Pa' que al final de nuestra vida,
nuestros corazones sigan danzando,
no le pongamos precio nunca
a la felicidad
MILONGA ♪
de Francisco Alvero
EL JUGLAR DE LA LIBERTAD
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Que el capitalismo se ahogue,
en su océano de verdes,
mientras yo sigo cantando
en calles, plazas y muelles.
Por el arte y la cultura
ultima trinchera popular
que a la vida da alegria,
que a la vida le da paz
alegría verdadera
que el oro jamás dará.
Aun peor si está manchado
ay, con su malignidad.
Así que, ¡viva la vida!
viva el canto y la amistad
¡Viva la música sentida!
que vale más, mucho más
que corruptas oficinas
que abundan aqui y allá
desde donde dictan tendencias
que hoy se llaman viral.
Así que, artista del pueblo,
levanta tu copa y brinda,
para que en cada año nuevo
motivo pa brindar existan.
Luchar y seguir soñando,
apuntalando la vida
empujando el ideal
sin miedo nunca jamás,
pues no importa el que dirán
importa sembrar el día.
Más allá de este sistema
que todo lo contamina,
En la conciencia infinita
no caben las moneditas,
si en el alma, hay una fiesta,
solidaria y bien genuina
por mi Argentina querida
Y la America latina
por la dignidad del pobre,
y la paz en Palestina.
Mientras el capital todo corrompe,
nuestra música es así
En cada rima y cada paso,
la revolución nuestra es al fin,
al diablo los que especulan,
En la Rosada o Wall street
Al diablo la bolsa de avalores
como hizo Rage Against the machine
quienes ganan a cualquier precio,
no los queremos aqui.
Porque aquí estamos los locos,
porque aquí estamos las locas
como las madres y abuelas
que el pueblo abraza con honra
Y que otros desde el poder
las odian y las denostan.
Mientras se esconden detras
ayer y hoy de las botas.
¡artistas del tiempo nuevo!
defenderemos su aurora
Y si alguna vez me preguntan,
por qué sigo en esta lucha,
les diré que copla y guitarra
a mi interior siempre escuchan.
Que el arte no se encadena,
ni se mide en un verde papel,
si es genuino y verdadera
es un grito contra el poder.
Sigamos nuestro camino,
mientras lo vamos trazando
que nadie podrá apagarnos
el regocijo sagrado
Sigamos nuestro camino,
riendo, luchando y cantando,
y que al final de nuestra vida,
nuestros corazones estén danzando.
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