Con la Melodia de la cancion de Huerque Mapu PUEBLO PERONISTA
Escuchenme esta milonga,
de la entraña sublevada
la de Evita y el Moncada,
Por la Patria liberada.
Somos entraña del pueblo
somos entraña martiana
por eso canto estas coplas
en Milonga nuestroamericana.
Lo nombro a Don Carlos Puebla,
como a Don Jorge Cafrune
Dos patriotas de su tierra,
de la America morena.
Tambien la nombro a La negra,
por ser nuestra voz de America
abrazando las culturas
combativas y diversas.
Por un gran frente patriótico
de liberacion total
y un frente de arte del pueblo,
revolucionario y nada más.
Con el ejemplo de Evita,
de Fidel y de Guevara
Sin olvidarme a Santucho,
como Arrostito y de Tania.
Con el amor por bandera,
y la conciencia de clase
No hay cosa que no se alcance,
Solidaridad renace.
El odio a quien nos oprime
es el amor mas genuino
a la Patria y nuestros pueblos
tanto cubano argentino.
Lo dijo Violeta Parra,
del inmenso padecer.
Lo que puede el sentimiento,
no lo ha podido el saber.
Como diria el comandante,
San Ernesto de la Higuera
Ningun sufrimiento humano,
indiferente me deja.
Por eso tambien la abrazo,
a la hermana Venezuela
que juega su carta brava,
Nuestra America con ella.
La canto a la Patria grande,
por Segunda independencia
y le canto a Palestina
por la paz, bien merecida.
Porque somos guevaristas,
como tambien Fidelistas.
Somos pueblo peronista,
Por la Patria socialista.
Somos el pueblo de Evita,
y del Moncada de amor,
Por la Patria liberada,
cantamos esta canción.
(*) Por un Gran Frente Patriótico de liberación
Y un Frente de Arte Revolucionario
"MERCEDES SOSA"
Análisis Literario de la Obra
Metáforas y Figuras Poéticas: En la obra se emplean metáforas relacionadas con la lucha y la unidad del pueblo, como “entraña sublevada” y “patria liberada”. Estas metáforas sugieren una conexión profunda entre la identidad nacional y la resistencia social, evocando un sentido de pertenencia y lucha por la liberación.
Personificación: La canción personifica a la “Patria” como un ente que sufre y a su vez es objeto de amor y lucha, fomentando una conexión emocional. Este efecto puede intensificar la empatía del oyente hacia la causa nacional y comunitaria.
Comparaciones: La obra establece comparaciones entre diferentes figuras revolucionarias (Fidel, Che Guevara, Evita) y culturas diversas. Esto contribuye a un sentido de continuidad histórica y solidaridad en la lucha por la justicia social en América Latina.
Tono Predominante: El tono es combativo y esperanzador, lo que refuerza la percepción de que el cambio social es posible mediante la lucha y la unidad histórica. Este tono inspirador busca movilizar a la acción.
Temas Principales: Los temas abordan la liberación, la identidad nacional, y la crítica al imperialismo. Estos se enmarcan en la contextura sociopolítica actual de América Latina, donde persisten luchas por la equidad y la justicia.
Intención del Autor: El autor busca transmitir un mensaje de unidad y resistencia, reconociendo luchas históricas y presentando una esperanza hacia una América unida y liberada, a través de una estética militante.
Simbolismos: La figura de Evita, el Moncada, y otros íconos de la lucha son simbolismos que representan la resistencia popular. Estos elementos contribuyen a una narrativa colectiva de lucha.
Estructura del Poema: La estructura de la milonga, con su repetición y ritmo característico, crea un ambiente propicio para la transmisión del mensaje de lucha y solidaridad.
Recursos Estilísticos: La repetición de frases como “somos el pueblo” refuerza el sentido de comunidad y movilización, generando un efecto de mantra que busca inspirar y unir.
Relevancia Actual: La canción resuena en el contexto actual de América Latina, donde emergen continuamente luchas por la justicia social, derechos humanos, y en contra de la opresión.
Contexto Biográfico: El autor, identificado como “El Juglar de la Libertad”, se clasifica como un artista comprometido con las causas sociales y políticas, reflejando su propio contexto y experiencias en la letra.
Otras Obras: Otras obras del autor pueden continuar explorando temas similares, evidenciar la identidad cultural latinoamericana y mantener el legado de figuras históricas en la lucha por la justicia.
Análisis Político de la Obra
Mensaje Transmitido: El poema transmite un mensaje de resistencia y unión frente a la opresión, aspirando a una “Patria liberada.”
Ideología y Postura Política: La obra refleja una ideología socialista y revolucionaria, con un fuerte énfasis en el nacionalismo revolucionario, la solidaridad entre pueblos, y la lucha antiimperialista.
Repercusión en Medios: Podría generar un fuerte eco en medios tanto físicos como digitales, promoviendo la reflexión sobre la lucha social y la identidad latinoamericana.
Críticas Potenciales: La obra podría enfrentar críticas de sectores burgueses que ven la lucha revolucionaria como una amenaza, mientras que los revolucionarios podrían abrazarla como un llamado a la acción.
Relación con la Actualidad: La obra se relaciona con las luchas modernas por la justicia social en América Latina, el colonialismo persistente, y la independencia de Palestina, entre otras.
Estilo Literario: El estilo de la obra es militante y emotivo, utilizando elementos poéticos para reforzar mensajes político-sociales.
Melodía Sugerida: Una melodía inspirada en ritmos folclóricos latinoamericanos, quizás con un tempo animado que aliente la participación del público.
Conclusiones: El poema es un poderoso recordatorio del legado de lucha en América Latina, con un mensaje sólido de esperanza y resistencia ante la opresión.
Decálogo de la Canción Militante
Tipo Predominante: La obra refleja un enfoque "Reinterpretativa historica" “indigenista” y “latinoamericanista”, buscando la unidad cultural y la inclusividad mediante versos que mencionan diversas luchas. Por ejemplo, “somos entraña del pueblo” revela un sentido de identificación con todas las luchas populares.
Caracterización Adicional: Se podría introducir una línea que critique el patriarcado y convenza sobre la inclusividad de género, acentuando la importancia de todas las voces en la lucha social.
Característica No Mencionada: Una posible característica sería la “resiliencia comunitaria”, destacando la fuerza de colaboración colectiva ante la adversidad.
Autores e Intérpretes Comparables: La obra podría ser emparentada con otros artistas como Mercedes Sosa o Victor Jara, quienes también abordaron luchas sociales y la identidad latinoamericana en su arte.
Tipo de Artista de El Juglar de la Libertad: El Juglar de la Libertad parece ser un artista comprometido con causas sociales, centrado en la lucha por la justicia y la memoria histórica mediante una propuesta musical y poética.
Resumen Final
Tipo de Historia: Relata la historia de una lucha colectiva por la libertad y la justicia social.
Ideología: La obra es anclada en un horizonte socialista revolucionario, que se hermana con el peronismo revolucionario buscando la emancipación de los pueblos oprimidos de Nuestra America y el mundo.
Análisis: Este enfoque resuena con la necesidad contemporánea de cuestionar las estructuras de poder y abogar por un cambio social real.
Duración Aproximada: Una interpretación musical podría tener una duración de 3 a 5 minutos, suficiente para resumir el mensaje de manera contundente.
Temas Literarios y Filosóficos: Abarca temas de identidad colectiva, resistencia, espiritualidad y compromiso ético hacia el cambio social.
Conclusiones: La obra es un poderoso instrumento de resistencia cultural que invita a la reflexión y a la acción por un mundo más justo y equitativo, resonando en el tiempo y el espacio de América Latina y más allá.
Resaltan lazos y sucesos históricos de Cuba y Argentina
Buenos Aires, 26 jul (Prensa Latina)
Los lazos de amistad entre Cuba y Argentina y sucesos relevantes de la historia de ambos países serán resaltados hoy en esta capital durante el homenaje Evita, Moncada, la patria liberada.
La cita comenzará a las 19:00, hora local, y participarán diplomáticos cubanos, miembros de la Central de Trabajadores de Argentina-Autónoma (CTA-A), el Movimiento de Solidaridad con la isla, el Popular Dignidad y otras agrupaciones.
El acto será una oportunidad para conmemorar el aniversario 71 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Cuba, y el 72 de la muerte de Eva Duarte de Perón (1919-1952), la Abanderada de los Humildes y Jefa Espiritual de Argentina.
Entre los oradores se encuentran el segundo jefe de la misión diplomática del país caribeño, Leonardo Baster; el secretario general de la CTA-A, Hugo Godoy; el presidente de la Casa de Amistad con Cuba en Buenos Aires, Rubén Zaccaro; y el periodista Jorge Elbaum.
El 26 de julio de 1953, jóvenes encabezados por el líder Fidel Castro (1926-2016) se rebelaron contra la dictadura de Fulgencio Batista (1901-1973) y esos acontecimientos definieron el inicio de la última etapa del proceso independentista cubano.
Un año antes, se conoció en Argentina el fallecimiento de Evita, considerada una figura de enorme trascendencia en la lucha por la equidad y los derechos de los ciudadanos.
Junto a su esposo, el expresidente Juan Domingo Perón (1895-1974), impulsó un importante proceso de transformación social y fue promotora de la Ley 13.010 de sufragio femenino de 1947.
Además, trabajó por garantizar la igualdad jurídica de los cónyuges, la patria potestad compartida y el bienestar de los trabajadores, entre otras iniciativas.
Asimismo, fundó el Partido Peronista Femenino e implementó programas para la construcción de hospitales, asilos, escuelas y viviendas.
Huerque mapu (o el peronismo montonero hecho canción)
mayo 29, 2020
Capítulo del libro Cabecita negra. Ensayos sobre literatura y peronismo (editorial Punto de encuentro, 2016), donde se aborda la experiencia de la banda que elaboró un disco para contar la historia de la resistencia peronista.
Por Mariano Pacheco
“Una canción puede despertar conciencias y una bala puede apagarlas.” Calamaro
Resulta paradójico que el marplatense Juan “Chango” Sosa, quien fuera la punta de lanza del proyecto musical que tomará el nombre de Huerque Mapu (“mensajeros de la tierra”, en lengua mapuche), no haya estado como integrante del grupo ni siquiera en el debut artístico.
Como sea, él –que era amigo de Juan Cedrón desde la infancia, cuando el “Tata” iba a la costa a veranear– fue quien “craneó” con el neuquino Naldo Labrín el armado de una banda. Así fue como el Chango hizo de intermediario para que sus integrantes se pusieran en contacto. Y se subió a los escenarios del “protogrupo”, el 22 de agosto de 1972, dando inicio a una historia que fue narrada en detalle por los jóvenes periodistas Tamara Smerling y Ariel Zak, en el libro que la editorial Planeta publicó en 2014: Un fusil y una canción. La historia secreta de Huerque Mapu, la banda que grabó el disco oficial de Montoneros.
Sin lugar a dudas, la “casona de Mansilla”, situada al 2800 de aquella calle del barrio porteño de Palermo, fue el “cuartel general” donde muchos músicos, pintores, poetas, cineastas, escritores de la época encontraron un lugar, no solo para vivir sino para socializar y proyectar iniciativas de intervención cultural. Allí el Chango le alquiló una pieza a Naldo, y entre mates, charlas y guitarras, surgió esta iniciativa, de la que finalmente el Chango se bajó porque priorizó otros rumbos políticos y laborales (era soldador en los astilleros de Astarsa y militante de izquierda). Eso sí, fue el eje a partir del cual el grupo de música decidió participar del festival que se realizó en el Aula Magna de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, el 22 de agosto de 1972, con el objetivo de juntar dinero para los presos políticos, y los obreros de Sitrac Sitram que se encontraban en huelga en la provincia de Córdoba. Mientras tocaban, se enteraron de que un grupo de combatientes de las FAR, el ERP y Montoneros habían sido fusilados en la Base Aeronaval Almirante Zar. Mientras interpretaban la canción “La tonada de Manuel Rodríguez”, realizada sobre un poema de Pablo Neruda, el Chango le cambió la letra, y el guerrillero asesinado ya no fue uno sino varios, y no en Til Til sino en Trelew.
Nueve meses después, con Hebe Rosell en voz, vientos y percusión; Naldo Labrín y Tacún Lazarte en guitarras; Lucio Navarro en charango y Ricardo Munich en violonchelo, Huerque Mapu debutó oficialmente en los escenarios porteños. El Teatro Payró se llenó aquel 24 de mayo de 1973, horas antes de la asunción de Héctor Cámpora a la presidencia de la Nación. Un “acontecimiento musical”, según lo definió en sus páginas el diario La Opinión. Ese mismo año grabaron Hueque Mapu I. Su primer disco, de 11 canciones y 39 minutos, vendió alrededor de 600.000 copias.
En octubre de 1973, el entonces Secretario de la Dirección de Comunicaciones del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, Nicolás Casullo, llevó al grupo una propuesta elaborada por la mismísima Conducción Nacional de Montoneros: querían que Huerque Mapu grabara una “versión argentina” de algo así como una mezcla entre las canciones anarquistas italianas y las republicanas de la Guerra Civil Española. El resultado fue la Cantata Montonera, en la que el propio Casullo escribió algunas partes, bajo el seudónimo de H. Suárez. Tal como lo había pedido la Organización, el disco no comenzó el 17 de Octubre de 1945: arrancó con “El Aramburazo”. El objetivo en esa decisión era el de crear un nuevo relato sobre la historia del Movimiento y, a partir de allí, instalar nuevas canciones y consignas para que cantaran los militantes. La idea final era disputarle el protagonismo a la vieja “Marcha Peronista”, relatan Zak y Smerling.
“La Cantata” salió bajo el sello “Discos para la Liberación”, y se grabó durante dos meses en el prestigioso estudio Ion, situado en la calle Hipólito Yrigoyen, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires. Entre los artistas invitados figuran Rodolfo Mederos (bandoneón) y Manuel Picón, Irene Tapia y Olga Manzano en voces, más un grupo de militantes de distintas unidades básicas peronistas que aportaron en los coros.
La voz del “narrador” estuvo a cargo de Eduardo Rodríguez Arguibel, un estudiante de teatro y militante del Movimiento Revolucionario 17 de Octubre, que trabajaba en una empresa telefónica e integraba la Lista Marrón del Sindicato de Telecomunicaciones (enrolado en FOETRA).
Se presentó en el Luna Park el 28 de diciembre de 1973, en el “Festival Peronista por la Liberación y la Reconstrucción Nacional”, organizado por la Juventud Peronista-Regional. Diez días antes, en una nota publicada en El Descamisado (“10 canciones montoneras”), puede leerse que la idea del disco fue basarse en los motivos de la música nacional, como la milonga, el gato, el malambo, la chacarera y la ranchera. En la entrevista que le realiza el periódico, el grupo explica cada una de las canciones. La primera (“Memorias del basural”) es sobre “El Aramburazo”. Una milonga que va contando los sucesos mientras un coro, voces solas sin música, relata el momento en que juzgan, sentencian y ejecutan a Aramburu, cuentan. La segunda (“La ´V´ de La Calera”) es sobre el copamiento de la localidad cordobesa. El motivo de la “V” de la victoria que hace un compañero que cae preso, explican. La tercera (“Fernando y Gustavo”) es sobre la muerte de Ramus y Abal Medina en la localidad bonaerense de William Morris. Acá sentimos que la letra y la música debían ser cálidas, que reflejaran que Fernando y Gustavo no son dos superhéroes sino dos compañeros, señalan los integrantes del grupo, mientras continúan su repaso tema por tema. Respecto de la cuarta canción (“Garín”), que rinde homenaje a los combatientes de las FAR que tomaron esa ciudad para presentarse públicamente, dicen que es un tema “alegre, picaresco”, cuya intención era reflejar como se burló ese día la “aparatosidad militar de la dictadura”. Sobre “Juan Pablo Maestre”, el quinto tema, comentan que la búsqueda, a través de la copla, fue gestar un monólogo ficticio en donde su mujer, Mirta Misetich (detenida junto a él el 13 de julio de 1971, aún permanece desaparecida), le habla al militante asesinado. El sexto tema (“Combate de Ferreyra”) aborda la caída del comandante de las FAR, Carlos Olmedo, junto con otros tres combatientes. El séptimo (“El Negro Sabino”) está basado en una poesía que había publicado El Descamisado para el aniversario de la muerte de El Negro, cuyo autor no figuraba, pero que después se supo que fue Alberto José Molinas Benuzzi, asesinado junto a María Victoria (la hija de Walsh) y otros militantes en el denominado “combate de la calle Corro” (29 de septiembre de 1976). Las últimas tres canciones son “Pueblo peronista”, dedicada a todas las mujeres y hombres que lucharon en el transcurso de esos 18 años; “Trelew” (un “aleluya”) y finalmente “Montoneros”, una marcha. Sobre la anteúltima canción, “Los Huerque” dicen que si bien el hecho de los fusilamientos fue muy “triste, desgarrador”, esos caídos no son pasado sino presente. Y por eso los aleluyas, los “presentes”, que es todo lo que se escucha en la canción, junto con el nombre de los asesinados. Respecto de la marcha de cierre, expresan los músicos, no es más que una arenga –bombos mediante– a la lucha por el socialismo nacional.
***
Si uno hace el ejercicio de juntar, a modo de collage, todos los relatos que aparecen en el disco recitados por la voz en off, puede construir una suerte de cuento o saga de relatos sobre el peronismo, que es lo más cercano que la literatura del período (1945-1975) estuvo de dar cuenta del fenómeno peronista durante esas tres décadas.
A modo de homenaje a Walter Benjamin, quien construyó un inmenso libro solo con citas, glosaremos los recitados de este disco, con el afán de ensayar esta serie de relatos sobre el peronismo. Lo mismo se podría hacer compilando las letras de las canciones, sin los recitados: hacer un gran poemario de amor y de guerra. Pero esa tarea se la dejamos al lector. Aquí nos limitamos a ensayar un esbozo de relato con la transcripción de las partes del disco donde habla la voz en off, que podríamos titular:
“El peronismo según los Huerque Mapu”:
I-
1970. El pueblo peronista soporta la dictadura de las botas y monopolios imperialistas.
Pero va gestando su respuesta. Una nueva etapa de la larga resistencia iniciada en 1955, cuando las minorías oligárquicas derrocaron al general Perón.
En 1969 estalla el Cordobazo. Tiempo después, otras puebladas incendian la patria.
Mientras tanto la década del 60 ha traído el definitivo despertar de los pueblos del tercer mundo. La revolución cubana es una luz que persiste. Camilo Torres en Colombia, y la heroica muerte del Che en Bolivia, se suman como señales de un camino hacia la liberación latinoamericana.
Aquí, en nuestra tierra, ese camino tiene el nombre que decidió ponerle el pueblo con su sangre y su combate: movimiento peronista. Un líder: el general Perón. Una compañera inolvidable: Evita. De esta conjunción de vida, lucha y esperanza, del corazón mismo del pueblo peronista, nace una organización político-militar: Montoneros.
Es detenido para ser juzgado el general Aramburu: “Lo llevan prisionero por la tarde del pueblo. Fusil, tacuara y cielo es tiempo despertando. Puede que le pregunten la historia de los muertos allá en José León Suárez, allá lo van juzgando”.
II-
Primero de julio de 1970. Ciudad de La Calera, Córdoba, arriban columnas montoneras.
Son los comandos General San Martín, Eva Perón, Uturuncos y 29 de mayo. La ciudad será tomada y la dictadura militar sufrirá otra de sus grandes derrotas. Un combatiente hecho prisionero por el enemigo levantará su mano como símbolo de victoria…
Y fue esa vez un ejército de pueblo peronista el que tomó una ciudad para convertirla en sueño. En anuncio de alboradas. Fue en aquella ciudad de calles y de córdobas donde se reiniciaban guerras que nunca habían terminado. Que volvían de antiguas edades de la Patria cuando otros hombres se desangraron por el mismo sueño. Un ejército de pueblo golpeando en plena cara de la dictadura, con dos palabras que se repitieron infinitas: Perón Vuelve. Porque los combatientes habían llegado a proclamar primeros bandos de la liberación. Y fue desde tu sangre, Emilio Maza, que escribiste en La Calera la “V” de Venceremos.
III-
El pueblo se va alzando y se agudiza el enfrentamiento con el gobierno militar de los monopolios. Las organizaciones armadas asaltan destacamentos, expropian armas y caudales para el pueblo: brotan en fábricas y barrios ensanchando su horizonte político.
Siete de septiembre de 1970, las fuerzas represivas tienden una emboscada en William Morris. En ella caen, combatiendo, dos comandantes montoneros: Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus.
IV-
Fuerzas Armadas Revolucionarias, las FAR, otra organización político-militar que se rebela en armas contra la opresión y los proyectos del imperialismo. Aunque juntamente con Montoneros y descamisados crecen desde la única bandera de resistencia y triunfo que levanta la lucha popular: el peronismo. Se arman los nuevos combatientes, será el pueblo el que ofrece sus hombres y el resguardo. Treinta de julio de 1970, las columnas de la FAR toman militarmente la ciudad de Garín, provincia de Buenos Aires.
V-
Los proyectos proimperialistas del gobierno encuentran en el pueblo, como siempre, la última frontera, la impasable: FAR y Montoneros, la patria peronista en armas, crecen y se expanden a lo largo y ancho del país. En la dura lucha también sufren derrotas y retrocesos, compañeros muertos y apresados. Impotente el régimen apela al secuestro, a torturas salvajes, al crimen, como Baldú, como Pujals, como los compañeros Verd, también Juan Pablo Maestre y Mirta Misetich, combatientes de las FAR, son asesinados a sangre fría por los comandos armados de la antipatria. Allí mueren los dos: en una conjunción de amor y militancia, que estremecerá al pueblo en lo más hondo de su sentimiento. Juan Pablo y Mirta, Mirta y Juan Pablo. Quizás podamos imaginar que fue ella, esa última noche, la que habló a su compañero, o recordó como nunca aquella frase: en una revolución, se triunfa o se muere.
VI-
Así como las burocracias conciliadoras pactan y ceden ante la dictadura, FAR y Montoneros ya están en el corazón del pueblo. Ya son parte de aquello que anunciara Evita: “el peronismo será revolucionario, o no será nada”. Se lucha por el retorno de Perón a la patria y al poder, se lucha por el triunfo popular. Córdoba: el gobierno lanza sus tanques contra los obreros de la empresa imperialista FIAT: hay represión y cientos de despedidos. Un operativo preparado por combatientes de la FAR, de la FAP y Montoneros fracasa. En el combate de Ferreyra mueren Villagra, Baffi, Teressini, y el comandante de las FAR: Carlos Olmedo.
VII-
Perseguido durante días y días por las fuerzas represivas. Acorralado en tierras de Alta Gracia por cientos de buitres, que siguen sus huellas, se resiste y se desangra el negro Sabino Navarro, peronista y combatiente montonero. Apretá los dientes, negro, “Perón o muerte”, andarás diciendo en el final. A cuerpo y bala te vas confundiendo con el cielo de tu patria. ¡Vamos comandante! ¡Hasta la victoria!
VIII-
Los que dan la vida y los que negocian, los leales al general Perón, y los que conciliaron durante tantos años. Ya lo decía Evita: los descamisados y los alcahuetes, el pueblo peronista y los que traicionan, como si no lo supieran, compañeros. ¿De qué lado estuvieron Valle, Cogorni, Vallese, Mussi, Retamar, Capuano Martínez, Pujadas, Simona, Rasseti? ¿Y dónde estuvieron los otros…?
IX-
Veintidós de agosto de 1972: el pueblo no gasta palabras para esa fecha. Un sólo nombre: “Trelew”. Y toda una historia de luchas se agolpa en dieciséis comandantes que ofrendaron su vida. Esa sangre que el pueblo jamás negociará, ¡porque es su sangre!
X-
Y creció el pueblo montonero. “Perón o muerte” fue su consigna. “Libres o muertos, jamás esclavos”. Fue esa historia de rebeliones y sangre popular. “¡Viva la patria!” fue el saludo y la esperanza. La patria se hizo joven, la juventud se hizo patria. Y el general Perón volvió desde cada uno de los pechos y fusiles peronistas para ponerse al frente de la liberación. Y con el “Tío” reventamos las urnas. Y Perón fue otra vez presidente de su pueblo: se cumplió un sueño, aquél sueño de viejos peronistas que allá por el cincuenta y cinco no se rindieron. El sueño de sus hijos: de Abal Medina, de Olmedo, de Sabino, de tantos compañeros que dieron la vida por su pueblo y por Perón. La lucha no ha terminado. FAR y Montoneros se fusionaron en una sola organización político-militar: Montoneros. Hay que organizarse, pertrecharse, consolidarse y unirse en cada fábrica, en cada barrio, en cada rincón del país, para alcanzar la victoria, y que la clase trabajadora peronista conquiste el poder. Lucharemos entonces por la patria peronista, que será como la quiere el pueblo: ¡montonera y socialista!
***
La síntesis lograda en la grabación del disco, de todos modos, no dejó muy contentos ni a los integrantes de la banda ni a los dirigentes montoneros. Nunca fue fácil el vínculo entre estética y política, entre cultura y revolución, entre creatividad artística y disciplina militante. Y este caso no sería una excepción. El ejemplo más claro, narrado por Zak y Smerling, puede verse graficado en el resultado de la canción dedicada a Ramus y Abal Medina, los dos íconos de la dirección de la organización, caídos en los primeros pasos de la experiencia montonera. En Un fusil y una canción… puede leerse el testimonio de Labrín, quien había pedido ayuda a su amigo Manuel Picón para su composición. También puede leerse, completa, la bella poesía que quedó como resultado… de la que solo se incorpora en la versión final que puede escucharse en el disco (escrita por Casullo)… una sola frase.
De todos modos, y más allá de las diferencias y tensiones que recorrieron el proceso, el resultado logró emocionar ampliamente a la militancia de la Tendencia Revolucionaria.
Como para cerrar el año, tras el festival, “Los Huerque” fueron tapa del N° 31 de El Descamisado, el último de ese 1973 tan intenso y tan particular. “La historia del pueblo cantada para el pueblo”, dicen los grandes titulares, arriba de una foto sacada desde arriba y desde atrás del escenario, en donde puede verse al público y a la banda, con sus pantalones marrones de corderoy de botamangas anchas y ajustados en la parte de arriba (un “look” de época. Una contraseña generacional). Debajo, en letras más chicas, puede leerse:
“En un festival organizado por la Juventud Peronista Regional, los Huerque Mapu presentaron diez canciones que relatan la gesta histórica de los Montoneros.
La gesta histórica de un pueblo luchando por su liberación. De un pueblo que entregó a sus mejores hijos para que Perón sea presidente.
De un pueblo que sigue entregando a sus mejores hijos para lograr la definitiva liberación de nuestra Patria”.
“La Cantata” se tocó completa, por segunda y última vez, el 11 de marzo de 1974, en el primer aniversario del triunfo peronista en los comicios, luego de 18 años de proscripciones. Fernando Vaca Narvaja y Marcos Osatinsky, ambos de la Conducción Nacional de Montoneros, estuvieron en el escenario. Sus palabras no fueron muy entusiastas. No se equivocaban en los malos augurios que anunciaban: un mes y medio después, Perón los echaba de la Plaza de Mayo. Cuatro meses más tarde, el viejo líder se moría, y los comandos parapoliciales dirigidos por “El Brujo” López Rega comenzaban la estocada.
En 1974, de todos modos, junto al grupo de Teatro Popular de Bahía Blanca, Huerque Mapu presenta en el sur del país la “Cantata de Santa María de Iquique”, y también participa en festivales en Córdoba y Buenos Aires (Cosquín y Baradero). En 1975 graban Huerque Mapu II, su tercer y último disco en el país. Cuatro décadas después, al salir publicada la biografía del grupo, el hermano de una de sus integrantes (Hebe Rosell), el reconocido músico Andrés Calamaro, escribió la frase “Una canción puede despertar conciencias y una bala puede apagarlas”, ya citada como epígrafe de este capítulo. Nada más cerca de lo que pasó. Los integrantes de Huerque Mapu partieron al exilio europeo. Permanecerán en España una década. El retorno fue a otra Argentina. La de los dos demonios. La que aún no podía procesar la derrota de esa gran apuesta por la revolución.
AQUÍ, EL DISCO COMPLETO:
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