblo y por la Patria, es la verdedera razón de fondo por la cual los desertores han actuado conspirativamente conla más absoluta corbardía y cinismo político.

Que las eventuales complicidades, provocaciones y campañas de rumores de los desertores no modificarán nuestra decisión de respetar escrupulosamente la soberanía y el poder de policía de estados independientes en los que inclusive las fuerzas gobernantes de muchos de ellos han dado muestras indudables de simpatía y respeto por la justa causa de la resistencia popular argentina.

Que la justa sanción de los delitos cometidos por los acusados se hará respetando las disposiciones del Código de Justicia Revolucionaria de nuestro Partido y la misma se ejecutará en cuanto sea posible su aplicación dentro del territorio nacional de nuestro país.

Que será preciso determinar si la coincidencia objetiva con los intereses y objetivos de la dictadura es solamente es solamente el producto del oportunismo político de los desertores o contiene contactos directos con el enemigo.

LA CONDUCCION NACIONAL DEL PARTIDO MONTONERO Y LA COMANDANCIA EN JEFE DEL EJERCITO MONTONERO RESUELVE:

Resolución del Partido Montonero
Fecha: 10 de marzo de 1979

La Conducción Nacional del Partido Montonero y la comandancia en jefe del Ejército Montonero resuelve:

1- Acusar al Capitán RODOLFO GALIMBERTI (legajo Nº 00583), nacido el 5-5-47; al Teniente 1º PABLO FERNÁNDEZ LONG (legajo Nº 00588), nacido el 16-11-45, libreta de enrolamiento Nº 4.538.880; al Teniente ROBERTO MAURIÑO (legajo Nº 00581), al Teniente JUAN GELMAN (sin legajo); a la subteniente JULIETA BULLRICH (legajo 00678) nacida el 28-1-44, CF Nº 6.089.066, todos ellos militantes del Partido Montonero y a los milicianos afectados voluntariamente a tareas partidarias, MIGUEL FERNÁNDEZ LONG (legajo 00674) nacido el 17-10-54; a su esposa DI FIORIO (sin legajo); a VICTORIA ELENA VACCARO (legajo 00677) nacida el 17-11-46, CF Nº5.441.545 y CLAUDIA GENOUD (legajo 00657) en los términos previstos por el Código de Justicia Revolucionaria, de los cargos de DESERCIÓN (Art. 5), INSUBORDINACIÓN (Art. 8), CONSPIRACIÓN (Art. 9) y DEFRAUDACIÓN (Art. 11).

2- Investigar si la objetiva coincidencia con los intereses de la Dictadura Militar tiene algún punto de contacto directo con la actividad del enemigo y si responde conscientemente a sus planes, lo que constituiría el delito de TRAICIÓN (Art. 4).

3- Convocar a la constitución del TRIBUNAL REVOLUCIONARIO que preceda a la realización del JUICIO REVOLUCIONARIO correspondiente a los fines de la consideración de la acusación precedente, solicitando al mismo la aplicación del máximo rigor que corresponda a la imposición de las penas por los delitos de que son acusados, teniendo en cuenta el daño que los mismos provocan por la particular circunstancia en que son cometidos, en momentos en que el conjunto de las fuerzas se están reagrupando a los fines del desarrollo de los planes de la Contraofensiva.

4- Dejar constancia que cualquiera sea el dictamen del TRIBUNAL REVOLUCIONARIO se mantendrá la actual doctrina en el sentido que nuestras fuerzas respetarán la soberanía y el derecho de policía de cada Estado, absteniéndose de realizar acciones que violenten esta definición de principio.
5- Comunicar al conjunto del Partido Montonero la prosecución de los planes para el lanzamiento de la contraofensiva popular, conocedores como somos de los planes enemigos tendientes a ganar tiempo haciéndonoslo perder a nosotros, tratando de recomponer su debilidad actual que no le permite contener el pasaje de la resistencia a la contraofensiva. Así como ningún traidor ni desertor de los peores momentos de la resistencia fue capaz de destruir el acierto político de la consigna "RESISTIR Y VENCER", ningún traidor ni desertor de nuevo cuño podrá impedir el triunfo político de la nueva consigna de la etapa "CONQUISTAR EL PODER SINDICAL ES VENCER".

6- Dar a publicidad esta resolución a todas las fuerzas políticas con las que mantenga relación nuestro Partido.

7- Publíquese en todos los órganos de la prensa partidaria y archívese.

Firman:
Comandante Mario Firmenich
Comandante Raúl Yager
Comandante Fernando Vaca Narvaja
Comandante Roberto Perdía
Comandante Horacio Mendizábal
2º Comandante Domingo Campiglia

Formación de la mesa promotora del Peronismo Montonero Auténtico

(9 de junio de 1979)

La Corriente del Peronismo Montonero Auténtico informa la constitución de su Mesa Promotora haciendo pública su decisión de seguir impulsando la construcción de: Las Agrupaciones Sindicales de Base, la Juventud Peronista Montonera (MPM) y los Nucleamientos Políticos, como estructuras en las que se organiza democráticamente el Peronismo Montonero.

En cuanto al exterior, la Comisión de Política Internacional, al mismo tiempo que solicita el apoyo de todas las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias para respaldar la lucha del Pueblo Argentino, convoca a los compañeros que residen fuera del país a constituir los Núcleos de Apoyo a la Resistencia Argentina, que, expresándose como estructuras dinámicas en el seno de los organismos de solidaridad existentes, deben contribuir a aumentar el nivel de denuncia para estrechar el cerco contra la dictadura. Estos Núcleos deben luchar contra toda maniobra que intente absolver a los responsables del genocidio.

La Mesa Promotora del Peronismo Montonero Auténtico manifiesta:

1.- Su absoluto rechazo a la humillación nacional que significa el papel asignado por la Trilateral a la Argentina y su repudio a esa política de hambre y dependencia, y al ministro Martínez de Hoz, instrumento del sector más reaccionario del capital financiero internacional.

2.- El repudio a todos los planes de recambio de la dictadura militar que pretenden, justificando el golpe de 1976, mantener la situación de dependencia y opresión, y a las maniobras de aquellos que buscan negociar el sacrificio de la Resistencia a espaldas del Pueblo que la protagoniza.

3.- Su compromiso con la exigencia popular de democracia irrestricta, reclamando como único camino para la búsqueda de soluciones la convocatoria a elecciones libres, sin proscripciones ni inhabilitaciones de ninguna especie. Sólo el Pueblo tiene derecho a decidir su destino.

4.- Su exigencia del cese de todas las violaciones a los derechos humanos. Libertad a los ex presidentes Dr. Héctor J. Cámpora y María Estela Martínez. Libertad a todos los detenidos por defender la causa popular. Aparición de todos los secuestradores y publicación completa de las listas de asesinados.

5.- Plena vigencia de los derechos sindicales.

6.- El PMA levanta las banderas de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Político que jalonan el camino nacional hacia la Argentina Pluralista, Democrática y Socialista.

UNIDAD, SOLIDARIDAD Y ORGANIZACIÓN

El PMA, en su carácter de corriente interna del Movimiento Peronista, expresa:

Su vocación de unidad, unidad que existe en las bases y se verifica cotidianamente en la Resistencia, que ratifica el contenido revolucionario del peronismo. Su voluntad de contribuir al desarrollo de la organización política de la clase obrera, vanguardia del conjunto del Pueblo en la lucha por la Liberación Nacional y Social.

Esta mesa promotora orientará a la JPM a la labor de reconstrucción de la Juventud Peronista. A sus Agrupaciones Sindicales de base, rechazando toda forma de paralelismo o alternativismo sindical, a fortalecer los organismos naturales del Movimiento Obrero, agredidos y amenazados por la Dictadura Militar que hoy pretende coronar su acción desmantelándonos totalmente. A sus Nucleamientos Políticos, a volcar sus esfuerzos a la reactivación de las formas de expresión orgánicas del Movimiento Peronista, puntualizando que la legitimidad de todas las estructuras de conducción deberán refrendarse a través del pleno ejercicio de la democracia interna. En consecuencia, en las presentes circunstancias, nadie tiene derecho a excluir a nadie ni a pactar en nombre del conjunto.

Finalmente, el PMA impulsará, desde el peronismo, la convergencia con las demás fuerzas democráticas, en un amplio frente antidictatorial.

PLENA VIGENCIA DE LA RESISTENCIA

La Mesa Promotora del Peronismo Montonero Auténtico ratifica su decisión de comprometer todo su esfuerzo en la defensa de los principios y objetivos enunciados, sustentando y participando de todas las formas de lucha que el Pueblo Argentino ha desarrollado contra la barbarie de la Dictadura Militar.

Por la Mesa Promotora del PMA, firman:

Rodolfo Galimberti, Juan Gelman, Pablo Fernández Long, Arnaldo Lizaso, Héctor Mauriño, Raúl Magario, Carolina Serrano (Patricia Bullrich) y Carlos Moreno (Marcelo Langieri)

    

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