“Tango por los humedales”
De Francisco Alvero, EL JUGLAR ®
De la TRILOGIA SOBERANA
CANTATA POPULAR
“DEJEN A LA PACHA EN PAZ”
“Canto por los humedales
Y la biodiversidad! Nada más!
Canto del pueblo argentino,
para bailar y pensar!
La ley de los humedales,
Es una necesidad!
Para proteger la vida,
Debe ser ley nacional!”
Parece triste la copla,
Desangra ya en mi corazón
Porque a la ley de humedales,
La cajonean, por dios!
Si hasta solloza mi Patria,
y existe una gran razón!
Pavoneando en oficinas,
Ya ni acuden a legislar
Hablan pestes del Estado,
Y no van a laburar!
Del pelucón ya les hablo,
Y de algunos genios más!
Lloran los humedales!
Gritan, gritan su dolor, por favor!
Legislen en la Argentina,
Lo pide el pueblo a viva voz!
Y a la ley de humedales,
le entrega su corazón!
“Lloran los humedales!
Flora y Fauna con dolor!!!
Porque a la Patria Argentina,
La descuidamos, si señor!
No es momento de excusas,
Mucho menos división!
La ley de los humedales,
Realidad debe ser hoy!
Sembrando amor y conciencia,
Para la liberación!!!
Por la vida que queremos,
abramos el corazón!!!”
Llora la zamba y el tango,
Está de luto mi Nación
Pues continúan sangrando,
Los humedales, por dios!
Pa’ que se alegre la Patria,
existe una solución!
La ley de los humedales,
Defiende la diversidad
Esa es la lucha que vale,
por la que quiero cantar!
Vamos mi pueblo querido,
En unidad avanzar!
Frente a la tragedia ambiental por las quemas de pastizales y humedales del Delta del Paraná, Cabandié trabajó en áreas afectadas y pidió celeridad en la actuación de la Justicia
Las quemas de pastizales en las islas del Delta entrerriano generan efectos negativos en la salud por el humo que se expande en la zona y que alcanza hasta Rosario, provincia de Santa Fe, lo que derivó en una polémica ciudadana, con manifestaciones y denuncias contra productores de agronegocios de la zona. Los incendios están fuera de control y afectan los ecosistemas de los humedales a mediano y largo plazo . “Acompañamos y trabajamos junto a las y los brigadistas en la lucha contra los incendios intencionales en el delta del Paraná. Los responsables de estas quemas tan brutales tienen que pagar por lo que han hecho. Esperamos que la Justicia actúe como corresponde”, dijo este sábado Juan Cabandié, el ministro de Ambiente de la Nación, desde el lugar de las quemas.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
ENTRE RÍOS Y SANTA FE (1/8/2020).- El ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, avanzó en una denuncia penal hace unos días por la quemas de pastizales en el Delta del Paraná y declaró la emergencia ambiental en la zona. Pero las quemas continuaron, y hasta este sábado se mantenían fuera de control, afectando con humo hasta la ciudad de Rosario, Santa Fe.
Se sigue a la espera la actuación de la Justicia para frenar las quemas y determinar las responsabilidades. Los gobernadores de Entre Ríos y Santa Fe también tienen responsabilidad en determinar quienes son los autores de las quemas y establecer un esquema de control y fiscalización ambiental.
“Los humedales son espacios verdes y reservas naturales son parte del futuro de la Argentina. Los incendios en el Delta perjudican, dañan y destruyen un ecosistema fundamental y de enorme riqueza para ese futuro, que nos debe encontrar unidos y comprometidos en erradicarlos”, indicó el actual viceministro de la nación, Sergio Federovisky, quien es biólogo de profesión y periodista ambiental.
“Desde el Ministerio de Ambiente de la Nacion se ha declarado la emergencia ambiental frente a los incendios en el Delta; además de promover un plan de producción y manejo sustentable para el humedal. Respetando así el equilibro que se debe mantener en este importante ecosistema”, expresó el funcionario a través de su cuenta oficial de Twitter.
“El Estado presente a través para frenar la barbarie y planificar junto con las provincias un modelo productivo sustentable para las islas del delta superior del Paraná que preserve los servicios ambientales del humedal”, sostuvo ante la imagen del ministro en el área, acompañando los trabajos para frenar las quemas.
El Río Paraná es parte de uno de los humedales más importantes del mundo
La quema de pastizales está fuera de control en la Isla del Delta del Paraná, en Entre Ríos, y el humo desde hace varias semanas afecta a Rosario, Santa Fe. Pero sobre todo, este tipo de actos indiscriminados genera un daño permanente sobre el valioso ecosistema del humedal del río Paraná. “Es uno de los más importantes del mundo”, afirma la periodista rosarina Jorgelina Hiba, especialista en ambiente, en una entrevista en Impulso Negocios, medio en el cual explicó las características e importancia de este entorno natural, y las graves consecuencias de su destrucción.
“Argentina tiene casi la cuarta parte de su territorio que es un humedal. El que nos referencia y nos define culturalmente, productivamente, históricamente y desde la biodiversidad es el humedal del río Paraná. Tenemos mucha suerte de poder vivir al lado de un río y de un sistema de islas como el pre Delta”, contextualiza Hiba.
Si bien el río Paraná y su línea costera constituyen una de las principales marcas identitarias y atractivos centrales de la ciudad, el aporte del humedal no se da “sólo en relación al paisaje” sino a través de los desapercibidos pero fundamentales “servicios ecosistémicos”.
“El humedal, el sistema de islas, el propio río, sirve para regular o para atemperar por ejemplo los cursos de temperaturas extremas, que va a ser muy importante en un contexto de crisis climática global, de calentamiento que por supuesto impacta en nuestra región. Nos aporta una cantidad de biodiversidad increíble en aves, en anfibios, en reptiles, en peces y esto tiene usos productivos, recreativos, turísticos. Los humedales también nos aportan oxígeno, agua, alimentos”, desarrolla la periodista.
En este sentido, el contexto de quemas actual “es el doble o el triple de grave porque además en lo inmediato genera efectos negativos a mediano y a largo plazo que vamos a ir viendo con el tiempo”.
Entre los múltiples y diversos impactos, el más registrado por los habitantes de este lado del Paraná es la presencia masiva de humo.
Según estudios realizados por la UNR, “en un día con enorme cantidad de focos, la calidad del aire de Rosario quintuplicaba los niveles de particulado contaminantes permitidos, o sea el aire estaba hasta cinco veces peor de lo que debería estar para ser un aire de buena calidad”. En un contexto de pandemia asociada además a afecciones respiratorias, esto puede tener consecuencias muy complejas a nivel sanitario.
Ecocidio: “Es mucho más que pastizales”
Sin embargo, el efecto más severo de las quemas es el que genera a largo plazo sobre el humedal, y que por las dimensiones alcanzadas, algunos califican como ecocidio. En lo que va del año, “se registraron más de 8000 focos en el Delta del Paraná, que va el norte de la ciudad de Santa Fe hasta la zona de San Fernando en la provincia de Buenos Aires” alcanzando así un número récord en la última década. Además, considerando solo la zona frente al Gran Rosario, se estima que se han quemado por lo menos 500 kilómetros cuadrados, “una superficie que equivale más o menos tres veces la superficie de Rosario”.
Es frecuente la caracterización de los incendios en las islas como “quema de pastizales”, lo cual puede hacer suponer que se trata de porciones irrelevantes de terreno. “El humedal mismo tiene varios subsistemas, varios paisajes dentro del paisaje. Y hay un paisaje que es el de los pastizales que no es igual al pastizal del campo o el de la llanura que es el que más vemos cuando estamos de este lado de la orilla”, explica Hiba, sino que se trata de un “sistema de agua, tierra y laguna”.
Esto genera “una mortandad de un montón de fauna que les es más difícil desplazarse rápido, como reptiles, anfibios, algunos mamíferos. En definitiva, una enorme pérdida de biodiversidad que todavía no está del todo cuantificada” pero que cuando pueda determinarse “va a ser impactante”.
Incluso las aves, que “no sufren en el primer momento por su posibilidad de desplazarse”, se ven gravemente afectadas. “El Paraná es un corredor biológico muy grande de migración de aves que hacen el recorrido del norte al sur, de Brasil hasta la Patagonia, sobre todo en los cambios de estación, otoño y primavera, entonces hay muchas especies de aves migratorias que van a encontrar su lugar de destino destruido, donde buscan su alimento, donde se reproducen, no va a estar más”.
“El ecocidio es una figura bien gráfica para entender que estamos hablando de un problema ambiental enorme”, asegura Hiba. De todas maneras, “no es todavía una figura tipificada por el delito” por lo que las personas causantes del daño contra su propio hábitat no podrán ser juzgadas por eso.
SOCIEDAD 10-08-2020
Advierten que los incendios en humedales "son una tragedia" para flora y fauna de las islas del Delta
“El panorama es desolador, el fuego diezmó numerosa fauna del humedal. Se ha encontrado una innumerable cantidad de animales calcinados tras el incendio en las islas”, dijo a Télam un experto en avifauna del grupo ecologista El Paraná No se Toca.
Los incendios en los humedales del delta del Paraná, que ya afectaron a unas 90.000 hectáreas, constituyen una “verdadera tragedia” para la flora y fauna de las islas, y debido a la acción del fuego algunas áreas “tardarán años en recuperarse”, consideraron este lunes ambientalistas y ornitólogos.
Tras señalar que “es una verdadera tragedia” lo ocurrido con los incendios en el humedal, Pablo Cantador, un experto en avifauna del grupo ecologista El Paraná No se Toca, dijo que en un recorrida efectuada por la zona afectada advirtió que existe “un gran porcentaje de islas quemadas”.
Comentó que hay áreas donde “el suelo quedó como un ladrillo por la temperatura, ahí el fuego quemó todo, hasta los microorganismos y semillas. Será muy difícil que algo vuelva a crecer en breve. Tardará años en recuperarse”.
El ecologista dijo que el panorama también “es devastador” en cuanto a la fauna de las islas: “Reptiles que en invierno se guarecen e hibernan en cuevas y troncos de árboles como iguanas y culebras, quedaron calcinados”.
“Lo mismo que comadrejas y hurones que el fuego atrapó en sus madrigueras. Similar situación ocurrió con las tortugas al desplazarse hacia aguas más profundas”, añadió.
Respecto a las aves que habitan las islas del Delta, el ambientalista contó que si bien muchas especies pudieron escapar, “sus nidos y pichones resultaron calcinados”.
“El fuego, cuando es nocturno, sorprende en sus refugios a las aves acuáticas como las gallinetas, que no se caracterizan por ser grandes voladores y como apenas pueden levantar vuelo, quedan presas de las llamas”, explicó Cantador.
Y afirmó que el humedal “es también recepción de aves que emigran. Ahora están migrando las que vienen de la Patagonia, y en esta primavera, llegarán las aves que proceden del norte y se encontrarán con un tercio de las islas del delta arrasadas”.
El director de Aves Argentinas, Hernán Casaña, en diálogo con Canal 3 de Rosario, agregó que el área incendiada “es el equivalente a dos ciudades de Buenos Aires” y que “es un ambiente que se perdió y no sabemos cuándo se recuperará”.
Casaña expresó que "numerosas aves perecieron al tener sus nidos en los árboles, pero muchas especies tienen problemas de conservación, por lo cual el impacto será muy fuerte, y recuperar el ambiente perdido también será muy difícil”.
Tras apuntar que los incendios en los humedales “es una tragedia desde el punto de vista ambiental y de la salud humana”, el titular de Aves Argentinas, dijo que “estamos perdiendo recursos naturales a una velocidad inusitada”.
En 2020, tras las manifestaciones por los incendios en el Delta del Paraná, la Comisión de Ambiente de la Cámara de Diputados inauguraba el debate para la sanción de una Ley de Humedales, cuyo tratamiento se imponía entonces como urgente pero se vio interrumpido por tercera vez en la historia del país. En ese marco, una jurisdicción --la que al parecer contiene la porción más significativa de superficie de estos ecosistemas-- marcó una disidencia en relación a la iniciativa. Era Corrientes, la provincia en la que ardieron pastizales, bosques, palmares, humedales, plantaciones forestales e infraestructura rural (la triste enumeración es de Emilio Spataro, fundador de la organización Guardianes del Y'Vera, integrante de la Red Nacional de Humedales y licenciado en Gestión Ambiental). Mediante una resolución, el Senado correntino manifestaba su "preocupación" por el tratamiento de la norma.
"La cosa está mucho mejor porque llovió... ¿y después qué?", se pregunta Spataro del otro lado del teléfono, sin alivio aparente. Es que el fenómeno de La Niña, vinculado a la sequía, y el cambio climático hacen un combo explosivo con otra cara del problema: la inacción política. Corrientes no es solamente la provincia que más superficie de humedales contiene --la estimación la aporta el senador Martín Barrionuevo; en rigor, el dato oficial se conocerá en el momento en que surja un inventario nacional, mediante la ley--, sino también un bastión de resistencia a una normativa por la que la sociedad civil puja hace una década y que apunta al corazón de su matriz productiva. La presión proviene del monocultivo forestal de especies exóticas y los sectores arrocero y ganadero.
La resolución del Senado correntino
Esa resistencia alcanzó su máxima expresión en agosto de 2020, luego de que la Cámara Baja abriera el debate para la sanción de una Ley Nacional de Humedales. No había todavía un proyecto cocinado: había diez en danza. Mediante una resolución (número 23), el Senado correntino manifestaba su "preocupación por las implicancias negativas que esos proyectos deparan hacia el sistema productivo" y enlazaba esto con una defensa en torno a la autonomía --una postura histórica de la provincia--. "Lo que subyace es estar en contra de que el Estado (nacional) regule lo que ocurre en los campos privados, para que sus propietarios puedan hacer lo que quieran", explica Spataro. Una semana antes, la Coordinadora de Entidades Productivas de Corrientes --compuesta por más de 10 organismos, entre ellos la Sociedad Rural, la Federación Agraria, Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro-- había rechazado también la posibilidad de que aparezca una normativa nacional con ese espíritu. Esas organizaciones son las que después "exigen ayuda estatal ante las sequías e incendios", cuestiona el ambientalista en una nota para la Agencia Tierra Viva.
La polémica resolución se encuentra en la página oficial del Senado de Corrientes, donde también es posible hallar la versión taquigráfica. Barrionuevo, del FdT, recuerda que fue una iniciativa del oficialismo provincial, es decir del radicalismo alineado a Juntos por el Cambio. El FdT se abstuvo. "Nuestro argumento era que había legisladores nacionales para hacer los planteos que quisieran sobre Corrientes, que no teníamos que hacer valoraciones sobre la actividad del Congreso de la Nación", cuenta. Los cinco senadores opositores pelearon para que se votara una ley provincial para la creación de un inventario de humedales. Lo consiguieron. "Nos pusimos a trabajar, lo hicimos bien, participativamente. El avance es que vamos a dejar de hablar en abstracto para tener una discusión concreta. Vamos a tener la caracterización e identificación de los humedales de Corrientes", señala.
Los argumentos del oficialismo correntino
"Hagan lugar en el conurbano para 800 mil correntinos" si es que prospera la Ley Nacional de Humedales, llegó a decir a Bichos de campo un diputado nacional correntino, el radical Jorge Vara, exministro de Producción provincial y autor de su propio proyecto de ley nacional de humedales, en consonancia con las demandas de los sectores productivos. En una nota de septiembre de 2020, el medio postulaba que, según el criterio aplicado en la legislación, "podría quedar improductiva el 70 por ciento de la superficie de la provincia". Ese argumento aparece en la versión taquigráfica. Como estos otros: "No puede ser que legisladores de zonas secas, pedregosas, vengan a resolvernos el sistema productivo en Corrientes"; "no estamos dispuestos a que nos conviertan en una momia productiva".
Barrionuevo, quien en aquella sesión postulaba la necesidad de que "el sistema productivo sea sustentable también desde el punto de vista ambiental", confía en que el inventario, como instrumento de precisión, sea la salida de "los dogmas". Por el contrario, Spataro cree que la existencia de un inventario provincial refleja el "miedo" del poder político de que haya un "un proceso coordinado desde la Nación con una metodología científica fuerte, que implique que haya más humedales que los que la provincia quiere reconocer".
Antecedente: el proyecto de Pino Solanas
Hay un antecedente de aquella resolución del Senado. Lo cuenta el abogado ambientalista Enrique Viale, quien trabajó junto a Pino Solanas cuando el legislador presentó el proyecto en el Congreso en 2016. También detectó la feroz oposición de los senadores correntinos. Y de hecho, en el tercer y último intento para la sanción de la ley, el texto quedó estancado en una comisión presidida entonces por un correntino, José Ruiz Aragón (FdT), la de Agricultura. Viale asegura que la de humedales es "la ley más lobbiada de la historia", por sobre la de bosques y glaciares.
Las pérdidas causadas por los incendios
"Una ley de humedales no hubiera parado todo esto. Nadie puede saber si los incendios no se hubieran producido, porque además están la sequía y el cambio climático, pero seguro que sería mejor si existiera, incluso para la producción. Una ley ordena el territorio y las actividades productivas sobre estos ecosistemas, sin prohibirlas. Los humedales actúan como cortafuegos, son esponjas que dan agua en momentos de sequía y la quitan en momentos de excesos hídricos. Su conservación es clave para enfrentar el cambio climático", explica Viale. Y añade: "Siempre nos dicen que la ley para el ingreso a las provincias. Los devastadores incendios de Corrientes son el mejor y más triste ejemplo de que destrozar el ambiente es económicamente muy negativo: se habla de pérdidas de 75 mil millones de pesos".
"Unos pocos en su extrema soberbia se inventaron el camino de su propia destrucción. En su ambición quieren que eso lo paguen los ciudadanos a través de los fondos de recuperación de la producción. Todo el dinero y las transferencias públicas deben ir a garantizar la restauración ambiental, pobladores campesinos y comunidades afectadas, los bomberos y fomentar un verdadero plan de manejo de fuego, basado en la implementación de la Ley de Humedales", concluye Spataro.
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