Homenaje a Armando Jaime, fundador del Frente Revolucionario Peronista
El pasado 3 de febrero, con 85 años de edad, totalmente lúcido y dejando un mensaje de lucha para su pueblo, Armando Jaime falleció en su Salta querida. Más de 68 años de lucha por la liberación nacional y social de nuestra patria respaldan a este histórico luchador que recordaremos siempre como un revolucionario de toda Nuestramérica. Presentamos aquí una primera parte de su trayectoria política, desde los inicios de su militancia hasta la fundación del Frente Revolucionario Peronista.
Por Lisandro Silva Mariños para La tinta
La resistencia como punto de partida hacia la revolución
Armando Jaime nació un 9 de octubre de 1932 en Salta. Podría afirmar con total certeza que su cumpleaños número 35 fue un día de luto, ya que el mundo se anoticiaba del asesinato del Comandante Ernesto Che Guevara en Vallegrande, a manos del ejército boliviano y la CIA. Su admiración por el Che, fue antecedida por su adscripción al peronismo, cuando con apenas 17 años adhirió activamente a dicho movimiento político, que en su provincia se expresaba en el gobierno del enfermero Carlos Xamena.
Hacia los años ‘50, Armando era obrero del vestido, pero se dedicaría a ser un joven maestro de escuela que enfocaba su militancia organizando a trabajadores tabacaleros y azucaremos de Salta y a los campesinos de la localidad de Santa Victoria Oeste (límite con Bolivia a 500 km de la capital) a través de la creación de unidades básicas peronistas. A aquella tarea lo encomendaría el gobernador provincial con el objetivo de horadar la base conservadora de la zona y así potenciar su gobierno, que en las próximas elecciones ganaría la mayoría en la localidad a la que fue destinado Jaime.
Tras el golpe del ´55 Armando cae preso y luego se traslada a Tucumán donde participará activamente en la “resistencia peronista”. Según él la tarea central era la lucha por la vuelta de Perón a través de acciones de agitación y propaganda relámpago, como también “poner un caño” en algunas empresas transnacionales y -¿por qué no?- a conocidos gorilas de la provincia. Fue así que integró en Tucumán el Comando 17 de Octubre entre el 57 y el 59, donde militó junto al comandate Félix Serravalle, Hugo Ondina y muchxs otrxs militantes que tiempo después fundarían definitivamente la primera organización guerrillera peronista de esa época, Los Uturuncos. Hereje desde los inicios, se negó como miles de peronistas de aquel entonces a obedecer el llamado de Perón a votar por Frondizi.
A principios de los ´60, aún en la clandestinidad, se enfocaría en la conformación de un nuevo agrupamiento político que pudiese expresar orgánicamente la “tendencia revolucionaria” compuesta por organizaciones sociales, políticas y sindicales que al interior del peronismo centraban sus críticas hacia el imperialismo y la oligarquía, al tiempo que se alejaban de la dirección burocrática de Augusto Timoteo Vandor. Con este objetivo sería miembro fundador hacia fines de 1963 el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) junto a Gustavo Rearte (integrante de la Juventud Revolucionaria Peronista), Jorge Di Páscuale (dirigente del Sindicato de Farmacéuticos) y Héctor Villalón (delegado de Perón en Argentina).
Armando -en tanto integrante del Movimiento Revolucionario Peronista- fue designado junto a otrxs compañerxs para entrevistarse con Perón en Puerta de Hierro. Luego viajaría a la República Popular China en plena Revolución Cultural, conocería a Mao Tse-Tung y su “Libro Rojo”, el cual le parecía imprescindible para la formación de los militantes por lo que -durante la constitución del FRP- organizó la entrada clandestina de cientos de ejemplares desde el Uruguay.
Los profundos debates al interior del MRP durante el año 67-68 se cristalizaran en tres sectores que luego se dividirán definitivamente: uno liderado por Rearte en Bs.As, otro por Villalón y el tercero expresado en el norte argentino que proponía hacer hincapié en el carácter revolucionario del movimiento en detrimento de la “tercera posición” y pasar a la acción en relación a la lucha armada. Quienes defendieron esta posición impulsarían internamente y en paralelo el Frente Revolucionario Peronista (FRP). Muchxs de ellxs ya contaban con una vasta trayectoria militante en el norte que no los circunscribía a una política localista y corporativa. Muestra de ello fue una acción desarrollada durante el gobierno de Arturo Illia (el 6 de noviembre de 1965), cuando organizaron un repudio a los reyes de Bélgica que llegaban de mano del presidente a Salta para negociar la instalación de los colonos belgas que habían sido expulsados del Congo. Armando, junto a distintos compañeros que serían los iniciadores del FRP, recibieron a los reyes belgas con carteles y globos con el nombre de Patrice Lumumba (líder revolucionario congolés asesinado por la CIA) y la quema de la bandera de Bélgica. A él y a sus compañeros, la cárcel los recibiría una vez más.
Constructor de una organización revolucionaria al interior del peronismo
La conformación del FRP sería impulsada con fuerza durante el año ‘68 por Jaime, Arroyo, Juárez, Díaz y Salomón en las provincias de Salta y Jujuy. Su órgano de difusión se llamó “Vocero Popular” y su brazo armado “Ejército de Liberación Nacional” (ELN). Durante fines del sesenta y principios del setenta, el FRP extendió su trabajo político y social hacia Tucumán y Santiago del Estero. Armando recorrió diferentes provincias presentado la nueva organización, convocando a construir una fuerza revolucionaria al interior del peronismo. Fue así que contactó en Paraná a un compañero que luego sería una pieza fundamental en el FRP y el FAS: Manuel Gaggero, reconocido por ser un joven abogado de la CGT de los Argentinos.
Gaggero recuerda a Jaime como un hombre que “tenía todo el aspecto y la forma de hablar pausadamente, pero con mucha profundidad, de los teóricos vietnamitas que leíamos en aquellos años… un verdadero maestro” . Si bien el trabajo del FRP venía en ascenso, la dictadura de Levingston y luego Lanusse persigue y encarcela a muchos de sus militantes. Armando Jaime cae preso en octubre del ‘71 y saldrá recién en libertad en el ‘73. Desde la cárcel y la clandestinidad, el FRP aportó a la construcción de la Lista Verde de Salta que llevó el 24 de mayo de 1973 a la gobernación al Dr. Miguel Ragone, un político reconocido por su vínculo con la izquierda peronista. El apoyo del FRP a Ragone no implicó una subordinación política a su gobierno, el cual no integraron ya que éste se negaba a realizar reformas necesarias en la provincia vinculadas a la tierra y la situación de los campesinos.
La referencia de Armando Jaime desarrollaría un salto cualitativo en julio del ‘73 cuando tras la convocatoria a la normalización de la CGT salteña, el FRP impulsa en asamblea (es decir que no toma por asalto) la constitución de la CGT Clasista contando con el apoyo de asociaciones como la Liga Campesina y sindicatos como el de obreros del tabaco, vendedores ambulantes, además de dirigentes aislados de otros gremios, como mineros y canillitas . Vale mencionar que Armando siempre dejó en claro que él no era el “secretario general” de la CGT Clasista de Salta, sino un “referente político de la central”, ya que el triunviro que dirigía estaba conformado Oscar Aramayo (Sindicato de Obreros del Tabaco), Alberto Abán (Sindicato Único de Obreros Rurales) y Segundo Álvarez (Sindicato de Vendedores Ambulantes, Kioscos y Afines).
Esta iniciativa no sería gustosa al interior del peronismo, hasta Montoneros repudió dicha acción cuando en su periódico “El Descamisado” se preguntaban ‘¿CGT de Salta que pasa?’ acusando a Jaime y Salomón de “ultraizquierdistas, gorilas que hacen el juego a la derecha contra el gobierno peronista provincial”. Asimismo, la revancha de la burocracia sindical no se hizo esperar, ya que lo que había comenzado como un homenaje a Rucci -el 25 de septiembre del ‘73- terminó en la ocupación de la casa de gobierno al grito de “ni yanquis, ni marxistas, fuera del gobierno los comunistas”, al tiempo que se exigía la intervención de la provincia gobernada por Ragone. Vale recordar que dicha intervención se concretaría el 23 de noviembre de 1974 bajo el gobierno peronista de Isabel Martínez de Perón, quien separase a Ragone, el primer gobernador secuestrado por la Triple A y desaparecido en democracia, un 11 de marzo de 1976.
Las críticas al interior del movimiento peronista hacia el FRP se extendían a la par que este agrupamiento agudizaba sus definiciones anticapitalistas, antiimperialistas y por el socialismo, al tiempo que no escondía sus cuestionamientos a Perón ante lo que consideraban errores y problemas políticos de envergadura.
Una muestra de ello es la carta que el FRP junto a otras agrupaciones peronistas publicaran el 17 de agosto del ’73 titulada “Al Teniente General Juan Domingo Perón”. Allí condenaban la Masacre de Ezeiza criticando el accionar del líder al afirmar que “el Pueblo fue masacrado y Perón dijo por televisión un discurso que nada tiene que ver con los anhelos revolucionarios de la muchedumbre (…) mientras los torturadores y asesinos continúan en sus cargos (…) Cámpora es desalojado, y en una burda maniobra se designa presidente a Lastrini, yerno de López Rega, como si Argentina fuera un feudo y no una república en un proceso revolucionario”. La carta abierta cerraba sin medias tintas a plantearle al líder: “Si usted está rodeado, diga una sola palabra y multitudes saldrán a la calle a liberarlo (…) Seguimos teniendo confianza, pero exigimos una inmediata definición. Ahora o nunca, porque como dijo la compañera evita: el peronismo será revolucionario, o no será nada”.
Meses después, el 19 de noviembre del ‘73 se llevaría a cabo la unificación de distintas agrupaciones del peronismo revolucionario en el FRP, lo cual implicaría un salto cualitativo para esta organización. A los principales dirigentes del frente (Arroyo, Jaime y Salomón), se sumaban cuadros como Manuel Gaggero (referente del Bloque de Agrupaciones en Apoyo a la CGTA de Paraná) y Aldo Bosarelli (dirigente de las Unidades Básicas Revolucionarias de Córdoba). El inicio de esta nueva etapa se expresaría en la declaración de principios del nuevo FRP que afirmaba como primer punto el carácter capitalista dependiente de Argentina sentenciando que “la llamada burguesía media o burguesía nacional ha demostrado históricamente su incapacidad para conducir a los sectores populares en la lucha antiimperialista, y en consecuencia, sólo era factible desarrollar una política independiente de los monopolios si la fuerza social es conducida por la clase obrera apoyándose en amplias capas populares ya que toda otra experiencia, donde la clase obrera sea relegada de su papel histórico, solo tiende a negociar la dependencia manteniendo las estructuras de explotación”.
El segundo punto de la declaración destaca el rol del movimiento peronista planteando que éste está integrado por distintas clases sociales, cada una con su propio proyecto político: la burguesía pretende negociar la dependencia con los monopolios y el imperialismo; la pequeña burguesía más o menos radicalizada aspira en todos los órdenes a la conciliación de lo inconciliable; y la clase trabajadora, en tanto sector mayoritario en el movimiento peronista, tiene el desafío de concretar el proyecto de la patria socialista.
Como tercer y último punto, el FRP afirma que “en estas condiciones nos cabe a nosotros, Organizaciones del Peronismo Revolucionario, retomar el mandato de los trabajadores y del pueblo peronista, y plantearnos la necesidad de organizamos y estrechar filas para derrotar a la burocracia y su ideología conciliadora; democratizar el movimiento, difundir la ideología revolucionaria, unificarnos con todas las corrientes populares, e impulsar la lucha por una patria justa, libre y soberana: la patria socialista”.
En lo que resta del ‘73 y hasta el ‘76 los desafíos de Armando y el FRP se enfocaron en la conformación del Frente Antiimperialista y por Socialismo, experiencia histórica a desarrollar en la segunda parte de este recuerdo eterno a un revolucionario a prueba de todo desafío.
* Por Lisandro Silva Mariños para La tinta.
Autor del libro “FAS: Frente Antiimperialista y por el Socialismo. Un ejército político de masas impulsado por el PRT”. Ediciones La Llamarada. Buenos Aires. 2017.
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