“Joropo del Triunfo
de la
Patria
Y el Triunfo popular.”
Por Venezuela hay que triunfar, con más y más apoyo
popular
De
la Opera popular. Libre, Justa y Soberana
Cantata
Bolivariana Nuestroamericana
Por la Paz en Venezuela. Dejen a Venezuela
en paz!
De EL JUGLAR DEL
AMOR,
LA PAZ Y LA LIBERTAD; FRANCISCO
ALVERO
No a la Intervención Yanki, ni a la invasión
militar!!! Autodeterminación y libertad.
Partitura, Letra, Cifrado y Acordes:
Vamos pueblo! Vamos
ya!
Por el triunfo de la
Patria, triunfo popular!
Vamos pueblo! Y vamos
ya!
Triunfamos otra
vez, que alegría nos da!
Pues la revolución es
nuestra senda popular!
Triunfamos otra vez,
forjando la unidad,
Por nuestra Venezuela
y su victoria popular!
Que viva Venezuela y
su victoria de paz!!!
Felices al forjar,
conciencia y unidad
Felices avanzamos por
nuestra senda de paz.
Nada nos detendrá,
luchando de verdad,
De a poco
alcanzaremos nuestra victoria final.
Por eso, codo a codo,
por siempre vamos a estar!
Felices avanzamos por
la senda popular,
Gracias a nuestras
manos
Y aquel ejemplo universal.
Vamos nomás, hasta el
final!
Por Venezuela, hay
que triunfar!
Por los derechos y
nuestra paz!
Vamos, fuerza, mi
pueblo,
Siempre juntos, a
luchar!
Por nuestra
Venezuela,
Vamos mi pueblo a
cantar!
Luchemos hoy, con
convicción,
Por una Patria de sol!
Por Nuestra América y
Venezuela,
Cantemos, hoy!
Coplas de amor, revolución,
de cara al sol!
Sin dividirnos, vamos
hermanos,
Luchemos hoy!
II
Otro gallo cantó, un gallo bien rojó,
El negro ya perdió, lleno de odio y ambición,
Otro gallo cantó, por la revolución,
Y aquel gallo arrogante, Ante el pueblo se inclinó.
Enceguecido de odio, no tuvo más elección.
Viva el gallo rojó, que al negro derrotó,
Es un gallo del pueblo, el es un gallo
campeón.
Viva el gallo rojó, que al negro derrotó
Por más que le pegaron hasta por televisión!
Por más que le pegaron con mentiras y desazón.
Felices avanzamos por la senda del amor,
Que nos legara Chávez, pa’ nuestra revolución.
De cara al sol, vamos nomás!
Con alegría que hay que sembrar!
Más Socialismo, más dignidad!
Por nuestra Venezuela,
Vamos mi pueblo a luchar!
Por nuestro Socialismo,
El que supimos crear!
Ni un paso atrás, ni un paso atrás,
Hasta la victoria final
Fortaleciendo siempre los lazos de la unidad!
Por Venezuela, tierra querida, y por la paz
Fortaleciendo siempre los lazos,
Ni un paso atrás!
¿Elecciones para que haya paz, o paz para que haya elecciones?
Seguramente nada ansiamos más, venezolanas y venezolanos, en este momento que paz. Que se acabe este estado de alarma y zozobra permanente que se nos ha instalado como nueva “normalidad”. Eso, claro, y que podamos acceder sin problemas a los bienes y servicios que necesitamos, recuperar nuestro poder adquisitivo y tener expectativas más positivas sobre nuestro futuro y el de nuestros seres queridos.
A respecto de esto se viene insistiendo en la idea según la cual, todas y cada una de estas cosas las hemos de alcanzar si hay elecciones. El oposicionismo la ha convertido, de hecho, en una consigna: “elecciones para que haya paz”. Y los organismos internacionales que apoyan a esta última, basan su intervencionismo en esta exigencia. Sin embargo, y más allá del hecho básico de que los plazos constitucionales son ley que no pueden ser ajustados o desajustados a voluntad, dados ciertos datos de la historia reciente, cabe preguntarse qué tan cierto puede ser esto de que para que haya paz y se normalice la vida nacional deben haber primero elecciones.
Los primero que habría que decir es que existen al menos cuatro casos emblemáticos en los cuales los problemas de violencia, especulación de precios y desabastecimiento de productos, tendieron a empeorar previo a eventos electorales. Estos fueron:
• Referéndum presidencial de agosto de 2004. Antecedido por las primeras guarimbas y efectuado bajo la amenaza de su reedición. Dos años antes se había producido el golpe de abril de 2002 y el sabotaje petrolero de 2003-2004.
• Elecciones de la reforma constitucional de 2007, cuando por vez primera comenzamos a vivir capítulos de desabastecimiento de rubros alimenticios. En aquella oportunidad el chavismo perdió la reforma.
• Elecciones presidenciales de octubre de 2012. Las últimas ganadas por el presidente Chávez
• Elecciones parlamentarias de 2015. Ganadas ampliamente por el oposicionismo.
De la misma manera se han llevado a cabo varios procesos electorales a los cuales los electores asistieron con la esperanza de superar etapas de confrontación, dirimiendo en las urnas conflictos que podían salirse de curso, desatando espirales violentos a gran escala. Entre ellos podemos destacar los siguientes:
• Referéndum presidencial de agosto de 2004. Luego de insistirse en la exigencia de la realización del referéndum revocatorio al presidente Chávez como única garantía de paz, los resultados fueron desconocidos por la dirigencia oposicionista provocándose mayor violencia.
• Elecciones presidenciales de abril de 2013. El triunfo electoral del presidente Maduro fue desconocido por el oposicionismo. El candidato de derecha derrotado, Capriles Radosnki, convocó a una ola de violencia que costó 11 vidas humanas incluyendo niños.
• Elecciones municipales de diciembre de 2013. Ganadas ampliamente por el chavismo, no evitaron sin embargo la reedición de las guarimbas dos meses después, cuando el llamado al desconocimiento del gobierno nacional, por Leopoldo López y otros dirigentes, duró seis meses y causó 43 víctimas mortales.
• Elecciones parlamentarias de diciembre de 2015. Ganadas ampliamente por el oposicionismo, lejos de traer mayor estabilidad al país aumentó la conflictividad, al utilizarse este triunfo como excusa para el desconocimiento del resto de los poderes públicos, particularmente del Ejecutivo.
De tal suerte, lo que la experiencia demuestra es que no existen garantías de que antes o después de que se realicen elecciones pueda haber paz y se normalice la situación político-económica nacional, en la medida en que la constante en cada uno de estos casos ha sido la actitud antidemocrática y sediciosa del oposicionismo, el cual, o es instigador de sabotajes previos a la elecciones que minan la base electoral del chavismo, desconoce los resultados si estos no le favorecen, o utiliza los resultados cuando le favorecen para inflar aún más agendas golpistas y de desconocimiento del orden constitucional.
Esto no quiere decir, desde luego, que no deban realizarse elecciones o que estas no puedan resolver la problemática nacional. Lo único que quiere decir es que pareciera existir un problema previo a resolver, y que no es otro que dicha actitud golpista del oposicionismo, que en todos estos años ha demostrado aversión al orden democrático e institucional, por más que manipule el discurso democrático e institucionalista para sus fines. Por otro lado, habría que considerar hasta qué punto es democrático y justo que haya elecciones cuando una de las partes desata ataques contra la otra, de suerte que la atacada debe asistir a las mismas con esa desventaja. Tal vez entonces lo correcto no sería que se realicen elecciones para que haya paz, sino que haya paz para que puedan realizarse elecciones.
¿Por qué la situación de Venezuela ha empeorado desde la muerte de Hugo Chávez?
En octubre de 2012, el 44% de la población se definía como chavista, mientras que en diciembre de 2014, solo el 22% lo hacía
Actualizado:
El 5 de marzo de 2013 supuso el fin del chavismo con Chávez, tras la muerte del histórico líder bolivariano, autoproclamado sucesor del libertador Simón Bolívar. Le pasó el testigo a Nicolás Maduro en una situación de inestabilidad política, pero cuando el país estaba creciendo por encima del 5 por ciento. El precio del barril de crudo permitía todas las misiones sociales y su discurso se exportaba con éxito, pese a la represión creciente. Sin embargo, dos años después, la economía y la crisis política sitúan al chavismo en su peor momento.
«El Gobierno actual controla casi el 99% de los medios y ha eliminado cualquier espacio de opinión contraria», dijo a ABC el cómico disidente venezolano Luis Chataing. Únicamente «El Nacional» continúa como opositor al chavismo, después de la controvertida compra de «El Universal». «La represión en Venezuela se debe a la debilidad del régimen», asegura el cómico después de haber sido despedido de la cadena Televen, pese a dirigir uno de los programas más vistos de la televisión venezolana.
La crítica situación económica ha mermado el chavismo sin Chávez. De hecho, en octubre de 2012, en las últimas elecciones ganadas por el difunto líder bolivariano, el 44% de la población se definía como chavista, mientras que en diciembre de 2014, solo el 22% lo hacía. Es decir, «ha habido una reducción a la mitad del capital político del chavismo», ha comentado a AFP el politólogo John Magdaleno.
El analista señala que la pérdida de popularidad del chavismo está asociada inevitablemente al fallecimiento de Chávez, pero también a la profunda crisis económica en Venezuela y a la evaluación negativa que los venezolanos hacen de Maduro, en el poder desde abril de 2013.
Maduro, en este tiempo, ha intentado imponer y aplicar su modelo socialista de control y planificación centralizada, pero ha tenido que hacer frente a un derrumbe general de la economía. De hecho, la inflación batió en 2014 un nuevo récord (68,5%) y la escasez de alimentos y medicinas deja ver escenas más propias de una época anterior, con las colas kilométricas a la entrada de los supermercados. Pero es la caída del petróleo, responsable del 96% de la entrada de divisas en el país, la principal razón del desastre económico.
«Venezuela está en caída libre», asegura a AFP Carlos Malamud, especialista del Real Instituto Elcano sobre la realidad latinoamericana. En cuanto a la crisis de gobierno, tras la detención del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y la multiplicación de las teorías conspiratorias con EE.UU. como principal señalado por Maduro, «lo que intenta el chavismo es provocar a la oposición para que se manifieste de manera violenta», añade.
Entretanto, Maduro tiene el índice de aprobación más bajo del presidente en los 16 años de chavismo (20%, según Datanalisis). «Cuando estaba Chávez, todo era diferente, este señor sabía dirigir el país», según el testimonio de un mecánico caraqueño recogido por AFP, que ha votado por Maduro pero que jamás será «madurista».
En la parte final de la entrevista Chataing, a la pregunta de «¿Chávez o Maduro?», responde a ABC:
–(Risas) ¡Caramba, me estás haciendo votar por Chávez, qué barbaridad! Está bien, lo lograste, tendría que escoger a Chávez. Definitivamente, con Maduro estamos mucho peor. Su Gobierno es, en esencia, tremendamente débil.
Y es que Maduro hace buen líder al difunto Hugo Chávez Frías, incluso para la oposición chavista más crítica con el poder.
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