Nro. 3
De la Pequeña Cantata Popular
"DE LAS GRANDES ALAMEDAS"
De Francisco Alvero EL JUGLAR
DE LA LIBERTAD
EL CAMINO ES LA UNION
EN LA DIVERSIDAD.
“La unidad popular vencerá"
Porque la Unidad Popular siempre vence!!!
Allende vive, si la unidad popular no muere."
50 años después…
CUECA Y TANGO DE HERMANDAD
POR EL CINCUENTENARIO CHILENO
De la
Pequeña Cantata Popular
DE LAS GRANDES ALAMEDAS
De Francisco Alvero EL JUGLAR DE LA LIBERTAD
- Desde Argentina, para el hermano pueblo chileno, corazón austral y trasandino.
- Abrazamos su causa de Patria grande liberada, y su esperanza genuina y renovada, en su flamante presidente electo Gabriel Boric.
- El "Salvador" de su gente, El "Salvador" del Chile del Siglo veintiuno. "Allende" el golpe, "Allende" el neoliberalismo", Allende" las mentiras repetidas... Allende ayer, hoy y siempre...
- GABRIEL BORIC, PRESIDENTE!!!
RECITADO:
Cincuenta años después, la esperanza sigue en pie!
Cincuenta años después, Chile quiere florecer
Y con gran amor canta otra vez:
Salvador vuelve, Allende vive, en las luchas que aun perviven,
De este a oeste, de sur a norte del pais de Violeta y de Neruda
Y por supuesto del mártir del canto, Víctor Jara!
He aquí, un humilde y sentido homenaje
A la Unidad popular de ayer, hoy y siempre.
La unidad popular vencerá,
porque la Unidad Popular siempre vence.
Medio siglo ha pasado
y pareciera que fue ayer.
El pueblo trabajador de la mano
construyendo un presente añorado.
Unidad popular , ejemplo universal
como el FREJULI en Argentina,
o el FRENTE AMPLIO en Uruguay.
Y tantos ejemplos mas
de liberación nacional y social”
I
Cincuenta años después del genocidio perpetrado
Cincuenta años después, de que intentaran arrancarnos,
nuestra esperanza de Patria liberada
Cincuenta años después, que mataran a nuestro Víctor Jara
Cincuenta años después, Allende Vive, si la unidad no muere!
Cincuenta años después, de las heridas de esa historia
Cincuenta años después, de perdurar en la memoria, la dignidad debe ser respetada
Cincuenta años después la Patria sigue reclamándola
Cincuenta años después, nuestra esperanza no ha sido derrotada!
Cincuenta años después de aquel 11 de septiembre,
hoy y siempre (PRESENTE!)
Cincuenta años después, de Salvador y el triste golpe de Pinochet, tan gris que fue!
Patria y pueblo están de pie y su esperanza renace otra vez!
II
Cincuenta años después del bombardeo en la moneda,
Cincuenta años después de la traición de nuestras fuerzas
Y digo nuestras, por ser de nuestra tierra, Ejército chileno,
también carabineros
Cincuenta años después del suicidio magnicidio
Cincuenta años después del triste gris cielo enlutado
Que ni Violeta Parra hubiese nunca imaginado
Cincuenta años de neoliberalismo, impuesto a sangre y fuego,
sobre lágrimas del pueblo
Cincuenta años después ni un paso atrás por los derechos!
Cincuenta años después, no hemos perdido nuestra fe,
Marichi weu!!!
Cincuenta años después, una Patria y un pueblo desgarrados,
lo sé, siguen de pie!!!
Nerudiando lo imposible, con Boric Presidente
y Allende en nuestro ser
Chile. Allende: Es más que una biografía, es un nombre y un hombre de la historia
Por Hugo Guzmán. Resumen Latinoamericano, 10 de septiembre 2020.
Algunos no dudan en definirlo como el líder social y político más importante e influyente en la historia de Chile en los dos últimos siglos.
Su impronta irradió nacional e internacionalmente y su pensamiento es fuente recurrente en espacios académicos, legislativos, políticos, sindicales, estudiantiles, de historiadores.
Su práctica como médico, militante socialista, figura fundamental de la izquierda chilena, ministro, parlamentario y Presidente de la República, se selló en coherencia y rectitud en el último gesto de defensa irrestricta del mandato popular y constitucional de defender la presidencia, instalado y combatiendo en el palacio presidencial de La Moneda.
Así, su actuar se reivindica en un sentido ético y una expresión suprema de la acción política consecuente.
Su larga trayectoria política y social se extiende en sucesos en unas cuarenta décadas donde no hubo mes o año en que dejara de realizar alguna acción de gravitante connotación pública en base a propuestas o desempeño pensando en derechos del pueblo, defensa de demandas sociales, avances en salud o vivienda, nutriendo el pensamiento transformador, pensando en una sociedad distinta, vinculándose a los trabajadores, y buscando la unidad de la izquierda y las fuerzas del cambio.
Salvador Allende Gossens es más que una biografía. Es un nombre y un hombre de la historia. Donde su pensamiento y práctica política se terminó de amalgamar con una consecuencia ética y defensa de ideales.
Su historia, en la historia, se nutre de aciertos, también de equivocaciones, de logros y de fracasos, de buenas y malas decisiones. No es su desempeño algo lineal y puro, sometido al escarnio o el análisis de su trayectoria, germen de debates y también de reconocimiento a su obra.
Nació en el puerto de Valparaíso el 26 de junio de 1908. Estudió Medicina en la Universidad de Chile y se inclinó por la medicina social y las políticas públicas de salud, escribiendo el texto “La realidad médico social chilena”. Fue integrante destacado de la Masonería. Diputado y senador, ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. Candidato presidencial de fuerzas populares y de izquierda los años 1952, 1958, 1964 y 1970. Desde joven militó en el Partido Socialista, hasta su muerte el 11 de septiembre de 1973.
Desde su adolescencia germinó en él un espíritu de búsqueda asociado a una condición de rebeldía, en una convicción que fue anidando en cuanto a un cambio profundo de la sociedad chilena, que no era otra cosa que conseguir la justicia social. Como dato biográfico, el mismo Presidente Allende recordaba al zapatero italiano y anarquista que lo llevó en los primeros pasos de lecturas decisivas. “Cuando era muchacho, entre los 14 y los 15, me acercaba al taller de un zapatero anarquista llamado Juan Demarchi…Me enseñó a jugar ajedrez, me hablaba de cosas de la vida, me prestaba libros…Sus comentarios eran importantes porque yo tenía una vocación profunda de lecturas y él me simplificaba los problemas”. Influyó en él una historia familiar donde sus abuelos, tío y su padre jugaron papeles en gestas de independencia y momentos históricos del país.
Fue atleta, boxeador, excelente alumno, pasó por las aulas del Liceo Eduardo de la Barra (fue presidente del centro de alumnos), por el Regimiento Lanceros de Tacna, se convirtió en dirigente en la Universidad de Chile donde exploró con mayor profundidad las ideas socialistas. Más tarde sería parte del Partido Socialista y su primera responsabilidad orgánica estuvo en Valparaíso. Luego gravitaría como uno de los dirigentes más importantes de esa colectividad.
Se dice que saliendo a la calle en medio de un fuerte temblor, conoció casualmente a Hortensia Bussi, “Tencha”, con quien se casaría y de ese matrimonio nacieron tres hijas: Carmen Paz, Isabel, y Beatriz (Tati). Desde los años de infancia y adolescencia creció bajo los cuidados de Mama Rosa, que lo acompañó hasta adulto. Desarrolló entrañables amistades con sus compañeras y compañeros de lucha, y varios de ellos murieron el mismo 11 de septiembre o en meses posteriores al golpe de Estado, como Augusto Olivares y José Tohá.
Empecinado en conocer procesos revolucionarios y de liberación, y experiencias políticas de otras latitudes, fue un empedernido viajero. En sus rutas llegó a países como Cuba y Vietnam, donde pudo conversar con Ernesto Guevara y Ho Chi Minh. Llegó a correr riesgos políticos internos en aras de sucesos internacionales, como cuando no dudó en proteger y llevar a la isla socialista a los tres guerrilleros cubanos sobrevivientes del grupo rebelde de Guevara en Bolivia, que habían logrado cruzar la frontera boliviana hacia Chile.
Más allá de sus consistentes mensajes políticos, graficados en el discurso del triunfo presidencial desde el balcón de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, su histórica intervención en Naciones Unidas, su alocución con motivo de la nacionalización del cobre y, por cierto, sus últimas palabras pronunciadas en medio del combate en La Moneda, Allende solía establecer también consideraciones más personales, como cuando dijo, al saberse de su triunfo electoral presidencial, que “soy tanto sólo un hombre con todas las debilidades y flaquezas de todo hombre, y si supe soportar las derrotas de ayer, acepto hoy sin reservas y sin espíritu de venganza este triunfo que nada tiene de personal”.
El contacto con la gente, con su pueblo, fue una característica del “Compañero Presidente”. Incontables discursos los pronunció en poblaciones, construcciones, fábricas, escuelas, universidades, juntas de vecinos, en los campos y en sedes de organizaciones populares. Da cuenta de esa cercanía las cientos de fotografías con trabajadores, estudiantes secundarios y universitarios, mujeres, pobladores, campesinos, indígenas, niños, artistas, muchas de ellas en las veredas cercanas a La Moneda, en calles, plazas, centros de trabajo y de estudio.
Su compromiso no fue con la elite, ni con proyectos mezquinos, ni con poderes fácticos y menos con actitudes inconsecuentes. Siempre mantuvo firmeza respecto a su compromiso con el pueblo, con los trabajadores, con la juventud. Y en un discurso en el Estadio Nacional, no vaciló en afirmar ante miles de hombres, mujeres y jóvenes, más allá de cualquier retórica: “…yo les digo a ustedes, compañeros, compañeros de tantos años, se lo digo con calma, con absoluta tranquilidad: yo no tengo pasta de apóstol ni tengo pasta de Mesías, no tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado; pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer a la voluntad mayoritaria de Chile: sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás; que lo sepan: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera. Que lo sepan, que lo oigan, que se les grabe profundamente: defenderé esta revolución chilena, y defenderé el Gobierno Popular porque es el mandato que el pueblo me ha entregado, no tengo otra alternativa, sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el Programa del pueblo”.
Chile. Qué se propone hacer Gabriel Boric como presidente
Resumen Latinoamericano, 20 de diciembre de 2021.
Lo que había planteado en campaña el candidato de izquierda
El candidato de centro-izquierda presentó antes de la segunda vuelta su «Acuerdo de implementación programática». El plan sintetiza los ejes de sus iniciativas y fue elaborado con los equipos técnicos de los excandidatos Marco Enríquez-Ominami y Yasna Provoste.
Gabriel Boric se presentó a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile con un programa que denominó “Acuerdo de implementación programática”, en el que recogió lo conversado con los equipos de los ex candidatos Marco Enríquez-Ominami y Yasna Provoste. Fue elegido presidente por los chilenos y el texto sirve de pauta para vislumbrar lo que puede llegar a hacer una vez que asuma la Presidencia.
Boric dijo que en esas líneas programáticas quedó en claro que hay puntos de contacto entre las propuestas de sus ex competidores de izquierda y centroizquierda.
Explicó que se comparte la “urgencia de recuperar los empleos de calidad, en particular en el caso de las mujeres, apoyar decididamente a las Pymes, así como fomentar el crecimiento y avanzar en un proceso de recuperación económica sostenible y con adaptación a la crisis climática”.
También hay coincidencias en la necesidad de un nuevo sistema de pensiones que “funcione de acuerdo con los principios de la seguridad social, aumentando pensiones a los actuales y futuros pensionados y donde se cumpla el anhelo ciudadano de no más AFP (administradoras de fondo de pensiones); y un nuevo sistema de salud con un seguro único, que no distinga entre ricos y pobres”.
También resaltó los acuerdos en que para estas mejoras se requiere un crecimiento económico y una reforma tributaria progresiva, para financiar “responsablemente las reformas y así asegurar una trayectoria de consolidación fiscal, donde cada nuevo gasto comprometido tenga un financiamiento asegurado”.
En la propuesta, Boric plantea cuatro ejes: bases para un crecimiento sustentable y las reformas de los sistemas de pensiones, salud y tributaria.
Crecimiento sustentable
En el primer capítulo se plantea el crecimiento sustentable que llegue “a todos y todas, especialmente con las mujeres y Mipymes (micro, pequeña y mediana empresa)”, se dice en el texto.
Se propone recuperar la participación laboral de las personas más afectadas por la pandemia, y para ello se entiende necesario rediseñar los subsidios y focalizarlos en las mujeres.
También se fomentará la capacitación y reconversión laboral para hacer frente a los impactos de la tecnología.
En cuanto a las pequeñas y medianas empresas, apoyará el desarrollo e innovación.
Sistema de pensiones
En cuanto las pensiones, se propone un nuevo sistema sin AFP con el objetivo de que se “materialice el derecho a la seguridad social, aumentando las pensiones actuales y futuras de manera sostenible”. Ese sistema será público y se financiará con contribuciones de empleadores, trabajadores e impuestos.
Se plantea una Pensión Básica Universal de $ 250 mil (US$ 297 al valor actual) que beneficiará a todos los adultos mayores de 65 años.
Dentro de este capítulo se impulsa la equidad de género para “garantizar la igualdad de hecho para las mujeres”. Esto se logrará a través de: reglas paritarias de representación en los órganos del sistema; uso de tablas unisex para las expectativas de vida; subsidio de lagunas previsionales por razones de cuidado no remunerado, independiente de si el o la cuidadora es mujer u hombre.
Sistema de salud
Mejorar el sistema de salud será “prioritario” en un gobierno de Boric, dice el programa. El modelo que se plantea se centra en la atención primaria, y se basa en el sistema público y se financia progresivamente por impuestos generales.
“Es necesario aumentar la justicia, equidad y solidaridad del sistema, la eficiencia del uso de recursos, promover una sociedad más saludable, asegurar que las personas tengan protección financiera frente a los gastos de salud y asegurar el acceso a una atención oportuna, digna y de calidad”, se dice en el documento.
Reforma tributaria
El último capítulo se refiere a implementar una reforma tributaria. Se propone un impuesto a la renta para las grandes empresas. Hoy las rentas del capital en el país “pagan proporcionalmente un impuesto menor que las que provienen del trabajo, generando una desigualdad que no tiene justificación”, se afirma en el documento.
Otro punto es la reducción de exenciones que “generan un injustificado gasto tributario”, poner un impuesto a la riqueza (entre ellos un impuesto al patrimonio de los súper ricos); impuestos verdes; royalty a la gran minería y medidas contra la evasión y la elusión.
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